ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (12 votos)
Cargando...
Heterosexual, Incestos en Familia

Mi hermana y yo

Vengo a contarles la extraña relación que estamos teniendo mi hermana y yo en estos últimos meses. Cambiaré nuestros nombres porque viendo como han ido las cosas, no me extrañaría que ella viera esto en algún lado, y obvio, prefiero que no se entere..
Mi hermana y yo somos los únicos hijos de una familia algo disfuncional, con un padre ausente y una madre que para mantenernos siempre está trabajando.

Yo «Lucas», tenia 22 años y me encontraba en mi 4to año de universidad, en una carrera que no es relevante, y para los momentos de esta historia, me encontraba trabajando los fines de semana en un local de comida rápida para tratar de aportar en algo en casa.

Mi hermana «Javiera» por su parte, tenia 17 años, y se encontraba en, lo que aquí en Chile llamamos, 4to medio, por lo que tenia bastante más tiempo que yo, pero gracias a la prueba de admisión universitaria, el estrés la estaba consumiendo.

Todo esto empezó en año pasado, en una tarde en que yo volvía de la universidad, eran cosas de las 10 de la noche y mi mamá se encontraba de viaje ya hace 2 días por temas de trabajo. Era invierno, por lo que ya era de noche, y hacía bastante frío, mucho más de lo común.

Entro a la casa, dejo mi mochila y me dirijo a la cocina para cocinar algo, cuando me encuentro a mi hermano llorando a mares. A lo que obvio, la tomo del hombro preocupado por ver qué le había pasado.

Javiera: No pasa nada… Termine con el José…

Yo: Tu novio?

Javiera: Si… Le conté que quería irme a estudiar a otra ciudad, y se puso como loco… Rompí con el ahí mismo… Pero no puedo dejar de llorar…

La abrace en seguida buscando consolarla, a lo que ella respondió mi abrazo y comenzó a llorar con más fuerza. Nunca supe mucho de este «José», pero se que ya llevaban casi un año y medio de novios, pololos como los llamamos aquí, así que imagino que mi hermana estaba muy afectada.

Javiera: Pero ya no quiero pensar en eso… Solo quiero comer e irme a dormir.

Trate de animarla ofreciendome a prepararle algo rico, pero no encontré ninguna reacción, a lo que recordé que hace un tiempo había comprado un pisco que iba a tomar con unos amigos, pero ese día nunca llegó. Por lo que le ofrecí pasar las penas con algo de alcohol.

Yo: Oye «Javi» y ¿no quieres tomar algo conmigo? Tengo un pisco arriba y no me lo quiero tomar solo… Por último para pasar el mal rato.

Ella solo asintió y se fue al comedor donde se metió en su celular. Por lo que me puse a cocinar y luego fui a buscar el pisco.

Pasó 1 hora y no me había percatado, por lo que serví la comida rápido, pero mi hermana no se había ni movido del lugar. Comimos, hablamos y después servimos el alcohol.

Yo: No queda bebida, ¿no te molesta si lo tomamos puro?

Javiera: Está bien, da igual. Estamos en la casa. Pero vamos al sillón, que tomar en la mesa me hace sentir como una anciana.

Me río porque estoy de acuerdo y vamos al sillón.

No me esperaba que ella bebiera tanto, y menos frente a su hermano que nunca la había visto beber frente a frente, pero supuse que era parte del duelo. Rápidamente y después de tres tragos, se vio visiblemente mareada y muy tomada.

Javiera: Igual… El José era muy fome (aburrido para quienes son de otro país)

Yo: Si? Entonces no te perdiste de nada hermanita.

Javiera: Nada que ver contigo…

Me decía mientras estaba visiblemente borracha. Se movía torpemente, me abrazaba para inmediatamente soltarme y seguir insultando a su ex, luego se servía un vaso pero apenas se lo podía llevar a la boca. Luego de dos más decidí que ya era suficiente, no quería cuidar a mi hermana mientras vomitaba así que decidí llevarla a la cama. Yo también me encontraba mareado, pero ni de cerca al mismo nivel que ella, así que le dije.

Yo: Ya «Javi», vamos a dormir porque es tarde, mañana es sábado así que ahí aprovechas de dormir hasta tarde.

Javiera: Nooo… Quédate aquí, quiero quedarme contigo todavía.

Yo: No «Javi», no quiero quedarme la noche cuidando una borracha.

Mi hermana fingió estar ofendida, en lo que se acomodaba en el sillón fingiendo dormir.

Javiera: Llévame tu si quieres, pero yo me quedo aquí.

