Mi mejor amiga…la hice mujer
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde niños siempre estabamos juntos; nos ibamos juntos a la escuela, al cine, a pasear con nuestras respectivas familias. Para los de afuera eramos hermanos o primos, pero en nuestra vecindad, sabían que eramos vecinos y solo una gran amistad y cariño nos unía.
Cuando nos llegó la adolescencia, aquella flaquita, se convirtió, en una sirenita con unas curvas espectáculares, un redondo… bien amplio, parado y deseable trasero. Sus senos muy firmes y piernas hermosisimas. Yo en un chico alto, fornido ( por mi gusto por la natación) aparte de los ejercicios….y con un buen rabo que heredé de mi padre. Siempre seguiámos iguales, confidentes, unidos, hasta que comenzamos a elogiarnos, nuestras partes del cuerpo, que habían cambiado. Ella me apretaba mis molleros, y brazos fuertes…yo le daba sanas nalgadas y le decía que tenía, culo de araña boba. En los bajos de mi casa, había un cuartito vacío, que se usaba, si alguien nos visitaba. De niños, solos, mil veces jugamos ambos en ese cuarto . Teníamos como 15 años, cuando comenzamos a celarnos de nuestros amigos, en son de broma, para ella, ninguna chica, era buena para mi… y yo, por mi parte, le espantaba todos los chicos, que se acercaban a ella, entre bromas…y en serio.
Un día llovía torrencialmente y nos mojamos ambos, metiéndonos en el cuartito, abajo de mi casa, asi empapados, como teníamos confianza, yo me quité mi camisa y pantalón, quedando solo en calzoncillos y ella en brazier y pantaletas (bragas)…de momento hubo un sllencio, entre ambos, al mirarnos uno al otro…y mi pene, dejó ver, lo que mi mente pensaba, se me paró terriblemente, Mary me lo miraba fijamente y yo le pedí excusas, timidamente…pero ella, se acostó, boca arriba en la cama, sin dejar de ver, mi paquete…me fui acercando lentamente y ella levantó la mano y me frotó, el pene, lo tocó suavemente, lo apretó fuerte luego; y yo gemia bajito, quejidos que me salían de placer, y no pude mas, me acosté encima de ella, quien abrío sus piernas y yo me refugié en medio de ellas (pero con la ropa interior, ambos puestas).
Empezé a rosarle mi paquete, entre sus piernas y a sobarle los senos, ella desesperada, se enderezó un poco y se quitó el brazier, ahi yo rápido comenzé a mamarle sus pechos, mordía suavemente sus pezones, los chupaba y cuando ya ella, gemía de placer, me quité los calzoncillos y le quité la pantaleta a ella…le comi aquella rica vagina con mi lengua, la chupé una y mil veces, gozando de aquel clitoris virgen. Subí y le puse el pene, cerca de su boca ansiosa y ella se lo metió a la boca, chupándolo, lamiendolo…. y yo, en voz baja, le decía, como mamarmelo…rápido aprendió, me lo chupaba bien bueno. Recorrimos, todas las partes de nuestros cuerpos, luego de tantos años juntos… estabámos descubriendo, nuestros sensuales, cuerpos adolescentes. Su culo me volvió loco, era una hembra apetecible y exubérante, un pollo de mami.
Metémelo, metémelo, súplicaba ella y comenzé a penetrarla, mi pene se abría paso, en aquella apretadita chocha, ella al sentir dolor, me gritó que se la sacara, pero yo….seguí, la agarré fuerte por sus nalgas, atrayéndola hacia a mi, más y se la metí hasta el fondo, Mary en su agonía de dolor y placer, me mordió los labios….nos quedamos quietecitos un rático, hasta que yo comenzé mi mete y saca. Ella empezó a disfrutar, moviendose circularmente y aprisiónandome a ella, como para que jamás, yo escapara, de estar entre sus piernas. Me lo tienes prensado, mi vida, le decía yo, que rico, que rico…Mary te quiero, ahhhhh! Eres mi macho, siempre yo quería ser tuya, cuando fueramos grandes, comeme todadaaa, que rico es, que rico….!
Cuando casi me venía, se la saqué, le dije que se pusiera en cuatro, momento en que me fijé en la sabana llena de sangre, había desvirgado a mi amiga. La clavé por detrás y le llené de leche todo su culo, pues me vine, en medio de su rico trasero. Mary tubo muchos orgasmos y lloraba como nena de placer. Aquella hembra en celo, también me dovoraba a mi…que gozadera tan grande, sentíamos.
Cuando terminamos, nos besamos largamente, como si fueramos novios, ahora yo era su hombre y ella mi mujer. Desde ese día, todo cambió…metíamos de día y de noche, ese rico culo, yo se lo rompí y se lo llenaba de leche, cuando la cogía. Solo cuando estaba en periódo descansabamos del sexo. Uyyyy, que muchos años gozamos Mary y yo…nunca la olvido.
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