Mi hija y mi mejor amigo. Segunda Parte.

Después de ser interrumpido por mi hambrienta hija, pude completar la transferencia de los videos del celular de Juan, lo cual me permitió continuar con mi revisión exhaustiva del materia producido por la perversa mente de mi mejor amigo..
Me levanté de la silla de mi escritorio con bastante lentitud, ya que me sentía aturdido por toda la multimedia que acababa de ver, y como pude seguí a Carla a la cocina, en donde ella se sentó en un taburete para esperar a que le preparase de comer. Rápidamente me puse a preparar una pasta a la boloñesa, pero en cuanto me puse a cocinar, mi mente comenzó a divagar nuevamente, lo cual casi me lleva a quemar la salsa de no ser por mi hija que me preguntó si ya estaba lista la comida.

Después de que mi hija terminara de comer, se fue a su cuarto a jugar con sus muñecas, mientras que yo regrese a mi cuarto para revisar como iba la transferencia de los archivos. Al revisar, vi que aún tenía bastante tiempo, puesto que iba más lento de lo estimado, por lo que decidí darme una ducha, para luego esperar pacientemente a que se terminaran de transferir los archivos.

Unas horas después, volví a revisar mi computadora, encontrando con el mensaje de finalización. Al ver esto, fui a revisar como estaba mi hija, con el fin de que no me interrumpiese mientras seguía viendo sus videos. Cuando entré en su cuarto, la vi sentada en el suelo jugando con sus juguetes, aspecto que me chocó bastante, ya que era un contraste sumamente drástico entre las acciones que desempeñaba en los videos – en donde era tratada como una “cualquiera” – y sus acciones infantiles de la vida cotidiana.

Carla al verme entrar, me preguntó si necesitaba algo, yo le contesté que no, que solo había ido a ver si todo estaba bien, ya que planeaba encerrarme en mi cuarto para tomar una siesta, ya que estaba muy cansado, por lo que le agradecería si no me molestaba durante un par de horas. Ella me contestó que no me preocupara, que ella iba a estar jugando con sus juguetes.

Se que lo anterior puede ser fútil para esta historia, sin embargo, como ya mencioné líneas arriba, para mí fue sumamente morboso el ver a mi hija actuar como si no pasara nada entre ella y Juan, como si siguiera siendo aquella niña inocente de fácil sonrisa. Pero bueno, volviendo a los videos. Después de revisar a mi hija, por fin cerré la puerta de mi habitación, me senté frente a mi laptop, me puse mis audífonos y me dispuse a ver con más detenimiento todo el material producido por la mente perversa de mi mejor amigo.

Así pues, el primer video que abrí tenía una duración de casi 2 minutos, en este se podía observar nuevamente la penetración de mi hija en posición de misionero. Lo llamativo de este video, es que se podía observar que Carla tenía las rodillas raspadas – probablemente producto de los juegos infantiles en el receso de la escuela -, por lo que evitaba juntar las piernas. Además, y al igual que el video en donde jugaba con un condón, Carla estaba manteniendo una conversación con Juan, en donde le pedía que lo hiciera más despacio, ya que aún le dolía un poco del día anterior, Juan simplemente respondía con un gruñido de placer.

Acto seguido, comenzó a acelerar los movimientos, sosteniendo con una mano la cámara del celular, y con la otra, tomó por las caderas a Carla, para así tener un mayor control en la penetración. Mi hija al recibir las estocadas comenzó a gemir de una manera muy dulce, mostrándome que realmente disfrutaba estos encuentros con mi mejor amigo. Juan por su parte, de cuando en cuando desenfocaba la cámara del rostro de mi hija, para focalizarlo en la vagina de Carla, en donde se podía observar la unión de aquellos cuerpos.

Como a los 40 segundos del video, Carla al sentir las penetraciones demasiado fuertes, le pidió a Juan que por favor fuera más despacio. Juan no contesto, sin embargo, si bajo la intensidad de su movimiento pélvico. Esto causo una respuesta positiva por parte de mi hija, ya que esta comenzó a impulsarse por cuenta propia para así controlar la velocidad de la penetración. Para lograr esto, apuntalo sus manos a la cabecera de la cama, para acto seguido doblar sus piernas y posicionar sus pies en la cama, generando así un rebote, el cual fue complementado por el movimiento pélvico de Juan.

