Mi primera vez con mi padrastro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto que voy a contar fue el inicio de una maravillosa relación con mi padrastro.
Me llamo Caren, ahora tengo 18 años, resido en España, pero soy de Venezuela.
Mi madre vive con un señor argentino hace mas de cinco años, es un señor muy fuerte, hace mucho deporte, es el clásico tipo duro de las pelis, tatuajes, aretes en las orejas, pelo largo y barba mas abajo del pecho, tiene una tremenda moto, que a mi me encanta que me lleve a pasear.
Eduardo, que así se llama mi padrastro, siempre me trato muy bien, como si fuera su propia hija, solo que yo, cuando tenía 15 años, lo empecé a ver de otra forma, no lo veía como mi padrastro, lo veía como un hombre, y un hombre muy atractivo para su edad, ya que en ese entonces él tenía 50 años.
Todos los viernes Eduardo me iba a buscar en su moto al instituto, era la envidia de mis amigas, a mi me encanta su moto.
Un viernes, me vino a buscar como siempre, y yo me subo, me abrazo a él y nos fuimos, recuerdo que iba bien pegada, sentía mis pechos aplastados en su espalda, "ya vamos para casa?", le dije, a lo que él con un movimiento de cabeza me dijo que si, "hay, no seas malo, dale un paseito a tu nenita mimosa", le dije, abrazando con mas fuerza su cintura y aplastando mas mi tetas en su espalda, Eduardo paró la moto, y me dijo donde quería ir, si estaba con el uniforme del insti, "no se, donde tu quieras", le dije, con vos de nenita mimosa, "pero Caren, estas con el uniforme, estas con la falda y eso te va a incomodar", me dijo, "no importa, vamos para el lado del río", le dije, ya que donde vivimos hay muchos montes de pinos y un río que tiene muchos brazos.
Hizo un gesto con los hombros y nos fuimos con rumbo al río, yo seguía bien pegada a él, y sentía como me entraba aire entre las piernas, me gustaba esa sensación.
Cuando llegamos, nos bajamos de la moto, y yo estaba tan contenta, que empecé a bailar, a dar brincos, giraba tan fuerte que mi falda se subía hasta mas arriba de mis bragas, estaba feliz, "me gustaría meterme al agua, se ve tan rica", le dije, parada en la orilla del río, "me voy a mojar los pies", le dije, quitándome los zapatos y los calcetines, estirando mi mano para que mi padrastro me la agarre y así no me caiga al agua, empecé a chapotear y seguía riendo agarrada de la mano de Eduardo, "estas feliz Caren, que te pasa?", me dijo mi padrastro, dejando que siga chapoteando en el agua y mi falda subida, dejando casi todas mis piernas al descubierto, "estoy feliz de poder abrazarte y que me pasees en la moto", le dije entre risas tontas, "sabes que podes abrazarme siempre que quieras", me dijo Eduardo, "si, lo se, pero esta mamá y no quiero que nos vea abrazados", le dije, dejando de chapotear y lo miraba, "y eso?, que pasa, tan íntimo querés abrazarme?", me dijo, sin soltar mi mano, "quiero sentir tu cuerpo pegado al mío y que me estrujes entre tus brazos", le dije, sin apartar la mirada de la suya, "Caren, ese abrazo es un poco subido de tono", me dijo, "vos ya sos una señorita, tenés un lindo cuerpo, y sí, tu madre lo podría tomar a mal", me dijo, haciendo que me ponga de pie.
Eduardo es bastante mas alto que yo, ya que el mide por lo menos un metro setenta y yo uno cincuenta.
Yo simplemente lo mire y lo abracé, apretando bien mis pechos contra el suyo, yo tengo los pechos redondos, ni chicos ni grandes, nunca nadie los ha visto.
Yo me sentía tan bien abrazada a ese hombre, empecé a sentir un cosquilleo en mi cuca, estaba en la gloria, abrazada a mi padrastro, levanto la mirada, miro sus ojos verdes, agarro una de sus manos y la bajo a mi cola, y sin mediar palabra le beso la boca.
Eduardo casi enseguida me respondió el beso y mientras sentía como metía su lengua en mi boca, su mano me levantaba la falda y me acariciaba las nalgas por sobre el calzón.
El beso fue largo, dulce, mi primer beso con un hombre, yo me sentía indefensa entre sus tremendos brazos,sentía como sin dejar de besarme me iba bajando el calzón, dejando mi cola al aire, su mano me tenía apretada por mi cintura y su otra mano me estrujaba las nalgas, solo se escuchaba el aire entre los árboles, "te gusto?", le dije, besando sus labios y dejando que me acaricie las nalgas, "si, me gustas mucho", me dijo, dejando de abrazarme y con sus dos manos me bajo el calzón hasta mis rodillas, volviendo a besar mi boca y ahora sentía una de sus manos en mi cola y la otra en mi cuca.
Yo temblaba, estaba tan nerviosa, pero a la vez tan feliz, que lo que hice, fue abrir mi camisa y sacar mis tetas para que mi padrastro me las mame.
El grito que dí cuando sentía como me mamaba los pezones y sus dedos querían entrar en mis agujeros, fue tremendo, yo deje de abrazarlo y empecé a acariciar su verga por sobre el pantalón, "quiero que me hagas tuya", le dije, besando sus labios y dejando que me acaricie toda.