Javiera era muy pequeña, media 1.63 a lo mucho, y no pesaba más de 60 kilos. Yo, por otra parte, soy bastante corpulento, asi que la tomé en brazos sin problema.

Con el alcohol no pude ni ver su cara, pero en ese momento dejo de hablar y solo se agarró de mi fuertemente. La dejé en su cama y ya estaba dispuesto a irme, cuando ella me dice.

Javiera: Oye… No me puedo quitar el uniforme…

Con el alcohol olvide que ella ni siquiera se había cambiado.

Yo: Duerme con el… Total, hay que lavarlo igualmente…

Javiera: No… Quitamelo.

Me lo dijo con una mirada que nunca había visto antes, y que me sonrojo un poco. Hasta este punto nunca había visto a mi hermana con otros ojos, pero verla allí tirada en su cama, con su mirada decidida y sus palabras invitandome a quitarle su uniforme, junto con el alcohol, me hicieron verla como la mujer en la que se estaba convirtiendo.

Yo: Ya… Te ayudo.

Ella solo estiró los brazos mientras le quite su blazer, y solo suspiraba por la incomodidad de los movimientos. Le quite luego sus zapatos, sin ninguna reacción. Luego comenzó a reír para si misma, seguramente a causa del alcohol, y cuando me dispuse a desabrochar su camisa me dijo.

Javiera: Oye… Sucio… Ni siquiera me he quitado la falda…

Yo ya estaba comenzando a calentarme por la situación, y honestamente el alcohol no ayudaba en nada.

Javiera: Primero la falda, y después la camisa… O me la vas a arrugaaaaar

En este punto ella solo decía cosas por decir. Le hice caso, y comencé a bajar su falda con los nervios a mil y con un montón de pensamientos cruzados. «¿Que estoy haciendo?», «Es mi hermana», «Solo la estoy ayudando», «Se ve tan sexy», «¿Me está provocando?» Y cosas por el estilo.

Estaba tan inmerso en mis pensamientos que acabe quitándole la falda sin darme cuenta y Vi sus bragas sin pensarlo.

No era la primera vez que la veía solo en bragas, después de todo desde pequeños nunca hubo mucha vergüenza entre nosotros. Pero está vez era diferente, la situación me ponía muy nervioso y muy caliente, sus piernas desnudas parecían diferentes de otras veces y verla de esta forma me confundía demasiado.

No me di cuenta pero en ese momento ella me estaba mirando fijamente con los ojos entrecerrados.

Javiera: ¿No me vas a quitar la camisa?

Me levanté suspirando, como si estuviera cansado, pero la verdad es que quería hacer más.

Comencé a desabrochar su camisa y, por el tercer botón, note que ella no llevaba sostén y sus pequeños senos quedaron expuestos en seguida. Ella se sentó en la cama y me ayudó a quitar su camisa, mientras yo lo único que quería era tocar y lamer sus pechos.

Javiera: Gracias «Luquitas»… Eres el mejor.

Me decía mientras sin descaro me abrazo. Sentir su torso desnudo fue lo definitivamente me terminó de provocar una erección. Una que ella sintió por el área de su estómago, y pude notarlo porque al soltarme miró mi entrepierna, y solo se rió para luego cubrirse con sus sábanas.

Sali de la habitación sin decir nada, y tratando de procesar todo lo que comencé a sentir por mi hermana, pero la calentura me podía más y, supongo que fue por el alcohol, me dirigí a mi cama con toda la intención de masturbarme.

Y así lo hice, me masturbe como pocas veces en mucho tiempo, pensado una y otra vez en la imagen de la «Javi» desnuda, ya ni siquiera la culpa pasaba por mi mente, era pura lujuria. Pero fui interrumpido por mi puerta abriéndose de golpe.

Javiera: Lucaaaas… Quiero dormir contigooo.

Me moleste bastante al principio pero luego la vi, tal y como la había dejado antes de salir de su cuarto y cambie de parecer.

Yo: ¿Que te paso? ¿Porque de repente quieres dormir conmigo?

Javiera: hace un frío horrible… Y no me puedo poner mi pijama… Hazte a un lado.

Y sin poder ni siquiera decir algo, ella ya estaba en mi cama. Mi hermana no había dormido conmigo desde sus 10 años más o menos, y yo aún me encontraba con mi pene erecto y visiblemente tomado, por lo que solo razone que debía dormir dándole la espalda.

