Mi Prima, La Tentación Andante 2
Segunda vez con Ilse, un día después de haberla estrenado.
Pues después del abrazo y de la declaración de que era mi esposa, Ilse casi se la paso todo el día pegada a mi, yo salí por la noche con unos amigos y ella por poco hace un berrinche porqué quería ir conmigo, mi tío le dijo que no y la castigo al cuarto, yo me salí y me despeje de tanto empalago del día, regrese pasada la media noche y no supe más; al día siguiente lo mismo, me levante tarde, baje a desayunar y me subí a la sala, pero sorpresa, Ilse no salió del baño envuelta en la toalla, de hecho no la bañaron ese día, ella opto por irse con sus hermanos y los demás primos a la huerta con el abuelo, yo me metí a bañar y me salí al negocio con mis padres.
El día como tal fue aburrido, recuerdo haberme peleado con un cliente que alegaba que le estaba pesando mal un producto, al final, me tuve que quedar en el negocio hasta el cierre, esperando a mi madre y a mi tía, hermana de mi madre (Mi padre trabajaba para mi abuelo, pero estaba divorciado de mi madre), he de decir que una de las reglas de la casa del abuelo era qué, aunque había puertas en los cuartos, estos no podían estar cerrados durante el día, y por las noches se podían cerrar las puertas, pero sin poner seguros (Esto gracias a un buen tío que puso ejemplo dramático varios años antes de nacer yo), otra particularidad era que mi cama estaba repleta de muñecos de peluche, muñecos que compraba con la intensión de regalárselos a algún interés amoroso, pero que no sucedía o por qué me daban espárragos o por qué perdía yo el interés en dicha chica; así, ese día regreso con mi madre y mi tía sobre las once y media de la noche, ceno y sorpresa me lleve al encontrar mi cama ocupada por Ilse, abrazada de una conejita de peluche (Yo digo que era coneja por que tenia orejas rosas, patas rosas y portaba un delantal y una zanahoria de peluche en una de las manos), en eso estaba pensando mis opciones cuando mi tío me llega por la espalda y me dice que le ayude a pasarla al cuarto, por qué es una niña que ya esta pesada, yo le digo que ahí la deje, que me da oportunidad de probar la colchoneta de camping que me había regalado un tío que estaba en EE. UU., mi tío con mirada de culpa todavía me pregunta «¿En serio?» y yo de: «¡Sí, seguro! Además esta haciendo calor y no necesitare cobijas», así las cosas, prendo la PC, y me pongo a hacer ejercicios de hojas de calculo y escribir trabajos que tengo pendientes de la escuela, cursos de verano y regularización.
Doce de la noche, unos pocos ruidos aún en la casa y yo metido en la PC, doce y media, se escuchan los ronquidos y jadeos rítmicos de las personas durmiendo, apagados por las puertas cerradas; una de la madrugada, dispongo del colchón de campamento a un lado de la cama y me subo a mi cama con lo que siempre fue mi pijama, un short de baloncesto y una playera, Ilse duerme vestida, una faldita amplia y una especie de blusita ombliguera de algodón, de esas elásticas, mis manos comienzan a acariciarla suavemente, sin querer despertarla; rozo sus pantorrillas, delgaditas, como tubitos (Mi tío al dejarla en la cama solo le quito los tennis y la dejo vestida y con sus tobilleritas puestas), los piecitos cubiertos por unas tobilleras de esas de algodón con olancitos en los bordes, sus rodillas de huesito se ven tentadoras a la luz que entra por la ventana, mis manos suben suavemente tocando con nervios esa piel que el día anterior no me permití acariciar, suavemente le separo las piernas y subo la faldita, queda al descubierto una pantaletita de niña, de color blanco, bien pegada a ese cuerpecito, siento como me agito al ver ese cuerpo de nena que había profanado un día antes, beso sus piernas, ella se remueve y hace sonidos tiernos, pero no despierta, me envalentono y la hago que separe las piernas, beso sobre el puente de la