Mi esposa y el vecino tienen una interesante amistad.
Mi hijo intenta advertirme que su mamá y el vecino se están acercando mucho, pero yo decido no creerle. Hasta que un día….
Amo a mi esposa como a nada en éste mundo.
Es la luz de mis ojos, mi razón de vivir y si cada día me levanto de mi cama y voy a trabajar es por ella.
Obviamente también amo a mis hijos, pero ellos se irán de casa algún día y yo solo me quedaré con la mujer con la que me casé, mi amada esposa.
En la cama también es lo mismo, yo consigo hacerla venir, nos corremos al mismo tiempo, ella gime un montón. Siempre me pide intimidad cuando yo llego del trabajo. No hay duda de que me desea como hombre y me ama como esposo.
Somos una familia ejemplar.
Pero, hace unas semanas mi hijo me dijo que vigilara a su mamá, porque últimamente nuestro recién divorciado vecino se estaba acercando mucho a ella.
Yo le dije a mi hijo que no se preocupe, que seguramente ese hombre solo necesitaba con quien conversar y que era imposible que mi esposa siquiera pensara en otro hombre que no sea yo.
Mi hijo se fue más tranquilo, pero me dijo que él si estaría atento. Tonterías de niño, pensé yo, no veía razón para preocuparme, yo no soy el hombre más sexy del mundo, pero ese vecino nuestro es bastante feo e incluso mucho más gordo que yo, y eso que yo soy bastante gordo…
Pero bueno, los días fueron pasando igual que siempre, yo iba a trabajar, llegaba en la noche y le hacía el amor a mi mujer, siempre esperando a que mis hijos se duerman para que no se traumen, así es la vida de casado.
Siempre me gusta eyacular dentro de ella, ambos estamos operados así que no hay problema. Ya no queremos más hijos.
Unos días después mi hijo viene a decirme que siguió vigilando a su madre, y un día al llegar de la escuela vió al vecino salir de nuestra casa.
Yo le dije que seguramente ellos habían formado una bonita amistad, ya que él estaba recién divorciado.
Mi hijo me dijo que le hiciera caso, que a él le pareció raro, yo me enojé y le dije que no hablara más del tema.
Esa noche conversando con mi mujer estando desnudos después de tener sexo, le pregunté que tal veía al vecino después de su divorcio, y ella me dijo que un día lo vió tan mal que lo hizo pasar a la casa para darle una infusión de manzanilla.
En ese momento cualquier mínima idea que me hubiera puesto mi hijo, desapareció. Porque si de verdad mi esposa hubiera estado ocultando algo, ni siquiera hubiera mencionado eso…
Me puse muy feliz y quise volver a hacer el amor con ella, cosa que ella aceptó, y la penetré hasta correrme en su vagina. Después nos quedamos dormidos desnudos y pegados.
Al despertar veo a mi hijo de pie al lado, de la cama. Tapé mis genitales con la sábana. Mi esposa ya estaba.
Le pregunté que pasó, y me dijo que el vecino había venido hace un rato y se llevó a mi mamá a su casa.
Yo me enojé con él, por seguir pensando y diciendo que su mamá me era infiel.
Lo voté de mi habitación y le dije que me estaba incomodando.
No me importó que mi hijo me viera desnudo, al fin al cabo soy su padre y ambos tenemos pene, pero si me molestó que siguiera diciendo que mi esposa me ponía los cuernos con ese tipo.
Me vestí con intención de ir a la casa del vecino, para ver la razón de que mi esposa hubiera ido allá.
Pero al pasar por la cocina ví a mi linda esposa ahí, cocinando de lo más tranquila.
Fuí donde mi hijo y le pedí explicaciones, él me dijo que mentir fue lo único que se le ocurrió para que yo me diera cuenta de la verdad… Que mi esposa me ponía los cuernos.
En ese momento estuve apunto de darle una bofetada, pero mi hijo más pequeño estaba en la habitación y no quería dar un mal ejemplo ni hacer que llorara.
Le dije a mi hijo que si volvía a escucharlo hablar mal de su madre, iba a castigarlo sin televisión, él solo me dijo: «ok papá.» Y se quedó callado.
