Mi sitio especial… por MARQUESADE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MARQUESADE.
que tenia muchas ganas de ver donde yo me perdía y me encontraba con mis pensamientos y me relajaba completamente, donde pasaban las horas sin apenas darme cuenta, donde el tiempo se detiene a menos para mi…
Así que insistió tanto y tenia tantas ganas de verlo que me decidí a llevarla un día por fin…
Os contare que mi sitio especial es un acantilado muy escarpado con unas rocas muy grandes y negras de origen volcánico, por donde hay un camino muy escarpado por donde puedes bajar dificultosamente a una pequeña calita de arenas negras muy tranquila, donde casi nunca hay nadie por lo difícil que esta de acceder a ella…
Cogimos el coche desde mi casa y la lleve al pie del acantilado, hay una buena caminata desde abajo hasta la cima, pero ella no se quejo, ni de lo empinado del camino, se porto muy bien, creo que tenia ganas de verdad de conocer mi sitio especial.
Cuando estábamos a punto de llegar, le di la mano para ayudarla a subir el ultimo tramo y al llegar a la planicie del acantilado solo al oír el rumor del mar el horizonte al fondo que se pierde a la vista, la hierba tan verde y mullida y sobre todo al acercarse al borde y ver el mar y las olas romper contra las rocas del acantilado, me pareció verle brillar un poco los ojos y en su mano notar yo un leve temblor, …
El viento nos susurraba y soplaba a nuestros oídos lo maravilloso de ese lugar, yo me detuve un instante en observarla y ver como el viento jugaba con su vestido, se lo moldeaba a la perfección a su cuerpo voluptuoso, veía como se marcaba su recta espalda, el nacimiento de su hermoso culo, sus caderas y cuando se movía un poco sus pechos generosos agitados por su respiración frenética de la subida que tubo que realizar.
Me acerque a ella y volví a cogerla de la mano, ella me la dio apaciblemente, seguía con la vista perdida en el horizonte, solo dejándose llevar por ese maravilloso paisaje.
No me dijo nada no hablo solo se dio un poco la vuelta, me miro a los ojos con su ojos brillantes y me beso, profundamente, un beso calido y tierno, que me decía todo lo que quería saber… que le gustaba tanto o casi tanto como a mi el sitio.
Correspondí al beso con todas mis ganas y la abrace con fuerza mientras el viento nos azotaba como contagiándose de nuestras ganas de disfrutar de aquel lugar, su pelo lo lanzaba furioso el viento a mi cara, pero no me molestaba al contrario disfrutaba de su sedosa textura y fresco olor.
La tarde estaba en su ocaso, el sol se estaba poniendo lentamente, mientras seguíamos besándonos tiernamente, sus manos recorrieron mi espalda y se metieron el los bolsillos de atrás del pantalón apretándome contra ella mas fuerte.
Dejé de besarla… con suavidad le di la vuelta, la puse mirando hacia el horizonte, ella con el mar de frente y su espalda pegada a mí. Yo me pegué todo lo que pude a ella, para que notara que me tenía detrás, que la protegía y la abrazaba, así la acompañe todo lo que pude al borde del acantilado, a una distancia de seguridad prudente. Desde donde estábamos veíamos el corte recto del acantilado. Noté cómo temblaba un poco, a causa tal vez, del miedo a caer. Pero al tenerla abrazada y apretada contra mí, parece que se relajó un poco, al ver cómo golpeaba el mar contra las rocas, la hermosa calita abajo bañada por la espuma del mar.
En éstas, para que se relajara más, empecé a besarle y morderle el cuello. También mordisqueaba el lóbulo de su oreja, mientras respiraba agitadamente en su oído. Ahora sí que noté que se estremecía al contacto de mis labios, oí un leve quejido de placer, demostrándome que no se encontraba incómoda al borde del precipicio.
