Mi inicio en el modelaje
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi relato es de la vida real. Son situaciones que normalmente no aparecen en los medios de comunicación ni nadie se da cuenta, pero ocurren. Esta vivencia fue cachonda, pero no es justa y atenta a muchas jovencitas que buscan superarse a través de la carrera de modelaje.
Como suele suceder con muchos relatos, todos los nombres han sido cambiados, por seguridad.
Soy Sandy en ese momento de 29 años. Una edad difícil para una modelo, ya que actualmente existe mucha competitividad en ese campo, hay muchas mujeres de menos edad en busca de fama y dinero. En mi caso tenía 3 años de casada, aún sin bebe en ese momento. El matrimonio para una modelo puede ser la finalización de su carrera en la mayoría de los casos, sobre todo en países en vías de desarrollo.
Hubo una oportunidad en la cual fui a hacer un casting, previo discutirlo con mi marido y fui seleccionada entre las diez mejores. Habían cuatro contratos esperando las primeras cuatro, para hacer publicidad de perfumes, desfiles en pasarelas y otros, el salario es bastante suculento y definitivamente lo necesitábamos con mi marido para terminar de pagar la casa donde ahora vivimos en un residencial exclusivo.
Mi esposo me fue a dejar al lugar donde serían las entrevistas finales. Era un lujoso edificio de la zona central. Alli estábamos las diez finalistas, todas nerviosas, rápidamente noté que yo era la más “vieja”, las demás eran bastante jóvenes, esa situación causó que varias de ellas me vieran con cierto desprecio. Iban a ser cinco personas las que harían las entrevistas, una de ellas se presentó ante nosotras y presentó también a sus colaboradores.
Yo fui como la sexta modelo que ingresó a la entrevista, el tiempo promedio de cada entrevista era como una hora más o menos. Quien me tocó fue un hombre maduro, de unos 30 años, rubio, de porte gruesa, tenía puesta una camisa amarilla de rayas. Me dijo que me sentara, yo llevaba una falda elegante oscura, con zapatos de tacón, unas medias negras a los muslos, mi ropa interior, era un taguita negra con unos detalles florales siempre en negro y mi sujetador era del mismo estilo, mi cabello suelto con rayos rubios.
El tipo se identificó como Fidel, era bastante serio y poco simpático. Me explicó la parte económica del contrato si llegará a ser elegida. Realmente tenía varias ventajas monetarias y prestaciones. Era increíble para ser cierto. Rápido pensé que eso sería la solución para cubrir nuestros gastos por varios años y dejar además pagada nuestra residencia.
-Quiero que entres a aquella habitación y vengas con solo tu ropa interior- me dijo el tipo.
-Cómo?.. para qué?-
-Cómo oiste, ve allá y quítate el traje y regresa en ropa interior-
Me fui tímidamente a la habitación, de hecho era pequeño, me fui quitando la ropa y maldije mi decisión de ponerme una tanguita tan corta y sugestiva, pero ni modo. Salí con mi ropa interior y mis medias a los muslos, me veía como una mujerzuela. Este hombre, Fidel, al verme se le fueron los ojos, y hasta me pidió que diera una vueltecita para verme bien mis llamativas nalgas.
Se sentó en la mesa del escritorio y yo parada al frente. Me dijo que yo era la modelo de más edad y eso era una desventaja contra las otras. Pero el miraba que tenía una buena silueta, -tus senos son paraditos y tu trasero sigue siendo terso y juvenil- me dijo claramente. Yo me sentí ofendida por una parte, ya que era una mujer casada.
-Qué estarías dispuesta a ofrecerme para que yo te recomiende entre las cuatro ganadoras?- me dijo sin tapujos Fidel.
-Pues ofrecería bastante esfuerzo y sacrificio para hacer bien las cosas- le dije como no entendiendo lo que realmente bujería decirme.
-Pues no es suficiente- me dijo.
Su mano se puso sobre su bulto en el pantalón, la masajeo delante de mi, mientras me hablaba. Yo quería salir corriendo de alli, pero una parte de mi sabía que era una oportunidad única.
-Pues, podría hacer algunas cosas, pero soy casada sabe y mi esposo me espera afuera- le dije.
