Mi hija y mi mejor amigo. Sexta parte. (final)
Parte final de este relato, en donde descubro que pasó con mi amigo Juan..
Escuchar a mi hija tan alterada me alarmó, por lo tanto, me aliste lo más pronto posible para ir al departamento de Juan. (He de confesar que en ese momento estaba bastante ebrio, además, debo aclarar que tuve un error de dedo en el relato pasado, cuando escribí que habían pasado 2 semanas y no 1 mes).
No recuerdo muy bien como llegué al departamento, más lo que si recuerdo, es que la puerta principal estaba completamente abierta, y en el interior estaba mi hija completamente desconsolada abrazando a ese sujeto que había visto en los videos y en la ocasión anterior. Empero no repare mucho tiempo en él, ya que mi vista se fijó inmediatamente al piso, lugar en donde estaba yacía tendido el cuerpo inerte de Juan.
En un momento que no puedo precisar Carla me abrazó y con lagrimas en sus ojos me preguntó si Juan estaba muerto, yo lo único que atine a decir fue que sí. Creo que fue en aquel instante cuando entré en un estado de shock, ya que gran parte de la situación se borró de mi mente, aunque sí recuerdo que llegó una ambulancia, de donde bajo el perito correspondiente, quien nos dijo en su hipótesis inicial que Juan había sufrido un paro cardiorrespiratorio. Acto seguido levantó algunos datos acerca de Juan, preguntando sobre mi relación con el fallecido.
Creo que contesté todo con claridad, sin embargo, después de esto no supe más nada, ya que el extraño tomó el control de la situación, siendo el quien enterró a Juan y se encargó de los tramites legales. Durante ese tiempo, Carla volvió a mi casa, esto me levantó el ánimo como nunca, ya que por un momento pensé que podríamos volver a la normalidad.
No podía estar más equivocado.
1 semana después del fallecimiento de Juan, el extraño se presentó a mi puerta. Cuando lo vi en mi umbral quedé petrificado, ya que no sabía como había dado con mi dirección. Y antes de que pudiera decirle algo, me dijo. – Buenas tardes me llamo Armando y ya vine por Carla.
Yo le conteste. – ¿De qué chingados me estás hablando?
Armando. – De que ahora yo soy el dueño de Carla.
Yo. – ¿Cómo que el dueño?
Armando. – Mira cabrón ahorita no estoy de humor para tus estupideces, dame a Carla, de lo contrario no respondo.
Antes de poder contestar, apareció mi hija, quien al escuchar tanta conmoción en la puerta se preocupó, por lo que fue a revisar. Al ver a Armando se quedó petrificada, tanto que no reaccionó cuando este la llamó. – Ya vine por ti Carlita, ve por tus cosas que ya nos vamos. – Sin embargo, mi hija no se movió, ya que parecía tener mucho miedo.
Al ver esto, no supe como reaccionar, empero, no estaba dispuesto a que se llevaran una vez más a mi hija. Por este motivo le dije a Armando que debía irse de inmediato, pero antes de que terminara de decir esto, Armando me propino un puñetazo en mi cara, lo cual me tumbo al piso.
Aprovechando que estaba tumbado en el suelo, Armando se abrió paso dentro de mi casa, para después tomar del brazo a mi hija y llevarla a su cuarto, en donde la obligó a empacar unas cuantas cosas, para después sacarla de la casa en dirección a su camioneta. No pude detenerle, ya que, por el mareo causado por el puñetazo, sentía que mi cuerpo no reaccionaba, por lo que impotente, vi desde el umbral de mi casa una vez más me arrebataban a mi hija.
Los siguientes días traté de averiguar a donde se había llevado a mi hija, yendo en primer lugar a la antigua casa de Juan, la cual para mi sorpresa encontré completamente vacía. Al tratar de preguntar a los vecinos por Armando, ninguno me dio razón de él, ya que me dijeron que era una persona sumamente reservada, socializando únicamente con Juan.
