«Mi Body-Count»: Mi papá me dejaba bien mojada
Parte 02: Nunca imaginé que la relación incestuosa de mi amiga con su papá, me llegarán a sexualizar y excitar tanto. Por ello empecé a mirar con otros ojos a mi propio padre..
Yo pensé que Angela me había bromeado, pero ella me aseguraba que era real, yo seguía incrédula y traté de olvidar el asunto. Sucede que ahora en mi nueva escuela, veía a muchas otras chicas de gran belleza como mi amiga y yo, por lo que me hice consciente por primera vez de que yo era realmente una chica muy bonita. Yo no me creía más que Angela, incluso para mí ella era más bonita que yo, talvez no me ganaba en altura pero si en las proporciones de su cuerpo.
Yo pensaba que nuevamente terminaría haciendo cosas sucias con nuevos chicos a la hora del recreo, pero me equivoqué. Angela nunca se despegaba de mí, pero eso no evitó que algunos chicos se nos acercaran. Algunas veces buscando a Angela y otras a mí. Pero ella rechazaba a todos a la primera, «¿Estaba bien lindo verdad mi Loki?» así me decía ella, «Pero no podría nunca corresponderle, yo ya amo a alguien más», «Y ese alguien es ¿tu Papá?» le decía como bromeando. «¡Cállate loca! Te pueden oír, ¿es mi gran secreto lo olvidas?». Y cuando era que se acercaban a mí, Angela me tomaba del brazo y le decía: «Lo siento niño pero ella está conmigo, llegaste muy tarde» y se iban avergonzados. «¡Oye por qué siempre espantas a los chicos que me buscan he…!» la refuté bromeando, «¡Eres mía! Ya lo sabes jaja» contestaba. La verdad tampoco extrañaba que los chicos me siguieran haciendo tales cosas morbosas.
Haber quisiera hacer un paréntesis aquí para resaltar algo importante, talvez ella no era tan alta como yo, las dos sí éramos delgadas y blancas, su cabello rojo era muy llamativo aunque era bien crespa. La mía de un lazio natural. Mi cuerpo aún no se desarrollaba, tenía extremidades largas, mis muslos eran bien proporcionados, pero no tenía tanto culo, mi vientre largo y plano, mi cabello negro que me llegaba hasta casi la lumbar y sobre todo mi ausencia casi de pechos; pero lo que me llamaba mucho la atención es que Angela sí tenía unos pechos más desarrollados y un culo abultado. Yo pensé que hacía ejercicios, cuando se lo pregunté me dijo: «¡Ejercicios! Oh sí jaja me lo han dicho ya, aunque si también. Pero creo que mi secreto es algo mássss…». «¿Otro de tus secretos entonces?» le dije, «Si, y no te voy a mentir, pero las manos de mi papi son mágicas al tocarme», «¡Estás loca! ¿Estás diciendo que tu papá hizo que te crecieran?» le contesté sorprendida, «¡Así es! Tú no sabes las cosas que me hace mi Loki. ¿Te gustaría saberlo? Si me guardas el secreto te lo cuento con detalles. ¡Y cierra ya tu boca que le entrarán moscas jaja». Mi amiga realmente era feliz, muy enamorada, y también desarrollada, pensaba que todo eso te daba el amor de un padre, de cierta manera, yo también quise sentirme así.
Desde ese día, ella me contaba con lujos de detalles las cosas que le hacía su papá. La hora del recreo era el momento perfecto para ello. Si no me equivoco, ella era virgen aún, bueno, si se la podría aún considerar virgen. Yo volvía muy mojada al salón, a pesar de que mi mente no entendía del todo, parecía que mi cuerpo sí. Mientras más sabía de sus cosas, más excitada terminaba, a tal grado que cada vez que veía a mi padre en la cena los días de semana, me costaba trabajo mirarlo a la cara, no me excitaba, si no me moría de vergüenza, y los fines de semana era para mí un calvario pues mi constante indiferencia hacia él, se hizo notar y mucho. Yo antes era alegre con él, lo buscaba, le contaba mis cosas del colegio y más. Todo eso había cambiado, y él ya lo había notado.