-Las casadas tienen más experiencia que las solteras y tu esposo nunca sabrá lo que pasó aquí adentro- me dijo calculadoramente.
Bajó el cierre del pantalón, metió su mano y sacó una pija casi erecta, tenía una cabeza grande y colorada, su tronco era liso y sobresalían varias venas, se notaba macizo. Lo acarició con una de sus manos y su pija se terminó de poner parada.
-Ven aquí- me dijo. Yo me acerqué. La tomé con una de mis manos, su pene estaba duro y caliente. –Una chupada y ya!- le dije un poco colérica.
Comencé a chupar su dura pija. La metía y la sacaba de mi boca succionándola, algo parecido hacía con mi marido y le gustaba. Fidel comenzó a cerrar los ojos de gusto. Yo seguí mamándola y lamiéndole su tronco, mi idea era hacérselo bien para que terminara pronto esta pequeña pesadilla aún. Metía en mi boca como la mitad de su pija y la chupaba bien. Su miembro era de buen tamaño y grueso. Realmente era atractiva su pija. Cada vez le chupaba más y más, quería hacerlo terminar pronto. Pero él tenía otras ideas.
-Hey ya! Ya!- me dijo alzando la voz.
-Ahora me toca probarte la chuchita!- me dijo
-No!, no quedamos en eso!- le dije molesta
-Pues largate! Y modela para casas de beneficencia.- me dijo.
Yo me quedé callada. Me puse de pie, cruce los brazos, era un dilema rápido.. Caminé y me acosté en el sofá que había allí y abrí mis piernas. El bastardo se rió de mi. Se quitó la camisa, luego el pantalón, quedándose en sus boxer. Se sentó frente a mis piernas abiertas y puso una de sus manos en mi sexo sobre la tanguita. Masajeo mi raja sobre mi braguita. La tela de mi ropita era tan fina que podía sentir sus toscos dedos sobre mis labios vaginales. Luego sin perder tiempo hizo a un lado el frente de mi tanguita y ahora acarició mis labios vaginales con sus dedos, usando más el dedo pulgar.
-Que rico se ve esto!- dijo y dirigió su lengua hacia mi raja. Mientras su pulgar frotaba mi clítoris, su lengua tocaba mis labios vaginales. A pesar que yo ponía obstáculo psicologico para no gozarlo, me estaba calentando y mi vagina naturalmente fue lubricándose. Siguió estimulando mi clítoris con su dedo pulgar y su lengua dividía mi raja en dos, pasaba entre mis pliegues y jugaba con la entrada a mi vagina.
Quise meter mis manos para agarrarle la cabeza y alejarlo, pero el me las quitó.
Dejó mi clítoris para abrirme con ambos pulgares mi rajita. Quedó expuesta la entrada de mi vagina. Luego con uno de sus pulgares me penetró la rajita y se pusó a masturbarme con lujuria. Todo eso me llevó a mi primer quejido de placer.
-verdad que te gusta, vas a ser mi perrita- me decía Fidel. Senti la punta de su lengua jugar con la entrada de mi vagina, se sentía delicioso, ahora sus dedos tocaban con deseo mi ano. Pronto su lengua evidenció mi húmedad vaginal. –Estas mojadita, que bien!- dijo sin dejar de comerse mi raja.
Fidel dejó mi raja y tomando su pija erecta con la mano, se puso a frotármela en toda mi chuchita, no me penetraba, solo su glande me friccionaba el clítoris, luego iba bajando, hacia lo mismo con mis labios vaginales y luego hasta frotaba mi ano con su glande. Mi raja se mojaba cada vez más y no podía evitarlo, realmente me estaba dando una calentada increíble.
Su otra mano se dirigió a mis senos y me bajó el sujetador, se puso a acariciar la redondez y me apretaba los pezones hasta ponerlos duros y parados.