Mis manos, entonces, decidieron jugar un poco con su cuerpo. Le acaricié por encima del vestido, sus pechos turgentes, su delicado vientre, sus torneados muslos. Levanté su vestido hasta la cintura, lo recogí a su espalda, presionando con mi cuerpo, para que el viento no lo moviese. Así que tenía toda la parte inferior desnuda al viento, sólo quedaban sus bonitas bragas, expuestas a la vista de ese espléndido paisaje.
Ella ladeaba la cabeza más para dejarme que lamiera y besara más su cuello, yo notaba su carne de gallina, y mis manos bajaron con suavidad sus bragas hasta las rodillas, mis manos hicieron que abriera las piernas. Dejé su sexo totalmente expuesto, para que la brisa lo acariciara y susurrara lo que le esperaba en aquel hermoso lugar.
Su sexo estaba totalmente depilado, a excepción de un pequeño triangulito de vello, exactamente encima de su rajita. Al final mis dedos decidieron abrir sus labios mayores y menores todo lo que pude, para que el viento entrara por todo su sexo, que enfriara lo que yo con las yemas de mis dedos comprobaba lo caliente y húmedo que lo tenía.
Ahora sí que ella se movía inquieta, notaba cómo su trasero se restregaba contra la ya incipiente excitación que yo tenía en mi entrepierna. Sus manos se fueron hacia atrás y me aprisionaron mi trasero, apretándome todavía más si cabe sobre ella.
Mientras mi lengua dejaba surcos de saliva por todo su cuello, yo comprobaba lo rápido que el fuerte viento secaba esos surcos, pero no importaba solo importaba ella y que sintiera en mi rincón especial el placer mas inmenso que nunca hubiese experimentado, quería que recordase ese momento para toda su vida, como yo recordaría ese sitio especial para toda mi vida.
Mis dedos contagiados por la excitación que notaba en la entrepierna, quisieron hacer de exploradores intrépidos, sumergiéndose en las profundidades de su sexo, primero un dedo tímidamente, viendo cómo estaba de húmeda y lubrificada la gruta, decidí que penetrara otro dedo, ella ya se movía con lascivia, sus manos dejaron mi culo, y subieron hasta mi cuello, rodeándolo por detrás.
Torcía la cabeza para poder coger mis labios, besarlos con frenesí y pasión, nuestras lenguas se encontraban, mezclándose nuestras salivas, mis dedos entraban y salían cada vez más rápidos de su coño, empapándomelos de sus fluidos que emanaban a raudales.
Baje lentamente con la otra mano los tirantes del vestido y libere sus pechos de la prisión de su ropa, junte todo el vestido en su cintura, saque los pechos del sujetador los apreté con deseo irrefrenable, los masajeaba con fuerza deteniéndome en sus pezones a los que retorcía ligeramente y pellizcaba suavemente.
Como se retorcía entre mi cuerpo y como restregaba su culo contra mi entrepierna, sus manos apretaban mas mi nuca para que nuestras bocas se juntaran mas y mas, ya las teníamos llenas de nuestras salivas, notaba como hilillos de esa saliva se derramaban por nuestras barbillas y caían en pequeñas gotitas sobre los pechos que estaba sobando con deleite y yo pasaba a restregar la saliva contra sus pechos.
Mi entrepierna esta a punto de explotar, a causa de la excitación de tenerla así, sus movimientos con el trasero restregándome el paquete ya abultado de mi pantalón, me ponían mas caliente aun… sus manos bajaron de mi cuello a mi trasero otra vez para apretarme mas contra ella, que notara mi erección pegada a su culo, mi polla estaba queriendo romper mi pantalón, calzoncillo para liberarse y penetrar en su culo.
Ella soltó mi trasero, se puso a masajear mi abultado paquete, mis dedos entraban ya en su coño completamente mojado de tres en tres, las tetas cada vez se las apretaba más fuerte con mi otra mano y tiraba con más fuerza de los pezones.
