MI NUEVA VECINA Y SU PEQUEÑA HIJA
Al barrio donde tengo una pequeña tienda, llega Lucero, una nueva y deliciosa vecina, junto con su pequeña y mas hermosa hija Lorenita de 10 años.
Mi nombre es Pedro, tengo 58 años y vivo en una pequeña ciudad de Colombia…. Enviude hace 5 años y mis hijos ya son mayores y casados, por lo tanto, vivo solo en mi casa, tengo una tienda de abarrotes y verduras en el primer piso desde hace muchos años y yo vivo en el segundo piso…. Nunca me volví a casar, pero si tengo mis amiguitas que normalmente son clientas de la tienda que me visitan de vez en cuando a escondidas (algunas son casadas)
Hace un tiempo llego al barrio una nueva vecina de aproximadamente 30 años, que vino a la tienda a comprar algunas cosas… la tienda no es muy grande, pero funciona como auto servicio… ella tomo algunas verduras y otras cosas y cuando se acercó para pagar le dije:
Yo – buenas tardes mi señora, ¿es nueva por aquí???
Lucero – si señor, sí, soy nueva en el barrio, nos acabamos de mudar
Yo – entonces bienvenida mi señora, ojalá le guste el barrio, es muy bonito y tranquilo, mi nombre es Pedro y aquí estamos para servirle en lo que necesite
Lucero – gracias don pedro, mi nombre es Lucero y por aquí estaré molestándolo
Lucero me pareció una mujer muy linda, con esos cuerpos que paran cualquier verga… es de cabello oscuro largo liso ojos cafés y carita muy agraciada, pero su cuerpo es lo que más llama la atención, es muy voluptuosa (una MILF) tiene un buen par de piernas bien torneadas, unas tetas grandes, buenas caderas y un culo de infarto
Con los días nos hicimos buenos amigos y yo no perdía oportunidad para agasajar su cuerpo, me entere que era separada y vivía ella sola con su pequeña niña, Lorena de 10 años y lo que más me llamaba la atención era la forma de vestir de Lucero, siempre usaba ropa ajustada, blusas escotadas o trasparentes, siempre andaba en sandalias o zapatos de tacón, lycras que resaltaban su cuerpo o con falditas o vestidos cortos.
El caso es que ya le tenía muchas ganas a doña Lucero, cuando venía a la tienda yo no perdía oportunidad para verla agachada escogiendo sus cosas…. Uuuummmm…. No podía dejar de admirar ese par de tetas y ese culo redondo y parado que tiene…. Además, que cuando camina mueve esas nalgas muy rico que hace que le salten las tetas a cada paso y me toca sobarme la verga por encima del pantalón
Un día platicando me dijo que se había separado de su marido porque era muy celoso, a él no le gustaba su forma de vestir, él le decía que parecía una puta por la calle provocando a todo el mundo, pero que a ella le gusta vestir así, le gustaba sentirse bonita y admirada
Lucero – a toda mujer le gusta sentirse admirada don Pedro, y creo que yo tengo lo mío para lucir, me gusta que me miren y ser el centro de atracción
Yo – claro que si Lucero, eres muy bonita y a mí me encanta verte vestida así, me alegras el día y no sabes cómo me pones
Lucero – por eso quiero que mi hija también sea libre y haga lo que quiera, yo en mi niñez fui muy reprimida y no me dejaban hacer nada ni me dejaban escoger mi ropa… por eso quiero que Lorena sea diferente, ya se está convirtiendo en una mujercita y quiero que disfrute la vida, la vida es solo una y quiero que ella la pueda disfrutar en todo, me gusta que vista como yo, muy coqueta, que sea el centro de atracción, que vean que es más linda que la mama y ser la envidia de todo el barrio, que viva todo lo que la mama no pudo disfrutar
Mi cabeza empezó a maquinar y a imaginar a esa pequeña Lorena
Yo – pero Lucerito, tu nunca has traído aquí a tu hija, me gustaría conocerla y ver si es tan linda como la mama
Lucero – claro que si don Pedro, ahora en la tarde la traigo para que la conozca… ella es hermosa y es mi vida, es muy alegre y extrovertida, aunque un poco ingenua y sumisa
Esa tarde vino a la tienda Lucerito con su pequeña hija Lorena…. Y quede muy impresionado con esa chiquilla…. Lorena es delgada, alta, ojos color miel y pelo largo castaño, a pesar de sus 10 años, ya le estaban creciendo esas téticas y tenía unas piernas bien torneadas y un culito bien paradito y redondito…. Estaba vestida con un leggins muy ajustado y una blusita de tiritas y se notaba que aún no usaba brasier porque se le notaban esos pezoncitos paraditos … uuuuffffff
Desde aquel día, cuando venía Lucero a la tienda yo le decía
Yo – y salúdame a tu hija de mi parte
Lucero – claro que sin don Pedro, con gusto le doy sus saludos
Yo – y de vez en cuando tráela, para poder admirar tanta belleza que heredo de la mama
Lucero – aaayyyy don Pedro, las cosas que dice, es usted un caballero… le voy a enviar de vez en cuando a mi hija para comprar algunas cosas, pero espero que me la atienda muy bien don Pedro
Yo – tranquila lucero, que yo la atiendo como se merece
Lucero – bueno don Pedro, le voy a decir a Lorena que se ponga un vestido que le compré hace poco que le queda divino para que la vea, y le digo que venga a comprar unos tomates y un pepino para la cena y luego me cuenta como le pareció, ¿vale??
