MI ESTIMADA ESTUDIANTE DE PRIMARIA
El presente relato trata de una niña de 8 años de edad, quien provoca a su docente para que éste le dé a probar su suculenta verga..
Antes de compartir mi primer relato erótico, que involucra a menores de edad, debo decir que antes me parecía aberrante y hasta criminal el tener algún escarceo, toqueteo o relación sexual con menores; sin embargo, al momento de ver —casi accidentalmente— algunas fotos y vídeos en las que ellas mismas se mostraban masturbándose, mamando verga y hasta cogiendo, dije: ¿quién soy yo para cambiar el mundo?
Ilusamente, llegué a creer que ninguna niña es capaz de acceder al juego carnal, a las bajas pasiones. Lógicamente, estaba equivocado, pues la mayoría de ellas se muestra sola, feliz y alegre disfrutando de una buena verga en la mano, en la boca, en el culito o en la vulva. Y es que la realidad, aunque no nos guste, es así de cruda y tangible. Además, los videos y fotos ya están, ya sólo queda disfrutar a estas hermosas princesas.
¿Qué hay de diferente entre un vídeo protagonizado por mujeres adultas y los de niñas? Las respuestad —que no son las únicas— las niñas juegan y se divierten con la verga, ellas no actúan, su comportamiento es natural; su mirada inocente y llena de luz, hace perder la razón al dueño de la verga que están mamando; su piel tersa y suave es un manjar para las lenguas masculinas; sus reducidos hoyos exprimen hasta la última gota cualquier pene.
Entrando al relato…
Era una mañana húmeda y alumbrada como casi todas las mañanas de verano, la escuela primaria devoraba a los niños y niñas que se acercaban a sus fauces. El maestro de cuarto grado estaba de guardia, era un hombre entrado en los cuarenta, no era ni alto ni muy bajo, de tez morena y de un físico bien cuidado a pesar del paso de los años.
El profesor ve pasar a los niños, pero especialmente a las niñas; las ve detenidamente mientras piensa —«a esa ya se le notan sus pezoncitos, los tiene muy paraditos; esa tiene las tetas algo crecidas, lástima que ocupe sostén; Kendrita, qué hermosa cara y mirada tienes, cómo me gustaría que me mamaras la verga mientras me ves; Lupita, no tienes tetas, pero tienes unas piernitas y un culito, que te cogería en cuatro; Casandrita, tú no tienes buen físico, pero sí te sientas en mis piernas, para restregarme tus nalguitas y sentir mi verga erecta»—. Ya está por cerrar la puerta, cuando ve llegar a su alumna de 4to grado, de nombre Brenda, una niña de cabello castaño, de facciones finas de cara, poseía unos ojos entre traviesos y seductores, una boca carnosa y de linda sonrisa, tenía un físico esbelto, pero sus piernas y culito, a pesar de no ser grandes, eran estéticos.
Brenda era muy traviesa, pero no grosera, muy atrevida en el vestir, gustaba traer blusas entalladas, que tenían estampados con frases chuscas; pero esa vez se excedió, pues tenía inscrita la siguiente frase: I’m herento suck cock. who’s first? Además, llevaba puesta una falda más corta de lo habitual; se veía muy, pero muuuy zorrita —«la niña no tiene la culpa de cómo viene vestida, su mamá, ya me había dicho la maestra anterior, es una joven prostituta; la niña sólo imita lo que ve».
El maestro, sorprendido y excitado por lo que leyó, cuestiona a la mamacita de su alumna.
—Señora, ¿ya vió lo que dice la blusa de su hija?
—Sí, maestro, ya ve como es mi hija de atrevida; soy prostituta y dejaré que mi hija haga lo que se le pegue la gana —dijo la mamá, quitada de la pena—. Usted, no se preocupe, tómele la palabra, sólo no sea brusco con ella.
Incrédulo quedó el profesor.
—Cómo cree, señora —le contestó susurrando.
Más tarde, la alumna, sentada en frente del escritorio del maestro, abría sus piernas; como tenía una trusa de tela delgada, se le transparentaba su rajita. El maestro, la veía, no le decía nada, sólo estaba disfrutando de una buena erección, que simulaba sentado en su escritorio; el depravado se atrevió a sacar su herramienta para masturbarse. Se le ocurrió un plan.
—Ven conmigo, Brendita —ocultó su verga erecta, qué tal si la alumnita se espantaba y lo delataba—, ¿sabes qué dice tu blusa?
—Sí, maestro —contestó la niña, dice: estoy aquí para chupar verga, ¿quiere ser el primero?
El maestro, sorprendido y excitado, ya quitado de la pena mostró su verga erecta a la pequeña, ella salivó un poco, pero no se espantó.
En ese instante tocaron para salir al recreo.
—Niños, salgan al recreo. Tú, Brendita, quédate un rato, tenemos que charlar un poco —instruyó el maestro, mientras llevaba la manita de su alumna a su verga erecta.
¿Será que la putita se saldrá con la suya? ¿Tendrá en su boca esa experta, gruesa y venosa verga de 18 cm?
CONTINUARÁ.
Espero se encuentren bien, y fortaleciendo su líbido con relatos pornográficos como este. Aquí les comparto la liga de la segunda parte.
Gracias.
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/heterosexual/mi-estimada-alumna-de-primaria-ii/
Esos ABONOS mas CHIQUITOS que ELECTRA…..
Excitante y con morbo.