Mi novia sufre gangbang con equipo de fútbol durante la secundaria.
Mis compañeros siempre hacían comentarios sobre mi novia en la secundaria, pero no pensé que llegarían tan lejos..
Durante mi primer año de secundaria una de las chicas de mi salón se me acercó a preguntarme si quería andar con ella. Siempre fui muy tímido así que solo pude decirle que sí.
En ese tiempo todavía éramos preadolescentes, así que nuestros cuerpos todavía eran algo de infantes.
Durante la primaria fui un niño gordito, pero en secundaria bajé de peso y me estiré bastante. Nunca fui alguien de deportes. No soy feo, pero tampoco soy algo espectacular, por eso me sorprendió que esta chica me pidiera ser mi novia.
Su nombre, Karen. Cuando ella fue hacia mí a preguntarme, era simplemente una niña cualquiera de piel morena clara, cabello largo negro ondulado y en general tenía buena forma. La cuestión es que su cuerpo se desarrolló de manera acelerada con el paso de los años, y me refiero a de verdad MUY acelerada.
Para el segundo año su culo se ensanchó tanto junto a sus caderas que tenía que usar tallas extras solo por esa zona, e iniciando tercer año sus pechos simplemente parecían de una mujer adulta. Eran gigantescos.
Mis compañeros siempre me decían cosas como: Tu novia está bien rica, dinos qué día nos la prestas.
Pero la mayoría de los otros chicos me odiaban. Escuchaba rumores que decían que yo era marica y no merecía tener ese culo de mujer. En especial uno de los muchachos llamado Brandon. Era el capitán del equipo de fútbol, piel blanca, cabello corto rizado, cara de malandro y buen chico al mismo tiempo. Su cuerpo estaba perfectamente tonificado, siempre usaba short deportivo y sus piernas musculosas se derretían en la mirada de las mujeres. Además de que se quitaba la camisa a propósito para que ellas lo vean, y al mismo tiempo para bajarle la autoestima a varios otros chicos. El machismo en ese entonces estaba a todo su esplendor, y las mujeres luchaban por ver quién era la más puta de todas.
Brandon siempre me lanzaba miradas con las que podía intimidar a cualquiera. En alguna ocasión iba caminando hacia el baño y vi a Brandon y su «pandilla» afuera de esos baños.
Solo alcancé a escuchar risas y comentarios como «Un día le voy a dar en su madre a ese marica», «No creo que conozca cómo luce una vagina», cosas así.
Cuando salí del baño estaba sin playera él y otros dos chicos más. Estaban flexionando los músculos. No pude evitar ver y sentir envidia de ese chico que tenía la misma edad y se veía más grande que yo. No sabía por qué los hombres eran tan agresivos conmigo. Bueno, sí, por Karen.
Además de estar ahí, notaba que Brandon siempre se agarraba el paquete. Siempre aprovechaba la oportunidad para mostrar sus dotes masculinos. Comenzó a moverla debajo del short deportivo y logré ver su cabeza de la verga marcada. Aparté la mirada con miedo y vi su rostro riéndose de mí.
Regresé a mi salón.
EL APAGÓN
Olvidé decir que íbamos en el horario nocturno. Iba caminando con mi novia y ella comenzó a reprocharme cosas como que no pudiera defenderme de tipos como Brandon. EN la entrada de la secundaria siempre se hacía un gentío, debido a que era un espacio cerrado y entre los coches y los vendedores, siempre íbamos muy apretados. En la esquina había un grupito de hombres que iban saliendo del turno matutino. Al ir tan pegados, uno de ellos (Que más tarde me enteré, se llamaba Jonathan) le asestó una nalgada a mi novia, mientras que otro le intentó meter el dedo por atrás. Mi novia solo volteó, pero no con descontento, sino simplemente sorprendida, y me volteó a ver pidiéndome explicaciones sobre por qué no la defendí.
Me giré para ver a los chicos los cuales ya se encontraban algo lejos y ambos me miraron con cara seria, haciéndome gestos que decían «¿Qué vas a hacer al respecto?» y los demás del grupo comenzaron las risotadas. No pude con la humillación, así que solo entré a la escuela y Karen se quedó atrás. Yo estaba rojo de la vergüenza.