Yo – pierda cuidado lucerito que yo se la cuido muy bien
Tan pronto se fue Lucero, aproveché y puse unos tomates en una estantería en la parte más baja y unos pepinos en la parte más alta…. Al poco rato llego a la tienda Lorenita luciendo un hermoso vestido rojo de florecitas de abotonar adelante que le quedaba a media pierna y de tiritas en la parte superior… uuuummmm…. Lucia muy sensual esa chiquilla, de inmediato mi verga empezó a reaccionar debajo de mi pantalón
Lorena – buenas tardes don Pedro
Yo – buenas tardes hija…. Vienes por los tomates y el pepino???
Lorena – sí señor,
Yo – precisamente tengo unos muy buenos y frescos para ustedes…. Pero como por aquí viene tanta gente, tuve que esconder los tomates en la parte de debajo de ese estante y los pepinos en la parte más alta, para que nadie más se los lleve
Lorena – gracias don pedro…. ¿En este estante???
Yo – si princesa…. Bien abajo al fondo
Lorenita se inclinó hacia abajo para buscar los tomates
Lorena – no veo nada don Pedro!!!
Yo – toca que te arrodilles preciosa para que los puedas alcanzar
Lorenita se arrodillo de inmediato poniéndose en cuatro patas haciendo que su vestidito se subiera un poco
Yo – eso es preciosa…. Están bien al fondo
La pequeña se inclinó más aun bajando la cabeza y levantando el culito…. Ahora su vestidito se subió más y podía verle esas hermosas nalguitas, tapadas con un pequeño panty blanco de algodón…. Tome mi celular y rápidamente mirando que no hubiera nadie alrededor le tome una foto a ese hermoso culito que tenía al frente.
Rápidamente Lorena saco dos tomates y se levantó, a lo que le dije
Yo – súbete en esta pequeña escalera para que puedas escoger los pepinos preciosa
Lorena puso los tomates sobre el mostrador y empezó a subir por la escalera
Yo – ven te ayudo a sostener, no te me vayas a lastimar
Me puse detrás de ella tomándola por las caderas y a medida que subía la escalera yo le subía disimuladamente el vestido hasta dejar al descubierto ese culito redondito y provocativo…. Uuuummmmm…. La tenía a escasos centímetros de mi rostro…. Sentía que la verga me quería estallar en el pantalón… quería quitarle ese panty y hundir mi cara entre esas nalguitas y lamerle ese anito delicioso
Lorenita estuvo en esta posición por algunos segundos y luego me pidió el favor que la ayudara a bajar y me dijo
Lorena – cuanto es don Pedro??
Yo – dile a tu mami que mañana arreglamos
Lorena – bueno don Pedro, muchas gracias
Yo – con gusto princesa, salúdame a tu mami…. Y por cierto, te queda muy bien ese vestido, te ves muy linda
Lorena – gracias don Pedro… mi mama me lo regalo y me gustó mucho
Aquella noche me hice una paja descomunal viendo las fotos de lorenita, imaginando como la manosearía a ella y a su mama en la tienda, imaginando como les metería la verga mientras escogen el mercado, uuuufffff …. Esa noche me hice una paja y me saqué la leche pensando en ese par de putitas.
Los días siguientes fueron bastante calenturientos para mí, a veces venía a la tienda Lucerito luciendo sus hermosas piernas bajo unas falditas corticas que le lucían muy sexy, yo aprovechaba para ayudarle a escoger las verduras y los abarrotes parándome justo al lado de ella y la abrazaba mientras con la otra mano le ayudaba a escoger cosas… como ella ni se inmutaba, mis abrazos se hicieron cada vez más descarados, ya la agarraba de las caderas, tratando de que la falda se le subiera un poco, también aprovechaba toda oportunidad para rozar mi cuerpo con el suyo, para sentir sus tetas contra mi cuerpo y para rozarle las nalgas con mi verga súper dura y parada, y ella actuaba como si nada estuviera pasando, al parecer es una de esas puticas calienta vergas que le gusta provocar a los viejos morbosos como yo… al salir de la tienda yo le decía:
Yo – por aquí a la orden para lo que quieras Lucerito, no más me dices… y saludos a Lorenita, dile que le envío un beso
Lucero – claro que si don Pedro, yo le envío sus saludos y le digo que venga a visitarlo de vez en cuando
Una mañana, antes de abrir la tienda, me fui hasta el centro de la ciudad, para comprar algunos suministros del negocio y aproveché para pasar por un almacén de ropa y compré un par de falditas vaqueras en jeans, muy coquetas y pequeñas, una para Lucero y otra más pequeña para Lorenita, y esa misma tarde, cuando Lucero estaba en la tienda comprando algunas cosas, saque la bolsa y se la entregue
Yo – perdóname el atrevimiento Lucero, pero pasé por un almacén y cuando las vi, pensé inmediatamente en ti y en tu hija… es un pequeño regalo de mi parte para ustedes dos
Lucero saco las falditas de la bolsa diciendo
Lucero – aaayyyyy don Pedro… están hermosas, siempre quise una faldita así… no debió molestarse
Yo – no es molestia Lucerito… sabes que te he tomado mucho aprecio a ti ya tu hija, ustedes dos alegran mis días cuando vienen por aquí
Lucero – pero creo que están un poco pequeñas para nosotras, no sé si me quede bien
Yo – pues aprovecha y te la mides de una vez, y si quieres, yo las puedo cambiar en el almacén
Lucero – aquí??… ahora??
Yo – claro que sí, aprovecha que no hay nadie más en la tienda… te puedes cambiar en la parte de atrás, allá está el baño
Lucero – bueno don Pedro, ya me la pongo y usted me dice cómo me queda
A los pocos minutos, Lucero regreso del baño, asomando primero la cabeza, para ver que no hubiera nadie en la tienda, y tras estar segura de que nadie nos acompañaba, salió caminando muy coquetamente…. Uuuufffffff…. Esa faldita le quedaba espectacular… le quedaba muy ajustada revelando ese par de caderas y solo tapando lo estrictamente necesario, dejando ver en todo su esplendor ese par de piernas largas y muy bien torneadas… de inmediato mi verga dio un salto dentro del pantalón queriendo salir y penetrar a esa hermosa mujer.