El viento seguía soplando, pero nosotros estábamos ardiendo de deseo, no se cual de los dos fue el primero en separarse, pero lo hicimos, ella se dio la vuelta y me beso con fuerza pegándose todo lo que pudo a mi, estuvimos un rato besándonos, acariciándonos. Yo me decidí entonces, y le comente susurrándole en la oreja: ¿que si quería que bajásemos a la cala?
Me contesto enseguida que si, que quería verla de cerca, estar donde yo había estado, sobre todo que deseaba hacer el amor allí mismo, pues estaba toda húmeda y caliente, yo le conteste que a mi se me notaba mas, si miraba hacia mi entrepierna notaria el paquete abultado en ella.
Cogi la bolsa que traje del coche, bajamos, nos costo llegar un poco por lo difícil del camino, pero por eso era un sitio especial ya que al ser tan difícil llegar casi nunca había nadie.
Una vez que llegamos a la calita nos quitamos los zapatos y andamos descalzos, la arena que parece que desaparecía debajo de nuestros pies, pues al ser arena negra y ser ya casi de noche se hacia casi invisible, solo en cuanto la luna llena de ese día la iluminase completamente parecería que era una alfombra de plata.
Fuimos cogidos de la mano hasta la orilla para que le mar mojara nuestros pies, los refrescara, nos volvimos a besar con pasión, nuestras manos acariciaron nuestras espaldas y traseros con lascivia con deseo, las lenguas retomaron su juego besando, lamiendo los antiguos rastros de saliva seca que quedaban en nuestras comisuras y barbillas, saboreándolas… volviendo a mojarlas de nuevo.
Ya no pude mas le quite el vestido al momento sacándolo por encima de su cabeza, arrojándolo lejos para que no se mojara, le quite el sujetador y ella se quito las bragas, quedando completamente desnuda, pero no se quedo quieta, me desabrocho la camisa me la quito, abrió el cinturón desabrocho también el pantalón, que me bajo hasta las rodillas, yo me lo quite con dificultad para que no se mojara con las olas que bañaban nuestros pies… después le siguieron los calzoncillos.
Estábamos desnudos el uno frente al otro, mirándonos con deseo e impaciencia por tocar, besar nuestros cuerpos bañados por la luz de la luna llena, mojados por el mar. Sin decir nada nos acercamos, pegamos nuestros cuerpos el uno al otro, nos fundimos en un beso largo, calido, mientras mi pene se pegaba contra su cuerpo al estar tan juntos.
Su mano se metió entre nuestros cuerpos, se apodero de mi miembro que estaba enhiesto y duro, con deseo de sentirse mimado por cualquier parte de su cuerpo, mientras el sonido de las olas nos envolvía como la mas bonita canción.
Mis manos bajaron por su espalda hasta sus nalgas, las masajearon bien, apretándolas con fuerza, separando sus cachetes y que mis dedos las acariciaran como se merecían, el mar ya nos bañaba casi las rodillas, nos salpicaba gotas hasta casi la cintura, notaba como la mano de ella en mi miembro estaba completamente mojada por mis fluidos y un poco por el mar, aparte de sentir como la raja de su sexo se humedecía por momentos.
Me gustaba la imagen que de nosotros dejaba la luz de la luna, nuestras sombras en la arena haciendo nuestros mismo movimientos y abrazadas igual que nosotros lascivamente, ya nuestros gemidos y respiraciones estaban mas que agitadas, creo que los dos necesitábamos mas…
Así que me separe de ella, me acerque hasta la bolsa que había traído, saque unas toallas de playa, las extendí a una distancia prudencial de la orilla, prepare un lecho lo suficientemente grande para que no nos llenáramos mas de lo debido de la traviesa arena. Una vez preparado todo, la acerque a mi todo lo que pude observándola mejor a la luz de la luna, como me gustaba esa imagen desnuda que se me aparecía ante mis ojos, la deseaba cada vez mas, no pude resistir mas… la tumbe despacio en las toallas boca arriba.