Mi raja estaba ya empapadísima, su glande brillaba de mis jugos y su saliva impregnada. De pronto sentí que él empujó y su pija se fue metiendo en mi vagina lentamente. Pude sentir la dureza y el grosor de su miembro abriendo mis paredes intimas. Gemí y abri más las piernas para facilitarle la inserción. Cuando hubo metido la mitad en mi rajita, se puso a bombeármela, salía y entraba otro poco más dentro de mi. Yo me iba excitando más y más. Ya no importaba si me oía gemir de placer. Lo cierto es que su pija era más larga y más gruesa que la de mi marido y eso provocaba que me sintiera llena y muy excitada. Estuvo bombeándomela hasta que por fin la tenía toda adentro. Luego me tomó de las piernas abiertas, específicamente de mis pantorrillas y me empezó a dar mas fuerte.
Yo gemía y gemía como si hubiera sido mi amante. –verdad que te gusta mi perrita, te gusta que te la metan los hombres-. -Tu marido debe ser el mayor de los cornudos- me decía el maldito. Pero que me estaba haciendo gozar, eso estaba claro, además lo que me decía me hacía hervir la sangre. Llegué a un orgasmo, pero tuve que fingir que no lo tenía, a pesar que estaba gimiendo mucho.
-Que rica tienes la chuchita, te quiero dar toda mi pija, quiero sacártela por los ojos!- me decía ya Fidel cerca de su venida. Entre todo, yo deseaba que se corriera y que allí terminara todo.
Pero el muy maldito se detuvo. Me dijo que me parara, el se sentó y me hizo sentarme sobre su pija dándole la espalda. Me sentó en su pija y esta se fue bien adentro en mi rajita, mis jugos lubricantes facilitaron que entrara de un solo golpe. Luego me dijo que me moviera sobre su pija. Asi que comencè a darme sentones y movimientos hacia delante y hacia atrás. Mientras yo le destripaba la pija, èl se puso a acariciarme los senos y los pezones. Luego me hizo hacia atrás y eso hizo que mis senos quedaran a un lado de su rostro, lo que facilitó que los empezara a mamar. Sus labios apretaban mis pezones y yo estaba por llevarme a mi misma a otro orgasmo. Y asi fue. Esta vez no pude ocultarlo, comencé a quejarme y a gritar mi climax. El se dio cuenta y casi mordió mis pezones con sus dientes.
-Mi perrita, te estas mojando, que rico siento los jugos de tu chuchita en mi pija- me decía Fidel y me encendía aún más. Mis caderas se movían en un delicioso vaivén sobre su pija. Lo oí gemir bastante, ojalá que se corra, pensé. Pero nuevamente, el ese preciso momento, él se detuvo y me quitó de encima, me ordenó ponerme en cuatro sobre el sofa con el culo hacia fuera.
Me hinque en el sofá y el con sus dedos acarició y jugo con mi culito. Por un momento pensé que quería clavármela allí, pero su pene se dirigió a mi rajita y me penetró con su duro miembro. Me la metió hasta adentro haciéndome gemir. Fidel me dio duro agarrándome de la cintura y de mis nalgas. Me daba unas embestidas que sentía que su pija me llegaba a los ovarios. No costó que comenzara a gemir de placer, no se si él había conseguido encontrar mi punto G, pero me estaba volviendo loca y lo peor es que él se daba cuenta de eso. Llegué a mi orgasmo de forma drámatica, gimiendo y maldiciendo, pidiéndole más pija a Fidel.
El maldito, cambio de entrada a su pija y me la puso en el culo, empujó y a la vez me dijo –relájate!!-, me penetró duro y sentí un dolor en mi colita, lo cual me obligó a relajar mi ano, Fidel siguió empujando hasta que casi toda su pija quedo adentro de mi ano, luego bombeo y me ensartaba con fuerza haciendome gemir entre dolor y placer, de pronto lo oigo quejarse y luego siento su liquido vaciarse en mi interior, Fidel se quedó prendido hasta que su pija quedó seca.
Luego se sentó a mi lado agotado, yo me fui a un tocador que estaba allí mismo, rápidamente me limpié lo que pude, al salir aún estaba desnudo. Mientras yo me ponía mi ropa, el me decía que teníamos un acuerdo, que me avisarían cuando el contrato saliera. Me retiré de allí, llegué
Llamé a mi marido para que pasara por mi, mientras esperaba el semen de Fidel salía de mi vagina y quedaba en mi braga. Mi marido pasó por mi, finalmente si me dieron un contrato por un año y por mi edad ya no me recontrataron.
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