Mi prima de 15 años y yo. (Parte 1)
Mi prima recién entra al bachillerato y a mi me toca cuidarla, de pequeño no nos llevábamos bien, pero ahora me pide que la folle. .
Carmen tiene 15 años, es mi prima y recientemente entro al bachillerato, yo tengo 20, le llevo 5 años y estudio en la universidad. Su madre, mi tía, me ha pedido de favor que cuando salga de la escuela, la recoja en el bachillerato que está a dos cuadras de mi casa, y que la cuide por la tarde.
De pequeños, Carmen y yo no nos llevábamos tan bien, pues era un poco molesta y yo me llevaba mejor con mi otra prima Michelle, con la que también tuve historia. Con el tiempo, todos fuimos creciendo, Michelle se fue a estudiar a otra ciudad y ya casi no hablaba conmigo, Carmen por su parte empezó a hablarme poco a poco, aunque solo era sobre la escuela y las materias, empezábamos a tener más contacto.
Ella se fue desarrollando mucho más, y era toda una señorita, era un poco gordita, no tanto pero su tipo de cuerpo le ayudaba a que su cola fuera redondita, grande y paradita, sus senos medianos y algo caídos, pero bien redondos, lo mejor era la cara de niña que aun tenía y que combinaba bien con ese cuerpo voluptuosas.
Cuando mi mamá me dijo que mi tía me había pedido ese favor, yo accedí. Saliendo de la universidad, fui hasta si escuela, misma donde había estudiado yo el bachillerato, la saludé con un choque de puño, ella se portaba bastante tímida conmigo. La verdad es que no pensaba en ninguna cosa con ella, hasta que entonces la vi mientras caminábamos a mi casa, vi como esas nalgas subían y bajaban inocentemente, espere hasta después de cruzar una avenida e ir por calles menos transitadas, ya dentro de la residencial donde se encontraba mi casa, discretamente, saque mi celular y empecé a tomarle algunas fotos y a grabar su culo mientras caminaba, decidí guardarlo para más tarde.
Ella en el camino, me preguntaba cosas sobre algunos profesores que había conocido, me platicaba de la escuela y de las tareas, conversaciones bastante básicas, llegamos a mi casa y le dije que mi mamá había preparado comida, por si quería comer algo, ella me dijo que si, así que fui a la cocina para servir la comida, cuando regrese, ella había dejado al descubierto sus pechos gordos, se había quitado la sudadera que tenía puesta y la había dejado en el sillón. Mientras comíamos, mi mente divagaba y fantaseaba en cómo sería tener a mi inocente prima en mi cama, con ese culo puesto a mi disposición. Hasta que ella interrumpió mis pensamientos
-Primo…
+Mmmm
-Oye y, cuéntame, ¿tienes alguna chica especial?
+No, de momento no, aunque he tenido algunas relaciones a lo largo de mi vida, pero ninguna para rememorar. ¿Que hay de ti?
-Mmmm, pues tampoco, solo se que le gusto a un chico de mi salón, pero el no me atrae
+Pasaras mucho tiempo en el bachillerato, tal vez encuentra alguien que te guste
La conversación continuó en ese tono, eso me sirvió para agarrar un poco más de confianza, terminamos la comida, ella dijo que se pondría a hacer tarea, pero le sugerí que descansáramos un rato, y que luego yo le ayudaría con su tarea
-Primo, voy a hacer mi tarea, ¿me puedo quedar en la mesa?
+¿Qué te parece si por lo mientras vemos la televisión un rato? Igual tienes toda la tarde para hacer tu tarea
-Bueno, si, tienes razón, vayamos a ver la tele un rato
Fuimos a la sala, y nos sentamos en el sofá amplio, ella se sorprendió que me sentara a su lado, habiendo mucho espacio para sentarse, deje que escogiera que ver, le gustan mucho las cosas que tienen que ver con Corea, así que puso algo de eso. Ella me explicaba emocionada, yo solo ponía poca atención, aproveche la cercanía para ver sus tetas desde arriba, lo grandes y jugosas que se veían desde ese ángulo, poco a poco me fui acercando más, puse mi mano hacia su hombro, como si la estuviera abrazando, y mi otra mano se acercaba cada vez más a su muslo. Ella ni siquiera se daba cuenta o lo ignoraba, pues seguía platicándome sobre el programa que estábamos viendo, de pronto, quedamos frente a frente, estuve a nada de darle un beso, pero me detuve, y decidí solo seguir cerca de ella.
Terminamos de ver la tele y nos pusimos a hacer su tarea, la dinámica fue la misma, me acercaba y le tocaba sus muslos y su mano, mientras le ayudaba con la tarea, ella no oponía resistencia alguna, incluso, mientras agarraba el mouse de la computadora, ella cruzó sus dedos con los míos, ahí supe que se sentía cómoda y el acercamiento era cada vez más, pero yo decidí limitarme por esta ocasión. El resto de la tarde pasó rápido y se fue, cuando tuve privacidad en mi cuarto, vi mi celular y revisé las fotos que había tomado de su cola, me masturbe con esas fotos y pensaba cuando llegaría el momento en que pudiera jugar con ese culo, frotaba mi verga pensando en su cuerpo cachondo y en su cara de niña, me imaginaba como tendría su vagina, llegue al clímax bastante rápido, sacando un chorro bastante grande de leche, no mucho después, caí dormido.
Así continuamos por dos semanas, y la tensión no hacia más que crecer, el viernes de la segunda semana, mi mamá salió de viaje y regresaría el sábado por la tarde, mi tía me mandó un mensaje, avisándome que llegaría más tarde de lo habitual, parece que todo se estaba alineando para que siguiera adelante con Carmen. Ese viernes fui emocionado a recogerla a la escuela, para mi sorpresa, ella me saludo ya no con el puño, si no con un abrazo y un beso en la mejilla. Nos dirigimos a mi casa, jamás se me ocurrió lo que estaba a punto de pasar ese viernes con mi prima
Delicioso relato!