Mi compadre, Lucia y yo. II parte
La desesperación y los problemas que nos causaron habernos cogido a mi sobrina Lucía.
Esa noche Lucía de la jornada que tuvo tan fuerte de haber recibido esas dos vergas a la vez durmió muy adolorida, incluso no se movía de la cama, solamente dormía en una sola posición.
Yo, obviamente estaba pasado de trago e hice caso omiso de la situación de la niña.
A la mañana siguiente al despertarme ya con la cabeza más lúcida, llegué a caer en razón todo lo que habíamos hecho, mi compadre y yo esa noche, de un sobresalto me levanté de la cama y me quedé mirando a la niña inmediatamente levanté las sábanas para ver cómo estaba y pude observar que ella aún dormía y al mirar entre sus piernas tenía una mancha de sangre, incluso las sábanas, esto me asustó bastante sin embargo la intenté despertar abriéndole un poco sus piernas y pude visualizar que me entre su conchita estaba bañada en sangre, la llamé.
Lucía, Lucía, cariño, despierta.
ella con voz adormecida me dice:
Tío déjame dormir.
Levántate mi amor estás sangrando, ¿te sientes bien?
No tío me duele todo el cuerpo.
Producto de la arremetida de verga que le echamos. al revisarla pude observar que estaba desgarrada en sus genitales, intenté levantarla y a la niña sus piernitas no le respondían, era como una muñeca de trapo no tenía fuerzas, inmediatamente la cargué y la llevé al baño posándola encima del lavado donde le limpié todas sus partes con agua y jabón.
-Espérame aquí ya regreso.
Regresé al cuarto e inmediatamente me dispuse a cambiar la sábana para que ella no se diera cuenta de la mancha de sangre.
puse sábanas limpias y regresé al baño por Lucía, llevándola con suavidad la cama, con más calma y detenimiento le abrí sus piernitas y empecé a observar el daño, en ese momento me llegó toda la moral a la cabeza y pensándolo con las manos puestas en la cabeza dije: ¿qué hice cogí a mi sobrina? y ahora ¿qué hago?
Le dije a mi sobrina:
mi reina tú solo descansa, quédate en la cama acostada.
bajé a hacerle desayuno y al subir a llevarle el desayuno pude observar que mi sobrina estaba en posición fetal con sus manitas metida entre las piernas y quejándose del dolor, como pude la senté en la cama apoyándola en el espaldar de la cama y así poder ayudarla a comer para que recuperara fuerza, le pregunto:
¿Qué sientes mi amor?
Ella me dice con su cara de tristeza y dolor:
me duele mucho, me duele mucho mi culito y mi conchita y se palpaba con sus manos el vientre.
pasadas las horas mi sobrina aún continúa con el dolor y seguía sangrando obviamente me sentía mal, yo no sabía qué hacer porque si la llevaba al hospital se iban a dar cuenta de que la niña había sido desvirgada, llamé a mi compadre y le dije que viniera inmediatamente a la casa, en menos de 5 minutos mi compadre llegó y le conté la situación .
mira como dejamos a Lucía ¿qué podemos hacer?
mi compadre arrepentido me dice tenemos que llevarla al médico.
Estás loco, quieres que nos metan a la cárcel!
Todo eso en voz baja para que Lucia no se enterará de la gravedad de la situación.
mi compadre tiene un amigo que es médico pediatra, alguien de confianza que él mismo lo inició a tener relaciones con menores «un pervertido nivel Dios pues» a los 15 minutos llegó Ramón a casa con su bata blanca, estetoscopio y varios medicamentos. Examinó a la niña y exclama con una risa pervertida:
¡Vaya Lucía sí que te dieron estos dos degenerado hasta mas no poder! Jajajaja
Ella un poco apenada por la mirada expectante de los tres hombres viéndole su conchita y su culito, roja y sangrante.
procedió a curarla con varios medicamentos cremas y me indicó que fuera la farmacia con una récipe médico para comprarle unos medicamentos; obviamente que cumplí el tratamiento al pie de la letra.
pasaron los días y mi sobrina me preguntó:
tío ¿por qué me dolió tanto?
la primera vez siempre duele pero que la segunda, tercera, en adelante ya no, vas a disfrutar mucho.
ella me preguntó:
¿y lo vas a seguir haciendo, me vas a seguir haciendo daño?
¿Sabes? tú eres mi sobrina hermosa y no quiero hacerte daño.
¿y volverás a hacerme el amor?
no, a menos que tú me lo pidas.
¿Me dolerá y voy a sangrar otra vez? ¿vendrá el médico otra vez a curarme?
diciéndome con su inocente carita.
le dije:
no, como te había dicho, ya la próxima vez te haré sentir mejor.
Pasaron 15 días y mi sobrina se recuperó en su totalidad ya notaba que estaba más abierta al sexo, ya no tenía pudor conmigo, se acostaba en mi cama desnuda pero no me atreví a tocarla pensando en hacerle daño nuevamente pero me acordaba de esa noche y me venían leves recuerdos y mi verga se ponía dura, quería metérsela otra vez y trataba de buscar alguna situación donde me sobrina se pusiera cachonda y llegáramos a tener sexo otra vez.
una noche sin esperar nada estaba durmiendo con mi sobrina, acostumbramos a dormir desnudos, como dije anteriormente, de repente siento algún peso que se posa encima de mi cuerpo yo estaba boca arriba, al tantear con mis manos pude sentir que era el cuerpo de Lucía que estaba encima de mí, esas nalgas puntiagudas y esas caderas ya las conocía,
ella me dice:
Tío quiero que me hagas el amor, pero prométeme que no me va a doler.
