Mi hija y mi mejor amigo. Tercera parte.
Juan por fin recoge su celular de mi casa, momento en el cual puedo aprovechar para confrontarlo…..
Al ver la llamada me apresure a contestar. – ¿Bueno?
Del otro lado de la línea Juan me contesto. – Hola Ramiro, ¿Cómo estás? Oye una duda, ¿Dejé mi celular en tu casa?, si es así, ¿Puedo ir ahorita por el a tu casa?
En ese momento me congele por el hecho de que no sabía si podría ver a los ojos al “violador” de mi hija, sin embargo, me arme de valor y le conteste con la mayor naturalidad posible. – Claro, puedes pasar cuando gustes.
Juan me contesto con un simple. – Muchas gracias, en unos 20 minutos llego.
Tras colgar, me dispuse a revisar el celular de Juan, con el fin de ver si no había borrado algún archivo por error. Para mi fortuna todo estaba en su lugar, por lo que me lleve el celular a la sala, depositándolo en la mesita que quedaba entre los sillones. Después de eso encendí el televisor de la sala con el fin de distraerme un poco antes de la llegada de mi “mejor amigo”.
Unos 15 minutos después de haberme sentado a ver la televisión llegó Juan. En cuanto tocaron a la puerta y antes de que yo pudiese levantarme del sofá, Carla salió disparada hacía la puerta, abriéndola de golpe, ya que mi hija conocía de memoria la forma en Juan tocaba a la puerta.
En cuanto apareció la figura de Juan frente al umbral de la casa, Carla saltó a sus brazos, propinándole un fuerte abrazo y un beso muy cercano a la comisura de los labios, beso que fue correspondido por mi amigo, quien levante del suelo a mi hija, aunque la bajó unos instantes después, ya que, si bien Carla era una niña, ya era bastante grande.
Después de esto, Carla hizo pasar a Juan a la sala, momento en el que me levante del sofá para saludarlo. Como siempre estreché su mano y lo invité a sentarse, mientras que Carla se sentó por un momento con nosotros, para luego perder interés en nuestra plática e irse a su cuarto a seguir jugando. Tras quedarnos solos Juan y yo, comenzamos a platicar de varios asuntos (aunque en mi cabeza no podía dejar de pensar en que tenía frente a mí al hombre que se cogía a mi hija). Después de un poco de charla cotidiana, por fin le entregué su celular a Juan, para acto seguido, invitarlo a comer.
Durante nuestra platica, estuve tentado a confrontarlo, sin embargo, mi morbo me lo impidió, ya que según lo que pude ver en los videos, mi hija disfrutaba de su relación con Juan, además, otro aspecto que me impidió decirle algo acerca de su relación, es que mi amigo sabía de mis gustos por las menores, aunque jamás le comenté mis experiencias premaritales (ya que después de casarme con la madre de Carla, traté “reformarme” por el bien de mi hija).
Juan aceptó con mucho gusto, ya que hacía unas semanas que no nos habíamos podido reunir en mi casa. Mientras preparaba la comida, Juan se puso a jugar con Carla, quien no dudo un instante en invitarlo a su cuarto para que pudiesen jugar con sus muñecas. Pasados unos 30 minutos (en los cuales no escuche ningún ruido extraño), los llame a comer, momento en el cual le pregunte a Juan sobre el apuro de recoger su celular, ya que como ya mencioné, él no se preocupaba realmente por ese tipo de cosas.
Juan me dijo con un tono bastante indiferente, que era por unos asuntos de trabajo, por lo que decidí no indagar más en el asunto, ya que probablemente no me diría nada. Terminada la comida, Carla invitó una vez más a Juan a jugar, sin embargo, mi amigo rehusó la invitación, ya que alegó que tenía que irse ya que tenía algunos pendientes por hacer. Carla se entristeció al escuchar esto, pero al ver la seriedad de Juan, desistió en su invitación.
Al marcharse me agradeció por la comida, y me comentó que el próximo fin de semana iba a hacer un viaje de negocios, que esperaba estar el lunes en su casa, de caso contrario, trataría de avisarme lo antes posible, para que pudiese pedir salir más temprano del trabajo para poder recoger a mi hija. Yo le agradecí el gesto, y lo despedí.