Lucero – como me queda don Pedro??
Yo – aaayyyyy Lucerito…. Te queda espectacular
Lucero – usted cree???… casi no me entra… yo creo que me queda un poco pequeña
Se dio media vuelta, enseñándome como se le marcaban perfectamente ese par de nalgas sobre la tela.
Yo – nnnooooo… te queda como hecha a medida
Lucero – a mí me encanta don Pedro… pero creo que me echarían del barrio si salgo vestida así a la calle
Yo – uuuummmm…. Está bien Lucero, si quieres la cambio en el almacén por una talla más grande
Lucero – nnnooooo don Pedro… me gusta mucho… no me la voy a poder poner para salir a la calle como quisiera… pero la puedo usar para estar en casa… y si quiere, cuando venga a la tienda, la traigo en el bolso y me la pongo acá, para que usted me pueda ver
Yo – uuuuyyyyy Lucerito… eso me encantaría mucho… te ves hermosa vestida así… y me encantaría que te la pusieras solo para mi
Lucero – bueno don Pedro, así quedamos… voy a cambiarme porque tengo que regresar a la casa
Volvió al baño y se cambió, saliendo con el leggins que tenía puesto antes diciendo
Lucero – gracias don Pedro, es usted un ángel
Yo – es con mucho gusto Lucero, y por favor entrégale el detallito a tu hija
Lucero – le voy a decir a Lorena que venga a visitarlo, y así, usted mismo le entrega el regalo y le da la sorpresa, yo sé que le va a encantar
Yo – eso me gustaría mucho, hace días que no veo a esa princesa
Lucero – hasta luego don Pedro… ya nos estaremos viendo
Se despidió dándome un sonoro húmedo y delicioso beso en la mejilla, muy cerca a la boca… y dándome la espalda salió de la tienda, moviendo ese culo deliciosamente de un lado al otro, mientras giraba la cabeza, me sonreía y me guiñaba el ojo muy coquetamente…. Uuuffff… esa puta me dejo con la pija súper caliente y queriendo estallar.
Al poco rato, llego a la tienda Lorenita vistiendo un short y una camisa de tirantes muy coqueta…. En la tienda había dos señoras comprando algunas cosas, a las cuales despache muy rápido, para poder atender a Lorena como se merecía
Yo – hola Lorena, que agradable sorpresa, hace tiempo no venias por acá
Lorena – buenas tardes don pedro
Yo – estas muy linda como siempre, te felicito… te estas convirtiendo en una hermosa mujercita
Lorena – gracias don Pedro… mi mamá me dijo que usted me había comprado un hermoso regalo
Yo – así es princesa… aquí lo tengo y espero que te guste
Le entregue a Lorena la bolsa con el regalo y ella sacando la faldita y mirándola, asomo una hermosa sonrisa y me dijo
Lorena – está muy bonita don Pedro, gracias
Yo – si quieres, te la puedes probar aquí… por si no te queda, yo la puedo cambiar en el almacén… tu mami se probó la de ella aquí también
Lorena – pero, alguien puede entrar
Yo – en la parte de atrás está el baño, ahí te puedes cambiar sin problema
Lorena – bueno don Pedro… quiero ver cómo me queda
Le indique donde queda el baño y mientras se cambiaba, entro otra clienta a la tienda, a la que atendí muy rápido, para que no fuera a ver a Lorenita… a los pocos minutos salió Lorena del baño, un poco tímida… a lo que yo le dije,
Yo – ven Lorena, déjame verte, tranquila que no hay nadie en la tienda, estamos solos
Lorena salió y me dejo verla en todo su esplendor…. Uuuuffffff…. Se veía simplemente espectacular… como una niña de 10 años puede ser tan sexy, tan sensual, tan provocativa
Lorena – como me veo don Pedro ???
Yo – uuuuufffff…. Te ves hermosa princesa…. Te ves más linda que tu mami
Lorena – gracias don Pedro, pensé que me quedaba muy pequeña y muy cortica
Yo – nnnooooo Lorenita …. Te queda perfecta, te ves muy sexy vestida así… ya eres toda una hermosa jovencita…. Date la vuelta para verte bien
Lorenita se giró dejándome verla por completo… uuummmm… esa faldita le quedaba súper ajustada y dejaba ver algo de su panty en la parte de atrás… como tiene un culito tan redondito y paradito, hace que se le suba un poquito la falda por detrás, y por delante a duras penas tapaba el panty, dejando ver esas hermosas piernas que se están desarrollando
Yo – te felicito Lorena, vas a ser la envidia de todo el barrio
Lorena – a mí me gusta cómo me queda… pero no creo que mi mami me deje usarla para salir a la calle
Yo – te gusto tu regalo??… te gustan las minifaldas??