Fuimos a desayunar todos en familia y mi hijo no dijo ni una palabra, mi esposa le preguntó que pasaba y él solo dijo, que no pasaba nada.
Luego me fuí a trabajar, dejando a los niños en la escuela de paso.
En el trabajo, me dijeron que tenía que haber llevado unos documentos y yo los había olvidado, como fue completamente mi error, me dió bastante vergüenza enviar a alguien de cargo inferior a traerlos así que decidí ir yo directamente.
Por suerte mi trabajo solo quedaba a 20 minutos de mi casa así que llegué rápido.
Entré y fui a mi habitación.
Pero.
Antes de entrar escuché a mi esposa gemir.
No me pareció raro, un par de veces yo había llegado a esa hora y a ella le encanta masturbarse cuando no hay nadie en casa. Siempre la encontraba mirando una foto mía o algunos de nuestros vídeos con mi pene en su boca o vagina.
Así que entré sin dudar.
Y ví, lo que menos esperé.
Lo que mi hijo tanto me advirtió.
Mi esposa, mi amada y linda esposa.
Esa mujer con la que me casé y decidí formar una familia.
Estaba debajo de nuestro gordo y feo vecino.
Con su vagina siendo penetrada por ese tipo, su tremendo pene y sus colgantes huevos.
Yo esperaba ver a mi linda esposa tocando con gentileza su clitoris.
Y lo primero que veo es el enorme culo de ese hombre moviéndose con fuerza y perversión encima de mi mujer, la cuál había tenido la delicadeza de poner nuestro anillo de matrimonio en su mesita de noche.
Me quedé paralizado mientras ellos no se detuvieron ni por un segundo.
Tenía rabia, enojo, tristeza. Mil emociones pasando por mi mente.
Pero si yo supe levantar a está familia de la pobreza a la riqueza fue por mi fuerza y resistencia.
Con total seguridad, entré a la habitación, mientras me dirigía hacia mi escritorio, él seguía penetrándola, ella gemía tanto como lo hacía conmigo. A esto se le agregaban los leves gemidos y la fuerte respiración de ese hombre.
Seguí caminando, un paso más. Entré en su campo de visión. Él volteó primero. Apenas dejó ver su rostro, sabía lo que estaba haciendo. Y no se detuvo.
Ella dirigió sus ojos hacia mi. De inmediato se giró para otro lado. Comenzó a llorar, mientras el tipo bajó la a velocidad de sus movimientos, hasta detenerse.
Agarré los documentos rápidamente, y miré un cuadro con una foto de nuestra hermosa familia. Mi esposa lloraba mientras el tipo se había quedado quieto pero sin sacar su asqueroso pene de mi mujer.
Sigan disfrutando. –Dije.
Me fuí rápidamente con total frialdad.
Tomé un taxi, no podía manejar así.
Llegué a mi trabajo y entregué los documentos, mis compañeros me vieron mal. Les dije que llendo a la casa, estuve a punto de chocar con un camión enorme, eso me había asustado mucho, por eso me regresé en taxi.
Él día pasó muy lento. No pude acabar nada en mi trabajo.
A la hora de regresar, pedí otro taxi y llegué a casa.
Lo primero que hice fue ir a abrazar a mi hijito, él había intentado ayudarme.
Le dí un beso y me dormí con él. No quería ir a la cama de mi habitación.
Mi hijo me dijo que estaba feliz de dormir conmigo. Que me agradecía por querer pasar tiempo con él.
Durante la moche fuí un par de veces al baño, lloraba un poquito y volvía a dormir. Felizmente pude dormir. Nunca tuve problemas para conciliar el sueño.
En la mañana, era domingo por lo que tenía todo el día libre.
Tomé valor y subí a mi habitación.
Ahí estaba ella. Triste, con ojeras, no había pasado un buena noche.
Cerré la puerta después de entrar y hablé en voz baja, mis hijos no tenían porque sufrir.
Vamos a empezar bien, entendiste? –le dije.
Asintió con la cabeza.
Aquí yo pregunto, y tu respondes, si te atreves a mentir, te vas a quedar sin casa. –dije con sin creerme lo que mi boca había pronunciado.
