Mi amigo y su pequeña hermanita. Parte 2.
Después de ver el vídeo de mi amigo cogiéndose a su hermanita y de que el me invitará, llega el sábado y estoy dispuesto a disfrutar del sexo con Danielita. .
Les dejo el link de la primera parte del relato para una mejor comprensión de la historia, aunque puedes leerla de forma independiente también.
Al fin era sábado, iría a ver a Lalo, ya lo tenía decidido. Había pasado los dos días anteriores tratando de no pensar mucho en lo que había visto, en lo que sucedería. Por un lado no quería crearme expectativas y por el otro no quería masturbarme, quería estás lleno de leche para Danielita. Esto último que me resultó realmente difícil. Estábamos de vacaciones en la escuela y no había visto a Lalo ni le había llamado. El me dijo que podía llegar a la hora que quisiera.
Dios, no saben lo dura que fue la espera. Cuando salía a algún mandado que me pedía mi mamá no podía, (¿No podía o no quería?), dejar de ver a las chiquillas con morbo, imaginando y fantaseando con ellas. En mi mente las veía vestidas como putas, chupando verga o siendo cogidas por alguien.
Mis favoritas para morbosear eran las que iban acompañadas de alguien, tal vez su padre o alguno de sus tíos, no importaba, solo imaginaba como se las cogerían en casa. Si iban con leggins o pantalón ajustado era aún más morboso para mí, viendo sus culitos redonditos y paraditos. Pero estoy divagando, vuelvo al relato.
Ese sábado me levanté temprano, me bañe, desayuné y le dije a mi mamá que iría a la casa de Lalo a jugar videojuegos, que llegaría por la tarde. Ella no puso objeción.
Lalo vivía solo a unas calles de mi casa, mientras camina una mezcla de nervios, ansias, morbo y mucha excitación me invadía. Llegué a su casa a las 10 en punto. Llame a la puerta, cuando Lalo me abrió esbozo una gran sonrisa.
-Pasa Bro, pasa, que bueno que te animaste a venir. Verás que la vamos a pasar de lujo.
Pase a su living donde tantas veces jugamos videojuegos y vi el sofá, el mismo sofá donde nos sentábamos y el mismo que vi en el vídeo. El sofá donde Lalo se cogió a su hermanita como a una puta. Escuché la regadera en el baño.
-Danielita se metió a bañar Bro, está muy emocionada por qué le dije que ibas a venir.
-¿Cómo supiste que vendría? ¿Que tal si no?
-Bro, nos conocemos desde niños, vi como te excitaste con el vídeo. Sabía que no te perderías la oportunidad de cogerte a mi hermanita.
No dije nada. Tenía razón. Me senté en el sofá. Lalo me llevo una cerveza.
-Bro, relájate, la vamos a pasar bien.
-¿Desde cuándo te coges a tu hermana?
Le solté a quemarropa, quería saber, eso me llenaba de morbo.
-Directo, como siempre amigo, eso me gusta de ti. Desde hace 6 meses.
-Acababa de cumplir los once años
Dije con sorpresa.
-¿Cómo la convenciste? ¿Tu la desvirgaste?
-¿A caso eres policía Bro? Jajajaja. Relajate. Primero, no, yo na la desvirgue, ya estaba cogida cuando yo me la empecé a coger, me hubiera gustado, pero pues no se pudo.
Esa respuesta me sorprendió, si Lalo se la empezo a coger cuando recién había cumplido los once quiere decir que, al menos, ya se la cogían desde los 10… o desde antes.
-Y ¿Cómo la convencí? Hermano, yo no la convencí, la encontré masturbándose delante de la computadora en Omegle, se estaba masturbando para un cabrón que le mostraba la verga y le decía cosas bien guarras.
En eso se escuchó la puerta del baño, oímos los pasos de Daniela rumbo a su cuarto. Lalo sonrió de manera extraña.
-Mariano, olvídate de tus preguntas. Hoy vas a disfrutar y conocer realmente lo que es el placer. Daniela me dijo que nos tenía una sorpresa. No me preguntes que es, porque no tengo la más estúpida idea.
Entre lo que me había contado Lalo sobre su hermana y el que me dijera que nos tenía una sorpresa, yo estaba con una calentura que ya no podía. Mi verga estaba ya muy parada.