Al escuchar estas palabras mi verga inmediatamente se puso dura era lo que estaba esperando poder cabalgar una vez más a mi sobrina, la tomé por las nalgas y suavemente fui bajando mis manos hacia sus muslos atrayendola más hacia mí y abriéndole sus piernas para que mi verga quedara cerca y bien posicionada de su vagina, empecé a besarla muy suavemente, chupándole sus orejitas dándole besos muy ricos por su cuello y mi sobrina se iba dejando, sentía que se iba excitando cada vez más más y más, tanto así que ya podía sentir la humedad de su vagina topándose con mi verga, luego me posicioné encima de ella entrelazé mis manos con sus manos y empecé a chuparle sus senos, mi sobrina estaba muy exitada y me decía:
tío quiero ser tuya, hazlo tío, hazlo. Fui bajando, beso a beso, recorriendo sus costillas llegando a su ombligo metiéndole la lengua, seguí recorriendo hacia abajo pero al llegar hacia donde estaba su vientre la nena cerró las piernas obviamente estaba un poco nerviosa por lo que le había sucedido, pero después de cierto tiempo la beba fue cediendo y abriendo sus piernas, beso a beso, chupada a chupada, mordisco a mordisco, fui abriendo sus piernas hasta encontrarme con su vagina que desprendía un olor delicioso que me incitaba a meterle la lengua, chupé suavemente sus labios y al toparme con su clítoris, con mi incisivos mordí suavemente. la niña explotó en un fuerte gemido ¡Tíoooooooo sigueeeee haaaaaa! Mi lengua recorría desde su culo hasta su clítoris produciéndole que arqueara su cuerpo y apretara con sus manos la cobija para poder soportar el grado de excitación que ya tenía.
Introduciendo la lengua hasta donde podía, muy dentro de sí, incluso dentro de su culo, ella nunca me detuvo estaba llena de placer y lo estaba disfrutando me posicioné hacia arriba dándole un beso en su boca mojado por sus jugos, le dije:
ahora sí vas a sentir placer bebé.
me dijo:
sí tío lo quiero.
Poco a poco voy metiendo mi verga, la niña no se quejaba, iba delicadamente introduciéndola más y más y la niña no se quedaba solo disfrutaba sentía como la cabeza de mi verga iba abriéndose paso dentro de ella hasta llegar al tope.
le pregunto: ¿te duele?
solo un poco, pero me gusta tío.
sí, sí no pares.
la niña excitada al máximo. con sus manos me agarrada por mi cadera y me pegaba más a ella incitándome que le hundiera más a la verga, empecé a darle suave, lento, poco a poco para que me sintiera adentro de ella, la nena gemía ¡siiiiii tíoooooo! ¡Ay tío , ¡ay tío! Ella mordia sus labios y me abrazaba fuerte, con sus piernas me rodeó mi cadera y me apretó, era como un nudo que tenía con sus piernas y mi cuerpo, seguí dándole cada vez más más y más y la niña y gemía ¡Ay tío que rico, tío sigue tío! ya no podíamos parar, seguí hincándome dentro de ella, de repente siento que mi sobrina relaja el cuerpo echando su cabeza hacia atrás abriendo su boca y exclamando: ¡Qué rico tío! siento como mi daga era masajeada por las contracciones de su vagina producto del orgasmo.
Le di vueltas a mi sobrina y la puse en cuatro ubicándola de tal forma que su culito quedase bien empinado, rodeando sus caderas con mis manos la tomé fuerte y sin mediar palabra le introduje mi daga hasta el fondo embistiéndola con un ritmo frenético y descontrolado.
¡Ay tío me duele, me duele! Exclamó ella.
produciendo que la conchita de mi beba lubricará mucho más, formándose espuma en la entrada de su vagina, con mi dedo pulgar tomé un poco de esa espuma lubricante y la pasé por su por su culito introduciéndole solamente la mitad del dedo mientras le daba placer la nena con mi verga en su conchita, tuvo su segundo orgasmo sentía como el orificio de su culito se contraía, estuvimos así como por 7 minutos ya dándole placer y ella recibió y gimiendo hasta que sentía que mis bolas se recargaban y mi trozo de carne dura más no poder, ella se desvanecía dejando caer completo su cuerpo sobre la cama y yo encima de ella la tomé por los hombros y le introduje mi verga hasta el final llenándole completamente de leche su vagina.
Aaaaaaah que ricoooooo sobrinaaaaa.
Siiiiii tíooooooo tenías razón!
¿De que mi princesa?
Que me iba a gustar. Por favor no la saques todavía.
Pensé: me salió puta la sobrina.
Después de un rato nos dimos unos besos apasionados y nos quedamos abrazados y dormidos del cansancio.
Siempre que mi hermana tiene que salir de viaje por su trabajo, es un placer para mí y mi sobrina hacer el amor, un secreto que jamás mi hermana se va a enterar.
Para la próxima entrega les contaré cómo mi sobrina trajo a casa a su amiguita Lin una vecina asiática recién llegada al vecindario y como mi compadre y yo la introdujimos a una relación de orgías entre mi compa, mi sobrina y yo.
Que bueno estuvo, ojala llegue pronto la siguiente parte porque me quede con ganas de leer más. 👍🏼