Con esta decepción, volví a mi hogar y al alcohol. Estuve así durante un tiempo, la verdad no se si fueron días, semanas o meses, pero lo que si sabía es que ya no vería a mi hija nunca más, o eso es lo que pensaba, hasta aquel día en que recibí una llamada de mi hija.
Carla. – ¿Bueno? ¿Papá?
Yo. – ¿Bueno? ¿Quién habla?
Carla. – Soy yo papá, Carla.
Al escuchar esto, sentí una vez más como se detuvo mi corazón, ya que identifiqué al instante su voz.
Yo. – Hija, ¿Dónde estás? ¿Estas bien?
Carla. – Estoy bien papi, pero no sé dónde estoy.
Yo. – ¿Te han hecho daño?
Carla. – No mucho. – Hizo una pausa y se escuchó algo de ruido del lado de su línea. – No me hacen nada si los obedezco.
Yo. – ¿A quién?
Carla. – A Armando y sus amigos.
Yo. – ¿Están allí contigo?
Carla. – Sí.
Yo. – ¿Me los puedes pasar?
Carla. – No, solo me dejaron llamarte esta vez, pero no tengo mucho tiempo. Ya tengo que colgar.
Yo. – No, no, espera mi amor, espera un poco más. – En ese momento mi voz cambió a un tono desesperado, a la vez que lagrimas salían de mis ojos -. No me cuelgues.
Carla. – Adiós papi. – Acto seguido sonó el tono del teléfono descolgado.
Después de eso no supe nada de ella durante años. Hasta que un día recibí un mensaje por correo electrónico, el cual contenía un video y el siguiente mensaje:
Tu nieta salió igual de puta que tú hija, ya le cabe la verga entera.
En el video, se podía observar un bebe de unos 2 años bocarriba y completamente desnuda siendo empalada por una verga bastante larga y delgada, la cual para mi sorpresa entraba por completo en el agujero anal de la niña. Durante todo el video, el cual duraba 1 minuto y 20, se podían escuchar los llantos de la niña, la cual gritaba con todas sus fuerzas al sentir ese intruso en su cavidad anal. El hombre por su parte parecía aumentar la velocidad de sus estocadas con cada grito del bebe, hasta que, por fin tras un minuto de llantos, eyaculó dentro de su cavidad, la cual, según pude observar en el video, ya estaba acostumbrada a recibir aquel intruso.
Y aunque traté de responder a este correo, jamás obtuve respuesta alguna, siendo esta la última vez que recibí algo relacionado con mi hija. Espero que ella se encuentre bien, donde sea que este, y ojalá algún día la pueda volver a ver, si no es en esta vida, en la siguiente.
Muchas gracias a todos ustedes queridos lectores, que me han acompañado a través de estos capítulos, les pido una disculpa por la demora de este episodio final, sin embargo, he estado algo ocupado y no tenía tiempo de sentarme a escribir. Agradezco todos los comentarios positivos que me han dejado, y espero poder seguir compartiendo con ustedes este tipo de relatos.
……………………………………….Hasta la próxima……………………………………
Que ser más patético el padre de esa nena
Hubiera deseado que después de la muerte de Juan, Carla hubiera vuelto con su papá y comenzara una relación incestuosa con su padre. Dónde el padre se libere de sus tabúes y comienza a mirar a su hija con otros ojos. Ojalá talvez haya la posibilidad de una continuación donde el padre recupere a su hija y nieta y ahora sea una relación de 3. Sería una buena continuación, dando giro al incesto entre padre, hija y nieta, sin participación de terceros.
Al principio me gustó esta saga, luego la verdad todo se fue al caño y a mi parecer terminó muy muy mal. Desperdicié mi tiempo creyendo que se pondría mejor.
Uffff la verdad que llegue a pensar por un instante que tendría una relación incestuosa después de la muerte de Juan.