Mi profesor matemáticas

Hace mucho me quiero follar a mi profesor.
No me gusta decir no ha una buena picha, verga, miembro. Porque no deja de palpitarme, me llama y se humedece.
He tenido que colocar varias ropas íntimas. Llevo otra entre las bolsa del colegio.
Suelo ir al baño y meterme los dedos, hasta calmarme, mi mejor amiga ahora me permite que le meta los dedos lo que también hace que termine yo más rápido.
En clases de matemáticas suelo meterme los dedos colocando el abrigo de gonses rouses y me lo hago ahí delante de todos tragando mis gemidos. Quisiera gritar abrir mis piernas que todos me vean, que todos me follen.

Mi profesor se me queda mirando, y luego de clases.

Me dirigo a una esquina donde los chicos saben que pueden hablar conmigo y preguntarme lo que ellos quieran, así que les dejo tocar un poco mis pechos y ya ha dos de ellos le he masturbado. Uno la tenía gorda y larga. Y el otro pequeña y delgada. Me excita más el hecho de hacerlo que el tamaño del miembro.

–Vamos, ¿hoy a quién le toca?– pregunta jose Miquel, a ningúno le respondo. Saliendo del salón.

En el fondo el profesor de matemáticas bebe su taza de café. Me aproximó a él.

Su suéter azul y su cuaderno de notas ahí, simplemente mirando.

–¡Hola!– le digo. Tratando de hacer conversación.

–Dime, ¿en qué te puedo ayudar?

Dice mirando mis piernas.

–pues, quería saber si me puede dar clases privadas.

–lo dudó, tengo ya la agenda llena. ¿En qué piensas que te puedo apoyar así de urgencia?

–vamos, usted sabe que quiero que me penetre, no nos hagamos los tontos–le digo aproximándose a su oído.

Él lleva la taza de color blanca a sus labios. Un silencio se apodera de él.

–sabes que eso no es posible, porque soy tu profesor.

—lo sé, pero no le diré a nadie.

Podía ver la batalla que se había iniciando en su interior, una parte de él quería, podía verlo en la entre pierna que ya palpitaba.

–esperame en la salida en el estacionamiento–dice.

Camino en dirección de mi mejor amiga, Manuela.

Ella observaba todo detenidamente.

Su rostro de sorpresa no me detiene, la sujeto de la mano y la llevo a parte.

–dime que no es lo que yo pienso–dice Manuela.

–pues me lo tiraré hoy, no sabes las ganas que tengo de un buen miembro.

Al salir vi a los chicos irse al cine cerca del colegio, iban. Ver spiderman no way home.

A lo lejos me saludan y hacen gestos de mamadas .

Ya quisiera que se lo chupara pero no tengo ánimo.

Mis tetas ya estaban duras, mis pezones hinchados. Lo mismo mi panochita.

El profesor salió. Y me abrió la puerta. Nos fuimos a un hotel.
Son lugares donde se pagan y hay un estacionamiento.
Al lado de una habitación con tv, y un baño.

Tan pronto entramos me desnude. El igual, su miembro era normal.
Rápidamente me lo coloque en la boca, el olor a sudor de macho me ponía.

Mi profesor disfrutaba de mis mamadas. Abrí las piernas y mi sexo depilado húmedo he hinchando pedía que se le diera alimento.

Su pene me daba placer, como rascaba mi interior. Sus testículos golpeaban mi ano virgen.

–sí-
Sentía como se movía cual animal lleno de irá, me besaba y chupaba el pecho derecho. Mientras me sujetaba de la cama para que al darme, así también pudiera yo controlar la intensidad.

–¡Dame papi!–¡así dame!
Mis pechos disfrutaban de sus besos. Era bueno con la boca.
Sentí como se vino dentro de mí. Si lo hice sin condón porque eso era lo que quería sentir su carne, ya estaba aburrida de ver eso ahí.
En cada clase viendo su miembro detrás de ese pantalón.
Imaginarlo y ya poder verlo y sentirlo.

Solo que me pasa algo, raro entre más follo más me gusta. Más quiero.

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Una lectora me mando una anécdota. Ella tiene un tío y este le prestó su celular.

Al ver en galería descubrió que tenia foto de su pene que mandaba a las chicas. Ella a quien llamare Juana.

Juana se mando las fotos de su tío a su celular y luego se loa mostró a sus amigas en el colegio.

Ellas dicen que era muy grande.

Y que se ha quedado pensado si debería intentar seducir a su tío.

Porque ella quiere tener sexo, y ve que tal vez pueda disfrutar de él. Solo que tiene miedo que le duela mucho o que su tío no acepté.

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Me encantaría que me mandaras tus «experiencias» o «anecdotas» para inspirarme en ellas. Poder escribir lo que le ha ocurrido a otras personas me excita. Mi correo es:

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Me han llegado hasta ahora, saludos de fans de mis relatos. Incluso invitaciones para escribir juntos, a todos les respondo.

¡Gracias por leer mis relatos!

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