Mi primera vez con el hermano de mi amiga
Estuvo chupando mis tetas toda la noche y fue cuando intento subirme a su cama….
Tenía 11 años, era un poco más alta que las demás niñas, morena, cabello ondulado, negro y largo, labios gruesos, trasero redondo y firme, senos grandes y unas piernas atleticas. Y por supuesto un flechazo enorme por el hermano mayor de mi mejor amiga al que llamaremos Antonio. Él tenía 18 y sabía que también le gustaba pues a veces, cuando nadie veía, me robaba besos en la boca.
Eso fue lo que me convenció para ir a una pijamada en su casa.
Mi amiga y su hermano dormían en la misma habitación, en una litera y yo me iba a quedar abajo con ella. Pero claro, a esa edad ya tenía las hormonas alborotadas y quise provocar a Antonio por lo que me puse una blusa de tirantes que hacía ver mis pechos enormes.
Todo transcurrió tranquilamente hasta que fue hora de dormir.
Sentí un golpe en la pierna y supe que era de Antonio pues su mano colgaba de la litera. Decidí ignorarlo por si había sido un error, pero siguió golpeando así que me levanté y lo encaré.
—¿Qué quieres? Déjame dormir— susurré empezando ya a sentir mi corazón acelerado.
—No— fue su única respuesta. Me sonrió y me jaló para besarme. De inmediato metió su lengua en mi boca y yo respondí como pude, no había besado muchos chicos, pero él se encargaba de llevar el ritmo, yo solo lo seguía. Quizá fue desde ese momento que era una sumisa putita. Cuando mordía mis carnosos labios lo hacía tan fuerte que dolía, pero me encantaba que doliera.
Se encargó de sacar mis tetas de la blusa y empezó a chuparlas, las mordía, las apretaba y lamía mis pezones duritos bien rico. Yo solo jadeaba pues no quería despertar a mi amiga, aunque dudo que estuviera dormida de verdad.
Estuvo chupando mis tetas toda la noche y fue cuando intento subirme a su cama. Le dije que me soltará y me subí del lado de la escalera. En ese momento no pensé que fuera a coger por primera vez pero no me arrepiento.
Me acostó y se subió encima mío quitándome la pijama. Tenía muy, muy poquito vello en ese entonces por lo que no me preocupe de depilarme o lo que fuera y entonces no espero nada, abrió mis piernas y metió su dura verga haciéndome llorar un poco. La posición me dolía, pero se sentía DELICIOSO, estaba súper húmeda y caliente.
—Cogeme, cogeme así, así— le había dicho y él palpitaba dentro de mi. El coño de una niña como yo se estaba sintiendo apretado y suave y mis tetas rebotaban haciendome excitarme más.
Lo que más me gustaba era su cara de placer al enterrarse en mi.
Se separó y me puso sobre él y entonces aplique mi facilidad para bailar y mover las caderas para saltar sobre él sintiendo de inmediato las rodillas flojas, estaba a punto de venirme.
—Eres una perra— había gemido al apretar mi cadera para que no me moviera y soltar toda su leche calientita dentro de mi. Yo ya había tenido un orgasmo desde antes cuando empezó a jugar con mis pezones de nuevo.
Me bajé y me fui al baño aunque casi me caigo. No sentía las rodillas.
Por suerte esa vez no me embaracé, pero después de ella busqué de todo sobre el sexo en internet.
Esa fue mi primera vez y desde entonces supe que estaba hecha para coger y coger y ser una putita.
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