Mi primera vez.
Un par de amigos universitarios se encuentran en un bar, tras compartir unas copas deciden ir a otro lugar mas cómodo..
Durante mi etapa como estudiante universitario viví diferentes y variadas experiencias, de muchos tipos, una de ellas fue mi primera vez…
Como ya lo he mencionado en otros relatos, soy un fiel admirador y amante de la belleza femenina en sus muy diversas expresiones. Hasta la fecha puedo sentir atracción por un lindo par de ojos, unas suaves y delicadas manos, una cabellera de rizos abultados, la piel de tono bronceado, moreno o blanco de una mujer. En fin, admiro y disfruto de la belleza de una mujer. Esto me ha permitido vivir y disfrutar de experiencias con diversas mujeres y sus diferentes atributos.
Ángeles era una compañera estudiante que en cierta ocasión manifestó abiertamente sentirse físicamente atraída por mí, durante algunas semanas nuestra convivencia se estrecho al grado de coincidir en una borrachera que se llevaba acabo en un popular bar cerca de la universidad. Durante la convivencia, Ángeles y yo platicamos y bebimos de manera amena y agradable, la platica giraba en torno a nuestras muy marcadas diferencias, en relación con prácticamente todo; gustos musicales, expectativas del futuro universitario, comportamiento como estudiantes, opiniones sobre algunas asignaturas y profesores, etc.
Durante algún punto de la borrachera Ángela y yo nos cruzamos mientras uno regresaba a la mesa y el otro se apartaba de ella. Hasta el día de hoy no logro recordar con que pretexto salimos juntos del bar; pero salimos tomados de la mano, llamamos un taxi y le pedimos al chofer que nos llevara a un hotel.
Instalados en la habitación que alquilamos, comenzamos a besarnos de manera tímida y lenta. Unos labios delgados y suaves se entrelazaban con mis labios carnosos, mi lengua húmeda y tibia entraba a juguetear con la lengua de Ángeles; mis manos recorrían las nalgas de mi amante por encima de los pantalones de mezclilla que llevaba. Nuestros besos eran lentos, tiernos e inseguros, esto lo puedo asegurar ya que los labios de Ángela temblaban mientras nuestras bocas se reconocían.
Comencé a explorar con mis labios la piel morena de Ángeles, esa piel suave, delicada y de un tono moreno suave. La delicadeza de su piel era tal que cuando la besas con intensidad una pequeña magulladura quedaba como evidencia de la exploración que estaba llevando a cabo. Besé su cuello y sus hombros procurando ser delicado, al mismo tiempo mis manos desabrocharon sus pantalones y comencé a acariciar sus caderas y nalgas sobre su ropa interior. Ángeles se estremecía cuando apretaba un poco su cadera o nalgas contra mi pelvis y al mismo tiempo besaba su cuello o lamia parte de su oreja.
Me entretuve un buen rato explorando con mis labios y lengua su cuello, hombros, nuca, orejas; al tiempo que mis manos exploraban la piel de sus nalgas, cadera y vientre. Besaba a Ángeles con los ojos cerrados tratando de dibujar la silueta de su cuerpo, imaginando sus expresiones y reacciones mientras mis labios y manos exploraban parte de su cuerpo. El tono de la piel morena de mi amante me gustaba muchísimo, el tono rosado de sus labios delgados era una atracción excitante. No poseía un trasero llamativo, de hecho no tenia unas nalgas ni siquiera abultadas, pero su cintura era divina, esa parte estrecha de su cuerpo era algo coqueto y sexi, su ombligo hacia sincronía perfecta con su abdomen plano, esa noche Ángela usaba una blusa de botones corta que apenas le cubría su abdomen, gire el cuerpo de mi amante de manera que me daba la espala, acaricie su vientre y desabroche un par de botones de la parte baja de su blusa, introduje mi mano en sus pantalones y acaricie de manera sutil su vagina por encima de su ropa interior… ¡estaba húmeda! el estímulo provoco un gemido ahogado y una pequeña convulsión en Ángela yo aproveche y la estreche contra mi cuerpo de manera que pudiera sentir la erección que estaba contenida en mis pantalones. Nuevamente de frente nos besamos de manera intensa pero torpe, nuestros labios chocaban y nuestras lenguas peleaban de manera atropellada, los gemidos aumentaron de intensidad mientras nuestros besos eran una mezcla de carne, fluidos y temperaturas sin control.
Recosté a mi amante en la cama mientras mis labios exploraban su vientre, con mi lengua recorrí su piel hasta el borde de sus patis y comencé a despojarla de su pantalón, una vez que solo tenía sus bragas besé sus piernas explorando con mi lengua cada centímetro de piel, esa hermosa piel morena me fascinaba, el aroma natural de Ángela me encantaba, estaba embriagándome con su aroma y el sexy tono de su piel morena. Mi exploración se entretuvo en los muslos delgados de mi amante, tome una de sus piernas y la levante sobre mi hombro, mis labios recorrían su pantorrilla y mi mano acariciaba su muslo, con mucho cuidado deslice uno de mis dedos al interior de sus bragas y acaricie su húmeda, cálida y suave vagina; solo lo suficiente para provocar en Ángela un reflejo exquisito, apretó sus piernas sobre mi mano y dejo escapar un gemido embriagador. Cuando Ángela relajo sus piernas y libero mi mano, me tendí sobre ella devorando su pequeña y delicada boca. Nuestros besos subieron de intensidad, pero seguían siendo torpes, toscos y bruscos.