pantaleta en su raja, siento nuevamente la punzada definitiva que me pone la verga dura, erecta; subo a la parte descubierta entre la falda y la ombliguera, beso su barriguita, lamo su ombliguito, y subo por su pechito plano, llego a su cara y comienzo a presionar sus labios con los míos, ella gime pero su sueño es pesado, mi mano se apodera de su piernita y sube haciendo presión firme hasta su pequeño sexo cubierto por la pantaleta, ella por fin despierta y dice: «Hola mi amor» le respondo con un «Hola mi vida», comenzamos a besarnos, ella me abraza, le digo que no hable muy alto, ella entiende, mete su mano en mi short, saca mi verga y la deja suelta, colgando, la oprime como si de un maneral de baumanómetro se tratara, ríe bajito, la beso, mi mano se mete bajo el calzoncito y comienzo a sobar con mis dedos su rajita, mojada y ya encharcada, le pregunto si quiere que le quite la ropa, ella me dice que sí, la desnudo y aprovecho para besar sus pezoncitos, aún pegados a su piel, sin miras de volverse tetas pronto, deslizo su falda y termino quitando sus pantaletas y sus tobilleras, ella me quita mi playera y el short, estamos desnudos y nos comenzamos a besar con pasión, su lengua jugando con la mía, su mano apretando mi verga y la otra sosteniendo mi cuello, mi mano en su verijita y la otra en sus nalgas recorriendo hacia sus piernas, me bajo de besarla en la boca a sus pezoncitos, los beso, los lamo, los chupo, sigo mi camino hacia su rajita, ella separa las piernas, sabe que la voy a comer igual que el día anterior, le paso la lengua, sigo la línea de esa cosita, pero sigo y llego con la punta de mi lengua a su ano, ella gime, solloza, me dice que ahí no por que esta sucio, yo me separo, le sonrío y le digo «Yumi», me pongo en posicion de 69, mi verga colgando frente a su cara, yo sigo lamiendo su rayita y ella toma mi verga con sus manos, le digo bésala y ella da piquitos en la punta, de momento eso me basta, yo la devoro, esa panochita de niña sabe mejor hoy que ayer, la siento crisparse y se viene por primera vez en mi boca, recibo todo, jugo, orincitos, todo. Me subo a besarla, mi verga a punto de reventar, le digo que hoy ella tiene que acomodársela, me acuesto, ella se pone encima de mi y por instinto pega su raja en mi tronco, sin meterla se mueve embarrando toda mi verga y mis huevos de juguitos, ella se avienta hacia adelante y al regresar mi verga puntea en su culito, en su verijita, pasa su manita por debajo, acomoda mi pito y comienza a meterlo suave en su funda, despacito guarda cada centímetro, hasta que ella lo desaparece todo, le digo que se quede así quieta, siento como esa funda me envuelve como un guante a la medida, le digo que se mueva despacio, adelante y atrás, pero sin dejar que se salga mi verga, ella entiende el movimiento y se menea suave, despacio, gime suave, sólo gime, siento mi verga engordar y endurecerse al máximo, siento su funda estrecharme y entre sollozos, gemidos ahogados, la siento soltarse, mientras mi verga vomita mi leche nuevamente dentro de ella, se recuesta y se duerme entre mis brazos, yo quedo en medio de la somnolencia y me paro con esfuerzo para limpiarla y vestirla, no despierta hasta otro día por la mañana, radiante, linda, me despierta con un piquito rápido y se va.
Esa estancia casi nos la pasamos cogiendo a diario, en días posteriores la puse a mamar verga, le metí los dedos en el culo, la enseñe a chaquetearme y a decir palabras calientes y algo vulgares; duramos cogiendo cada periodo vacacional hasta el año en el que cumplí veinticinco, ella se convirtió en una deliciosa adolescente con una chiches medianas – grandes que fueron mi deleite durante algún tiempo, después de nuestra ultima cogida a mis 25, no nos volvimos a ver hasta hace relativamente poco, pero ese relato merece mención aparte.
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