Más tarde, casi en las dos últimas horas de clase, una tormenta arrasó con los transformadores de luz de toda la colonia. Se activó la iluminación de emergencia, la cual era una estupidez, porque seguía sin verse nada. Era una luz entre roja y anaranjada que parpadeaba. Iluminaba más la linterna del celular que esas cosas. Así que se hizo el caos en la escuela
Gritos, chiflidos, insultos, risas, de todo se escuchaba. Comenzaron a ofender a los profesores y varios de ellos simplemente no aguantaron la situación y se fueron a la dirección, casi a tiendas de las paredes porque no se veía nada.
Mi novia no iba en el mismo salón que yo, sino en el próximo. De pronto, mi mejor amigo me dijo que Diego (otro chico que conocía solo de vista) le había corrido el mensaje de que yo fuera al laboratorio de ciencias.
No quise ir por el miedo de ir por los pasillos, los cuales se habían vuelto un caos total. Incluso lanzaban pirotecnia, pero parecían balazos.
La tormenta había terminado, así que subí al último piso con cuidado. El laboratorio era un salón que debía estar desocupado porque nadie lo usaba tan tarde. Era el piso más solitario porque literalmente no debía de estar nadie ahí.
Me acerqué a la puerta y solamente pude escuchar burlas y camaradería entre los que se encontraban ahí, que yo calculé eran unos 6 hombres. Al abrir la puerta lentamente solo pude ver entre las luces de emergencia y luces de lo que parecía ser sus celulares, siluetas agitándose. Tardé en reaccionar cuando reconocí a mi novia. Estaba recargada de frente en una de las mesas, y por las luces que apuntaban hacia ella, pude notar algo que parecían lágrimas.
Detrás de ella, Brandon.
El sonido del clap-clap de los testículos de Brandon y su pelvis golpeando a mi novia inundó mi mente de coraje. Su estúpida cara burlándose de mí. Karen levantó levemente la cara con una expresión de sorpresa al verme, pero Brando la azotó nuevamente contra la mesa, solo para después darle una nalgada tan fuerte que le dejó marcada la nalga varios días, y luego comenzó a flexionar sus bíceps y reírse de mí nuevamente.
No pude con el enojo y caminé hacia ellos, honestamente no sabía exactamente qué iba hacer. Pero en eso me plantó un golpe uno de sus amigos, Diego.
Lo peor vino después. Noté que Karen no estaba llorando, sino sudando. Yo de rodillas en el suelo escuché que lo que creí llanto, en realidad eran gemidos por parte de ella. Lo estaba gozando. Entonces me incorporé y Diego me susurró al oído «No puedes hacer nada, ¿acaso no has visto bien?»
No entendí su pregunta hasta que por fin recobré conciencia y miré bien, como me dijo. Atrás de Brandon había una fila de varones. Lo que yo pensé que eran seis hombres fue una ilusión. Eran dieciocho cabrones en fila con la verga de fuera masturbándose, esperando que Brandon terminara con ella. Era el equipo entero de fútbol mezclado con otros deportistas de la escuela. Solamente podía ver las vergas relucientes y mojadas del preseminal.
Brandon comenzó a golpear la vagina de mi novia Brutalmente, no podía verlo con claridad, pero lo sabía por el sonido. El cual me estaba torturando. Parecía que la estaban matando. La fuerza de Brandon era descomunal. Fue tanto el momento irreal que pasaron como treinta minutos y él seguía dándole verga a la putita de mi novia. Uno de los chicos de la fila se posó enfrente de ella, y recargó su verga en la mesa. Karen solo pudo alcanzarla con su mano para luego darle besitos en la cabeza, otro de los chicos llamado Juan igual se acercó a su boca. Aquella escena derramó lágrimas de mis ojos. Jamás me había sentido tan mal, tenía ganas de vomitar por el golpe de hace rato, y lo único que tenía enfrente era mi novia metiéndose dos penes a la boca al mismo tiempo. Entonces varios se lanzaron contra ella al rededor, y no pude ver nada, la rodearon otros 8 hombres más, y ella se perdió entre un círculo de vergas. Escuchaba cómo golpeaban sus penes contra su espalda, podía ver e intuir que, por los movimientos de los hombres, estaban peleando por las suaves manos de mi Karen. Estaban peleando porque mi novia los masturbara.
Duró así unos 10 minutos, donde solo veía los culos gigantes de hombres de 14 a 16 años, golpeando a mi novia por literalmente todos los costados. Pero resaltaba más el trasero y espalda de Brandon, que estaba de lado.
