Mi primera felación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chuponcita96.
Recién había cumplido mi primera década de vida y gracias a mi gran cantidad de contactos con el mundo sexual en un laso relativamente corto de tiempo en los últimos días, mi mente solo giraba en torno a ello, y aunque me decía, esto está mal, pues en mi casa me inculcaron que era pecado, no lograba evitar que mi imaginación se desviara en ese sentido.
Ese día estaba en mi casa, ya había regresado de la escuela y me dispuse a realizar mis quehaceres de la casa, y luego las tareas que debía llevar para el otro día, pero no lograba concentrarme, mi mente estaba firme en una sola pulsación que me invadía por completo y parecía poseerme: sexo, sexo, sexo….., intentaba relajarme de algún modo, pero se hacia demasiado fuerte y no lograba entender porque le daba tanta importancia.
Me fui para un sitio aparte de la casa y lleve conmigo un pequeño espejo, en ese momento llevaba una pantaloneta puesta con panty debajo, me las baje hasta la rodilla y comencé a hurgar dentro de mis labios vaginales con una mano, mientras con la otra procuraba darme la mejor vista de reflejo con el espejo que traía, pero el espejo se me hacia demasiado complicado para ver porque era muy chico, de modo que me acomode nuevamente la ropa y busque otro espejo mas grande, para ésta ocasión me encerré en un baño y me quite la ropa que traía puesta-al menos la parte de abajo- y comenzó esa maravillosa labor del autodescubrimiento. Puse el espejo justo debajo de mis piernas abiertas y me reparaba desde esa posición ahí parada; pero, y como que no pasaba nada, me agache lo más cerca posible mi vaginita del cristal y observaba con cuidado, estaba exaltada en un principio, habían muchas cosas juntas, curiosidad, miedo, un poco de perplejidad porque en verdad no pasaba como que nada extraordinario que era lo que yo esperaba que sucediera pero y nada, separa mis labios vaginales con ambas manos e intentaba mirar lo más adentro posible, así por espacio de unos 5 minutos.
Aunque si sentí, cierto cosquilleo, algo muy cercano al placer, ese que se genera en el éxtasis, no tarde en aburrirme un poco, yo quería más cosas, cosas nuevas, extravagantes-quizá-; de modo que volví a ponerme la ropa y salí del baño, mi curiosidad no se apoco en lo más mínimo, solo se intensifico, busque la forma de idearme una escusa para ir a la casa de la señora “Sofía” pues su ex esposo ya fallecido, tenía en unas cajas con revistas xxx en un sótano de la casa, yo lo supe porque días antes había ayudado a la señora Sofía a organizar las cosas de su marido, que estaban en el cuarto de ella y debimos bajarlas todas hasta el sótano.
Cuando llegue a la casa ella no estaba, el que se encontraba era su hijo “Lucas” quien para ese momento contaba con 9 años, me dijo que su madre había salido hacía poco y que se tardaría; que a él lo había dejado al cuidado de su hermano mayor “Ricardo”. Ricardo era el hijo mayor del matrimonio y hacia unos meses había regresado de pagar el servicio militar, tenía 22 años y últimamente casi nadie trataba con él, pues se decía que había quedado con estrés post-guerra, o algo así, y como que había perdido cierto contacto con el mundo. Yo no me decidía a pedirle el favor de dejarme entrar al sótano a Lucas, ya que me preguntaría qué para que; y obviamente no quería decírselo, un poco resignada, quise ya devolverme para mi casa sin haber logrado mi objetivo, ya iba a irme, cuando Lucas me pidió el favor de que lo acompañase hasta que su hermano regresara, pues al momento de irse su mamá un tanto después él también salió; yo accedí objetando que si tardaba mucho me iría de todas formas.
No lo pensé mucho, fue una acción irreflexiva, entre a la casa, Lucas cerro la puerta tras de si, y me siguió hasta el sótano que fue al lugar a donde me dirigí de inmediato, yo ya sabía donde estaban las cajas, así que encendí la luz del sótano, y abrí una de las cajas, Lucas me miraba con cierta inquietud, pero no se atrevió a detenerme siquiera, yo di una hojeada a las primeras paginas, había muchas chicas desnudas, ellas solas tocándose, las manos me temblaban, la respiración se me acelero, y los latidos de mi corazón eran más fuertes, uffffff, y lo supe esas eran las sensaciones que deseaba, desde hacía no se cuanto, más que miedo o temor de algo, era satisfacción. Lucas se acerco y comenzó a ver las revistas junto con migo, tome otra de las revistas, ésta estaba en las del fondo, tenía imágenes más fuertes, una chica y dos chicos, uno por delante y otro por atrás, otra con tres en la misma posición, pero esta chupándosela al tercero, tanto Lucas ni yo disimulamos, lo que nos producía ver las imágenes, él me miraba con ojos trémulos, como suplicantes y yo un poco acalorada, sentía que las mejillas se me ponían coloradas. Mire su entre pierna y él intento como esconderse pero disimuladamente, yo me baje la pantaloneta y el panty hasta la rodilla, y le dije ahora te toca a ti, me miro dubitativamente, y yo que ya había dado el primer paso no tarde en dar el segundo y lo hice yo misma, le baje sus pantalones hasta los tobillos, con ropa interior incluida, y pude apreciar por fin el pene de Lucas, que por demás estaba súper tieso y tenía como mojado su ropa interior, no me importo nada, solo le dije, primero yo y luego tu (lo recuerdo, y me rio de mi misma-que alcances), el asintió ligeramente con la cabeza, y levanto su camiseta,
mi arrodille frente a su miembro y comencé a darle como succiones y lamidas, el estuvo con sus ojos cerrados todo el tiempo, hasta que le dije que era su turno, me quite la pantaloneta y el panty, me senté le abrí las piernas, con Lucas todo había que indicárselo, y en un principio como que no quería, de modo que lo tome y baje su cabeza hasta entre mis piernas, él pego su boca a vagina, pero tampoco hacía nada, entonces quise hacer que me metiera su pene, pero en ese instante logre atisbar que Ricardo nos observaba desde la escalera intentando no ser descubierto, mi susto no dio para más que tomar mi ropa y ponérmela lo más pronto que pude, sin decir nada a Lucas quien se quedo atónito, al verme salir corriendo. Para cuando llegue a la escalera no había ya nadie y pude irme sin tener que enfrentarme a Ricardo.
Llore casi todo el camino de regreso, estaba súper asustada, y tenía un sentimiento de culpa, como nunca antes, la respiración me faltaba y una sensación de pánico me invadía, de tal forma que no podía pensar, y para cuando llegue a mi casa, procure que nadie me viera, con la suerte de que pude llegar hasta mi cuarto donde llore el resto de mis fuerzas, para cuando mi mamá me llamo a cenar, estaba lo suficientemente cansada que me había quedado dormida.
Transcurrieron un poco más de dos semanas hasta cuando me tope de frente con Ricardo, era lunes, eran ya pasadas las 7 de la noche y él iba para su casa mientras yo iba para la mía desde la suya, él me miro fijamente a los ojos como retándome, había en su mirada una malicia, que solo trasmitía un mensaje: culpable, eso fue lo que interprete, volvieron a mi todos los sentimientos de ese día, y comencé a temblar, por poco y empiezo a llorar nuevamente, él como que lo intuyo, y solo atino a decir tranquila, no se lo diré a nadie.
Él siguió su camino, procurando hacer como si nada, mientras continué el mío pero procurando que me volviera el alma al cuerpo, al otro día fue martes festivo por lo que no había clase, eran eso de las once de la mañana cuando él llego a mi casa, yo estaba sola, hacía poco mi mamá había salido y regresaba después de almuerzo, me llamo e hizo una seña indicando que le siguiera, yo no me convencía a mi misma del todo, de si hacerlo o no, pues por dentro mío ya sabía más o menos para que era, el repitió su señal, me puse unos zapatos y salí de la casa a tras de él, no fuimos muy lejos a eso de 5 minutos de la casa, a una especie de cobertizo que hay cerca, él entro y me invito a seguir, acto seguido estando los dos adentro. Se acerco despacio hasta mi y me pregunto que si sabía a que iba, yo no respondí de inmediato así que me pregunto, que sí si quería, a mi entro un poco de miedo y quise irme, di media vuelta y ya iba a salir, cuando él dijo una última cosa: te prometo que nadie lo va a saber si tu no se lo cuentas tampoco a nadie,
obviamente a mi lo que me daba miedo no era que yo se lo contara a alguien más, si no que él contase lo del otro día, en ese momento me detuve ya casi para abrir la puerta y él llego hasta mi, con una confianza de la que jamás pude haber intuido, poso su mano derecha por entre mis piernas, por entre mi ropa, y con la otra me tocaba el pecho, que por demás casi no tengo y para ese entonces menos, cerré mis ojos y al sentir su boca sobre la mía, abrí tanto mis labios como mis piernas, así por un rato, yo sentía su pene restregándose en mi espalda erecto, con una de mis manos lo busque y en ese instante él se separo de mi y saco su imponente miembro ante mis ojos (wow la impresión del momento es realmente indescriptible), me tomo con las manos por el cuello y llevo mi cabeza hasta su pene, no se que pasaba por mi mente en ese momento pero solo sé que empecé por dar la que considero la primer mamada de toda mi vida, lamia su cabeza y anuqué lo tomaba con ambas manos no lograba a abarcarlo, por supuesto fui algo torpe al principio y como que me frenaba por no saber que hacer, el me tomaba de la cabeza y hacia como que me penetraba, por instinto ya continúe yo solita simulando, ese acción con mi boca en su miembro, hasta que él cerro los ojos y comenzó a eyacular sobre toda mi cara y mi boca,
cuando termino, solo dijo debes tomártela, yo medio trague un poco y no me agrado de modo que escupí el resto, y me limpie la cara con la blusa, Ricardo por su parte tomo su pene que comenzaba a perder dureza con las manos y darme golpecitos en los labios con él. Acto seguido me quito la sudadera y empezó a lamer mi rajita de arriba abajo, llegando hasta mi anito y deteniéndose especialmente en ese punto para volver hasta mi clítoris pequeño y rosadito, aghhhh por fin, ahora comenzaba a conocer esa rica sensación del placer, mi cuerpo comenzaba a arquearse involuntariamente hasta que me vine en lo que yo quiero sentir como mi primer orgasmo, expulse cierta cantidad de liquido en forma de chorrito, fue poco pero lo suficiente como para formar un pequeño hilo que surco el mentón de Ricardo, en ese momento él se paro y me dijo ya esta bien por hoy y me acompaño hasta cerca de mi casa.
Lo probaste y hoy seguro eres una mujer muy activa y sensual.