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Heterosexual, Incestos en Familia, Intercambios / Trios

Mi hermana quería dos verga para su culo

Luego de algunas noches de sexo, mi hermana quería cumplir su fantasía de tener dos vergas para ella..
Luego de la noche en la que mi hermana me desvirgo, empezamos a coger frecuentemente, al menos 2 veces a la semana. Cada que nuestra madre salía, cogíamos como animales.

 

Un miércoles, tuve que ir al colegio. Mis días de estudios eran de oír bromas sobre lo buena que está Paola, mi hermana. Mis amigos cercanos bromeaban a veces, pidiéndome su Instagram. Yo ya estaba un poco acostumbrado, así que me daba igual. Aunque era raro ahora que me la cogía.

 

Cristian, mi mejor amigo, tenía 17 años y él era un poco más pequeño que yo, medía 170 y yo 175. Aún así, era más atractivo que yo, pues iba al gimnasio. Varias veces fueron las que una chica se le acercaba pidiendo su Instagram. Él solía dárselos, pero no lograba nada con la mayoría.

 

Por la tarde, salimos del colegio y lo invité a almorzar a mí casa. Llamé a Paola, que era la única en casa. Le avisé de que llevaría a Cristian y ella de mala gana, me respondió. Llegamos y le dije que pidiera pizza, mientras iba a avisarle a mi hermana que ya llegamos. Él tomó asiento en la sala y yo me dirigí al cuarto de Paola.

 

Entré y ella estaba mirándose en el espejo. Llevaba un top de gimnasio y unos leggins que marcaban su hermoso culo. Al ver su cuerpo tan magnífico, era cuestión de segundos de que sufrirera de una erección. Ella me saludó y le dije que Cristian estaba conmigo.

 

— Voy a ir saludarlo entonces. — sonrió y salió del cuarto.

 

Me sentí raro… Tenía celos de que Cristian viera a mi hermana vestida así. Tomé aire y salí del cuarto.

 

Paola caminaba hacía Cristian, meneando sus caderas en cada paso.

 

— ¿Qué tal? ¿Querés agua o soda? — se sentó en el sofá, viendolo.

— Hola… Pao… No, gracias… Todo bien. — sonrió nerviosamente, era obvio que Paola lo había puesto así.

— Ale, tráeme un vaso de agua a mí, por favor.  Yo si tengo calor. — volteó a verme sonriendo.

 

Cristian tomó aire, vi cómo sus ojos bajaron y recorrieron el cuerpo de mi hermana. Yo asentí, enojado. Me fui a la cocina y serví un vaso de agua, el cual llevé a Paola.  Cuando volví, ella estaba hablando con él sobre el gimnasio, aunque Cristian, respondía tartamudeando debido a los nervios.

 

— ¿Pediste la pizza? —

— No, lo olvidé… Perdón. — sacó su teléfono.

 

Me senté al lado de Cristian y Paola no quitaba su mirada de él mientras bebia el agua.

 

— ¡Dios! Qué calor. Prenderé el ventilador. — se levantó y caminó hacía el ventilador, poniendo el culo hacía nosotros.

 

Al ver su culo en esa ropa ajustado, empecé a tener una erección y debido a la reacción de Cristian, él también. Paola prendió el ventilador mientras meneaba un poco el culo.

 

— ¿Me prestan el baño? — dijo Cristian, levantándose del sofá.

— Claro. — volteó Paola sonriendo.

 

Cristian caminó apurado hacia el baño mientras veía el suelo. Noté sus nervios.

 

— ¿Qué mierda haces? — me levanté y me acerqué a Paola.

— Nada, ¿por? — me miró sonriendo.

— ¿Te lo querés coger? —

— Probablemente. — me besó el cachete.

— Dejaré que te lo cojas… Si yo también participo. —

 

Paola abrió los ojos y me miró entusiasmada.

 

— ¿Un trío, decís? — pasó su lengua por los labios.

— Sí, un trío. —

— Entonces déjame iniciar con él… Para que no se asuste. — acarició mi verga sobre mis pantalones.

— Lo llevaré a mi cuarto. —

 

Ella me miraba sonriendo. Cristian salió del baño y le dije que fuéramos a mi cuarto, a jugar. Él aceptó y corrió a mi habitación. Adentro, empezamos a jugar un rato. Paola llegaba a veces y se asomaba en la puerta, esperando su señal.

 

— Ya vengo, voy al baño. — me salí del cuarto.

 

En la sala, Paola estaba sentada, al verme se levantó.

 

— Dame 5 minutos. — me besó el cachete y caminó al cuarto.

 

Me senté en el sofá y miré al frente, me sentía raro. De pronto, oí la voz de Paola, hablando con Cristian. Sentía el tiempo lento, cada segundo era un minuto. De pronto, ambas voces se callaron. Me levanté y caminé al cuarto. Al verlos, me sorprendí bastante. Paola estaba masturbando a Cristian, mientras él estaba sentado. Cristian al verme se levantó y intento esconder su verga, pero Paola lo detuvo y se agachó, para empezar a chuparsela.

 

— Espero no te dé pena hacer un trío. — lo miré mientras empezaba a quitarme los pantalones.

 

Cristian me miró asustado, pero el placer de la mamada lo dejó inmóvil. Mi verga salió y aún no estaba del todo erecta. Paola me hizo una seña, para que me acercará. Mientras ella chupaba la verga de Cristian, me masturbaba. Ambas vergas empezaban a ponerse duras y se notaba una notable diferencia. La verga de Cristian, era más gorda que la mía, pero un poco más corta, tal vez le medía unos 15 centímetros. Mientras que la mía, era un poco delgada, larga y cabezona.