Mi padrastro se apartó de mi, y comenzó a desnudarme, yo lo dejaba, estaba que temblaba, no podía contener los temblores ni los suspiros a medida que me iba sacando la ropa, hasta que me dejo toda desnuda, mi cuca me latía, la sentía muy mojada, sentía sus dedos pasar por la entrada de mi cuca y por mi chiquito, recuerdo que sacó su verga, que me pareció impresionante y me hizo poner de rodillas, metiéndola en mi boca y diciéndome como mamarla, y ahí estaba yo, desnuda, de rodillas a la orilla del río, mamando la verga de mi padrastro.
Escuchaba los gemidos de placer de mi padrastro a medida que yo le mamaba la verga, me agarra de la cabeza y siento como la empieza a mover para afuera y para adentro de mi boca.
Me hace poner de pie y así desnuda me lleva hasta la moto, donde me hace acomodar sobre el asiento y casi me desmayo cuando siento su lengua lamer mi cuca mientras que con sus manos me estrujaba las tetas, yo solo gemía y movía mi cabeza de un lado a otro, disfrutando lo que jamás soñé con disfrutar, yo me sentía extraña, sentía que me orinaba a cada rato al sentir su lengua lamer y su boca mamar mi cuca, me hace cambiar de posición, quedando ahora con la cola para arriba, me acomoda mejor dejando mi cola bien empinada y siento como me abre la nalga y ahora su lengua lamía mi chiquito, yo quería gritar de placer, de echo gritaba de placer, estaba viviendo algo tan hermoso, tan maravilloso, que no quería que deje de lamer todo mi cuerpo.
Me cruza mejor sobre el asiento y sigue lamiendo mi chiquito, me dice que me abra las nalgas y cuando me las abro, siento como pasa su verga por mi chiquito, como apoya esa verga contra mi chiquito y como grite de dolor cuando empezó a hacer fuerza y sentía como se abría mi chiquito y su verga entraba en mi cola, "me duele, me duele", le decía a medida que su verga no dejaba de entrar y sentía como mi chiquito se abría cada vez mas, Eduardo paso una mano por debajo de mi barriga, que si bien no soy gorda, tengo un poco de panza, y me empieza a acariciar mi cuca, haciendo que sienta como una descarga eléctrica, con esa caricia me relaje mas y sentía como mi padrastro terminaba de meter toda su verga en mi cola, como eran ahora mis nalgas las que se aplastaban contra su cuerpo, "relajate Caren, ya te rompí el culo, ahora así relajadita te lo voy a coger", me dijo, moviendo su verga dentro de mi cola y su mano no dejaba de acariciar mi cuca, haciendo que ahora grite,pero de placer, mientras mi padrastro muy despacio, hacía que su verga entre y salga de mi chiquito.
Yo estaba con los ojos cerrados, disfrutando de la caricia que me hacía en la cuca y sintiendo como su verga entraba y salía de mi cola, como la metía toda y la movía para los costados, en círculos, yo seguía abriendo mis nalgas, me sentía incomoda, pero a la vez mas feliz que nunca de estar así con mi padrastro, "te gusta Caren, te gusta como te estoy cogiendo?", me decía sin dejar de mover su verga dentro de mi cola, "siento que me desmayo de placer, estoy feliz", solo le dije, dejando que me siga cachando por el chiquito, "acá te voy a traer todos los viernes para hacerte el culito", me dijo, moviendo mas fuerte y rápido su verga dentro de mi cola, "y cuando tu madre no esté te voy a romper la conchita esa deliciosa que tenés", me dijo, metiendo tan adentro su verga en mi cola, que me levantaba en su verga, "si Eduardo, lo que tu quieras", le dije, gimiendo como una loca, a medida que mi padrastro me seguía cachando cada vez mas fuerte por la cola.
Sentía como me salía el aire de la cola, como si me estaba tirando pedos, pero todo me gustaba, era todo nuevo, estaba feliz de estar así con mi padrastro, hasta que en sus movimientos fuertes y duros, me la mete lo mas adentro que pudo de mi cola y lo escuche gemir con una fuerza que mas pareció un grito y sentía como su verga palpitaba dentro de mi cola.
A medida que su verga palpitaba dentro de mi cola, él apenas la movía, así se quedó quieto un rato sin sacar su verga, acariciando mis nalgas, "te llené el culito de leche Caren, que rico culito que tenés", me dijo, sacando despacio su verga de mi cola, "es tuyo cada vez que quieras", le dije, sintiendo como me salía algo liquido del chiquito, vi su verga toda sucia de sangre, el sacó papel higiénico y me limpiaba el chiquito, y lo veía salir también con sangre, "por que me sangra el chiquito?", le pregunté, un poco asustada, "es que te rompí el culito, eso es normal, cuando te rompa la conchita, también te va a sangrar", me dijo, viendo que ya no salía sangre en los otros trozos de papel con el que me limpiaba el chiquito, sentía como mi chiquito me punzaba, me palpitaba.
Me vestí con un dolor sordo en la cola, sabía que me había roto el chiquito, que ahora ya no era su hijastra, nos volvimos a besar y nos fuimos a casa que mamá nos estaba esperando, ya que había llamado a mi padrastro varias veces al móvil.
Así mi padrastro me llevo de la mano por el camino del sexo, me enseño a ser una mujer que disfruta ahora ya de mayor, no solo de su verga sino de otras vergas que fueron apareciendo en mi vida.
Que suertuda
Lastima q no aparecieron más hombres