Mi dulce amiga
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Relato
Hola mi nombre es Mark, delgado, 1.68, mestizo…les voy a contar mi historia hace 9 años. Actualmente tengo 30 años.
Yo trabajaba en una tienda comercial y lo cuidaba en las noches, en la trastienda había un espacio grande. Donde vivía solo, hasta que un día llegó Raquel. Una señora Separada con 1 hijo, Raquelita tenía 40 años, se hospedó en el lugar porque no tenía donde vivir. Para mí fue normal, hasta le tenía respeto e invitaba para su bebé de 3 años. Pero cuando comenzaba ingresar a mi cuarto para prender su radio, se me despertaba una atracción sexual. Cada vez que ingresaba, lo hacía con su bata, y a veces lo hacía después de bañarse: entraba con una polera en la cual se le veía sus senos muy hermosos para su edad, tenía el cabello húmedo y una faldita amarilla, que hacía contraste con el color de su calzoncito, que apenas se notaba… sus nalgas prominentes parecían invitarme a tocarlas. Pero no los hacía, pues era primerizo.
Hasta que un día ingresó, como todos los días, pero esta vez, demoró más, y no sé si por provocarme, pero cuando se agachaba a enchufar el radio, movió su traserito para los dos lados y luego se alzó su faldita para acomodarse el calzoncito. No resistí más y me acerqué a ella por detrás y le dije señora….mi señora; al momento que lo tomé de la cintura y apretaba mis genitales contra su hermosísimo trasero…me dijo Mark….hace tres años que no me tocan… ¿Qué haces?, me preguntó, me asusté, pero sin soltarla le dije: no sé. Volteó su cabecita me comenzó a besar. Era un beso desesperado, yo le respondí. Su manito pasó a mis genitales, marido mío lo tienes muy grande, pero no importa, soy tu mujer, destrózame, hazme un bebé, me asusté. No te preocupes marido mío, hace 3 días terminó mi regla.
Bueno le creí, y seguí besándole, y seguía besándole en su boquita hasta que me cansé pero cuando me separé grande fue mi sorpresa al ver cómo me ofrecía sus pechitos y yo solo atiné a mirarlos, ¡Mámame la tetas!, me dijo, le obedecí, ella gemía y se arqueaba hacia atrás…mientras decía mi amor, por qué no viniste antes a mi vida, hubiéramos tenido muchos bebés, eres mi amor, mi hombre, mi rey, mi marido, hazme tuya. Yo seguía besándole sus tetitas y por ratos empezaba a succionarlo, pues sentía placer por lo que decía y sus gemidos. No pude más y le bajé su diminuto calzoncito que estaba mojadita y de su vaginita salía un líquido, y ella se dio cuenta que lo observaba y presumía que era mi primera vez, no se lo dije, y me dijo, marido mío, son mis líquidos amorosos, vamos entra en mí, penétrame, dame hasta la más última gota de ti, 3 años….lléname toda, hazme tu mujer. No sé por qué pero acerque mi boca a su vagina y comencé a besarle y a succionarlo, ella gritaba muchísimo, apretaba su vagina y gritaba más cuando le metía la lengua, mi amor no aguanto, destrózame cariño, de pronto me empujó y yo me asusté, me recostó boca abajo, y me quito mi única prenda que traía puesto por el calor, mi calzoncillo, y comenzó besar mis genitales que cada vez parecía que iba a explotar y luego me dejó, se puso a un lado, abrió sus piernas y con sus manitos separó sus labios vaginales y me dijo, soy tu mujer, méteme tu pene, lo deseo, y yo me acomodé y le penetré despacio pero ella me cogió de mi trasero y se lo introdujo por completo…era lo más lindo del mundo… le comencé mamar sus tetas, y a la vez que mi pene estaba en su vagina, empecé a menearme, acompañado con sus manitos.
Ella decía mi Mark, mi amor, lo siento hasta mi útero, mi amor. Mi Raquelita….movía hacía arriba y hacia abajo, ella comenzó a temblar, y me dijo, te amo… te amo, luego ella se me separó, y se puso encima de mí, y se lo introdujo y siguió meneándose, movía su bonito potito, y sus tetitas se iban para arriba y para abajo, y no aguante más, le tumbe a un lado, lo volví a cabalgar y se lo metí hasta adentro en su hermosa vaginita, que estaba muy jugosita… me moví de arriba hacia abajo miles de veces, cada vez más rápido, hasta que ella empezó a temblar de nuevo, y me dijo, así mi amor, arréchate, así, así. Cada vez iba al encuentro mío, cada vez que se lo sacaba, me abrazaba fuerte, y cuando se lo metía movía sus caderitas para los costados, así así me decía, mi amor, soy tu mujer, mi maridito……me quedé quieto apretando mi pene contra su vagina mientras eyaculaba, mi amor, me dijo, a partir de ahora soy tu hembra, móntame cuando quieras, mientras se movía hacia los costados para sacarme hasta la última gota, nos quedamos quietos, un rato. Me besó y me dijo: Mi amor hay que ducharnos, me voy a trabajar.
En la noche llegué tarde de mi trabajo y no la vi. A la mañana siguiente Ella se fue. Me dijo que no quería hablar del tema, que salía con su marido y que la próxima semana iba a volver con él. Y yo a partir de aquel día siento deseos de hacer el amor todos los días.
Mark
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