Mi Prima, La Tentación Andante 4 (Anexo)
Una breve explicación de cosas no contadas.
Esto es más como una breve explicación de sucesos con Ilse; en ese primer periodo vacacional que la inicie, si bien cogíamos casi diario, era toda una aventura poder hacerlo, aunque ayudaba el hecho de que la bañaban y la echaban fuera primero; los mejores recuerdos de esa época son que Ilse siempre se mostro interesada en aprender a sentir placer y en aprender a darlo. Así, cuando comencé a pedirle que me lamiera y me mamara la verga, lo hizo con avidez y en poco tiempo ya daba placer con labios, lengua y paladar, cosa que sigue conservando, por lo menos así me dejo entendido en sus ultimas visitas ya de adulta. También en esos días le comencé a dilatar el culo, aunque no lo use en esas primeras vacaciones, si recuerdo estarla cogiendo y la punta de mi dedo presionando y entrando en ese delicioso agujero, aunque con cierto precio a pagar, que era que me dejara la punta del dedo un poco sucia. Al paso del tiempo y en periodos vacacionales posteriores, la fui haciendo un poco más proactiva, al grado de que al año siguiente ella llego, me tomo la verga disimuladamente cuando se acerco a saludarme con un beso en la mejilla y me dice ricamente al oído: «Necesito mi pito adentro, primo.»
De todas las cosas que hicimos en esos tiernos años de perdida de inocencia de Ilse, sus primeras palabras cachondas y salaces, el como la había cogido esa primera vez, el grito ahogado en la coneja de peluche la primera vez que le metí la verga en el culo, sus «Te amo, primo.», los «Cógeme, papacito.», las pedidas morbosas como «Lámeme, límpiame o pícame el culo con tu lengua, primo.» (Eso ultimo fue una de mis primeras puercadas por así decirlo, ya que pasarle la punta de la lengua por su ano era LAMER, pasar toda la lengua distribuyéndole la saliva por su agujero era LIMPIAR y poner la punta dura de mi lengua, metiéndola dentro de su cola, era PICAR; y así era como tenia que pedirlo si deseaba que yo le hiciera algo), todas esas situaciones y recuerdos fueron parte de la gasolina que alimento su calentura y su lujuria en esa, vamos a decirlo así, «reconciliación». No sé si por haber sido la primera chiquita con la que cogí mis recuerdos son tan nítidos y tan deliciosamente exultantes, pero si puedo decir que lo volvería a hacer, incluso, intentaría dejarla preñada de adolescente, antes de que la familia se separara por causa de una herencia.
Al final, y con razón, ella me pidió que no la buscara a ella y a la niña, sabe que me encantaría iniciar a nuestra nena, por qué, siendo francos, creo que nadie mejor que un papi para iniciar a sus nenas, nadie lo hará con más amor que papá.
Ya contare de mis inicios, los cuales fueron con unas primas mayores que yo, estando yo en edad de párvulo, de como la madre y la tía de Ilse me enseñaron a coger, o como otras primas y sobrinas después fueron llevadas bajo mi tutela a conocer el placer, y como algunas de ellas por causas del destino terminaron pagando en su momento por los desprecios de sus abuelas, mis tías.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!