Mi madre modelo
Un joven descubre los secretos de su madre, una joven modelo.
Mi vida es relativamente normal, soy un joven de 16 años cursando actualmente la secundaría, vivo solo con mi madre Helena, ella trabaja en una agencia de modelaje. Para describirla, es una morena de ojos verdes, de ascendencia italiana, un cuerpo cuidado (90-60-90) y una piel perfecta, con sus 32 años, pero aparenta mucho menos. La familia de mi madre se mudo a EEUU cuando ella era tenia aproximadamente 8 años, al estado de florida, eran provenientes de Chile y se mudaron buscando mejores oportunidades. Mi madre comenzó en el mundo del modelaje muy joven. Las circunstancias de cuando fui concebido nunca me las dejo muy claras, ni tampoco quien fue mi padre, prefirió guardarlo en secreto, pero sacando cálculos, fue un poco después de ella haber cumplido 16. Mi madre me dio su apellido así que registros de él es difícil que encuentre y tampoco quise saber.
Mi relación con mi madre es muy abierta, cercana y muy de piel, a pesar de su arduo trabajo siempre tuvo tiempo para mi y es mi confidente en muchas cosas, vivimos en un amplio departamento a las orillas del mar, en el centro de Miami. Helena siempre fue abierta en su relación en casa, no era raro pasearnos en ropa interior, estaba acostumbrado al cuerpo de mi madre, nunca tuve un pensamiento lascivo ni nada por el estilo.
Volviendo a la historia, estábamos en los comienzos de abril, yo me encontraba preparando los exámenes de ingreso a la universidad y me encontraba tarde divagando por internet, en esos momentos de ocio y como buen adolescente comencé a ver paginas eróticas. Yo soy un chico tímido, aunque tengo buena apariencia, siempre fui retraído y poco sociable, por lo cual a pesar de mi edad, no había tenido experiencia con mujeres (era virgen aún). Buscando en internet me encontré con algunas fotos de modelos, de sorpresa me encontré con algunas fotos de mi madre cuando tenía 18 años y quede impresionado con su belleza, obviamente había visto fotos de ella pero nunca modelando. En una de esas páginas seleccioné un link que me llevó a una página de videos, y para asombro, habían videos de mi madre, 3 en total, de morbo y curiosidad comencé a verlos.
El primero era de ella modelando con ropa normal, bikini, ropa interior, etc., pero con poses cada vez más sugerentes, el siguiente comenzó a cambiar todo, era ella pero sin ropa, solamente modelando y quedé embobado con el cuerpo joven de mi madre, pude apreciar su hermoso coño depilado, sin rastros de vello púbico, a esta altura mi erección era más que clara. Proseguí con los videos, en el siguiente apareció una chica rubia junto a mi madre, aparentemente de la misma edad, primero modelaron juntas y después comenzaron a sacarse la ropa la una con la otra hasta quedar totalmente en cuero y comenzaron a besarse, jamás había visto a Helena con otra mujer, menos en esa situación, de a poco se iban dando besos más y más apasionados, hasta que la chica rubia bajo a su concha y comenzó a comerla, mis ojos no lo podían creer, continuaron realizando otras posiciones, 69, tijeras, mi madre comiendo la concha de la chica rubia, para terminar con una follada de concha hasta que se corrieron juntas. Yo estaba en otro mundo, machacaba mi polla como loco y fui corriendo al baño para poder acabar, terminando con una explosión inmensa que cayo por todos lados del WC, quedé exhausto. Limpie un poco y me fui a dormir, caí rendido como un tronco
Al día siguiente me desperté temprano, Helena aún no despertaba, era día viernes y tenia clases, así que me preparé solo el desayuno y me fui, por alguna razón no quería ver a mi madre aún, tenia su cara de orgasmo aún en mi cabeza. Mi mente no pensaba en nada más y estuve todo el día como ido, mis amigos lo notaron pero no dije nada, imagínense que comentarían si les digo que me masturbe viendo a mi madre teniendo sexo lésbico. Cuando llegué a casa, me encontré solo, me imaginé que Helena aún seguía en el trabajo o quizás había salido a alguna parte. Con la memoria de ayer, tenía la necesidad de masturbarme pero esta vez necesitaba un nuevo incentivo, me dirigí a la ropa del lavado y encontré las bragas usadas de Helena, de color rojo, en cuanto percibí su aroma, mi polla reaccionó, raudamente me dirigí a mi pieza y puse los videos que había guardado en el computador, me senté, baje mis pantalones y comencé a sentir su aroma, mi manó se fue a mi polla y comencé a masturbarme ahí, escuchando los gemidos de Helena, no pensé en nada más, estaba en lo mejor con mi polla a más no poder
Helena: Antonio, ¿Qué estás haciendo?
