MI PRIMERA INFIDELIDAD
Amo a mi esposo pero disfruto el sexo mas que nunca.
Me había prometido que al cumplir los cuarenta años volvería a trabajar y hable con mi esposo, le expuse mis razones, nuestros hijos ya habían crecido y no necesitaban tanta atención de mi parte y él estuvo de acuerdo. Así que envié hojas de vida a personas conocidas en el trabajo de cuando estaba joven, antes que nacieran mis dos hijos.
Tuve suerte de recibir una oferta, no era mucho el ingreso, pero si la oportunidad de hacerme reconocer en el mercado. Mi trabajo consistía en dar soporte al presidente de una empresa, un hombre un poco más joven que yo, unos dos o tres años, muy inteligente y especialmente muy amable, resultaba un placer atender sus solicitudes. En pocos días me adapte al ritmo del trabajo y pronto vino el reconocimiento de Martin, mi jefe, con un incremento en mi ingreso.
Unos meses después se presentó la fiesta de aniversario de la empresa que se celebró con una cena muy elegante, donde todos lucimos nuestras mejores galas, la reunión se realizó en un club, donde hubo música, licores y una cena espectacular.
Al terminar la reunión Martin, el presidente me comento que la junta directiva le acababa de solicitar estudiara una propuesta de negocio para la empresa, pero el tiempo para hacerlo era muy limitado, por eso si yo lo deseaba, no fue una imposición, le ayudara en este trabajo comenzando ese mismo día. Le dije que, con mucho gusto, le pedí me dejara hacer una llamada y en seguida le confirmaba. Me comunique con mi esposo le comenté la situación y él como siempre me apoyo para que hiciera el trabajo.
Eran las nueve de la noche cuando regresamos a la oficina, el presidente me explico de que se trataba el negocio, yo traje mi PC de mi oficina y comenzamos a trabajar. Mi apoyo consistía en la consecución de información para que él hiciera los cálculos y proyecciones.
En un receso mi jefe me ofreció un whisky, lo tome inocentemente, ya que yo tomo muy poco licor, pero pensé que debía acomodarme a lo que se usaba en las empresas, así que más tarde me ofreció otra copa y me sentí muy contenta y motivada para hacer el trabajo. Ya llegaba la media noche cuando mi jefe me dijo… creo que ya hemos adelantado bastante, paremos y mañana terminamos. Yo fui a dejar mi PC a mi oficina y cuando estaba alistándome para salir Martin apareció en la puerta y al acercarme a él para salir de mi oficina me dijo… Estoy muy contento con tu trabajo, creo que eres parte importante de mis aciertos y estando tan cerca me dio un abrazo que me sorprendió, pero me gusto al sentir su calor, el olor de su loción y sin darme cuenta el abrazo se prolongó por varios minutos y sorpresivamente nuestras mejillas se deslizaron y me llego un beso en los labios que no rechace, por el contrario me anime a continuarlo y vino un cruce de lenguas y caricias de su parte en mi cuerpo y yo nada hice por rechazarlo, esto era similar a lo que había sentido la primera vez cuando estaba muy jovencita.
Sin ser consciente nos estábamos besando y acariciando sin control y empecé a sentir una fuerte excitación. En esos instantes olvide que estaba casada y creo que él también, porque a continuación empezamos a desnudarnos mutuamente.
Fue una suerte que nadie entrara a esa hora a las oficinas y esto ayudo a que no pusiéramos freno a nuestros deseos sexuales descontrolados. Martin al sacar mis senos de mi sujetador comenzó a mamarlos, lo cual me produjo como siempre mucha excitación, luego él se arrodillo y me quito el panty y su boca fue directo a mi coño para excitarme más de lo que ya estaba. En este punto mi control era nulo, lo estaba disfrutando tanto como él. Después de disfrutar el sexo oral, me dispuse a hacer lo propio por él, le baje el bóxer y apareció su verga erguida que salto como un resorte. La tome con mi mano y a continuación la fui metiendo en mi boca para darle una buena mamada que compensara lo que había hecho por mí.
Comencé a sentir su respiración muy agitada, entonces él me levanto y me llevo al sofá más cercano, me sentó, separo mis piernas y metiéndose en medio de ellas comenzó a besar mi boca y pronto sentí su verga tocando mi coño. No me preocupe porque sabía que no había posibilidad que me embarazara.
Como mi coño estaba empapado por mis flujos y la saliva de Martin, él lubrico su verga deslizándola a todo lo largo de mi sexo, para que al final la dejara en el lugar adecuado para iniciar la penetración. En ese instante pensé en mi esposo, solo él había estado dentro de mi durante toda mi vida. Pero mi excitación ayudo a separar más mis piernas y permitir la entrada de la verga de Martin. A continuación, sentí cada centímetro perdiéndose en mi interior hasta que nuestras pelvis chocaron. Luego vino el movimiento de cadera de Martin follándome una y otra vez y pronto los dos estábamos volando en el éxtasis, hasta llegar a la cima del clímax cuando él dijo… Me corro, me corro y yo le pedí que lo hiciera dentro de mí, porque me gusta sentir el semen en mi interior. Terminada la agitación quedamos pegados besándonos como novios y él me comento… Desde que te vi la primera vez he estado deseando este momento, yo no le respondí nada, pero creo que en el fondo y sin ser consciente yo también lo deseaba.
Una vez calmada la tormenta, recompusimos nuestra ropa y él me dijo… Deseo volver a estar contigo muchas veces, pero sé que eres casada igual que yo, por eso debemos ser muy discretos.
Eso sucedió hace un mes y hasta la fecha hemos follado cinco veces y cada vez lo disfrutamos más. Espero no se entere mi esposo para no causar una tragedia, porque amo. Lo que vivo con Martin es solo atracción sexual.
Me encanto tu relato, pero creo en realidad que tu personaje no siente solo atracción sexual, es mas, también creo que no ama tanto a su marido, este hombre logro sacar lo reprimido de ella, y ahora hay que ver como sigue ella en su vida, ojala nos cuentes mas de ella y como siguió su vida, un beso grandote a ti.