En este punto quisiera hacerles una pregunta a ustedes queridos lectores ¿Qué hubieran hecho ustedes en esta situación?, ¿Ustedes tendrían la fuerza para confrontar al volador de su hija, y que además es su mejor amigo?, de ser así, admiro su entereza, ya que yo no pude, tuve la oportunidad, pero tuve miedo, y no fui lo suficientemente fuerte.
Con este remordimiento en mi cabeza, me dirigí a mi cuarto. Carla por su parte reanudo sus juegos, ignorándome por completo, aspecto que aproveche para seguir analizando los videos. Una aclaración que debo hacer antes de continuar este relato es que muchos de los videos hallados en el celular de mi amigo, eran de muy mala calidad, además, de que los más antiguos mostraban una inexperiencia en el manejo de la cámara, ya que, en muchas ocasiones, la toma estaba fuera de cuadro, u apuntaba a la parad o al techo, mientras que en otras ocasiones mostraba una pantalla negra, lo cual me indicaba que la lente había sido obstruida por algún objeto.
Volviendo al relato, me dispuse a prender el monitor de mi computadora, con el fin de seguir analizando los videos. El primero que llamó mi atención, fue uno que tenía la duración de un minuto y medio, el cual para mi sorpresa tenía como protagonista a un hombre desconocido. En este video, mi hija y el extraño estaban completamente desnudos sobre la cama de Juan, practicándose sexo oral mutuamente, el aspecto que llamó mi atención, es que parece ser que el que grababa toda la escena, era Juan, ya que se le podía escuchar de fondo mientras le daba algunas órdenes a Carla, como la de no escupir nada.
Y es que cuando Carla trataba de meterse el falo entero en su boca su instinto vomitivo se activaba, generando un arqueamiento que le impedía seguir con su faena, mientras que el sujeto se dedicaba a lamer y dedear a mi hija tanto por su orificio anal, como vaginal. Aunque como les digo, este video era muy corto y realmente no me permitió entender que estaba pasando, ya que justo cuando parecía que el desconocido iba a eyacular, el video se cortó.
Trate de buscar a simple vista, algún otro video que lo tuviese de protagonista, sin embargo, mi primera búsqueda fue infructuosa, ya que si había algún otro video en donde el participase, debía ser alguno de los mal grabados que mencione líneas arriba. Por lo tanto, decidí abrir uno que parecía estar grabado en el exterior del departamento de Juan, específicamente en el techo del complejo habitacional, al cual según sabía, Juan tenía acceso.
Este video pertenecía al grupo más antiguo de toda la colección, se esto, ya que vi la fecha de su producción, la cual databa de hacía 4 años. Su duración era intermedia, abarcando dos minutos con treinta y dos segundos, los cuales mostraban a mi hija practicándole una felación a Juan en la azotea. Por lo que se podía observar del entorno, el lugar que habían escogido para sus actos carnales estaba cuasi descubierto, ya que solamente un muro bajo en su lado derecho los protegía del ojo vecinal, mientras que del lado izquierdo estaban completamente desprotegidos, siendo además este lado el que apuntaba directamente a la entrada a la azotea.
Otro aspecto que debo remarcar es que esta zona en donde estaban era usada comúnmente como por varios vecinos, como un área para el tendido de la ropa, por lo que en la toma se podían observar alguna que otra prenda de vestir de los vecinos, junto con unas cuantas sabanas, las cuales podían servir de cobertura ante una mirada poco atenta.
Pero volviendo al tema que nos compete, en este video, Juan se encontraba sentado en una silla de metal completamente desnudo de la cintura para abajo, mientras que mi hija estaba vestida con una playera de tirantes de color verde, y una falda blanca bastante corta, la cual no tenía nada debajo de ella, ya que según pude observar más adelante en el video, Carla no tenía puestos los calzones, seguramente por orden de Juan.
