Mi madrastra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, mi padre se llama Juan José y yo me llamo Esteban, somos argentinos, vivimos en la localidad de Moreno, en la Provincia del Gran Buenos Aires.
Mi madre lo dejo a mi padre hace varios años, se puede decir que me crió él solo, siempre lo vi como un referente, mujeriego, pero muy trabajador.
Con el tiempo, conoció a una chica boliviana, no de las clásicas cholitas esas que venden sentadas en las esquinas, esta estaba pasable, aunque se notaba que era "bolita", pelo hasta la cintura, su cara color cobrizo, aindiada, el acento, pero, bueno, si mi padre es feliz con su "bolita", haya él.
Al poco de estar con mi padre, Joseline, se vino a vivir con nosotros, parecía tranquila, era muy servicial con mi viejo, a la noche la escuchaba quejarse de como mi viejo la garchaba, atendía muy bien la casa, cocinaba muy rico y empezamos a tenernos confianza.
Joseline tenía en ese entonces 42 años, mi viejo 45 y yo 16.
La "bolita" siempre siempre andaba descalza, aunque al hablar era muy educada, y cuando mi viejo se iba a laburar, yo veía como ella a escondidas se daba sus buenos tragos de todo lo que tuviera alcohol, sea cerveza, vino, o bebida blanca, todo le daba igual.
Mi viejo trabaja de remisero, y siempre esta como mínimo 12 horas en el trabajo, y como donde vivimos hay mucho terreno, Joseline cuando se pone a tomar se va al fondo y me mete en el galponsito que tenemos para guardar las porquerías, yo la veía irse ahí y demoraba en salir, pensaba que le estaba metiendo los cuernos a mi viejo con algún vecino y sin que se diera cuenta la seguí, escucho que tranca la puerta y busco un agujero para poder mirar que hacía la "bolita" esta, veo que se saca la camiseta, el corpiño, se empezó a acariciar sus tetas, que por cierto, son enormes, se las metía en la boca, chupando ella misma sus pezones, se empieza a bajar los pantalones y a pasar sus manos por su culo, por su concha, abría sus piernas y se metía los dedos en la concha, bueno, lo que es un pajazo en toda regla, yo la miraba como se retorcía metiendo sus dedos en su concha, en su culo, se metía casi toda la mano en la concha y después en el culo, como gemía, como se tiraba al suelo, de piernas abiertas y se manoseaba sola, se sacaba la mano de la concha y se la chupaba, yo tenía la pija dura viendo como mi madrastra se estaba haciendo esa paja, yo fui a la puerta e intenté abrirla, "quien es?", me dijo Joseline con la voz como ronca, "soy yo, Esteban, abrime", le dije, "ahoritita no puedo", me grita, "dale Joseline, abrime que se lo que estas haciendo", le dije, pechando la puerta y logré abrirla un poco como para meter mi cabeza y la vi, tirada en el suelo sin dejar de meter sus dedos en su concha.
Joseline se puso en pie y desnuda como estaba me abrió la puerta, "que, me estas viendo como me satisfago sola, ya que tu padre no me satisface?", me dijo, sin intentar taparse para nada, "madre mía, que buena que estas", le dije, agarrando las tetas de mi madrastra, "no le digas nada a tu padre y me podrás cachar cuando quieras", me dijo abriendo sus piernas para que le meta mano en la concha y ella me metió una de sus tetas en la boca.
Ella se tendió en el suelo, abriendo sus piernas y dejando que vea el pedazo de concha que tiene, peluda, oscura, mojada, "saca tu verga y la metes en mi cuca, quiero que alguien me cache", me dijo, abriéndose la concha con las manos, la tenía bien roja, yo como pude me saqué el pantalón y me fui encima de mi madrastra, ella con su mano acomodó mi pija contra su concha y yo me fui, sintiendo como le entraba hasta los huevos, "así, ya esta adentro, ya me la has metido, ahora mueve despacio tu verga, deja que la disfrute", me dijo Joseline,con sus piernas abiertas, dejando que la coja como ella me decía, moviendo mi pija despacio dentro de la concha de ella, "que rico me estas cachando, siento rico tu verga dentro de mi cuca", me decía, llevando mi cabeza a sus tetas, "mama mis tetas mientras me cachas, que eso me hace poner bien arrecha", me decía, dejando que le chupe las tetas y ella levantaba mas sus piernas, "me quieres cachar por el chiquito, me quieres meter la verga en la cola", me decía sin dejar de mover su cuerpo, con mi pija toda adentro de su concha, "querés que te coja por el culo Joseline?", le dije, sin poder creer que esa "bolita" me iba a dejar coger su culo, que realmente porque no decirlo es hermoso, "si, quiero que me caches por el chiquito", me dijo, haciendo que le saque la pija de la concha y se pone en cuatro patas, abriendo sus nalgas y me quedé mirando el tamaño de su ojete, con razón, casi le entraba toda la mano, es el ojete mas grande que había visto en mi vida, aunque no había visto muchos, dos o tres como mucho.
Enseguida me puse entre sus nalgas y le acomodé´la pija contra el ojete y le entro como si nada, quedando pegado a las nalgas de mi madrastra, "que rica se siente tu verga metida en mi cola", me dijo, sin dejar de abrir sus nalgas, "así, mueve, mueve tu verga así, que rico me cachas el chiquito", me dijo Joseline, dejando de abrir sus nalgas y metiendo su mano entre sus piernas se acariciaba la concha mientras yo la cogía por el culo, "si no le dices nada a tu padre podemos cachar todos los días si quieres", me decía mi madrastra gimiendo de placer a medida que yo le estaba cogiendo el culo y ella se estaba haciendo una paja, "hay que bien me cachas, que rica verga me metes en la cola", decía gimiendo cada vez mas fuerte, "hay Esteban, llena mi cola con tu lechita que ya me escurro yo por la cuca", me dijo, moviendo su cabeza de un lado a otro, hasta que yo se la metí lo mas adentro que pude y me empecé a acabar, escuchando como mi madrastra gritaba acabando con sus dedos metidos en la concha.
Yo quedé suspirando, jamás imagine coger a mi madrastra y menos llenárle el culo de leche.
"Dame esa verga así la mamo y te la dejo bien limpia", me dijo, la "bolita" de rodillas frente a mi, y me empieza a limpiar la pija con la boca, yo estaba alucinado de lo que mi madrastra me estaba haciendo, "me has llenado bien la cola de leche, mira como cae de mi chiquito y me queda en las piernas", me dijo, dejando que vea como le caía la leche del ojete y le mojaba las piernas, ella se limpiaba con la mano y las llevaba a su boca, "que rica leche tienes Esteban, me va a gustar mamarte la verga hasta que te escurras en mi boca y tragar toda tu leche", me dijo, poniéndose en pie y empezando a vestirse, "bueno, vamos a casa, que tengo que limpiar y cocinar antes que llegue tu padre", me dijo, y nos fuimos.
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