Lorena – sssiiiii don Pedro… me gustan mucho…. Me hacen sentir que soy mayor, que ya no soy una niña
Yo – hagamos una cosa, vamos a la parte de atrás y me dejas tomarte tus medidas… así te puedo comprar más ropa y siempre te va a quedar perfecta… va a ser sobre medidas
Lorena – sssiiiii, me gustaría mucho don Pedro
Yo – vamos y aprovechamos que a esta hora no viene nadie a la tienda
La tome de la mano y nos fuimos a la parte de atrás, donde estaríamos a salvo de cualquier mirada… tome un viejo metro de modistería que había en un cajón, acomode una butaca y le pedí el favor a Lorena de que se subiera parada sobre la butaca, la ayude a subir y ese culito delicioso quedo solo un poco debajo de la altura de mi cabeza
Yo – párate derecha preciosa
Lorena – si señor
Me pare detrás de ella y con el metro en mano le tome la medida de la cadera, aprovechando para tocarlas y rosar una parte de sus nalguitas disimuladamente… no me importaba que medida tenia, solo quería tratar de sentir sus caderitas y sus nalgas… luego tome la medida de su cinturita y después, pasé el metro sobre sus senitos, que ya se estaban empezando a formar… con el pretexto de tomar bien el metro, la parte externa de mi mano apretaba una de sus téticas… uuuffff… Lorenita no decía nada y seguía parada derechita,
Yo – así voy a poder comprarte blusas muy bonitas que te van a quedar perfectas
Lorena – gracias don Pedro, si me gustaría mucho
Luego tomé el metro y puse un extremo a la altura del talón, y con la otra mano, subí el metro por toda la superficie de su pierna, sintiendo la textura de esa piel suave hermosa y juvenil, al llegar a la parte superior de su pierna, le levanté la faldita por un costado, llevando el metro hasta la cadera… Lorena no hizo nada por volver a acomodarse su faldita, luego me paré detrás de ella y levante el resto de la minifalda, descubriendo todo su hermoso trasero, solo cubierto por ese panty blanco de algodón, tomé el metro y medí desde la cintura hacia abajo, hasta donde empiezan sus hermosas piernas, haciendo presión con el dedo a la altura del anito…. Uuuuuffffff…. Ya tenía esa verga súper tiesa, me tocó acomodarla bien con la mano dentro del pantalón.
Yo – está muy bonito tu panty princesa
Lorena – a mí me gustan más los que usa mi mami, pero ella me dice que no ha conseguido de esos en mi talla
Yo – y como son esos pantys de tu mami???
Lorena – se llaman tangas!!!… son pequeñitas, muy bonitas y trasparentes, vienen en varios colores y me gustan mucho
Tomé el metro y me dispuse a tomar la medida de sus nalgas, desde un lado hasta el otro, pero con el pretexto de tomar mejor la medida, tomé el elástico por la parte de la nalga y lo subí, hasta que ese lado del panty se metió entre la raya de sus nalguitas, como Lorena no tuvo ninguna reacción, hice lo mismo con el otro lado del panty, ahora lo tenía todo metido entre sus nalgas y así pude tomar bien la medida
Yo – mira!!!… con el panty así, parece que tuvieras puesta una tanga, como las de tu mami
Lorena volteo a mirar, tratando de ver cómo le quedaba
Lorena – las de mi mami son más pequeñas y en la parte de atrás es solo un hilo
Ya entrado en más confianza, tome con una mano las dos partes elásticas del panty y lo estire hacia arriba, haciendo que se le metiera descaradamente entre sus nalgas, que ahora estaban totalmente expuestas ante mis ojos
Yo – si usas tus pantys así, parecería que tienes puesta una tanguita y así te vas acostumbrando, para cuando tengas unas de verdad… es más… como ya tengo tus medidas, puedo comprarte algunas, o mandarlas hacer sobre medida… te gustaría que yo te comprara algunas tanguitas ???
Lorena – sssiiiii don Pedro, me gustaría mucho… hace tiempo que quiero usar tanguitas… una vez, cuando mi mama no estaba, yo me puse una tanga de ella, me gustó mucho, pero se me escurría… yo no soy tan caderona como mi mamá
Yo – ya te estas convirtiendo en una hermosa señorita Lore, ya pronto vas a tener caderas como las de tu mami o talvez más bonitas… pero por ahora, necesito que separes un poco tus piernas, sin caerte de la butaca, claro
Lorena muy obediente separo sus piernas, solo lo que le permitió la butaca, yo tomé el metro y procedí a tomar la medida de su entrepierna… puse mi mano derecha con un extremo del metro, atrás de ella a la altura de su cintura, y luego metí mi mano izquierda por delante entre sus piernas, buscando la otra parte del metro y sacándolo por el frente, con las dos manos acerqué bien el metro a su entrepierna por los dos lados, ajustándola lo más que pude a su piel, rosando su culito y su rajita con mis manos por encima del panty… uuuufffff…. Le tenía una mano en el culito y la otra mano en la conchita… presione con los dedos tratando de penetrar esos juveniles agujeritos, para que la medida fueras lo más exacta posible, pero claro, el panty no me dejaba… y Lorena solo me volteaba a ver y me sonreía muy coqueta… uuummmm… a este punto, mi verga quería explotar dentro de mi pantalón, y creo que Lorena pudo ver el bulto que se me formaba en el pantalón.
Yo – listo preciosa, creo que ya tengo tus medidas
Le ofrecí la mano para ayudarla a bajar, ella con la faldita totalmente enredada en la cintura y el panty metido entre las nalgas, muy sonriente me miro.
Lorena – gracias don Pedro
Yo – ya puedes cambiarte Lore… tu mami debe estar esperándote… y no olvides usar el panty como te enseñe, para que lo sientas como si fuera una tanguita
Lore me dio la espalda y se fue caminando hacia el baño, moviendo ese culito muy rico a cada paso… yo me tuve que acomodar otra vez la verga dentro del pantalón
Lorena – se siente raro, pero así lo hare don Pedro, hasta que pueda tener mis propias tanguitas
Al siguiente día, me encontraba en la tienda, maquinando mi cerebro, pensando en cómo haría para poder conseguir unas tanguitas bien sexys, pequeñas y atrevidas, pero de la talla de mi Lorenita… Cuando veo entrar a Lucerito, luciendo un leggins blanco, muy ajustado a ese hermoso cuerpo, recuerdo que la tela se le metía en la entrepierna, marcando perfectamente esa raja bajo la tela, y una camiseta deportiva de tirantes que dejaba ver ese perfecto abdomen y un ombligo adornado por un pequeño pircing, que parecía una pequeña piedra de esmeralda
Lucero – buenos días don Pedro, como me le va???