Ella no dudo ni un momento y me abrazó por detrás. Solo duermo con polera y boxer, por lo que sentía sus pezones en mi espalda. Todo esto no hizo nada más que ponerme aún más caliente, pero trate de fingir dormir.

Ella volvió a insultar entre dientes a su ex.

Javiera: Ni siquiera lo hacía bien… Tonto y pequeño… Hasta el pene pequeño y tonto, tonto, tonto, tonto…

Ahí guardo silencio un momento y sin dejar de abrazarme, bajo su mano por mi abdomen y tocó mi entrepierna buscando mi pene, lo cual no fue difícil por la gigantesca erección que tenía.

En ese momento di un pequeño sobresalto, pero lo único que quería era quitarme los pantalones y hacerlo con mi hermana ahí mismo. Obvio me controle tratando de pensar en lo mal que estaba la situación, pero jamás la detuve porque, honestamente, no sabía cómo hacerlo, ni quería hacerlo.

Ella continuo moviendo su mano, como si quisiera comprobar que tan grande era. Fue agarrando cada parte de mi pene con su mano, mientras hacía ruidos raros para si, como si dijera algo. Yo intenté hacerme el dormido, pero todo paso tan rápido que nadie creería que estaba durmiendo, obvio parece que el alcohol era la causa de todo.

Finalmente me soltó y se rió para si misma, con un sonido juguetón, a lo que luego me beso la espalda. Yo solo podía pensar en lo mal que estaba todo esto, pero pocas veces me había sentido tan caliente como en esta ocasión. Mientras cruzaba la imagen por mi mente, cai a dormir con mi hermana abrazándome.

A la mañana siguiente como a eso de las 11 de la mañana, me despierto, ella aún está aquí y ahora estaba durmiendo dándome la espalda. Trato de levantarme sin despertarla y comienzo a cambiarme de ropa. Voy a la cocina a hacer el desayuno y por fin caigo en recordar todo lo que paso la noche anterior.

Fue como un recuerdo fugaz que me puso duro al instante y que al mismo tiempo me hizo sentir culpable y muy mal. Creí que estuve a punto de superar una linea que no debía, y me sentí de lo peor por intentar aprovecharme de mi hermana borracha.

Sirvo el desayuno y en eso Javiera se levanta, aún adormilada y ahora con su pijama puesto, no me dirige la palabra y solo va a servirse un café.

Pensé inmediatamente que ella estaba molesta, o que incluso se sentía abusada. Me sentí de lo peor y ya me veía siendo acusado de abuso e incesto a la policía.

Ella solo se sienta a mi lado en la mesa, y me dice en voz baja.

Javiera: Gracias… Y perdón por emborracharme, espero no haberte molestado.

En ese momento suspire aliviado pensado en que ella había olvidado todo con la borrachera, aunque unos meses después me enteraría de que ella recordaba todo. Por lo que le dije.

Yo: No pasó nada, solo que insististe en dormir conmigo como cuando eras pequeña.

Javiera: Si… Lo noté.

Yo: ¿Al menos te sientes mejor?

Javiera: Si… Gracias.

En ese momento se me paró el corazón de nuevo, porque caí en que ella se despertó solo con sus bragas y en la cama de su hermano. Pero como ella no mencionó el tema, yo tampoco lo mencionaria.

Comimos en silencio después de eso y me levanté a lavar los platos, incluyendo los de ayer que no había lavado. Ella se levanta también y se ofrece a ayudarme, a lo que obvio agradezco.

Yo estoy lavando mientras ella está secando. Trato de conversar con ella de cualquier cosa menos la noche anterior, pero ella solo respondía con monosílabos, así que después de un rato me rindo con eso y lavo en silencio.

Luego de un rato se me cae una cuchara al suelo, a lo que rápidamente ella se agacha a recoger, y mientas se levanta se sujeta en mi entrepierna claramente agarrándola.

Javiera: Lo siento… Toma

Tomo la cuchara en silencio y mi erección comienza a subir al igual que mi confusión. «¿Lo hizo a propósito?» Me preguntaba en mi cabeza, sin dejar de lavar y con una erección gigante.

Javiera: Oye me voy a mi cuarto, si me necesitas estoy arriba…

Sonó como una invitación, pero trate de quitarme ese pensamiento, aún culpable por ese incómodo desayuno y esa noche tan extraña. Así que solo termine de lavar tratando de pensar en nada.

Pasaron unas horas y luego de ordenar todo el primer piso me fui a mi habitación a cambiarme para el trabajo, por lo que toque la puerta de la «Javi» para despedirme pero no obtuve respuesta.

