MI DESPERTAR AL SEXO
Leyendo los relatos de esta página me he animado a compartir un poco de mi historia intima pasada con inicio a los ocho años. Antes de esa edad, el ambiente en casa era armonioso, mi padre trabajaba en una empresa, mi madre atendía las cosas de la casa y desarrollaba un trabajo de medio tiempo.
Leyendo los relatos de esta página me he animado a compartir un poco de mi historia intima pasada con inicio a los ocho años.
Antes de esa edad, el ambiente en casa era armonioso, mi padre trabajaba en una empresa, mi madre atendía las cosas de la casa y desarrollaba un trabajo de medio tiempo, a veces desde casa y yo estudiaba en el colegio. Lo demás, reuniones familiares, paseos, vacaciones, todo lo normal.
Antes de los ocho años era frecuente que, en los fines de semana en la mañana, me pasara a la cama de mis padres a ver televisión, el sábado mi padre generalmente iba a jugar algún deporte con sus amigos, futbol o tenis y regresaba al medio día. En este tiempo mi madre se entraba a bañar y cuando salía a la habitación a vestirse, soltaba la toalla quedando desnuda ante mis ojos, pero como durante mucho tiempo nos bañamos juntos, para mi verla desnuda no era nada especial. Su cuerpo muy armonioso, gracias a que el ejercicio la mantenía en forma.
Al llegar a los ocho años fui consciente que mis padres disfrutaban del sexo, y un par de veces los vi en acción. Posiblemente ellos me consideraban muy inocente y que no me daba cuenta de nada, por eso varias veces se excedieron en sus gemidos y como yo ya sabía en que estaban, esto me excitaba, pero me daba temor ir espiarlos, entonces me ilustre a través de internet sobre el tema y lo tome como algo normal de las parejas.
Mas adelante con los compañeros de estudio compartía mucha información una cierta y otra producto de la imaginación propia de los chicos de esa edad, incluso algunos alardean contando cosas que de seguro nunca sucedieron.
Cuando llegue a los doce años, la burbuja de felicidad en que vivía la familia se desbarato porque mis padres decidieron divorciarse y yo me quede a vivir con mi mama y se volvió costumbre quedarme a dormir en su cama los fines de semana. Así que los sábados después que ella se bañaba, no salía totalmente desnuda, pero si en ropa interior, la cual después del divorcio modernizo. Su cuerpo seguía siendo hermoso y con esa ropa se veía muy sensual y cuando iba a fiestas usaba esas medias de liguero que la hacían ver más atractiva sexualmente.
A la edad de los catorce años las hormonas comenzaron a alborotarse y a menudo me pegaba a la espalda de mi madre y como ella usaba esas pijamas de nylon semitransparente, al pegarme a ella y abrazarla, la sentía como si ella estuviera desnuda y con el tiempo me fui tomando confianza y ella no se oponía cuando deslizaba mi mano por sus caderas y así más adelante, una noche que me desvele me di cuenta que tenía mi mano en uno de sus senos y al tomar conciencia sentí que su pezón estaba erecto y dentro de mis consultas internet aprendí que esto sucedía cuando una mujer estaba excitada o tenía mucho frio, pero la segunda opción no era posible.
Me excité tanto, que sin pensarlo comencé a mover mi dedo pulgar sobre su pezón y pronto mi madre medio dormida me dijo…Duérmete que tengo sueño. O sea, que ella era consciente de lo que yo hacía, y con esa actitud entendí que solo deseaba dormir y mis caricias no le molestaban. Esta fue la primera vez que fui tan lejos, no obstante, al día siguiente ella no me reclamo nada.
Yo continue con caricias suaves y aparentemente inocentes, le daba besos en la mejilla y la mimaba en cada fin de semana que me quedaba a dormir en su cama.
Un viernes que llegamos como a las once de la noche de una reunión familiar, como yo sabía que a la media noche de ese día había un canal donde emitían películas con buen contenido erótico, encendí la televisión y ubiqué el canal. Mi madre no se durmió y comenzó a ver la película y en la medida que se aumentaba la parte sexual, ella no dijo nada, pero si sentí su respiración ligeramente agitada. Le pregunte si quería que cambiara la película y me respondió que no.
La vimos hasta el final y trataba de una pareja en que la esposa era infiel y tenía un amante de color que se la follaba cada vez que el esposo viajaba y una vez regresó antes de tiempo y los encontró en plena acción, no dijo nada y se quedó observándolos y a la final dice que lo había excitado ver a su esposa con otro. El espera que el amante se vaya y simula entrar a la casa y encuentra a la esposa bañándose. Cuando ella sale lo recibe totalmente desnuda y tienen un encuentro sexual bastante excitante.