Los comentarios nunca se detuvieron: «Tu novia es la prostituta más barata y nos pertenece», «Mira cómo se la traga», «Ni te imaginas cuántas veces hemos hecho esto».
Esta última frase no la comprendí hasta un tiempo después.
Brandon habló con su voz que era más grave que la de mi propio padre, ordenándoles a todos que dejaran que yo viera el espectáculo. Entonces Brandon comenzó las embestidas más y más brutales. Karen dejó de mamar las dos vergas, o tres, perdí la cuenta de cuántos penes estaban intentando entrar en su boca, para sostener aire por la brutalidad que estaba recibiendo. Brandon entonces levantó la pierna de mi novia, para mostrarme su coño siendo masacrado. Ni siquiera podía procesar el movimiento de su pene, se veía borroso de la velocidad con la que entraba y salía. La mesa (que era de metal debido a que es un laboratorio) estaba reluciente de toda la eyaculación de mi novia, su vagina escurría a borbotones sus fluidos. Entonces Brandon comenzó a gemir más y más.
«Quiero que voltees a ver al puto que tienes enfrente Karen» dijo Brandon mientras le asestaba otra nalgada que resonó en todo el pasillo. Karen solamente gritaba por la creciente velocidad con que era violada. Sus fluidos salieron más y más fuerte, creo que incluso me llegó un poco. Parecía una manguera. El toro que la violaba comenzó a masturbarla al mismo tiempo con su mano, como si de una guitarra se tratara su vaginita. Tenía los labios vaginales totalmente hinchados y rojos. Noté que ella estaba rasurada.
Entonces Brandon gimió tan fuertemente que sonó como el grito de un vikingo. Y en el último gemido de su orgasmo, introdujo tan fuerte su verga en mi mujer que por poco creí que sus huevos también entrarían.
«Parece que tendrás que criar a mi hijo» se burló Brandon, mientras por las comisuras vaginales escurría su semen, embarrando su verga y llegando a sus huevos. Por las piernas de Karen igual escurría ese líquido espeso y blanco lentamente.
Por fin Brandon salió de su vagina.
Apenas salió Brandon, otro entró dentro de ella.
La fila se había reincorporado, y esta vez todo fue más rápido, pero más doloroso. Vergas había de todos colores, tamaños, grosores y sabores. Si algo tenían en común todos y cada uno de ellos, era la vigorosidad al penetrarla. Yo nunca tuve sexo con Karen. Pero admito que los chicos deportistas están a otro nivel a la hora de follar. Sus cuerpos no se cansan, tienen energía para coger a todas las mujeres de tu casa y dejarlas totalmente muertas de cansancio. Uno de los chicos, Juan, quien antes había metido su pene en la boca de mi novia, la penetró tan fuerte que Karen se hizo hacia enfrente gritando. Y todos comenzaron a reír fuertemente. La humillación era terrible.
Durante todo ese rato en que mi novia recibía 18 cabrones cogiéndola una y otra y otra vez, no supe a dónde había ido Brandon.
La tortura prolongándose por vario rato era infernal. Cuando uno terminaba de cogérsela, y de derramarle sus mecos dentro de ella, o afuera, ese último chico iba hacia mí a «cuidarme» de que no me fuera a escapar. Todos y cada uno de ellos hacía comentarios horribles cuando iban hacia mí. Además de que me usaban para limpiarse la verga. Usaban mi camiseta o mi cabello. Llegado el punto donde el olor a semen era tan penetrante que me lastimó la nariz.
Uno de los chicos llamado Brayan, terminó de correrse dentro de la boca de mi novia y luego se me acercó para «cuidarme».
«Lo siento bro, sé que es duro de ver esto, pero así es la vida» me dijo mientras buscaba en mi playera una zona limpia para limpiar su semen. En eso sujetó su verga y la soltó para darme una cachetada con ella, me tomó desprevenido y su pene fue a dar a mi boca. Lo empujé en un arrebato de ira y me tomó por la boca asfixiándome.
«Mira pendejo, mientras más rápido aceptes que tu novia es nuestra mejor será para ti». Yo comencé a llorar del dolor y de que no me dejaba respirar, mi piel se puso morada y roja. Entre lágrimas veía cómo todos y cada uno de ellos me veían con lástima, riéndose, pero al mismo tiempo vi que en sus miradas sentían tristeza por mí. Claro que eso no les impidió seguir golpeando las paredes vaginales de mi novia.
La luz se había restaurado y fue algo que no precisamente me favoreció. Los generadores de luz habían sido conectados al suministro de reserva. Ahora sí veía claramente a cada uno de ellos. Mi corazón iba a darme un paro cardíaco de la ofensa que sentía, y me oriné encima. Todos comenzaron nuevamente las risas infinitas. Ahora que los veía directamente y perfectamente iluminados, era peor. Karen estaba toda mojada y los vatos ya tenían expresiones de cansancio, pero también de determinación. Todos ya habían usado a mi novia por lo menos dos veces cada hombre.
Las mesas del laboratorio (para quienes no sepan cómo son) son unas mesas que estaban extremadamente pesadas. Unas eran fáciles de mover, pero en la mesa que estaba mi novia era la mesa más grande, ancha y pesada. Debido a que la luz se restauró, pude ver algo brutal que tal vez no noté por todo lo que sucedía. Pero la mesa se había movido al menos un metro y medio a la derecha, que era la dirección hacia donde los hombres estaban cogiéndose a mi chica. Mis lágrimas nuevamente salieron.
BRANDON.
Brandon regresó, y se posó detrás de mí tocándome los hombros, dándome un masaje.
«¿Qué tal te la estás pasando?» Me habló con claridad mientras veía cómo mi novia cambiaba de postura. Esta vez uno de los futbolistas se acostó en la mesa y subió a Karen encima, por si no fuera poco, otro de los toros se subió encima de Karen. Iban a hacerle doble penetración. Entonces Diego cruzaba palabras con otro de los futbolistas que no comprendía a qué se referían «¿Lo intentamos? Pero no me vayas a tocar el culo puto» se decían. Y un tercer cabrón se subió encima de Karen. Le iban a hacer triple penetración. Por último, otro chico se subió encima de mi pobre mujer, pero en su cara. Iba penetrarla por la boca.
Sus cuerpos eran tan perfectos que sentía envidia de nunca poder sentir ese poder de coger, con esa fuerza, esa libido que a mis 15 años no había despertado.
Ver todos esos muchachos jóvenes y viriles me hizo reflexionar tanto. Incluso había un chico de primer grado ahí, Daniel de 13 años. También jugador de fútbol, pero más alto y desarrollado que yo.
«Hasta este niño puede más que tú wey» seguía diciéndome Brandon detrás mío mientras me hacía ver cómo cuatro muchachos entraban y salían de mi novia a una velocidad media.
«Yo lloraría su fuera tú bro, pero lo peor es que no te diste cuenta de nada estos años, Karen siempre ha estado con nosotros, cuando te decía que ella iba con sus amigas, iba con varios de nosotros, no es la primera vez que la follamos» Las palabras de Brandon me hicieron abrir los ojos, y me sentí ridículo.
Pasó una media hora en la que todos seguían cogiéndosela en triple penetración, se turnaban todo el tiempo. Algunos ya se habían cansado suficiente. Brandon estaba a mi lado, en otra silla, con su brazo por alrededor mío, como si fuéramos amigos. Y cuando los demás terminaban con mi novia y ya no querían más, se acercaban nuevamente a limpiarse conmigo. Varios hacían el juego de poner sus vergas sudorosas y sucias en mi cara, pero solo los apartaba con enojo, se reían y se iban a sentar alado mío. La noción del tiempo fue brutal al darme cuenta de que probablemente la escuela ya estaría cerrada. No se escuchaba más ruido de fuera, ni todo el vitoreo de afuera.
Por fin, solo quedaban dos muchachos. La violaron con tal fuerza que mi novia arañó la espalda de uno de ellos, haciéndole sangrar.
En cada embestida se escuchaban los gemidos de ella y los gruñidos de los dos machos que tenía dentro.
«¿Cómo es que no se deshidrata?» pensé al ver toda la cantidad de flujos que tiró y que había generado aquel charco asqueroso con semen debajo de ella.
Cuando terminaron los últimos dos, uno de ellos intentó OTRA VEZ poner su pene en mi cara, pero lo aparté. No debí hacerlo.
«Sujétenlo»
Me tomaron por los brazos y me abrieron la boca por la mandíbula. Brandon solo se levantó para admirar lo que hacían conmigo. El futbolista metió su pene en mi boca lo más profundo que pudo llegar.
«Si la muerdes te va peor pendejo»
«Eso, ahí, sostenla»
Me la sacó y por milagro contuve el vómito. Karen solamente veía con cara de arrepentimiento.
FINAL
No podía terminar de otra forma que con Brandon. Se acercó a mí, yo tenía miedo. «No soy tan salvaje, no voy a darte el gusto de probarme el pito, porque sé que te mueres de ganas, prefiero que otra boca me coma la verga» dirigiéndose a mi novia por última vez. Pero ahora la tomó y la llevó enfrente mío. Yo intenté escapar inútilmente porque Diego me puso de rodillas, frente a frente con Karen. Ella no decía nada, pero su cara era de una vil prostituta. No sé cómo pudo ocultarme tremendo pasado.
Entonces Brandon sacó su pene semi erecto, a ojo de buen cubero, esa verga medía 22 centímetros. Era blanca pero no tan blanca, totalmente circuncidada. Pude ver las arrugas de su escroto a la perfección de lo cerca que estaba de mí.
«Ahora verás cómo tu mujer me hace sexo oral, no es tan malo, ¿cierto? solo es sexo oral»
Y comenzó su último acto. Su pene literalmente llegaba a su garganta. Pude ver cómo se ensanchaba su tráquea cada vez que Brandon metía su pene de forma lenta.
«Mira cuánta saliva»
«Si supiera el putito este todas las veces que la usamos»
«Qué feo debe sentirse ser tú hermano»
«Ni siquiera las prostitutas por oficio hacen trabajos así»
«A ella no le importa nada, solo quiere pene»
Los comentarios eran interminables y cada uno más violento que el otro.
Brandon lanzó todo su semen dentro de ella y comenzó el vitoreo de su parte.
«Que lo bese, que lo bese, que lo bese…»
Al final me obligaron a hacerlo. Me obligaron a besarla.
«¿Qué pensarán tus padres de ti, que has probado el semen de los equipos de fútbol? Si yo fuera tú me suicidaría campeón» Me dijo Brandon, señalándome la cámara detrás mío. Habían grabado todo en todo momento.
DESPUÉS
Terminó el acto. Aún recuerdo la vagina de mi novia toda suelta. No pude con lo que acababa de suceder, ver a mi novia siendo el objeto sexual de otros hombres. Saber que ella siempre fue de uso público.
Brandon me dejó una USB como «regalo».
En ella se veía una colección de vídeos que ascendió a los 19 gigabytes de puros vídeos pornográficos. Se tomaron el tiempo de organizarlos en carpetas. «Oral, anal, doble, triple, glory hole…»
La mayoría eran vídeos grabados con sus propios celulares. A veces era en grupo, a veces con uno solo. Pero el último vídeo era uno donde se veía a ella haciéndoles oral a todos, ellos eyaculaban en un vaso, y ella se lo tomó completamente, y en la misma secuencia de vídeo se ve que la llevan a la escuela en uno de sus coches. La dejan en la esquina, y ahí estaba yo. Ella se acerca a mí, y me da el beso más largo que pude tener ese día. Era día de San Valentín.
«No mames ese pendejo sí la besó» se escucha en el vídeo, seguido de risas. «Pinche come semen igual que su puta novia».
Eventualmente fui a terapia después de que subieran ese vídeo a facebook. Lo bueno es que era el último año. Pero después comenzaron a llegarme vídeos no solo del club de fútbol, sino de varios anónimos que enviaban evidencias de cómo se follaban a mi novia.
Desde lo más simple como sexo oral durante la clase, hasta uno donde la orinan tres cabrones en el baño.
Cada vez que iba por los pasillos me chiflaban y me decían Cornudo y toda clase de insultos.
Lo peor de todo, es que seguí siendo novio de Karen.
Uff me encantan este tipo de relatos con humillación. Te quedó excelente. Espero ver más historias así…
Es la historia más j**@*3nte caliente que he leido en mucho tiempo, me encantó, 5 estrellas!
Si alguien conoce historias similares con orgias de adolecentes, ppr fa me la comparte.
Hay una mucho más caliente se llama Novia Tonta y también hay otra reciente del mismo autor
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Este es mi tipo de relato, toda mi adolescencia fantasee con vivir algo asi ya sea con mis novias, hermanas o madre.
super excitante. continua