Volví muy tarde, a eso de las 1 de la mañana cansado y con ganas de dormir. Entro en la casa y me voy directo a mi habitación, pero antes de entrar escucho que mi hermana me llama desde su cuarto, a lo que abro y la veo sentada en su cama con su celular en la mano.

Yo: pensé que dormías…

Javiera: Es temprano aún… Pasa, te quiero pedir ayuda.

Entro y me siento en su cama aún con mi uniforme y le pregunto que pasa.

Javiera: hueles a frito…

Yo: no me digas, si aún ni me he quitado la ropa.

Javiera: sobre eso necesito ayuda.

Mi hermana se levanta rápidamente y empieza a buscar entre su ropa haciendo un desorden gigante. Finalmente saca un montón de ropa y me dice.

Javiera: Necesito tu opinión.

Yo me encojo de hombros y asiento, honestamente hubiera preferido estar durmiendo en mi cama. Pero todo cambio cuando la Javiera empezó a quitarse su pijama frente a mi.

Primero su pantalón y luego su polera, dejando nuevamente sus pechos al aire y quedando solo en sus bragas. No los había observado bien la noche anterior, pero hoy los ví con más detenimiento. Eran pequeños pero estaban bien formados, sus pezones levantados y de un tono café claro hacían muy erótica la escena, y honestamente mi erección volvió al instante.

Javiera: ¿Estás bien? Te ves rojo

Yo: Estoy bien… El cansancio me tiene así.

Obvio intenté cubrir la verdad, pero hasta me tiritaba la voz levemente. Se dió la espalda mientras escogía su ropa y pude ver su culo. Muy redondo y bien formado, no era muy grande pero si muy definido para alguien que no hace ejercicio activamente, y sus muslos solo lo hacían ver aún mejor. Casi parecía invitarme a tomarla, y trataba de controlar mis pensamientos con otras cosas, pero todo era inútil, estaba demasiado caliente viendo a mi hermana semi desnuda.

Ella se da vuelta y suspira derrotada, y viene caminando hacia mi. A lo que obvio me pongo muy nervioso. Y ella se detiene frente a mi.

Javiera: Tonto… Levántate

Yo: Mira «Javi»…

Javiera: Que te levantes…

Me interrumpe y me levanto, con una pose media extraña para ocultar mi obvia erección. Ella no me estaba mirando a la cara, de hecho miraba mi entrepierna. Y sin decir una palabra se arrodilla frente a mi.

Yo: ¿Javi? ¿Que estás haciendo?

Ella no me responde una palabra, y agarra mi entrepierna buscando el cierre de mi pantalón. En la confusión intento quitarla pero ella me dice.

Javiera: Ya para… Si me di cuenta.

No digo nada y la dejo seguir, mi corazón late a mil por hora, y honestamente mi lado de hermano mayor me dice que la detenga, pero mi otro lado quiere seguir con esto.

Me baja el pantalón y levanto una de mis piernas para quitarlo del todo, e inmediatamente ella comienza a acariciar mi pene sobre el boxer, sin decir nada y sin mirarme en ningún momento.

Ella comienza a bajar mi boxer y finalmente deja salir mi pene frente a ella. Se exalta un poco al verlo y lo acaricia suavemente con sus dedos, como con curiosidad. No dice nada y solo se dedica a mirarlo.

Yo estoy completamente excitado y finalmente me rindo a la tentación, por lo que acaricio su mejilla con mi mano, a lo que ella responde buscando mi mano con su mejilla, como un gato. A lo que sin pensar le digo.

Yo: Esa es mi gatita…

Finalmente me mira, completamente sonrojada y con los ojos brillantes, casi llorosos. Toma finalmente mi pene con su mano, y procede a masturbarme, sin dejar de mirarme, y obvio yo no dejo de acariciar su mejilla.

Yo finalmente dejo salir un gemido, lo hace bastante bien. Sabía que ella ya no era virgen, pero nunca imaginé que sería tan buena, y eso que solo era una paja.

Finalmente me habla.

Javiera: ¿Puedes decirme así otra vez?

Yo: ¿Que?

Javiera: Tu gatita… Dime así otra vez.

Yo: claro… Mi gatita.

Ella al escucharme en seguida mete en su boca la cabeza de mi pene y comienza a lamerla. Se siente increíble y a este punto deje atrás toda culpa. Muevo mi mano de su mejilla a su pelo, y haciendole una cola de caballo con mi mano, comienzo a mover mi cintura, dejando que mi pene recorra toda su boca.

Yo: ¿Lo querías no?