-Cuantas veces lo hiciste con él?
-Solo fue ayer, no lo haría más, fue un error, te lo juro…
-y que hay de ese día en que vino a la casa y tomó una manzanilla? Estás segura que no pasó nada?
-Amor, te lo juro por mi vida, solo pasó una vez, solo fue ayer.
-okey… Puedes quedarte.
-Lo siento, no merezco tu perdón.
-no lo tendrás. Ya no eres mi esposa, vamos a seguir viviendo juntos, durmiendo juntos. Como una familia. Pero no vamos a ser una pareja otra vez, entendido?
-s… Si. Es lo justo.
-voy a ir a comer con mis hijos. Suerte.
-espera…
-que?
-aún podemos recuperar el amor… Ven…
Se empezó a quitar la ropa, me mostró sus tetas y se acercó a mi pantalón. Me sacó el pene y me acarició las nalgas. Mi erección fue inmediato. Al fin y al cabo, yo amo a esa mujer y mi pene no puede evitar erctarse al verla desnuda.
Me masturbó con sus tetas y se tiró en la cama.
Me subí encima de ella y le empecé a meter mi pene por la vagina que ayer había estado llena por el vecino.
No pude evitar recordar eso y me corrí muy rápido. No duré ni un minuto.
Aún habiendo eyaculado seguí moviéndome dentro de ella, con había y enojo.
Ella gemía sin control.
Al salirme de ella me percaté de algo.
Cometimos el peor error que unos padres podían cometer.
La puerta.
Mis hijos estaban en la puerta viéndonos.
Fui corriendo a darles un abrazo, aún estando desnudo, para calmarlos, el más pequeño no parecía haber entendido mucho, pero el mayor definitivamente entendió todo.
Mi esposa se cubrió con las sábanas mientras yo cargué toda la responsabilidad.
Les dije a mis hijos que estábamos jugando a las cosquillas. Desnudos porque recién nos habíamos duchado.
El más pequeño, se quedó con eso y se fue feliz, el mayor ñor su parte, se fue bastante avergonzado.
Entré a ma habitación, cerré la puerta, mi esposa salió, dejó de cubrirse.
Ambos soltamos una carcajada como locos.
Reímos por breve momento.
Me quedé en silencio.
-somos una familia perfecta -le dije- porque lo hiciste?
-todo fue muy rápido… El estaba triste por su divorcio, nos hicimos amigos últimamente, yo me quedo muy sola toda la semana, me hacía bien su compañía… Solo quería un amigo, pero ayer… Nosé que pasó, y…
-te perdono.
-que?
-podemos trabajar éste problema con el tiempo pero, lo único que quiero en ésta vida es estar con mi familia. Y tú eres mi familia.
-eres el mejor hombre del mundo.
Fuimos en familia a almorzar a un centro comercial esa tarde, todo fue feliz, todo estaba bien otra vez, no quería vivir sin mi esposa, si ella se había equivocado, yo la podía perdonar. Pero no quería perderla. Ni a ella, ni a mis hijos.
Hablé con mi hijo mayor y resolví su trauma, le expliqué como el sexo es un momento hermoso entre dos esposos, no tenía que verlo, pero ya que lo vió, no hay otra forma de explicar que si pasa, es porque sus padres se aman.
En la noche, los niños en su habitación y nosotros en la nuestra, le dije a mi esposa que se quitara la ropa para hacer el amor.
Ella lo hizo de inmediato.
Se acercó a mi y me preguntó con que posición quería empezar.
Yo sin dudar dije misionero.
Ella se puso en esa posición, lista para que le metiera mi pene…
-así te lo metió el vecino verdad?
-eh?
-responde…
-si, tú viste que si
-y quien te lo hace mejor, él o yo, dime.
-… Tú, mi amor.
-si? Y su viene él ahora y te metiera su enorme pene?
-de que hablas? Eso no va a pasar.
-pero pasó.
-ya es parte del pasado.
-tan solo fue ayer.
-no importa, yo solo te deseo a ti. Méteme tu pene ya…
La comencé a penetrar, igual que en la mañana, con rabia y mucha fuerza.
Me corrí bastante rápido también.
Estaba muy, muy excitado.