Me arrodille entre sus piernas obligando con eso que las abriera , yo creo que ella adivino lo que sucedería a continuación, pues abrió mas las piernas, doblo las rodillas subiéndolas hacia arriba y así estando todo su sexo expuesto a mi, me miraba con deseo a los ojos expectante y anhelante, no tarde mucho en tumbarme sobre ella despacio… apuntando con mi miembro a la rajita de su sexo, deje que entrara despacio, me deje caer hacia ella con todo mi cuerpo, nos juntamos calidamente un aunando nuestros gemidos, ella al ser penetrada y yo al penetrarla.
La bese mientras me quedaba pegado a ella quería sentir como mi polla entraba hasta el fondo, notar toda su pared vaginal pegada a mi pene, me gustaba sentirla tan húmeda y caliente dentro de ella, pero ya estaba bien de estar parados, así que arquee un poco mi cuerpo para atrás puse mis manos a cada lado de sus hombros apoyadas en el suelo y empecé a penetrarla mas rápidamente, me tomaba mi tiempo, sacaba mi polla despacio y la metía también despacio, notando como estaba cada vez mas mojada de sus fluidos junto con los míos.
No se si es que ya mi lado oscuro se estaba imponiendo o la excitación iba en aumento, me deje de parsimonias y delicadeces, me dedique a empujar con toda mi fuerza, sacaba la polla hasta casi la punta luego la metía de un empujón salvaje, apretando todo lo que podía mi culo como para empujar mas y mas.
Notaba como a ella le gustaba pues sus gemidos estaban convirtiéndose en unos grititos maravillosos que me envolvían y me excitaban mas, mis gemidos tampoco se quedaban atrás a cada empujón mió.
Mis manos apoyadas en el suelo casi flojeaban ya del esfuerzo, así que decidí tumbarme un poco mas encima de ella, pegar nuestros vientres, mis manos doblarlas por los codos, pegarlas al suelo apoyándome en los antebrazos, ahora ayudándome de las rodillas solo levantaba mi culo para penetrarla, lo subía y bajaba, lo dejaba caer por inercia en su coño abierto y húmedo que se tragaba mi polla con frenesí y hambre caníbal.
Sus piernas se cerraban en torno a mi cintura para empujarme mas fuerte, ahogue sus gritos con mi boca, se mezclaron nuestras salivas junto con nuestros gemidos, me apoye esta vez en un solo brazo, mi mano se metió entre nosotros dos, a la altura de sus pechos para apretarlos y sobarlos, con el frenesí que teníamos pellizque con fuerza los pezones, pero no se quejo, tal vez como digo por la lujuria del momento…
Yo ya estaba desatado, mi lado oscuro me envolvía, empujaba cada vez mas fuerte como queriendo traspasarla con mi polla, apretaba y sobaba sus tetas con fuerza, tiraba de sus pezones con mas dureza, casi le mordía la boca, esos labios jugosos, mojados todos de saliva, su lengua tersa, caliente, húmeda… en fin no podía mas, ella estaba apunto de correrse me lo dijo entrecortadamente.
Pensé que era hora de cambiar de postura, saque mi miembro todo mojado de su sexo mas mojado aun, me incorpore, observe como estaba tumbada con las piernas abiertas ayudada por sus manos detrás de sus rodillas para abrirlas mas… tenia los labios mordidos y gemía con placer…
Le di la vuelta, le sugerí que se pusiera a cuatro patas, cosa que hizo de inmediato con un suspiro de placer, me pregunto: ¿ Así ?… dijo mientras ponía su culo en pompa y apoyaba la cabeza en las toallas inclinando su torso hacia delante… Así, le dije yo, pero separa un poco mas tus rodillas, eso es lo que hizo separo mas sus rodillas en las toallas, dejo todo lo que pudo su sexo abierto y mojado ante mi…
No me ande con dilaciones apunte con mi polla toda brillante de los jugos que soltaba su coño excitado, se la metí hasta el fondo de su sexo, hasta que mi cintura choco con sus nalgas, mis huevos rebotaron contra su raja, ya no me detuve en contemplaciones estaba muy excitado y ella también, pues notaba que no se estaba quieta, echaba con fuerza para atrás su culo para que entrase mi pene cada vez mas a dentro.