Fue un sábado que al estar en la matiné del sobrinito de Angela, ella me sacó a bailar cuando el animador del show infantil pedía participantes para el reto de baile sección chicas. Lógicamente ganamos y no lo digo por lo lindas que nos veíamos sino por la forma de nuestros movimientos, ambas sabíamos mover bien las caderas incluso irnos hasta abajo sin dejar de movernos. Estaba muy feliz porque ganamos el gran premio, una caja grande de una colección de Barbies, era el premio de las dos pero ella me regaló su parte. No sé en qué momento habría llegado, pero de pronto sentí una mano en mi hombro diciendo: «Es hora de volver a casa, supongo que ya te divertiste mucho», era mi padre, yo me quedé helada pues como siempre, sería mi madre la que venía a buscarme. Al despedirme de Angela me dijo al oído: «Tu papi no está nada mal he mi Loki… Deberías de aprovecharlo jiji», yo sólo le sonreí con un gesto hipócrita de diversión. Yo conocía al padre de Angela por foto, era alto y rubio, lo pelirroja y pecosa lo sacó a su madre. En cambio mi padre era alto también pero de cabello oscuro, mi madre era la medio rubia.
Estando camino a casa, con papá en su auto, yo no sabía qué decirle. «Maky, quiero decirte que no me gustó en la forma como bailaste con tu amiga» dijo de repente en tono serio, «¿Estabas ahí?» balbucié, «Si, y no me gustó lo que hiciste. No es acordé a tu edad» me regañó, «¡Pero papá, sólo me divertí bailando con Angela!», «Está bien, pero no me gustó que el chico ese que animaba se les quedara viendo hacer eso, ustedes deben de comportarse como señoritas», yo solo abracé fuerte mi regalo que tenía encima agachando la cabeza queriendo llorar. Papá detuvo el auto a un costado de la pista, y después de mucho tiempo, me acariciaba mis cabellos largos que me cubrían la cara, fue extraño, pero en ese instante me sentí la chica más feliz del mundo. «¡Perdóname! No quería regañarte» me decía acariciándome. No pude evitar llorar de emoción, lloraba a moco tendido, no sé qué me pasó, entonces mi padre me abrazó, me llevó a su pecho y me cobijó con sus brazos. Estaba tan vulnerable ante él. «Sé que has estado evitándome últimamente, es mi culpa hija, sé que no pasamos mucho tiempo juntos, mi trabajo y demás me tienen ocupado. Pero… ¿Sabes qué? Desde ahora seremos tú y yo, te prometo que haremos muchas cosas juntos, iré a veces a recogerte a tu escuela, veremos películas con tu mamá, y salir los dos de paseo, un momento especial de padre he hija. ¿Te gusta la idea?», yo no creía lo que escuchaba, mi padre, el hombre más distante y poco expresivo, me pedía hacer más cosas juntos y pasar el rato, mi corazón latía muy fuerte, sentí desvanecerme en sus brazos, sólo pude balbucear: «Si papi». Al regresar a casa me fuí al baño directamente, y grande fué mi sorpresa; me había mojado totalmente.
Cuando se lo conté a Angela, ésta gritó como loca de emoción. «¡Cállate locaaaa…!», «¡Es que me emociona el saber que fué tu primera vez con tu papá!», «¿Cómo que primera vez?», «Siii… Yo también recuerdo la primera vez que me mojé por mi papi». Eso me dejó pensando toda la clase, ¿acaso estaba siguiendo los mismos pasos que Angela? ¿Podría considerar siquiera, tal cosa con mi padre? Pero el saber que ahora era él quién me pedía hacer cosas juntos, me ponía muy feliz. Ya quería verlo, escucharlo, olerlo, sentir su compañía a mi lado. Tuve que aceptarlo, me estaba enamorando de mi propio padre.