Terminada la película mi madre dijo que tenía sueño y se dio media vuelta para dormirse, yo apague la televisión y con una tremenda erección me pegue a la espalda de mi madre quedando mi verga contra sus nalgas. Ella de seguro sintió mi erección y deslizando su mano hacia su espalda palpó mi verga y me dijo… ¿te excito mucho la película?
Lo mejor era decir la verdad, le respondí… SI.
Y ahora qué piensas hacer al pegarte a mi cuerpo ¿desahogarte?
No sé pero de pronto tú me puedes ayudar a pasar esta excitación, entonces ella deslizo su mano por debajo de mi pijama y comenzó a frotar mi verga y riendo dijo… Creo que me quedaste bien hecho, con una buena dotación, mejor que la de tu padre, tus amigas no se podrán quejar y continuo riendo.
Yo no me quería correr pronto entonces distraje mi atención y comencé a acariciarle los senos como aquella vez. Ella no se opuso y los dos íbamos aumentando la excitación.
Ella me dijo… ¿Y quieres correrte?
Yo estaba tan excitado que no lo pensé dos veces y le responde… Que bueno sería dentro de ti.
Ella se detuvo y dijo… ¿Cómo me pides eso yo soy tu madre? Antes estoy sobrepasando los límites, masturbándote para que puedas descansar.
No dije nada, solo me pegué más y ella reanudo las caricias en mi verga y yo en sus senos con un adicional que deslice mi mano por debajo de su pijama pudiendo sentir directamente sus pezones enormemente duros y paraditos.
Yo deseaba que algo más intenso pasara y ese algo era poder follarla. Como yo había leído sobre los puntos eróticos de la mujer, recordé uno muy poderoso que es su clítoris, y al estar mi mano por debajo de su pijama, la deslicé por su vientre mientras ella continuaba frotando con mi verga y cuando ella memos se lo esperaba llegué a su concha y comencé a frotar su clítoris, la reacción fue inmediata, sus gemidos no se hicieron esperar y ella me dijo… por favor no, pero tampoco hizo nada por retirar mi mano o mover su cuerpo lejos de mi alcance, solo recogió sus piernas limitándome en algo la posibilidad de acariciar su clítoris. Pero no me deje vencer y continué hasta elevar su excitación al punto que aflojo sus piernas y pude acariciarla totalmente y sentir por primera vez la lubricación de su concha que me facilito frotar las yemas de mis dedos contra su concha incluyendo deslizar un par de dedos dentro de ella y escuche un auuchhh.
Para excitarla más, comencé a besarla en el cuello y dándome mañas pasé mi otro brazo hacia delante de ella para volverle a acariciar los senos, particularmente los pezones notando que al apretárselos, ella aumentaba sus gemidos. Pasaron al menos quince minutos, yo ya me estaba cansando, afortunadamente ella empezó con quejidos fuertes y por fin llegó su orgasmo en medio de contracciones de su cuerpo.
Al recuperar la respiración dijo ¿Y tú qué?
Yo quiero llegar en tu concha.
Pero no se puede, dijo ella soy tu madre.
Le respondí… si tu quieres si, mientras no quedes embarazada.
Se quedo pensando y de pronto se subió el pijama se quitó la tanga y me ofreció sus nalgas. Yo deslicé mi verga por en medio de sus piernas y gracias a la enorme lubricación de su concha llegué a ella, pero no podía penetrarla. Le pedí acomodarse de perrito, y yo desde atrás la pude penetrar con facilidad, luego la tome de las caderas, comencé un frenético mete y saca, que en cinco minutos me tenía volando y solté todo mi semen dentro de su concha. Fue maravilloso, observar mientras la follaba, como mi verga entraba y salía de su concha y al terminar como afloró mi semen que ella detuvo con su y se fue al baño.
Los dos quedamos satisfechos y a continuación nos quedamos dormidos
Al otro día ella me invito a bañar yo la enjaboné y ella a mí, en medio de una ducha erótica y al salir fuimos a la cama y disfrutamos un sesenta y nueve, ella experimento su orgasmo y por mi parte me corrí deliciosamente en su boca, Yo no quería hacerlo pero ella me pidió no retirar mi verga de su boca y se tragó toda mi descarga.
Desde ese día los fines de semana bien sea el viernes en la noche, o el sábado, disfrutamos de unas sesiones de sexo que se han ido enriqueciendo en opciones. En la ultima oportunidad, que fue su iniciativa, me invitó a follar su culo. Esa presión en ese sitio acompañada con caricias en su clítoris la llevaron rápidamente al éxtasis, Luego me agradeció con unos masajes en mi verga apretando los músculos de su culo logrando que explotara rápidamente.
Desde ese día nuestra relación es mejor, todo va muy bien, y yo cumplo muy juicioso con mis estudios para que ella se sienta orgullosa. Hasta aquí mi corta historia.
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