Durante todo este proceso, Carla comenzó a gemir bastante fuerte, y a pesar de todo su esfuerzo por mover ella sola sus caderas, terminó por cansarse y dejarse penetrar al ritmo de Juan, quien parece ser se apiado de ella en los últimos segundos de la grabación, ya que también paró las estacadas, para luego dirigir su mano libre a los senes inexistentes de Carla, pellizcando en el acto uno de los pezones rosados de mi hija. Y a pesar de que quería ver más, el video se cortó repentinamente.

Para este momento mi miembro ya estaba completamente erecto, por lo que decidí liberarlo de su prisión, y a pesar de que mi mano se dirigió instintivamente a mi miembro para así masturbarme, me pude controlar, aunque no sabía cuanto tiempo más podría hacerlo.

El siguiente video, que abrí fue distinto, ya que esta vez mi hija se encontraba bailando de una forma muy sugerente, mientras vestía un conjunto de lencería de color negro, el cual le quedaba grande para su edad. Ya que para que se den una idea, este conjunto se componía de dos piezas, una tanga y un sostén. La tanga no era el problema, ya que a pesar de su estatura a los 6 años (que es la edad que calculo tenía en este video), mi hija tenía las suficientes nalgas para que el conjunto se viese bien en ella, sin embargo el brasier le quedaba bastante grande, ya que la parte en donde se debían colocar los senos, le llegaba a la altura de su estómago, a pesar de esto, los tirantes del sujetador, al ser tan anchos si lograban cubrir sus pezones, los cuales se mostraban con cada movimiento que mi hija hacía al bailar, lo cual hacía del video una obra maestra del erotismo.

Y a pesar de que este conjunto se le veía muy bien a mi hija, no duró mucho tiempo sobre su cuerpo, ya que después de unos 30 segundos (el vídeo duraba aproximadamente 3 minutos y medio), comenzó a desvestirse de una manera muy provocativa siguiendo en todo momento el ritmo de una canción de reguetón. La primera prenda en ser despojada fue el sostén, seguida por la tanga, momento en el que la cámara se enfocó a la entrepierna lampiña de mi hija. He de destacar que durante este proceso parecía que Carla se estaba divirtiendo mucho, ya que no paraba de sonreír y reírse mientras bailaba.

De vez en cuando daba alguna vuelta como de bailarina de ballet (pasos que le encantaban, ya que decía que eran los que hacían las princesas), a la vez que se agachaba dejando ver su vagina y ano. Sin embargo, sus movimientos eran torpes, y por lo que se podía observar, estaba siguiendo las indicaciones de Juan, por lo que a unos 15 segundos de acabarse el video, justo cuando la canción de reguetón con la que estaba bailando se terminó, Carla se paró en seco y comenzó a mirar hacía la dirección en donde supuse se encontraba Juan. Acto seguido el video terminó.

El tercer video que abrí duraba 50 segundos y en él se podía observar una vez más mi hija (de unos 5 años) completamente desnuda y recostada bocarriba en la cama de Juan, practicándole una felación a Juan, quien se encontraba arrodillado encima de mi hija metiendo la cabeza de su glande en la boca de mi hija, quien no se inmutaba al sentir el movimiento de ese miembro extranjero en su interior.

Lo que me llamó la atención, es que Juan era sumamente delicado con sus movimientos, ya que en ningún momento forzó la entrada de su verga en la garganta de Carla, sino que se conformo con el terreno que había alcanzado a conquistar dentro de la boca de mi hija. Y justo cuando parecía que iba a eyacular en la boca de mi hija, el video se cortó. Yo para ese momento quería ver más, sin embargo, en ese preciso instante, salí de mi concentración al recibí una llamada proveniente de la casa de Juan.

———————————————————————Continuara. ———————————————————————