Y fué cierto lo que me había dicho mi papá, a veces venía recogerme a la escuela, veía su auto estacionado en el parking, esperándome. Cada noche al cenar me preguntaba cómo me había ido. Un viernes me llevó a la escuela temprano y me dijo que esa noche veríamos una película en familia. Se lo conté emocionada a Angela, «Oye Loki es una buena oportunidad para que estés bien abrazadita a tu papito» me sorprendió su comentario, «Sólo quisiera saber si tus padres se están abrazando y besando siempre», «Nooo nunca lo hacen en mi presencia. ¿Por qué?», «¡Perfecto! Igual que mis padres entonces, tienes el camino libre para acercarte a él y estar abrazaditos», «Hay no, él es muy serio, nunca lo haría», «Por eso debes de ser tú quién tome la iniciativa pues». Mi amiga me daba muchas ideas de cómo podría lograr estar así con papá. «Tu mamá nunca pensará ni sospechará nada», Angela era experta en seducir a su propio padre, pero yo dudaba en poder hacerlo como ella.
Cuando llegó la hora del cinema familiar, mamá se encargó de las palomitas y refrescos. Entonces seguí el plan de Angela, fuí a sentarme al lado de papá dejando a mi mamá a su derecha, osea mi padre al medio. Supongo que fué una película de comedia no recuerdo, ya a la mitad de la movie yo empecé a dar muestra de tener frío, mi padre al verme así me sonrió y se palmoteó el pecho. Esa era la señal, tal como lo dijo Angela, con mucho miedo me recosté en el pecho de papá, y me rodeó con su brazo. Y ahí estaba yo, sintiendo los calores más fuertes en mi aún tierno cuerpo. Apoyé mis largos muslos sobre al costado de los suyos, tenía puesto un short bien cortito casi llegando a la mitad del muslo, Angela me dijo que ese sería mi principal atractivo pues no tenía tanto culo y tetas aún. Mientras transcurría la película frotaba mucho mi rostro sobre su pecho al mismo tiempo que rozaba mis muslos en sus piernas, podía sentir cómo me presionaba más con su mano en mi hombro, era una buena señal, pero estando así varios minutos, ya me sentía empapada, y mi olor vaginal se hacía más fuerte cada vez. Sentí el rostro de mi padre apoyarse en mi cabeza y darme besitos, estaba delirando, estaba ocurriendo, no sé en qué momento pero al bajar mi vista hacia mi entrepierna, ví mi short todo ya mojado, y digo «mojado» porque siguiendo el plan de Angela, yo no llevaba puesto ropa interior alguna. Sentí tal vergüenza que de pensar que mi padre lo notara, sería el fin del mundo para mí. Ví que mamá tenía una manta a su lado y se lo pedí, gracias a eso pude cubrirme y estar a salvo. La película ya casi llegaba a su final, yo no quería que terminara jamás, me sentí muy triste de la nada hasta me daban ganas de llorar, mamá se levantó y dijo que guardaría todo para irnos a dormir. Pero mi papá no se levantó ni nada, nos quedamos así pegados quedándonos solos, en eso mi papá susurró: «Maky, hija», «Mmm…» murmuré, «¿Desde cuando mi niña ya se volvió una señorita he…?», «¿Por qué lo dices papá?» pregunté alzando la mirada, «Porque puedo sentir tu olor, y es muy fuerte Maky», mi cara explotó de vergüenza, sólo pude ponerme de pie, y sin mirarle irme a mi habitación y hecharme a llorar y llorar.
Me despertó el sonido de mi celular, era un mensaje de papá diciendo: «Lo siento, fuí muy tonto en la forma en que te lo dije. ¡Perdóname! Pero no estoy molesto contigo, y no me parece malo tampoco, soy tu padre y quiero que tengamos esa confianza. Eres mi niña que se convierte en señorita. ¡Será nuestro secreto! Vístete ya, porque te llevaré a la escuela, te espero».
Y así una gran sonrisa se dibujó en mis labios.
Continuará…
Que buen relato espero pronto la continuación
buen relato, que rico sería ser el padre de una niña así.
Es el sueño de muchos, tener una niña asi
Que rico relato espero pronto leer las de tu historia que suerte tienen algunos