Mi primera vez a los 15 con Luciana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ezeloro.
Mi primera vez fue a los 15 años con una amiga de toda la vida. Luciana, que por su puesto tenía la misma edad que yo, era una chica “pulposa” ,es decir, carnosa. No tenía sobrepeso, pero estaba muy bien desarrollada y era en verdad sexy. Una morocha con piel blanca y unos ojos marrones que endulzaban cualquier momento que uno pasara con ella.
Nos conocíamos desde que no teníamos noción de nada. Es que nos conocíamos desde “la guardería”, ese lugar donde las mamás dejan a sus bebés para que los cuiden durante su horario de trabajo. Así que técnicamente nos criamos juntos, al menos eso me contaba mi madre cada vez que nuestras familias se juntaban.
La mamá de Luciana y la mía son muy buenas amigas, tanto es así que, a pesar de que existe una distancia considerable entre mi casa y la de ellas, todos los meses nos venían a visitar un fin de semana para comer un asado. Como casi siempre se quedaban hasta altas horas de la noche, terminaban por quedarse a dormir en mi casa.
Cuando teníamos 15 años, vinieron a quedarse a pasar noche buena y navidad en mi casa. Todo transcurría normal, siempre jugábamos con las cartas al “truco” y al “chinchón”. Hasta que mi hermano mayor, de 22 años de edad, trajo un cajón lleno de cervezas bien frías. No nos hicimos los santos con Luciana, tomamos como locos. Pero fue ella a quién más efecto le hizo, tanto es así que nos quedamos hasta que todos se fueron a dormir.
Eran las 5 de la mañana, Luciana estaba vestida con un vestido color rojo, ideal para celebrar la navidad, en cambio yo, tenía un vaquero azul y una camisa blanca.
Estábamos acostumbrados a dormir los dos en mi habitación, ella con una remera y su ropa interior, acostada en mi cama. Y yo con un bóxer negro holgado, y también con una remera, recostado en un colchón que usaba para dormir al lado de mi cama cuando ellas venían y la ocupaban.
Ya casi me quedaba dormido cuando de repente siento algo en mi rodilla algo, era su mano izquierda que acariciaba mi pierna, me produjo excitación instantánea. A esa edad uno se excita por todo, mi pene se puso a mil. Su mano recorría mi pierna izquierda hasta llegar a mi bóxer donde por la holgades del mismo, introdujo su mano siguiendo la forma de mi pierna. Yo estaba excitado, pero también pe producía culpa que mi amiga de toda la vida me la agarre, es decir, no era la primera vez que dormías en mi habitación. Pero nunca habíamos insinuado algo sexual el uno para el otro.
La situación me agarró de sorpresa pero no me negué, le seguí el juego. Su mano izquierda, introducida por el espacio que mi bóxer dejaba por entre una de mis piernas, mi pene que estaba duro al instante. Yo extendí mi mano derecha y comencé a manosearle su teta izquierda, era un juego de toqueteo, ambos estábamos acostados en nuestros lugares boca arriba haciéndonos los dormidos, pero cada uno estimulaba al otro con su mano más cercana.
Comencé a sentir que me venía y casi dejo escapar un gemido, pero inmediatamente me levanté del suelo y comencé a besarle el estomago, le levanté suavemente la remeta abriendo espacio a mis labios juguetones así le propinaba sexo oral a todo su cuerpo.
Mi pene ya estaba como enjabonado de tanto liquido pre-seminal que me salía. Por lo que mientras degustaba su abdomen y sus pechos con mi boca, quité su mano de mi pene para evitar venirme tan rápido.
Habían pasado aproximadamente unos 25 minutos desde que comenzó el primer juego de tacto. Mi boca ya había llegado hasta su cuello y ella comenzó a hacer pequeños gemidos por la excitación. Así que no dudé ni un segundo en darle mi mejor beso francés para evitar que despierte a toda mi familia con sus gemidos.
Era fantástico sentir su lengua jugando con la mía, sus dos manos manoseando mis nalgas y mi espalda era una locura teniendo en cuenta que jamás pensé que iba a tener sexo con ella.
Mientras tanto, yo frotaba mi pene con su pelvis, ambos todavía teníamos la parte de debajo de la ropa interior, yo mi bóxer y ella su bombachita color violeta.
La falta de iluminación, ya que todas las luces estaban apagadas, dejaban a la fantasía hacer su trabajo. Era hermoso el perfume de Luciana que sentía mientras la besaba.
De tanto frotar mi pene con su ingle no aguanté más. Inmediatamente bajé mi cabeza hasta su pelvis y suavemente le bajé su bombacha. Le di varios besos en esa zona pero no me animé a lamérsela, creo que me dio un poco de asco su vello púbico. Me bajé el bóxer y me puse en posición, se la metí despacio, lo más despacio que pude en ese momento.
Empecé el mete-saca despacio pero después me fue imposible sostener el ritmo. Fueron 7 minutos frenéticos desde que empecé a levantar el ritmo. Si bien era mi primera vez, el haber visto videos porno y escuchar relatos de amigos me ayudó mucho para la ocación.
La sensación de mis testículos impactando en la entrada de su bulba y el sonido que eso producía, era extremadamente satisfactorio. Sentí por momentos que soñaba pero todo era real. Justo en ese momento recordé la clase de educación sexual sobre el uso de preservativo, pero ya era imposible detenerme, hacía varios minutos que mi pene venía pidiéndome a gritos poder estallar.
Pero la razón pudo más, no quería dejarla embarazada. Por lo que segundos antes de acabar dentro suyo, quité mi pene e instintivamente lo dirigí hasta su boca.Se la metí de una vez en su boca y ahí exploté.
Realmente tenía mucho semen, era un río su boca. Escurría mi semen por toda su cara. Ella tragó lo que pudo, creo que de muy mala ganas por lo que su cara insinuaba. Me animé a besarla de nuevo , tragué un poco de mi mismo semen. Fue inevitable, pero el gusto no era tan malo como pensaba, aunque me dio un par de arcadas.
Luego, ambos nos levantamos con disimulo y fuimos al baño. No bañamos juntos, eso jamás lo habíamos hecho, de hecho, nunca nos habíamos visto desnudos.
El baño bajo la regadera fue de ensueño, sus manos enjabonando mi cuerpo y yo al de ella, todo era muy dulce y excitante.
Hasta que escuchamos que alguien tocó la puerta del baño, era mi mamá que quería orinar. Luciana le dijo que ya salía que se estaba bañando porque tenía mucho olor a cerveza.
Cuando ya no había nadie en el pasillo nos fuimos despacio a mi pieza y nos cambiamos, nos acostamos en posición de cucharita en mi cama, y Luciana se durmió. Pero todo me había excitado mucho así que no pude evitar masturbarme una vez antes de dormir. Esta vez el semen lo limpié con toallas de papel.
Nunca más tuvimos sexo, pero la amistad siempre perduró hasta que ella se puso de novio y quedase embarazada de un lunático celoso que no la deja tener amigos hombres.
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