-amor, trae a tu amante.
-que? De que hablas?
-Llámalo, dile que quiero que venga.
-si le digo eso es obvio que no me va a creer. De que hablas?
-entonces lo llamaré yo. Creo que tengo su número…
Lo busqué y si lo tenía por una reunión vecinal hace un par de años.
Lo llamé.
-Alo, vecino, tranquilo. Seguro piensa que lo llamo para insultarlo o algo así, pero no. Quiero que venga, vamos a conversar civilizadamente.
Él no tenía muchas ganas de venir, ya era bastante tarde además. Pero lo convencí cuando me dije que podíamos tomarnos uns cervezas, supongo que eso lo hizo ver que realmente yo no tenía malas intenciones.
Se apareció en mi puerta poco después, yo bajé a abrir con solo mi bóxer puesto, le dije que subiera a mi habitación, yo llevaría las cervezas.
El subió ya más confiado, supongo que no veía maldad en mi cara.
Subí con las cervezas y me lo encontré afuera de mi habitación.
-que pasó vecino? Porque no entra?
-como voy a entrar, puede estar su esposa adentro vecino. Soy respetuoso.
-no se haga vecino. Jaja, estoy seguro que quiere ver todo. Y denuevo, porque ya lo vió todo. Pasé son miedo.
Entró y vio a mi esposa tapada solamente con las sábanas.
Ambos evitaron miradas.
-que pasa, no sean tímidos.
Me quité el bóxer y me senté en un pequeño sofá que teníamos frente a la cama.
Mi vecino se quedó helado, hasta que dije;
Vamos, te presto a mi esposa, una vez más. No desaproveches la oportunidad…
Mi esposa se regaló al morbo, dejó de cubrir su cuerpo con la sábana.
El vecino se puso completamente rojo, y era evidente que en su pantalón había crecido algo.
Se quitó el pantalón, el boxer y la camisa rápidamente.
No había nada más que hacer.
Había regalado a mi mujer a ese hombre y no había vuelta atrás.
Como si de un tigre se tratase, saltó a la cama y la puso en misionero, como le encantaba a nuestro vecino al parecer.
Empezó a penetrar su vagina, agarró sus tetas. La hizo suya. Se olvidaron de mi.
Mi esposa había olvidado que sus hijos dormían en la habitación de al lado y gemía como desquiciada.
Yo por mi parte masturbaba mi pene rápidamente al ritmo de los suspiros de esos amantes.
El vecino me miró. Me dijo: gracias vecino, gracias de verdad.
Yo no pude responder, estaba entregado a ver como mi esposa gemía con otro que no soy yo.
Estaba apunto de correrme
Me puse de pie, me acerque a ellos y le tiré todo mi semen a mi esposa. También le salpiqué un poco al vecino, pero no pareció importarle.
Me recosté junto a ellos, le dí un beso a mi esposa mientras gemía de puro placer.
Ella se había corrido varias veces, la cama estaba llena de sus jugos vaginales.
Entonces el vecino se retorció y se vació dentro de ella.
Mi esposa dió un gran gemido de placer y soltó un último chorro.
Quedó muy cansada después del sexo mi mujer. Poco después se quedó dormida.
El vecino y yo nos quedamos conversando por un rato.
Hablamos de sexo sobretodo.
Me contó como hacía el amor con su ex esposa, lloró un poco recordando lo felices que eran en la cama y fuera de esta.
Yo le conté todo lo que hacía con mi mujer en el sexo. Y como era el sexo escondido siendo padres.
También me confesó que se había masturbado con un video que encontró de sus suegros teniendo sexo.
Nos hicimos bastante cercanos
En la mañana lo primero que veo es a mi hijo.
Esta vez ni siquiera tapé mis genitales.
Mi hijo me dijo que el vecino se había llevado a su mamá al baño y ahora estaban ahí.
Derrepente empiezo a escuchar los gemidos.
-tranquilo hijo, de ahora en adelante eso va a pasar siempre…
-puedo ver? -dijo mi hijo tocando su miembro por encima de su pijama.
-Claro que su hijo, vamos a tocarnos viendo a mamá…
Fin.
muy bueno el relato