Yo – ahora si me va muy bien Lucerito, gracias a tu presencia
Lucero – las cosas que dice don Pedro… vengo a llevar algunas verduras para el almuerzo
Yo – claro que si preciosa, puedes escoger las que quieras, déjame ayudarte
Me paré a su lado, tomándola con una mano por la cintura, mientras ella escogía sus verduras
Yo – esas me llegaron esta misma mañana, estas bien frescas
Lucero – si, se ven muy frescas
Lucero se agacho a escoger algo, sin doblar las rodillas, levantando ese hermoso culo que tiene, mi mano se deslizo hasta llegar a la parte superior de sus nalgas, ella se mantuvo en esa posición por unos segundos, cambiando el pie de apoyo, haciendo que esas nalgas se movieran en un delicioso vaivén
Yo – también tengo un pepino muy bueno para cuando se te ofrezca
Lucero se incorporó y caminando por la tienda, moviendo ese culo de un lado para el otro, mirando los productos me dice
Lucero – gracias don Pedro, tendré muy en cuenta su oferta… por cierto, Lorena le envía muchos saludos y un beso… le gustó mucho la faldita que usted le regaló, gracias
Yo – si quieres que cambie la faldita por una más grande, me dices
Lucero – no don Pedro gracias, a ella le gustó mucho esa faldita… y también me dijo que usted le tomó las medidas, porque piensa comprarle más ropa
Yo – así es Lucerito, tu hija es muy hermosa y me gustaría comprarle algunas cositas para que se vea más linda
Lucero – es usted un ángel, no debería molestarse con esas cosas
Yo – sabes que para mí no es ninguna molestia
Lucero – y usted si cree que pueda conseguir las tanguitas que ella quiere???
Yo – haré todo lo posible por conseguirlas y complacer a tu hija
Lucero – yo he buscado por todas partes, pero no encuentro en talla tan pequeña… y ella está loca por usar tanguitas
Yo – si es el caso, mandamos a hacer unas cuantas sobre medidas
Lucero – gracias don Pedro, pero hoy vengo a pedirle un favor muy especial
Yo – lo que quieras preciosa, sabes que yo hago lo que sea por ustedes dos
Lucero – es que me da pena decirle don Pedro
Yo – dime tranquila lo que quieras
Lucero – es que últimamente andamos un poco mal económicamente, y nos hemos visto a gatas con los gastos de la casa… y pues…. No sé si usted pudiera darnos un plazo para pagar las cosas que le compremos aquí
Yo – tranquila Lucero, tu sabes que cuentas con todo mi apoyo… y ahí podemos ir mirando cómo me pagas, para que no te descuadres tanto económicamente
Lucero – gracias don Pedro, en verdad es usted un ángel… no sé qué haríamos mi hija y yo sin usted
Yo – estoy para servirte en lo que quieras… además, como podría negarme a algo para Lorenita, ella se merece todo… pero si quisiera pedirte un favor… cuando vengas a comprar a crédito, quiero que lo hagas después de las siete, que es la hora en que cierro el negocio, no quiero que los demás vecinos se den cuenta que estoy vendiendo a crédito, porque entonces todos querrán pagar así y eso me quebraría
Lucero – bueno don Pedro, gracias… entonces yo vengo hoy mismo después de las siete
Yo – listo, así quedamos, yo te abro la puerta apenas llegues y porfa, no le cuentes a nadie que vas a pagar a crédito
Lucero – no don Pedro…. este será nuestro secreto
Yo – aaahhhh… y quisiera pedirte un último favor, si no es mucha molestia
Lucero – dígame no más don Pedro
Yo – pues, me gustaría mucho que siempre vinieras a la tienda, lo hicieras en faldita
Lucero – claro que si don Pedro, será un gusto para mi
Yo – es que me encanta verte a ti y a tu hija en faldita… se ven muy lindas y sensuales
Lucero – bueno don Pedro… siempre me pondré faldita para usted… y le diré a Lore, que a usted le gusta verla en faldita también
Yo – gracias lucero
Lucero – gracias a usted don Pedro, sabe que mi hija y yo le hemos tomado mucho cariño… entonces nos vemos ahora más tarde
Me beso en la mejilla para despedirse, y esta vez alcanzó a posar sus labios en la esquina de mis labios y me dio un largo y húmedo beso, luego me guiño el ojo con una sonrisa muy picara, se giró y salió de la tienda moviendo ese culo descaradamente bajo ese leggins que estiraba sus costuras, para tratar de contener ese par de nalgas deliciosas que se movían a cada paso, uuuuffffff… estuve toda la tarde con la verga parada, esperando que viniera a la tienda, esa calienta vergas de Lucero… hasta que por fin llegó la hora de cerrar… a los pocos minutos de haber cerrado la puerta principal, escucho que golpean por la pequeña puerta lateral, me apresuro a abrir y de inmediato entra Lucerito, luciendo un hermoso vestido negro de una sola pieza, ceñido en la cintura, de tirantes en la parte de arriba, dejando ver buena parte de sus tetas, además, era evidente que no llevaba bra, la parte de abajo del vestido era amplia y le llegaba un poco arriba de media pierna, unas sandalias destapadas de tacón alto, muy bien maquillada y el cabello cogido en cola de caballo, uuufffff… se veía sencillamente hermosa, como si fuera para una elegante fiesta
Yo – wuauuu… que hermosa te ves Lucero, te felicito
Lucero – gracias don Pedro… me puse así por usted, espero le guste
Yo – uuuffff… me encantas preciosa, siempre te he visto muy linda, pero hoy estas más hermosa que de costumbre
Lucero – mi hija le envía muchos saludos, y dijo que a ella también le gusta usar mucho falditas… que siempre que venga a visitarlo, lo hará en faldita o vestido