Para la felación en sí, Juan se sentó en una silla de metal que había en la azotea, para acto seguido ordenarle a Carla que se hincase en el suelo para que así empezara con el acto sexual. Sin embargo, Carla renegó, ya que le dijo a Juan que se iba a raspar las rodillas, y que luego le dolía al bañarse. Juan ignoró su comentario y le ordenó con un tono de voz más amenazante que empezara a lamerle la verga. Carla por su parte se limitó a obedecerle, empezando así con unas lamidas tímidas, enfocadas en su mayoría en la cabeza del glande de Juan.
Empero, las lamidas de Carla eran constantemente interrumpidas debido a su aparente nerviosismo, el cual la obligaba a estar volteando constantemente a la entrada de la azotea, con el fin de no ser descubiertos. Estas constantes distracciones enfadaron a Juan, quien con su mano libre (ya que con la otra estaba grabando) agarró la cabeza de Carla, obligándola a introducir en su garganta una gran parte de su glande, aspecto que derivó en una protesta por parte de mi hija, quien trataba (sin mucho éxito) de separarse desesperadamente de la entrepierna de Juan. Acto seguido, terminó el video.
El siguiente video que reproduje, duraba un minuto y veintinueve segundos, en donde se podía observar a mi hija recostada bocarriba en la orilla de la cama, con sus piernas bien abiertas y apuntando al aire (como cuando la limpiaba de bebe, y del otro lado, justo apuntando a la vagina de Carla estaba erecta de Juan, la cual sobresalía del orificio de la bragueta de su pantalón. Un aspecto que me pareció muy morboso de esta posición es que las piernas de mi hija estaban unidas por sus calzones y su short color beige, por lo cual tenía un nulo movimiento en la parte inferior de su cuerpo.
Una vez bien colocado, Juan comenzó a mover lentamente sus caderas en dirección a la vagina de mi hija, entrando así su verga poco a poco en el interior de Carla. Una vez introducido la totalidad del miembro de Juan en mi hija, comenzó a moverse rítmicamente, mientras que con su mano izquierda (ósea la que tenía libre) comenzó a masajear el clítoris de mi hija, para acto seguido decirle que era una nena hermosa y que la amaba, comentario que Carla respondió con un leve gemido.
Con cada segundo que pasaba Juan incrementó la velocidad de sus estocadas, lo cual generó que ya casi para el final del video, Carla renegará por el dolor que sentía, moviendo sus caderas con bastante fuerza, lo que derivó en la ruptura de la conexión carnal entre mi hija y Juan. Ya liberada del intruso en su cuerpo, Carla procedió rápidamente a colocarse bien los calzones y su short, momento en el que se cortó el metraje.
Ya para este momento, y como era usual en cada revisión de videos, tenía mi miembro completamente erecto. Sin embargo, trataba de ignorarlo, ya que en mi mente sabía que estaba mal que me excitasen los videos de mi propia hija, y más porque justo encima de mi monitor estaba colgada la foto de mi difunta esposa, la cual me vigilaba con esa mirada escrutiñadora que heredo Carla de ella.
Durante un rato más estuve observando otros videos, los cuales, estaban muy mal grabados, y realmente no se podía apreciar nada, ya que tanto la cámara, como la bocina del celular estaban completamente bloqueados por una sábana o almohada. Por este motivo no los describo en estas líneas. Después de esto, decidí que había tenido suficiente por el día, por lo cual me dispuse a tratar de dormir, ya que desde que me había enterado de la relación entre Juan y Carla, mi sueño había sido nulo, ya que cada vez que cerraba los ojos, podía recordar aquellas escenas llenas de pasión entre las dos personas más importantes de mi vida.
Tras un rato recostado en mi cama, revisé la hora de mi celular, al notar que ya eran las 9 de la noche, me apresuré a salir de mi cuarto y preparar la cena de mi hija, para después iniciar su rutina de las noches, ya que al día siguiente era lunes, por lo que ambos debíamos levantarnos temprano para seguir con nuestras rutinas diarias.
———————————————Continuara—————————————————-
muy buen relato esperamos la continuacion
saludos