Le digo sin dejar de moverme, a lo que ella me responde con quejidos entre cortados. Su boca se siente demasiado bien, pero quiero más, por lo que intento quitar mi miembro para seguir, pero ella me empuja a la cama haciéndome caer.

Me acomodo y veo que ella sigue haciéndome la mamada ahora tomándome de la cintura con ambas manos y metiendo mi pene hasta el fondo de su garganta. Y de solo sentir eso gimo del placer, a lo que la noto sonreir un poco mientras me la sigue chupando.

Ella empieza a subir el ritmo, mientras su lengua recorre cada centímetro de mi pene. A este punto no puedo hacer nada más que gemir y contraerme del placer, a lo que estoy a punto de venirme.

Yo: Javi… Ya estoy casi…

Ella no se detiene y finalmente me vengo en su boca, ella sin dejar ir mi pene recibe toda mi leche en su boca como si nada. Y tras dar el último suspiro de mi orgasmo, ella saca lentamente mi miembro de su boca, a lo que luego traga mi semen sin ninguna reacción.

Javiera: … ¿Te gustó?

Yo: Me… Me encantó

Javiera: ¿A pesar de ser tu hermana?

Cierto, no pensé en su momento que ella estaba pasando por el mismo debate que yo, y quizás aún más pesado, considerando que soy su hermano mayor y que ella viene saliendo de una ruptura. Pensando su pregunta, solo me quedo en silencio.

Javiera: Quiero que me sigas diciendo así… Quiero ser tu gatita, Lucas…

Quedo en Shock al escucharla, pero después de tanto tiempo sin sexo y ya con todos los tabúes superados, me levanto y la tomo de sus piernas, tirandola a la cama.

Yo: Ahora eres mi gatita…

Ella se ríe nerviosa, me pongo sobre ella y comienzo a besar su cuello. A lo que ella me responde con gemidos suaves que escucho en mi oído directamente.

Pongo finalmente mis manos en esos pechos que tanto llevaba deseando desde anoche, y comienzo a masajearlos. Ella parece entregada totalmente, y en ese momento me sentía el hombre más afortunado del mundo, olvide mi culpa, mis nervios, todo. Solo quería tener sexo con mi hermana.

Pero justo cuando quería llegar más allá, escucho la puerta de abajo abrirse. Era mi mamá, y había olvidado totalmente que ella volvía esa noche. Por lo que me levanto rápidamente y me voy a mi cuarto sin decir una palabra y en total silencio, olvidando mis pantalones y mi boxer en el cuarto de la «Javi».

Finalmente me encierro en mi cuarto ya razonando lo que pasó y esperando que mamá no haya escuchado nada, tras un rato me voy a dormir, nervioso y con una nueva visión de mi hermana, una que ya no volvería nunca a ser la misma.

Creo que es bueno dejarlo por aquí, pasaron muchas cosas más adelante, y durante los meses nuestra relación se puso más compleja. Por no decir que también probamos más cosas.

Cuénteme que opinan, y si están interesados podría contarles más acerca de mis experiencias con mi «gatita» (aún después de tanto tiempo se me hace extraño llamarla así).

 

824 Lecturas/26 mayo, 2025/1 Comentario/por Luc2001
Etiquetas: amigos, hermana, hermanita, hermano, incesto, madre, mayor, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Karina y sus hijas, sexo al por mayor – Parte I
Mi novia infiel
Carolina y su familia. – Séptima parte y última.
PETER
MI PRIMERA VEZ HOMO
Las sobrinas de mi esposa 3.
1 comentario
  1. jesuselmexican3 Dice:
    27 mayo, 2025 en 12:24 am

    Woooow, delicioso relato, cuéntanos más!

    Accede para responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.113)
  • Dominación Hombres (3.363)
  • Dominación Mujeres (2.590)
  • Fantasías / Parodias (2.624)
  • Fetichismo (2.282)
  • Gays (20.552)
  • Heterosexual (7.272)
  • Incestos en Familia (16.486)
  • Infidelidad (4.069)
  • Intercambios / Trios (2.771)
  • Lesbiana (1.074)
  • Masturbacion Femenina (747)
  • Masturbacion Masculina (1.565)
  • Orgias (1.757)
  • Sado Bondage Hombre (412)
  • Sado Bondage Mujer (150)
  • Sexo con Madur@s (3.664)
  • Sexo Virtual (225)
  • Travestis / Transexuales (2.237)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.188)
  • Zoofilia Hombre (2.049)
  • Zoofilia Mujer (1.605)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba