Mi papi Simón me desvirgó (y me encantó)
Una visita a mi padre termina en mi placentera primera vez.
Por aquella época mi papá tenía 45 años, algo bajito, calvo pero muy peludo y fornido. Por mi parte, acababa de
cumplir 12 años, blanquita, contextura media y mi calentura andaba a mil, recuerdo que todos los días sentía mi clítoris caliente y mis calzones se mojaban jeje.
Esa noche me tocó visitar a mi padre, quien cariñoso como siempre me recibió en su casa con un rico abrazo y un beso en los
labios. Mientras me abrazaba me acercó a su cuerpo caliente y pude sentir una pequeña dureza en su pantalón, lo cual sin
darme cuenta me calentó.
Cenamos, me preguntó como me iba en el colegio y me hablaba de los panoramas que tenía con su señora, quien debo admitir
me ponía celosa (aunque ya no jejeje). Esa noche ella no estaría en casa por lo que aprovechamos de acostarnos en la cama a ver
películas mientras me acariciaba la cabeza.
En un momento, me di cuenta que mi papi habia comenzado a roncar, y entre la película y la curiosidad que despertó
ese paquete duro al saludarnos, me hizo querer sentirlo por debajo de las sabanas. Comence acariciando despacio su pierna, al ver que seguía roncando
y seguía durmiendo, comencé a subir mi mano lentamente. El corazón me latía muy fuerte y sentía mucho calor, hasta que de a poco
mi mano comenzó a acariciar su pene por encima del calzoncillo.
La sensación me encantó, comencé a acariciarlo de arriba a abajo y haciendo leves circulos en su puntita. Lo tomaba con mis dedos y lo apretaba despacio,
ante lo cual pude sentir como comenzaba a ponerse duro, a crecer y a dejar una manchita de humedad en el calzoncillo. Sin darme
cuenta, me encontraba masturbando a mi papá. Sentir su miembro crecer entre mis dedos era una sensación hipnotizante y muy
excitante, de hecho comencé a preguntarme cómo se sentiría sentirlo en mi vaginita. Eso era demasiado riesgo, asi que continué
con las caricias, solo que esta vez me anime a acercar mis labios a ese pene. Moví un poco el calzoncillo dejando al descubierto
un rojo y mojado glande, al cual sin pensar acerqué mi lengua pasandola por la punta. En ese momento el pene de mi papi dio un
saltito y sus piernas también, lo cual me asustó pero a la vez hizo que de mi vagina salieran unos pocos fluidos calientes.
Después de verificar que siguiera durmiendo, me llevé su glande completo a la boca, lo sentía muy grueso pero me gustaba. Lo succioné
y pasé la lengua en su puntita, mientras sentía como mi papá daba pequeños movimientos como respuesta.
De pronto, sentí dos manos gruesas y grandes en mi cabeza, y a sentir que el pene comenzaba a deslizarse por mi boca hacia mi
garganta:
-¿Que estas haciendo amor?. ¿no te dijeron que esto es malo, o a caso te gusta la verga de papi?
No pude responder. Sentía que esa verga me llenaba toda la boca y se deslizaba poco a poco por mi boca. Solo lo miré y vi su
cara de placer y felicidad. En ese momento soltó mi cabeza, me tomó en sus brazos y me comenzó a comer la boca mientras
sus dedos comenzaban a apretar de forma fuerte (pero delicioso) mis pezones.
– Que rica manera de despertar bebé, no sabía que querías que tu papito te follara.
– Si papito, estoy caliente…
Cuando dije eso me volvió a besar, sentía su rica lengua jugar con la mía mientras jugaba con mis tetitas sensibles. De pronto
me sentó entre sus piernas, me abrió y comenzó a tocar mi clítoris. Dios, sabía que estaba caliente, pero sentir sus dedos en mi
vulvita me dió mucho placer. Luego mi papi comenzó a meter un dedo en mi vagina
. Ayyy, papi cuidado
– Mi amor, no me digas que aún no te han culeado?
-No papi…
Al escuchar eso, tomó 3 almohadas y me hizo elevar mis caderas con ellas, me abrió las piernas, se puso entre ellas
– Gracias amor, prometo que te gustará.
Llevó su glande a mi vulva y comenzó a moverlo en circulo por toda mi entradita, rozando especialmente mi clitoris. La sensacióm
era muy rica, además que nuestros fluidos se mezclaban maravillosamente.
– Amor, tienes tu vaginita hinchadita. ¿Te gusta esto?
-Si papi, se sienten cosquillitas muy ricas.
-Que rico amor. Ahora si te lo meteré.
De pronto mi papi puso su glande en la entrada de mi vagina y comenzó a empujar. En un comienzo me dolió aunque no tanto,
me excitaba mucho sentir como cada centímetro de su grueso pene me iba abriendo por primera vez. Lo insertaba un poco y se retiraba,
luego lo metia un poco mas y lo sacaba. Ambos gemíamos a cada movimiento, el placer era inigualable, hasta que sin darme cuenta
sentí los testiculos de mi papá en mis nalgas. Había llegado hasta el fondo, y se sentía delicioso.
-Ay papi, ¿está todo dentro?
– Ufff, si amor, ¿te duele?
-no papi, se siente rico…
– Entonces prepárate porque te follaré.
En ese momento mi papá me tomó las caderas de una forma bruta y excitante, y comenzo a empujar y sacar de una manera deliciosa.
Podía sentir la punta de su pene chocar en mi cervix y sus testículos estrujándose en mis nalgas. Nuestros gemidos eran muy evidentes.
– Ay amorcito, que rica y caliente vaginita tienes. Me la aprieta muy rico.
Esas palabras me terminaron de poner a mil, y casi como si mi papi lo entendiera, apretó mis caderas y me metió hasta el fondo su pene.
El dolor se mezcló con el placer, y fue mas cuando escuche a mi papá gemir muy rico y fuerte mientras sentía chorros hirviendo de semen
en mi vientre y su pene dar brincos dentro de mi.
Sentir esa leche dentro de mi, me llenó de excitación y morbo…y a mi papá también. Nos besamos en la boca muy rico mientras el
me metía dos de sus dedos esparciéndome su semen por mi vulva.
– Que rica eres mi hijita putita hermosa.
Al día siguiente, llegó su pareja. Muy felíz la saludé y tomé desayuno junto a ella, sin saber que mis calzones y vagina estaban llenas
de lechita de mi papi.
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