 

Paola metía una verga en su boca y acariciaba la otra, luego cambiaba. Pasamos un rato así, capaz unos dos minutos. De pronto, ella se levantó y se quitó los leggings. Se puso de perrito en la cama, dejando bien parado su culo.

 

— ¿Quién me comerá el coño? — meneó el culo.

 

Cristian corrió y comenzó a meterle la lengua dentro. Ella gemía, manteniendo una sonrisa mientras me veía. Me acerqué a ella y le puse la verga en la cara, a lo que ella respondió mamando.

 

Paola estiró su mano, sujetando la cabeza de Cristian para hundirla en su culo mientras lo meneaba. Al ver eso, mi verga se puso muy dura, así que cogí su cabeza, mientras penetraba rápidamente su garganta. Soltó a Cristian en unos segundos, para sujetarse de las sábanas.

 

Saqué mi verga y Cristian se separó de su culo, viéndonos a ambos.

 

— ¿Cuál verga querés primero? — le di una cachetada en las nalgas.

— Qué tu amigo entré en mi vaginita… Y tú en mi culito. — me miró mientras acariciaba mi verga.

 

Ella se levantó y le ordenó a Cristian acostarse boca arriba, él siguió la indicación. Ella se puso encima de él, dejando su culo hacia mí. Cristian gimió al meter su verga en su vagina, y Paola se movía lentamente mientras yo dilataba su ano con mi lengua y dedos.

 

En un rato, su culo estaba lo suficientemente listo para que yo entrará, así que metí lentamente la cabeza de mi rabo en su culo. Ella gimió mientras yo metía toda mi verga. Cristian levantó las caderas, metiendo su verga hasta el útero.

 

— ¡Mierda! ¡Me van a quebrar! — empezó a menear su culo lentamente, metiéndose ambas vergas a un pequeño ritmo.

 

Yo empecé a mover mis caderas con fuerza, haciendo chocar mis huevos en sus nalgas. Cristian al verme, imitó mis movimientos contra su vagina. El cuarto se llenó de gritos de Paola, además del sonido del choque de cuerpos.

 

Saqué mi verga de su culo y ella se recostó sobre Cristian, mientras intentaba tomar aire. Cristian la abrazó y empezó a bombear su vagina. Paola gritaba, pidiéndole que paré, pero él seguía.  Al verlos me quise unir, así que me puse de pie en la cama, para ponerme arriba de Paola, volviendo a penetrar su culo redondo.

 

Mi hermana gritaba, sus gritos ya no pedían que paremos, si no lo contrario. En un momento, Cristian se cansó y dejo de bombear, mientras yo seguía. Paola empezó a moverse, buscando meterse ambas vergas a la vez.

 

Me volví a separar de su culo y Cristian la soltó. Ella se levantó tambaleando, estaba llena de sudor. De pronto, tocaron el timbre.

 

— Creo que es la pizza. — dije.

— Ve a recibirla. — Paola se acostó en la cama mientras su mano acariciaba la verga de Cristian.

 

Me puse un short y corrí a coger la pizza. El señor me vió y se asustó.

 

— ¡Diablos jóven! ¿Ejercicio? — me preguntó sonriendo, aunque su sonrisa se borró, al oír unos gemidos.

— Algo así. Gracias… — rápidamente cerré la puerta al pagarle.

 

Corrí y dejé la pizza en la sala. Fui a mi cuarto y Paola estaba en cuatro, siendo penetrada analmente por Cristian.

 

— ¡El señor te oyó! —

— Entonces… tápame la boca. — abrió la boca.

 

Me quité el short y me dirigí a ella, colocando mi verga en su boca. Ella empezó a chuparlo todo, yo movía mis caderas adelante y atrás, mientras veía como su culo temblaba al recibir el golpe del cuerpo de Cristian.

 

Paola gemía aún con mi verga en su boca. Cogí su cabello y lo jale hacia mi, metiendo toda mi verga dentro. Cristian sostuvo su cintura, mientras la penetraba más rápido. De pronto, Cristian gritó y chocó su cuerpo contra el culo de Paola. Vi como su cuerpo temblaba, hasta que se despego de ella. Cayó de espaldas en la cama.

 

Yo saqué mi verga de la boca de Paola, ella respiraba agitada. Su cuerpo temblaba y yo me puse atrás de ella. Su culo estaba lleno de semen. Me dió asco, pero tuve una idea. Paola intento ponerse de pie, pero mi verga entró en su culo. Ella se rindió y tembló.

 

— ¿Qué mierda haces? — me gritó enojada.

— Haré que te tragues ambas leches. —

 

Empecé a bombear su culo con brutalidad. La cama se movía y Cristian tuvo que levantarse. Paola gritaba, así que puse mi pie sobre su cabeza, ella mordió la sabana, pero aún sonaba mucho.

 

Cristian se acercó y con su verga media erecta, empezó a penetrar la boca de Paola, haciéndola callar. Mientras yo bombeaba, jalaba su pelo hacía mí. No tardé mucho en correrme adentro, llenado su culo por completo. Me separe y mi verga estaba cubierta del semen de ambos. Paola cayó con la cabeza abajo, soltando la verga de Cristian, mientras tenía el culo arriba, desbordando leche que caía en mi cama.

 

Me acerqué a ella y frote mi verga en su cara, llenandola de leche. Ella abrió la boca y metí mi verga, limpiandola con su lengua. Cristian repitió lo mismo.

 

Lastimosamente, ya casi era hora de que llegará mi mamá, así que ambos nos vestimos y dejamos a Paola en mi cuarto. Cerré la puerta y Cristian se fue, sin antes pedirle que no le contase a nadie.

 

104 Lecturas/17 agosto, 2025/0 Comentarios/por Dormilon77
Etiquetas: amigos, baño, colegio, hermana, madre, mayor, semen, sexo
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