Desperté de mi éxtasis y vi a mi madre para frente a mi, con unos de rabia que jamás había visto. Me quitó sus bragas de su mano y las tiro al suelo. .
Helena: ¿Pero como se te ocurre hacer eso con las bragas de tu madre?
No salían palabras de mi boca, no sabia que decir.
Helena: ¿y de donde sacaste ese video?
De algún lado, las palabras surgieron de mi boca y lo primero que se me ocurrió decir fue
Anrtonio: Perdón mamá, es que encontré unos antiguos videos tuyos y no me aguanté.
Helena volvió su cara hacia la pantalla y su cara se desplomó, por un momento se quedó callada, pasaron quizás unos 5 minutos de silencio, hasta que volvió a hablar.
Helena: Mira, eso pasó hace mucho tiempo, era otra persona y era joven y no sabia lo que hacia, pero no por eso puedes hacer lo que hiciste y menos pensar de esa manera de tu madre.
Los minutos pasaron, mi madre no decía una palabra. Yo increíblemente aún seguía con mi erección a tope, mis huevos me dolían por no haber podido eyacular.
Helena: Bueno, lo hecho, hecho está, ahora preocúpate de bajar eso
Antonio: Lo siento mamá, pero pero me duelen los huevos, no puedo bajarlo
Helena: Anda a tu cuarto y espérame ahí.
Eso me sorprendió un poco, a duras penas me dirigí a mi cuarto. Entre y deje la puerta abierta, me senté en la cama esperando a mi madre, aún empalado. Cuando entró mi madre vestida una falda negra con una polera de tiras blancas.
Helena: Esto lo voy a hacer solo una vez y quede acá, ninguna palabra a nadie.
Asentí con la cabeza. Acercó su mano a mi boxer y lo bajo lentamente hasta sacármelo, mi pene quedó apuntando hacía el techo.
Helena: No pensé que habías crecido tanto y tan grueso
Me sorprendió y calentó el comentario la verdad. Helena se aplicó lubricante en la mano y lentamente la posicionó sobre mi polla, rodeándola, lentamente a aplicar un suave sube y baja. Yo estaba en la gloria, mi madre, una belleza deseada por muchos, me estaba pajeando.
Usaba lentamente su mano, mirandome a los ojos de una manera lasciva que nunca le habia visto. Poda observar la parte superior de sus senos, ocultos bajo el brasier de encaje, la imagen era única.
Helena: Está caliente y gruesa, tienes una polla hermosa hijo.
Yo seguía en mi éxtasis, las palabras de mi madre me excitaban más, pero a medida que aumentaba el ritmo de la paja, mi resistencia seguía intacta, estaba disfrutando algo increíble, pero aún no sentía las ganas de correrme. Tome un poco de valor y le dije
Anotonio: Me encanta mamá, lo haces espectacular
Helena estaba callada mientras seguía moviendo su mano, su cuerpo ya estaba acompañando el ritmo de esta. Baje un poco la cabeza y veo como Helena acerca su boca a mi polla, no lo podía creer, mi madre me iba a hacer una mamada. En cuanto comencé a sentir como entraba a su boca, primero sus labio y luego como se engullía en su interior, mi cuerpo comenzó a sentir un choque eléctrico. Dirigía su mamada junto con su mano, lentamente, era una sensación única, mis manos apretaban los bordes de la silla, mis piernas se tensaban, ya sentía que la leche semi acumulaba y era más que ninguna ocasión anterior. El sonido de su boca succionado mi polla era increíble, entraba en mis oídos y se dirigía directo a mi polla, devorada por mi madre.
Le dije a Helena que estaba a punto de acabar, ella seguía con su mamada, instintivamente puse mi mano derecha sobre su cabeza, apretándola y forzando a que siguiera chupando, Helena aumento el ritmo y la profundidad de su mamada, yo no pude aguantar más y ocurrió, comencé a eyacular una gran cantidad en la boca de mi madre, no se cuantos disparos fueron pero por lo menos unos 6 y de gran cantidad, estaba claramente muy acumulado.
Mi cuerpo se adormeció completamente, me retorcía por la corrida, Helena no soltaba mi polla, tragando cada gota que salía de ella, cuando finalmente se apartó, tenia la cara echa un desastre, pude escuchar muy levemente algunos gemidos que escaparon de su boca, junto con algunos trazos de leche que caían. Mi mente estaba en blanco, casi me desmallaba. Entre mi casi desmayo, percibí como Helena se lamia los labios y como introducía una de sus manos dentro de su braga de encaje, mientras chupaba sus de dedos de la otra mano. Se se levantó sin decir una palabra, yo tampoco, estaba en el éxtasis máximo, sentí la puerta cerrar y la luz desvanecerse, mi mente no procesaba nada. Solamente me quede plácidamente dormido. Escuche a lo lejos
Helena: Espero que duermas bien
Continuará
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