Yo – gracias… ustedes dos son unas princesas que quiero mucho… pero dime, que quieres comprar hoy
Lucero – uuuummmm… me quedo sonando en la cabeza eso que me dijo hoy… me antoje de un buen pepino y de otras cositas
Yo – claro que sí Lucerito, puedes venir cada vez que quieras tu pepino… ven te ayudo a escogerlos
Lucero – gracias don Pedro
Empezó a caminar por la tienda y yo la seguí detrás, hipnotizado por el movimiento de sus nalgas bajo ese vestido… pronto se detuvo frente a la sección de verduras y yo me pare a su lado, agarrándola de la cintura
Yo – puedes antojarte de lo que quieras, que yo te lo doy
Lucero – a mí me encanta el pepino don Pedro… no puedo resistirme ante un buen pepino grande y gordo
Se inclinó sobre el estante sin doblar las rodillas, poniendo al aire ese hermoso culo redondito y paradito… de inmediato, mi mano se fue corriendo lentamente, hasta llegar a las nalgas… ella siguió agachada, como si nada estuviera pasando… mi mano ya estaba sobre toda su nalga acariciándola descaradamente
Lucero – aaaayyyyy don Pedro… la verdad, no sé qué pepino escoger, todos se ven muy provocativos
Yo – tomate tu tiempo Lucerito, no tenemos ningún afán
Empezó a mover las nalgas de un lado para el otro, mientras mi mano, empezó a subirle el vestido, hasta que logre alcanzar el borde y subirlo completamente y posar mi mano sobre toda su desnuda nalga, uuuufffff… que deliciaaa… estaba manoseándole el culo a mi antojo y Lucero actuaba como si no se diera cuenta de nada… yo no podía ver, pero si pude sentir con mi mano, que tenía puesta una pequeña tanguita tipo hilo por detrás… pronto mi mano corrió hacia abajo la tanguita, hasta dejársela a media pierna y luego con mi mano abrí esas nalgas, buscando con mi dedo la entrada del culo, que no tarde en encontrar… Lucerito, emitió un pequeño gemido cuando sintió como mi dedo se abría campo dentro de su recto
Lucero – uuuuuyyyyy, don Pedro… todos esos pepinos se ven muy ricoooss
Yo – escoge los que quieras preciosa… cada día te puedes comer uno diferente
Lucero seguía agachada con el culo al aire, el vestido levantado, la tanga a media pierna y yo trataba de meterle más el dedo hasta el fondo de ese culito que estaba calientito y apretadito, uuuffffff…. Luego de unos segundos, incorporó su cuerpo, haciendo que se saliera el dedo que le tenía adentro y se le bajara el vestido nuevamente
Lucero – también necesito unas mazorcas y unas zanahorias don Pedro
Camino por el corredor unos metros, yo la seguía desde atrás, mirando como llevaba la tanguita enrollada a media pierna, uuuuffffff…. La visión de ese espectáculo era algo delicioso…. La tanguita se estiraba a cada paso, tratando de aferrarse a sus hermosas piernas, Me tuve que sobar la verga sobre el pantalón mientras caminaba detrás de ella… Se paró frente a un estante y levanto los brazos, parándose en putas de pies para alcanzar algo de la parte de arriba… yo me pare detrás de ella y le dije,
Yo – déjame ayudarte amor, no quiero que te vayas a caer
La agarré con las dos manos por la cintura y le pegue la verga contra las nalgas por encima del vestido, ella echo hacia atrás las nalgas, pegándolas más a mí, mientras seguía buscando cualquier cosa, y me dice
Lucero – gracias don Pedro, usted si sabe cómo tratar a una dama
Mis manos empezaron a subir por el frente, mientras le restregaba la verga por encima del vestido, hasta que las palmas de mis manos llegaron a esas deliciosas, redondas y grandes tetas y empecé a manosearlas con todo descaro… Lucero seguía en la misma posición, buscando no sé qué en la parte de arriba, con los brazos levantados y sin decir nada… mis manos sacaron sus tetas de entre el escote, dejándolas totalmente expuestas, uuuufffff… ahora si podía sentir ese par de tetas entre mis manos, uuummmm…. Eran suavecitas y bien paraditas, pronto mis dedos se concentraron sus pezones que estaban bien paraditos y duritos… empecé a jugar con ellos, le apretaba los pezones con mis dedos… escuché como Lucero empezó a gemir en voz baja y yo le seguía restregando el culo con mi verga por encima del vestido… hasta que de repente, Lucero se movió y se corrió a un lado y siguió caminando por el pasillo, como si nada estuviera pasando… ahora caminaba con las tetas al aire por fuera del escote, saltando a cada paso, y la tanga enredada a media pierna a medida que caminaba moviendo ese culo muy rico… ahora se agachó, pero solo un poco, sobre una mesa con frutas, pero eso sí, sacando bien ese culo hacia afuera… yo aproveché y me saque la verga del pantalón, que ya estaba a punto de reventar y goteando leche, me acerque a ella nuevamente por detrás, le levante el vestido y acomode mi verga entre sus nalgas, uuuffff… me apretaba la verga con ese par de nalgas grandes y redondas… le agarré las caderas por encima del vestido y empecé a restregarle la verga en medio de ese culo delicioso, carnoso, redondito y apretadito de Lucero
Yo – aquí te tengo un chorizo Lucerito, que te traje especialmente para ti
Lucero – don Pedro, con usted se me antoja de todo… se nota que tiene muy buena mercancía
Luego me separe un poco, me agarre la pija con la mano y la acomodé para metérsela por la cuca y cuando estaba a punto de metérsela, Lucero se incorporó y se volteó dándome la cara de frente y me dijo
Lucero – gracias don Pedro, es usted muy amable, le aseguro que en estos días le pago, pero por ahora, porfa me lo anota en la cuenta
Yo seguía con la verga por fuera y Lucero tenia las tetas por fuera del escote y la tanga casi llegándole a las rodillas
Yo – claro que si princesa, después miramos como me pagas
Lucero se guardó ese hermoso par de melones entre el escote y se subió la tanga, arreglándose bien el vestido y diciendo
Lucero – mañana vuelvo después de las siete don Pedro, creo que estoy antojada de otras cositas
Me beso en la mejilla rozándome los labios con su boca y se despidió dándome la espalda y cuando estaba a punto de salir, la agarre con una mano de la cintura, con la otra mano le agarré el culo por debajo del vestido y le dije al oído muy suavemente
Yo – mañana quiero que vengas sin calzones para mi
Lucero no dijo nada, simplemente salió de la tienda guiñándome el ojo y enviándome un beso a la distancia
Yo – y salúdame a tu hija, dile que por aquí también la espero
Lucero – bueno don Pedro, yo le doy su mensaje, que tenga buena noche y sueñe con nosotras porfa
Yo – con ustedes sueño siempre Lucerito, hasta despierto sueño contigo y con tu hija
Al día siguiente, estuve todo el día con la verga tiesa, pensando en la puta calienta vergas de Lucero, esperando todo el día para que llegara la hora de cerrar la tienda… cuando por fin llegó la hora, me apresure a cerrar el negocio y a los pocos minutos golpearon a la puerta lateral, luego de abrir, entro rápidamente Lucero, vestida con una faldita escocesa tableada, tipo colegiala que le llegaba a media pierna y una blusa blanca, se notaba que no llevaba bra y sus pezones se marcaban muy rico sobre la tela
Yo – hola preciosa, cada día estás más linda uuuufffff
Lucero – gracias don Pedro, como sé que le gusta verme en faldita, me puse esta pensando en usted
Yo – gracias Lucerito, tu si sabes cómo hacerme feliz… me encanta como se te ven esas tetas debajo de esa blusa y esa faldita te queda muuuuyyyy bien
Lucero – aaayyyy don Pedro, las cosas que dice… hoy vine a llevar unas cuantas cositas
Yo – claro que si preciosa, sigue no más, escoge lo que quieras
Lucero empezó a caminar por el pasillo mientras yo la seguía detrás sin perder vista de ese culo delicioso que movía de lado a lado… inmediatamente me apresure a sacar la verga del pantalón mientras la seguía por el pasillo… Lucero se detuvo en un estante a mirar una mercancía, pero sin agacharse, yo me acerque y me acomode a su lado, tomé su mano izquierda y la puse sobre mi pija, que ya estaba bien parada, ella empezó a masajearla sin quitar la vista del estante
Yo – aquí te traigo una salchicha para que la pruebes Lucero
Ella sin dejar de sobármela, contesto
Lucero – uuuuyyyyy don Pedro, no debió molestarse
mi mano derecha se metió bajo su pequeña faldita por detrás y me di cuenta de inmediato que no traía tanga, uuuuffff… mis dedos empezaron a buscar su ano, separando las nalgas y metiendo la punta de uno de mis dedos, mientras le susurraba al oído
Yo – me encanta que seas bien obediente perra… no sabes cómo me gustan las putas que andan sin calzones
Lucero – se ve muy buena su salchicha don Pedro, déjeme probarla bien
Se agacho frente a mí, doblando sus rodillas, quedando su cara frente a mi verga que palpitaba con vida propia, se puso saliva en su mano y empezó a pajearme suavemente
Yo – la traje especialmente para ti, pruébala con confianza
Sin mediar más palabras, se metió la verga en la boca y empezó a succionar deliciosamente
Yo – aaaagggghhhhh… que bien lo haces Lucero, se nota que te gusta, sssiiiiii… uuuummmm
Lucero no decía nada, solo chupaba con desespero mi verga, llenándola de saliva y pajeándome con la mano, se notaba que tenía bastante experiencia, porque lo hacía hábilmente y yo me sentía en la gloria… así estuvo por unos minutos, chupando verga sin decir absolutamente nada
Yo – ven perra que te la quiero meter todaaa
La agarré del brazo y la hice incorporarse quedando frente a frente, nuestras bocas se unieron en un desesperado beso, sentía como me chupaba y me mordía la lengua… yo la tome de las nalgas y la levante del suelo, ella separó las piernas abrazando mi cintura con ellas… boté las frutas que estaban sobre el mesón y la senté encima… ella se echó hacía atrás quedando acostada boca arriba con las piernas abiertas de lado a lado… yo me agarré la pija y se la introduje de un solo golpe entre la chocha
Lucero – aaaggghhhhh… don Pedrooooo
Yo – que rica estás perra, estás bien mojadita…. Me encantan las putas como tu
Lucero – sssiiiiii… aaahhhhhh…. Que buena esta su salchicha don Pedro, hace tiempo quería una así… Uuuummmmm
La agarré de las piernas y le seguía bombeando verga sin compasión, mientras Lucero se abrió la blusa y se empezó a acariciar las tetas
Yo – también te tengo una buena cantidad de leche para que te la lleves
Lucero – no don Pedro, por favor nooo… no se vaya a venir dentro… es que no me estoy cuidando y no quiero quedar embarazada
Yo – no hay problema Lucerito, entonces yo te empaco la leche entre el culo
Le saqué la verga de la cuca, con la mano la apunté a la entrada de su ojete y se la empujé de un solo golpe por el culo
Lucero – aaaagggghhhhhh…. Ssssiiiiiiii…. Uuummmm…. Me encanta don Pedro, no pare por favor
Yo – uuuufffff…. Que puta eres Lucero… te encanta la verga por todos tus agujeros
Lucero – ssssiiiiiiii… me encantaaaa la verga
Yo – esto te pasa por puta, por andar mostrando las tetas y el culo en todo lado
Lucero – aaagggghhhh… usted cree don Pedro ???
Yo – eres una puta calienta vergas, te encanta andar parando pijas por todas partes
Lucero – sssiiiii…. Uuuummmm…. Me encanta su salchicha don Pedro… no quiero que me la saque nunca… aaaggghhhhh
Yo – te voy a romper el culo a punta de verga… aaaggghhhh… y te lo voy a llenar de leche
Lucero – ssssiiiiiii don Pedro… empáqueme su leche entre el culo, que me la quiero llevar todaaaaa
Lucero se empezó a sobar la concha mientras mi verga entraba y salía de su culo… sobaba su clítoris con desesperación, cada vez más rápido… yo podía sentir como me apretaba la pija con el anillo de su ano… hasta que tuvo una serie de espasmos y empezó a correrse a chorros sobre la mesa, uuuufffff… los chorros me llegaban al pecho y a la cara mojándome todo… las contracciones de su ano contra mi verga, hicieron que yo también me corriera como loco, llenándole ese culo con chorros grandes de leche caliente y espesa
Yo – aaaagggghhhh… toma perraaaaa… toma tu lecheeeee… me vengooooo
Lucero – uuummmm… que ricoooooooo
Mi verga exploto varias veces dentro de ese delicioso culo, botando chorros y chorros de semen… mientras ella seguía sobándose la pepa y seguían saliendo los últimos chorros de su corrida… fuimos bajando el ritmo de las embestidas poco a poco, hasta que al final le saque la verga, aun chorreando leche, rápidamente se incorporó y me volvió a chupar la pija, tragándose con desespero los últimos restos de semen
Yo – se nota que te encanta la leche, cierto ???
Lucero se puso de pie diciendo
Lucero – me encanta su leche don Pedro, me encanta correrme con una buena verga entre el culo
Nos besamos nuevamente en la boca y nos arreglamos la ropa
Yo – me encanta verte vestida como puta callejera Lucero
Lucero – a mí me gusta vestir como una zorra barata, bien mostrona y provocativa… mañana vuelvo por más leche y salchicha don Pedro
Yo – aquí la tiene a la orden para cuando quiera vecinita
Lucero – gracias don Pedro, es usted todo un caballero… por favor me la anota en la cuenta, que yo después le pago
Los días siguientes fueron de mucho sexo desenfrenado en la tienda… Lucerito siempre llegaba después de las 7 cuando yo cerraba… me dejo chuparle y darle lengua en ese clítoris mientras le metía un pepino entre la cuca y una zanahoria entre el culo y se venía a chorros en mi cara, uuuufffff… yo trataba de tragarme todos esos jugos deliciosos sin desperdiciar nada… en otra ocasión me chupó la verga y me masturbo con sus tetas, hasta que se las dejé llenas de semen… no se limpió nada y se fue a su casa con mi leche entre sus tetas… siempre la enviaba a casa con su lechecita bien empacadita y su buena dosis de pepino y salchicha, pero nunca me dejaba correrme dentro de su raja, por temor a quedar embarazada
Cierto día, pasó Lorenita por la tienda en horas de la mañana a saludarme, vistiendo una camisilla rosada de tirantes muy ajustada a su cuerpecito, que dejaba ver su ombliguito, y una faldita tableada tipo colegiala blanca, que le llegaba a media pierna
Lorena – buenos días don Pedro
Yo – hola preciosa, que alegría verte, hace días no venias por acá
Lorena – vine a traerle una razón de mi mamá
Yo – dime que quiere tu mami ???
Lorena – mi mamá le manda a decir que está usted invitado esta noche a la casa a cenar
Yo – uuummmmm… que bien, gracias Lorenita… y eso a que se debe tanta atención???
Lorena – mi mamá y yo queremos agradecerle por lo bien que se ha portado usted con nosotras desde que llegamos a este barrio
Yo – gracias princesa, será un placer ir a tu casa a cenar con ustedes
Lorena – entonces lo esperamos esta noche en la casa… es la que queda en la esquina por esta misma calle, la de color verde con puerta blanca
Yo – bueno mi Lore, allí estaré después de las 7 que cierre la tienda
Lorena – bueno don Pedro, yo le comento a mi mamá
Yo – y gracias por venir a saludarme… tienes que venir más seguido a alegrarme el día
Lorena – claro que si don Pedro, es que estamos en exámenes finales de la escuela y me toca quedarme estudiando y haciendo trabajos escolares
Yo – tranquila mi Lore, cuando puedas vienes, primero está el estudio… y por cierto, te ves preciosa vestida con esa faldita
Lorena – gracias don Pedro, yo misma la escogí y mi mamá me la compró, me gusta mucho
Yo – sabes que me gusta mucho verte en faldita… te ves hermosa
Lorena – por eso me la puse hoy para venir aquí, porque sé que a usted le gusta verme vestida así…. Y a mí también me gusta mucho ponerme falditas así
Yo – gracias mi Lore, eres un amor… por eso te quiero tanto
Lorena – nosotras también lo queremos mucho don Pedro… entonces lo esperamos esta noche en la casa
Yo – allí estaré sin falta
CONTINUARA ….
Que rico relato, estaré esperando la continuación
Muy buen relato, excitante y muy morboso, esperando continuación
Muy buen relato bro esperando con ansias la otras partes
Muy exitante el relato espero con ansias la segunda parte!!!
Muy bueno, espero la continuación, está que promete mucho morbo y excitación a mas no poder, muy pajeable jeje.
Excelente muy excitante y con morbo.
muy bueno… no se si todavia se pueda publicar pero hasta hoy lo lei….
Que rico relato, me anima a tratar de hacer algo con el kioskero que se separo hacce poco