Mi puta mi amante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde hace 20 años frecuento las casas de citas, no me da pena decirlo, para mí han sido experiencias en general muy buenas y he encontrado buenas amigas en esos lugares.
Así fue como hace 4 años conocí a Paola, una niña de 21 años, chaparrita, gordibuena, con unas nalgas que me parecieron un poco caídas, pero algo en ella me llamó la atención.
Se veía un poco nerviosa y le pregunté que desde cuando se dedicaba a esto, me dijo que hacía una semana que había empezado, antes trabajaba poniendo uñas, pero ganaba muy poco y quería construir una casa en un terreno que le heredó su mamá.
Traía unos jeans a la cadera y un top blanco, nada muy revelador, pero con su cuerpo y su cara de niña se veía muy sexy. Le dije que no estuviera nerviosa, que la iba a tratar bien.
La ayudé a desvestirse y al quitarle el top me encontré con dos senos grandes y suaves, sus pezones no se erectan mucho así que me dediqué a masajearlos y darles unas chupaditas. Después le quité los pantalones y me llevé una gran sorpresa, los jeans no le hacían nada de justicia a sus nalgas, son grandes, paradas y muy tersas.
Le dije que se acostara boca abajo para darle masaje y ella lo hizo un poco nervioso, con 20 años de experiencia dando masaje erótico (gracias a un libro que encontré en la recámara de mis papás) pude deleitarme con su cuerpo durante un buen rato, comencé en su cabeza, dándole masaje circular atrás de sus orejas, seguí con su cuello hacia sus hombros, en menos de 2 minutos se veía más relajada e incluso más dispuesta a seguir.
De sus hombros pasé a su espalda, lenta pero firmemente la recorrí toda de abajo hacia arriba y de repente cambiando en dirección contraria para que ella tuviera otras sensaciones, cuando me acercaba a su cintura ella levantava la cadera como invitándome a darle masaje en sus nalgas, en una de esas veces que la levantó le di un beso tierno en cada nalga y sentí un pequeño temblor en ella.
Para prolongar el masaje, me salté sus nalgas y seguí con sus piernas, me gustan mucho, son de muslos anchos y proporcionados para soportar esas nalgas ricas, le dí masaje en cada uno de ellos y después me detuve en la parte posterior de sus rodillas, ahí le dí masaje circular y ella abrió un poco las piernas y levantó la cadera mostrándome su vagina, seguí hacia sus pantorrillas y me detuve en sus tobillos, también a estos les dí masaje circular al igual que al empeine de sus pies.
Regresé arriba y le puse un chorro de crema desde el cuello, bajando por la espalda y en medio de sus nalgas, le esparcí la crema por toda la espalda y me deleité con sus nalgas, ya estaba muy caliente y ella las presionaba contra mis manos, le abrí las piernas y le dí un beso en su vagina desde atrás, la sentí caliente y húmeda al instante.
Le dije que se volteara y lo hizo inmediatamente abriendo sus piernas para que pudiera yo hacerle sexo oral, su vagina estaba realmente caliente y comencé por comerme sus labios exteriores, chupando cada uno desde arriba hasta abajo, ella comenzó a gemir y a moverse acomodándose para que yo siguiera. Seguí después con sus labios interiores, también chupandolos y lamiéndolos, sentía como su lubricación escurría por su vagina y mi lengua, llegué a la entrada de su vagina y la penetré con mi lengua, ahí tuvo su primer orgasmo, pero seguí penetrándola así, me concentré entonces en su clítoris el cual ya estaba muy exitado, se o lamí de arriba a abajo hacia los lados, en círculo y en todos los movimientos imaginables, cuando alguno le gustaba más ella acompasaba el ritmo de su cadera a mi lengua. Para hacerlo más placentero le metí mi dedo medio en su vagina y busqué su punto G mientas mi lengua estimulaba su clítoris, mi dedo entró sin ninguna difficultad pues estaba completamente lubricada, seguí estimulándola tanto con mi dedo como con mi lengua y esta vez escuche que su respiración cambió y comenzó a gemir de manera diferente, finalmente se arqueó y soltó un grito muy sensual al tiempo que comenzó a tener contracciones en su vagina, me alejé para poder ver su orgasmo y dejarla que lo gozara.
Cuando se recuperó fue su turno de hacerme sexo oral, aún cuano no era una experta entonces, estaba tan exitada que lo hizo muy bien, después de unos minutos le pedí que me dejara acariciar sus nalgas y su vagina mientras me hacía sexo oral y así estuvimos un rato.
Me volteó a ver con la mirada muy brillante y me preguntó si ya quería penetrarla, le dije que sí y se subió en mí, movía sus caderas de forma que sintiera todo mi pene dentro de ella, aceleró el ritmo y tuvo un nuevo orgasmo, yo gozaba con verla así de exitada y quería seguir haciéndoselo todo el tiempo posible.
Cambiamos de posición al misionero y cuando la penetré profundamente ella nuevamente comenzó a gemir, aceleré el ritmo y ella levantó la cadera y con sus manos se separó las nalgas para que mi pene la penetrara mejor.
Me pidió que se lo hiciera de perrito y la obedecí, es un espectáculo maravilloso tener ese par de nalgas de perrito, se ven celestiales y no hay forma de no hacerlo muy intenso así, aceleré el ritmo y me vine de manera abundante.
Nos recostamos un rato y platicamos de nada. Así comenzó nuestra relación, hoy 4 años después seguimos con nuestra "relación comercial", aunque una vez cada 6 meses de da un "bono" y lo hacemos sin pago alguno.
Espero que esta relación continue mucho tiempo y pueda yo seguir gozando de esas nalgas estupendas.
PS. En una hora tengo una cita para verla.
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