Mientras devorábamos mutuamente nuestros labios, mis manos fueron desabrochando los botones de la blusa de mi amante, la despoje de su prenda. Su ropa interior era la única prenda que cubría su hermosa piel morena. Deje de disfrutar de los labios, el calor y la piel de Ángela solo el tiempo suficiente para retirar mis propias ropas.
Ambos nos encontrábamos en ropa interior y seguíamos disfrutando de nuestros cuerpos, mis manos recorrían las caderas, cintura, nalgas, vientre y pechos de mi pareja; al mismo tiempo que mis labios y lengua terminaban su expedición por el cuello de Ángela. Con delicadeza desabroche el sostén de Ángela para liberar sus pequeños pechos cálidos, de un tono moreno exquisito, ese par de montículos de carne estaban coronados por unos pezones de un tono café obscuro, la pequeña aureola que los rodeaba se encontraba totalmente estremecida, con mucho cuidado bese unos de sus pechos, recorrí con mi lengua toda su circunferencia, con el cuidado de no tocar su pezón, disfrute de ese pequeño pecho cálido, lo acaricie con mi lengua humedad y tibia, en la parte baja de ese pequeño montículo de carne aprisione con mis labios una pequeña porción de carne y succione con delicadeza, lo suficiente como para provocar una marca rojiza en la piel de mi amante. Disfrute de los pechos y el aroma exquisito de la piel de Angela durante unos minutos más.
Cuando no podía dominar más mi excitación y mi miembro rígido y embravecido exigía entrar en el cuerpo de mi amante. Levante a Ángela y estando ella de pie sobre la cama, bese su vientre y con mis dientes fui bajando su panti hasta retirarla, mientras recorría sus piernas llenaba mis pulmones de ese aroma tan propio de esa linda chica de piel morena, una vez que mi amante se encontraba totalmente desnuda recorrí nuevamente sus piernas de abajo hacia arriba… al llegar a su entre pierna la acaricie con una de mis manos ¡fue algo exquisito! La humedad que tenía me éxito de una manera animal.
Me senté sobre la cama y con delicadeza tomé a Ángela y la pose sobre mí, poco a poco nuestras partes intimas se reconocieron, se acariciaban deseando intimar de una manera intensa, pero la falta de experiencia de mi pareja hizo que la experiencia fuera de lo mas placentero.
Poco a poco mi miembro rígido y ávido de placer fue entrando en el cuerpo de Ángela, ella gemía de placer y dolor ya que era su primera vez. Deje que ella marcara el ritmo de la situación y lentamente fue permitiendo que fuéramos uno solo, su vagina se amoldo y acostumbro a mi miembro y comenzamos a bajar y subir alternadamente, los gemidos de dolor de mi amante fueron cambiando por gemidos de gozo y placer. Sentados frente a frente sus pechos quedaban a la altura de mi boca los bese, los devore; en el momento que introduje uno de sus pezones en mi boca y lo presione con mis labios Ángela relajo su pelvis y permitió el acceso total de mi miembro en su cuerpo, sus gemidos se transformaron en gritos ahogados y sus manos presionaron mi espalda contra su pecho. Su cuerpo convulsiono y sus piernas comenzaron a temblar, esa hermosa piel morena se crispo y la totalidad de su cuerpo fue sacudido por un estremecimiento repentino que provoco que su vagina se contrajera presionando mi miembro de una manera exquisita, por mi parte quede inmóvil permitiendo que mí pareja disfrutara de su clímax. El éxtasis de Ángela llegaba y ella lo manifestaba con pequeñas convulsiones y una serie de gritos llenos de placer. Una vez que su éxtasis termino continue, subiendo y bajando con delicadeza, Ángela no paraba de gritar, comenzó a subir y bajar de una manera frenética, llevo su cuerpo así atrás, separándolo del mío y, apoyada en sus manos comenzó a empujar su pelvis de manera frenética, yo podía sentir a detalle el roce de nuestros sexos, la humedad que empapaba nuestras partes intimas y esas contracciones tan exquisitas que hacia la vagina de mi pareja. Ángela grito de manera inesperada y su cuerpo se arqueo hacia atrás, se dejó caer sobre la cama sin que nuestros cuerpos se desunieran, su piel morena se llenaba de puntitos y los bellos de su cuerpo se erizaban mientras el orgasmo se apoderaba de ella, una vez más inmóvil deje que disfrutara de esa experiencia, cuando recobro la cordura la tome por la cintura y la acerque nuevamente a mí, la bese con frenesí y la levante, estaba de pie y Ángela seguía teniéndome dentro suyo, rodeo mi cuello con sus manos y comenzó a subir y bajar, fuimos incapaces de mantener un buen ritmo en esa posición, por lo que recosté a mi pareja sobre la cama y continuamos haciendo el amor yo estando arriba de ella, entre totalmente en el cuerpo de Ángela ella cruzo sus piernas sobre mis caderas, retomamos el movimiento adentro-afuera hasta que una mordida en mi hombro me llevo al éxtasis. Mi miembro estallaba de placer en el interior de mi amante, mientras ella enterraba con mas fuerza sus sienes en mi hombro… fue algo sublime.
Terminamos durmiendo, agotados por la fiesta, los besos y el placer que nos provocamos… a la mañana siguiente antes de abandonar el hotel, nos otorgamos mas placer, pero eso lo contare en otro ocasión.
Qué exquisito relato, el primero que leo y comento en este 2023!
Hola, que bueno que te haya gustado n_n