Mi hermosa primita Liz
La falta de supervisión a corta edad redefinió lo que significaba la familia para mi y mi prima. .
Me llamo Miles, tengo 22 años en la actualidad, vivo en Guadalajara, Jalisco, físicamente no soy muy impresionante pero práctico calistenia para estár bien de movilidad y salud. Desde muy pequeño se me notaba el gusto por las mujeres, pero la que siempre me había hecho latir el corazón a mil fue mi hermosa primita Liz.
En aquellos años vivía yo en un pueblito circundante a Guadalajara no muy conocido, mucha parte de mi familia vive allí, por eso, y el que no fuera un lugar peligroso para salir ya que todos nos conocíamos, hacía que mis papás tuvieran la suficiente confianza en dejarme salir a jugar mientras ellos trabajaban. Dado a que vivía cerca de varios familiares, me pasaba la mayor parte del tiempo con mi prima Liz, siempre habíamos disfrutado la compañía del otro desde que tenemos memoria. Cuando yo tenía 9 y ella 7 empezamos a estár más juntos que nunca porque comenzamos a gustarnos, todo a espaldas de la familia y amigos obviamente. Desde ese entonces teníamos nuestros roces, nos tomabamos de la mano cuando nadie veía, nuestros primeros besos fueron entre nosotros, por la edad podría decirse que era un amor inocente.
Esa trato particular entre nosotros 2 al pasar demasiado tiempo solos comenzó a desdibujar la línea de sangre que nos unía, la cuál no nos importo traspasar un verano del 2015, cuando yo tenía 12 y ella recién cumplía los 11. En ese entonces yo ya no tenía nada de inocente, mi gusto por las chicas habían despertado ese apetito que satisfacía masturbandome hasta quedarme vacío, no sé si sea solo mi caso, pero para tener 12 tenía un libido muy alto. La cosa es que empezaba a ver a mi prima con otros ojos más allá de la inocencia, su cabello largo güero oscuro, su piel morena clara suave, su voz ronca pero suave, su cuerpo delgado, bien formado y más pequeño que el mío; era algo que me comenzo a llamarme. Cada vez que la veía sentía necesidad de recorrerla de pies a cabeza con mis manos, ella lo notaba, pero nunca pareció disgustarle, creo que el sentir ser observada como un cazador ve a su presa le causaba cierto gusto. Nunca llegue a arrimar en un principio porque no sabía cuál sería su reacción, pero si llegue a rozar “accidentalmente” su culo o sus piernas.
Una tarde que fui a su casa, planeabamos hacer una tarde de películas y quedarme a dormir, cosa que hacíamos muy seguido, preparamos palomitas y nos fuímos su cuarto que quedaba hasta arriba apartado del del resto. Paso un rato hasta que nos pusimos a hablar, y de ahí a hacernos mimos y darnos besos, pero la situación hacía que mi cuerpo comenzará a calentarse. Estando abrazados de frente y yo cubriendo casi todo su cuerpecito comenzó a notarlo.
Liz: Miles… estás bien? Estás sudando mucho, quieres que abramos una ventana?
Yo: No, así estoy bien, solo estoy así por estar contigo.
Liz: Pero hacemos esto seguido, hay algo que te ponga más nervioso?
Me volteó a ver a los ojos a centímetros de nuestras bocas y solo atiné a decir “Tú” antes de plantarle un beso que buscaba explorar cada parte de su boca (si no les gusta como sabe la saliva de alguien no conocen lo que es estár caliente por alguien XD). Esta vez fui más allá queriendo tocarla y estar más cerca de ella, metí mi mano debajo de su playera y comencé a acariciar su espalda queriendo memorizar su piel, en eso se me ocurrió una idea, arriesgada, pero que me salió bien. Dejé de besarla, dejé que tomara aire y le pregunté:
Yo: Oye va a sonar raro, pero quiero sentirme más cerca de ti, está bien si solo nos quedamos en ropa interior para sentir el tacto del otro?
Liz: Pero y si alguien sube?
Yo: Decímos que teníamos mucho calor y que por eso lo hicimos (lo cuál no era mentira hacían 30 putos grados y adentro se sentían como 40°)
Acepto, y después de quitarnos todo volvimos a la misma posición, en ese punto ya era imposible que no se me notara la erección, pero aproveche para dejar que mi verga tocara directamente sobre su pantí que igual comencé a sentir mojado.
Liz: Estás así por mi?
Yo: Si.
Liz: Lo puedo ver?
Yo: No te va a dar asco?
Liz: Pues, hemos visto de eso en Ciencias Naturales, y nada de ti me da asco así que creo que no.
Me bajé los boxers y ella se quedo viendo un buen rato dándole curiosidad. Para no hacer el cuento más largo, después de preguntarme si lo podía tocar, le dije que era mejor si lo hacía de arriba hacia abajo, por lo que empezó a masturbarme lento. No sé que pensó para hacerlo pero sin preguntarme, tomo mi tronco y empezó a bajármelo a tal punto que sentía algo de dolor, ya que nunca me había bajado por completo el prepucio, pero no le dije que parara, me dolía pero me gustaba que lo hiciera.
Cuando ya lo había pelado completamente, lo vió por un momento y después me dió un beso en la puntita. Lamentablemente ser inexperto en todo hizo que fuera demasiado para mi y termine viniéndo fuerte, incluso llegué a manchar su playera. Se me fue un pequeño grito, pero afortunadamente se cubrió con el sonido de la tele. Por miedo a que alguien subiera decidimos vestirnos y seguir viendo la tele como si nada, no hablamos de eso hasta el día siguiente. Pero eso lo contaré otro día.
Eso ha sido lo primero que escribo, pasaron más cosas antes de llegar a ese día pero siendo cosas pequeñas era mejor contar lo bueno nada más. Por el momento eso es todo, no llegó a ser tan interesante, pero ese fue el primer acercamiento que me permitió seguir disfrutando de mi primita hasta el día de hoy. Ojalá les haya gustado.
Wooooooow! cuenta más experiencias!