-Esta bien Lalo, pero ten en cuenta que estoy nervioso, es una niña. No es lo mismo a las de la prepa que nos hemos cogido.
-Ya wey, relájate, mira, tomate otra cerveza.
Me dijo mientras me daba otra cerveza de las que tenía en la mesa.
Estaba dándole un trago a la cerveza cuando escuché unos tacones provenientes de la habitación de Daniela. Lalo y yo miramos hacia el pasillo expectantes.
Cuando apareció Danielita mi pene pego un respingo, me quedé embobado. Vestía una tanga negra que apenas cubría su rica vaginita con un diminuto triángulo que era sostenido solo por unos hilos. Además de eso estaba enfundada en un body completo, de esos de red con solo una abertura en la entrepierna. Unos tacones negros. Venía con el pelo suelto y los labios pintados de carmín intenso que contrastaban con piel tostada. Una gran sonrisa iluminaba su rostro. Se veía realmente excitante, no parecía una niña, se veía realmente como una pequeña putita.
-Mariano, que bueno que viniste. Lalo me dijo que viste uno de mis videos y que te gustó mucho. Quiero que entre los dos me den verga hoy. ¿Me vas a dar verga Mariano?
¿Uno de sus videos? Osea que hay más, puf, esa niña me estaba sorprendiendo cada vez más.
-Claro que si mi amor, me encantó tu video y tengo muchas ganas de penetrar tu linda rajita.
-Lalo, ¿me puedo tomar una cerveza?
Mi amigo soltó una carcajada y le dijo
-Claro mi amor, ¿Cómo te la voy a negar? Si puedes coger como una puta, puedes tomar una cerveza. ¿Quieres también un cigarro?
-SI, si quiero.
Grito la pequeña y yo, ni tardo ni perezoso, saque los que traía, encendí uno y se lo di. Reímos los dos cuando tosió a la primera calada. Le enseñamos a fumar y aprendió muy rápido. Se sentó en el sofá de enfrente y nosotros estábamos perdidos en esa visión. Una niña de once años, vestida como puta, con una cerveza en la mano derecha y en la izquierda un cigarro. Parecía una prostituta barata y ella sabía lo que provocaba en nosotros por qué solo sonreía pícaramente.
-¿Quién me va a meter la verga primero?
Al fin se rompió el silencio y lo había hecho Daniela. Lalo contesto rápidamente.
-Mariano es nuestro invitado, así que el debe ser el primero en gozar de tus placeres.
-Si, Mariano, tango ganas de sentirte dentro de mi.
Fue lo que dijo Daniela mientras acababa su cigarro y dejaba su cerveza en la mesa.
Camino hacia mi sensualmente, contorcionandose. Se paró justo delante de mi, me dio la espalda y empezó a mover su culito de forma sensual y sexual. Se veía realmente riquísima enfundada en ese traje de red, con una tanga que se perdía entre sus bien formadas, redondas y paradas nalgas. Era una visión realmente morbosa y pervertida. Se acercó a mi, así de espaldas y apoyo su culito en mi parado pene, que exigía salir de su prisión. Cuando lo sintió volteo a verme y sonrió pícaramente. Se subió en mi abriendo las piernas, dejando caer su rajita en el bulto que se hacia en mi pantalón. Se movió de atrás hacia adelante y los dos soltamos un gemido el unísono. Me tomo de la cara y me beso apasionadamente, su lengua de introdujo en mi boca y la enroscaba con la mía. Me chupaba la lengua, la succionaba. Que bien besaba Danielita. Mientras yo tocaba su culito, ese culito que había sido mi obsesión los dos días pasados. Amasaba sus nalgas, las apretaba, se las abría. Todo esto mientras ella me besaba como una zorra y movía su cuerpo de atrás adelante estimulando mi pene debajo del pantalón y ella mojaba la tanguita por el roce en su clítoris.
De mi boca paso a mi cuello, lo besaba y chupaba suave pero apasionadamente, me desabrochó la camisa y empezó a lamer mi pecho. Está pequeña zorrita era una experta y solo tenía 11 años.
Cuando abrí los ojos vi a mi amigo, ya desnudo, en el sofá de enfrente. Se estaba masturbando, meneando su verga, mientras veía a la putita de su hermana dominando sexualmente a su mejor amigo. Me sonrió y levantó su pulgar. No dijo nada.
Danielita seguía bajando, desabrochó mi pantalón y bajo el cierre. Lentamente me bajo el pantalón con todo y boxers. Mi verga salió de golpe, al fin liberada, estaba durísimo, con el glande lleno de líquido preseminal. Ella lo vio extasiada, lo tomo entre sus manitas y sacando la lengua lamió el glande, probando el líquido preseminal.
-Que verga tan deliciosa, me encanta, es más grande de lo que imaginé.
La verdad no soy un dotado, pero mis 18 CM me hacen sentir orgulloso, además de eso, mi mejor atributo es que lo tengo muy grueso.
Sin decir ninguna palabra más abrió la boca y se introdujo el glande. Succionó al mismo tiempo que su lengua jugaba con el frenillo. Esta chamaca me estaba dando la mejor mamada de mi vida y apenas llevaba unos segundos con la verga en la boca.
Empezó a introducirse mi verga cada vez más, hasta casi la mitad, sentía mi glande en su garganta, la saco poco a poco. Volvió a succionar el glande, con su lengua recorrió el tronco de mi verga y volvió a introducirla. Mientras me mamaba la verga, con sus manitas subía y baja del tronco que no alcanzaba a engullir. Estaba en la gloria. Mire a mi amigo y se estaba masturbando lentamente, grabando en su memoria la visión de su pequeña hermana mamando la verga de su mejor amigo.
Esa chamaca estaba a punto de hacerme correr en su boca, pero yo no quería eso, al menos no en ese momento. La retire y le dije que esperara un poco. Me saqué la ropa y quedé desnudo.
La recosté en el sillón y ella hizo a un lado su pequeña tanga.
-Mama mi rajita Mariano, quiero correrme en tu boca, quiero que tú lengua me penetre.
-Claro que si Danielita, te voy a comer la raja como la puta que eres.
-Ahhhhh, si, me encanta que me digan que soy una puta y que me cojan así.
Esas palabras, dichas así, por esa pequeña nena, con su vocecita dulce pero a la vez de viciosa me terminaron de volver loco. Me acerque a si linda vaginita, con solo apenas unos pequeños pelitos negros que empezaban a salir y aspire para llenarme del olor de su sexo, olor de perrita en celo. Que delicioso que olía. Saque mi lengua y di un pequeño lenguetazo a su raja, suave, sintiendo cada pliegue de sus labios exteriores ya mojados por su excitación. Daniela soltó un suspiro. Volví a lenguetear mientras mis manos acariciaban las tiernas y torneadas piernas de Daniela. Mientras recorría mi lengua por esa cuevita del placer mis manos subieron a sus nalgas, su cintura, sus nacientes pechitos, que si bien apenas empezaban a salir y eran como dos montecitos, sabía que crecerían como los de su madre, grandes, redondo y perfectos.
Cuando atrape su pequeño clítoris entre mis labios y los rocé con mi lengua, Danielita soltó un gemido de placer. Con sus manos me tomo de la cabeza y la empujó a su sexo para que no parara. Gemía mientras yo succionaba, chupaba y lamia su clítoris, al tiempo que introducía un dedo en su cuevita del placer que estaba llena de flujos y mi mano derecha acariciaba, sobaba y apretaba sus tetitas.
-Que rico, que rico, sigue, no pares Mariano, que delicia, que lengua tan rica. Estoy a punto de correrme.
-Correte en su boca, dale de beber tus ricos flujos a Mariano, córrete como la putita que eres.
Le dijo Lalo a su hermana y ella empezó a soltar gritos de placer a la vez que su vaginita se contraía por el orgasmo que estaba teniendo.
-Ahhhh, si, soy una putita, una zorrita, ahhhh, que rico me estoy viniendo con tu lengua Mariano. Ahhhh.
Bebí todo el flujo que chorreaba de su rico sexo, sabía delicioso, para mí era dulce como la miel. Al fin Danielita se relajo y se desparramó en el sofá. Yo estaba súper excitado.
-Danielita, te quiero meter mi verga en tu rajita.
Daniela se levantó y dijo
-Siiiii, quiero sentirte dentro, quiero que me cojas.
Y se levantó del sofá. Yo me volví a sentar, con mi verga apuntando hacia arriba, totalmente erecta. Le dije
-Mi amor, ¿Crees que te entre toda mi verga en tu puchita?
Ella me miró de forma desafiante y sin decir una sola palabra se subió sobre mi. Me miró a los ojos e hizo a un lado la tanguita que ya había vuelto a cubrir su puchita, acomodo mi verga en la entrada de su cuevita con la mano izquierda. Con la derecha apretó mi pierna y fue bajando poco a poco. Sentí mi glande abriéndose paso poco a poco en esa cuevita del placer, como lo mojaba con los flujos vaginales que su reciente orgasmo acababa de producir. Que placer, entrar en la vagina de una nena es el mayor placer que puedes experimentar. Sentía como mi verga se iba introduciendo, poco a poco, sus pliegues estirándose para permitir la entrada de mi verga. De pronto sentí que sus nalgas topaban en mis piernas. Su carita en un rictus de placer. Me miró a los ojos y me dijo
-Ya vez como si me entra toda tu verga. Se siente muy rico tenerla adentro. Dios, como me gusta la verga. Me encanta estar llena de verga.
-Eres una putita, Danielita.
De pronto, mi amigo volvió a hablar.
-Hermanita, demuestra a Mariano lo putita que puedes ser.
Daniela, al escuchar esto empezó a mover su cuerpecito despacio hacia arriba y cuando estaba por sacar todo mi pene de su vagina se dejó caer metiéndose todo de un golpe. Ahhhhhhhhh, ambos gemimos al unísono. Empezó a hacer esto produciendome muchísimo placer. Esta niña cogía como una puta adulta.
Mi amigo seguía masturbándose, despacio, estaba gozando ver a su hermanita cogiendo, comportarse como una perrita en celo. Ella seguía subiendo y bajando, yo disfrutaba de acariciar sus nalgas, de apretarlas, de abrirlas mientras ella se penetraba sola con mi verga. Estaba tan rica, tan mojada, tan apretada. Empezó a subir la frecuencia y la intensidad de sus sentones. No entendía como una pequeña como Danielita aguantaba la verga de esa forma.
Su forma de moverse, de disfrutar la penetración, de gemir, de pedir más verga, de ella sola llámese puta y zorra me tenían a mil. Sabía que no aguantaría mucho si continuaba con ese ritmo, pero tampoco quería detenerla.
Mire a mi amigo que seguía masturbándose. Disfrutaba de la vista del culo de su hermana mientras era penetrada por mi verga.
Daniela empezó a gemir más fuerte.
-Dios, que rico, que rico siento la verga dentro de mi, ya te deseaba Mariano, que rico me llenas, me voy a venir otra vez, aaaahhhhh siiiiiiiiiii.
Su vagina me apretaba la verga, estaba tan mojada, tan estrecha. No aguantaría más, Danielita estaba teniendo su segundo orgasmo, pero parecía que quería más, aunque yo estaba a punto de derramar mi esperma.
-Daniela, comete la corrida de Mariano, quiero ver cómo te llenan la boquita de lefa.
Dijo Lalo, al fin, levantándose del sillón y masturbándose mientras se acercaba a nosotros. Daniela se desabotono de mi verga, se hincó y comenzó a mover mi verga mientras succionaba mi glande, yo quería aguantar más, pero la verdad no pude, esa boquita me iba a hacer correr y solté todo mi semen.
Daniela succionó y no quería dejar escapar nada de mi semen, pero era tanto lo que tenía guardado que le lleno la boca y empezó a derramarse por las comisuras.
Mientras Daniela sacaba mi verga de su boca, su hermano empezó a frotarse la verga más rápido y termino eyaculando en la cara de su pequeña hermanita.
Era un cuadro realmente pervertido, la niña tenía su boca llena de mi leche y la cara toda embarrada de la corrida de su hermana. Daniela trago lo que tenía en la boca y con el dedo limpio lo que tenía en su cara llevándolo a la boca y tragando lo también. Abrió la boca y nos mostró que se había tragado todo.
-Que rico sabe la leche de verga, me encanta tragarla. Pero quiero que me metan los dos la verga al mismo tiempo, Lalo me lo prometió.
-Y te lo vamos a hacer putita, nos vas a sentir a los dos al mismo tiempo, pero vamos a relajarnos, tenemos toda la tarde.
Y realmente que fue una tarde llena de sexo y perversión, pero eso se los contaré en la siguiente, mientras, disfruten de su paja.
Que rico que ganas de participar yo también!!!seguro que le encanta!!todos dándole placer!!!
Que rico sería estar ahi