Estaba a gusto y sintiendo un placer que me gustaba, el marco era ideal, los sonidos de nuestros cuerpos chocando, nuestros fluidos frotándose, mezclándose acompañados por el sonido del mar, además de soltar nuestros gemidos lujuriosos al infinito de la noche…
No podía estarme quieto, la excitación me vence, puede salir mi lado salvaje, primero mis manos se fueron para sus hombros, la incorpore el torso e hice que se apoyara en sus manos de nuevo, poniéndola bien a cuatro patas, sujete con fuerza los hombros para que no se moviera a mis embestidas cada vez mas salvajes, gemíamos al conjunto casi a la vez a cada penetración mía, ella mas que gemir daba pequeños gritos, me pedía mas, me estaban dando alas esos gemidos.
Se estaba convirtiendo poco a poco en un polvo salvaje, lo que empezó muy tierno y delicado se estaba poniendo fuerte, salvaje como me gusta a mi, pero ella también no se quejaba…
Deje de agarrarle en hombro con una de mis manos, la cogi del pelo con fuerza, solté inmediatamente la otra mano del otro hombro, ahora ella estaba sujeta solo por el pelo, que obligaba a su cabeza a echarse para atrás por mis tirones al penetrarla, mi otra mano azoto un cachete de su culo a cada empujón mió, ya no pudo mas… me dijo que se corría sin remedio.
Se corrió y todo su cuerpo se estremeció, convulsiono, de su boca escaparon grandes gritos de placer que me hacían empujar cada vez mas fuerte, también azotarla mas y mas fuerte, pero mientras mas fuerte lo hacia mas gemía ella, aunque le estaba agarrando por el pelo, sus manos flojearon, apoyo de nuevo su torso en la toalla en el suelo, deje que se apoyara, solté su pelo, mi otra mano se junto con la otra azotando a cada penetración mía su otro cachete.
Era como si mis azotes me marcaran el ritmo de la penetración, igual que en los barcos antiguos hacia el tambor a los remeros esclavos, a cada golpe de tambor tenían que remar, pues lo mismo hacia yo a cada golpe de mis manos en sus nalgas la penetraba con fuerza… para ella termino su orgasmo y empezó a sentir de nuevo la excitación del momento, sus gemidos volvieron a ser fuertes, como me hubiese gustado ver el color que estaban dejando mis azotes en su culo.
Lo importante es que sin haber dicho nada notaba que a ella le gustaba lo que estaba haciendo, ya se había corrido una vez, quería que se corriese mas veces antes de tener yo mi orgasmo. Así que deje de penetrarla, le comente que me apetecía que me la mamase, que me hiciera una mamada, ella no dijo nada solo se dio la vuelta, se dispuso a acercarse a mi polla así a cuatro patas…
Le sugerí que me gustaba mas así… me puse de pie, le ayude a que se pusiera de rodillas, así podría verla como me la chupaba con la luz de la luna, abrió la boca, se metió la punta de la polla en su boca, succiono con fuerza cuando sus labios se cerraron en torno a mi miembro, mi glande lo agradeció creciendo en su boca un poco mas si cabe.
Después se introdujo casi toda en la boca chupándola con deleite, saboreando todos los jugos de ella, después la saco, recorrió toda la polla con su lengua acariciando también mis huevos con su sedosa lengua, pego sus manos a mi culo para empujarme y sostenerme a la distancia que ella quería tener mi miembro de su boca, empezó a mamarla con pasión, yo arqueaba mi cuerpo, la dejaba hacer cada vez que se la sacaba de la boca notaba como los hilillos de saliva caían sobre su boca, comisuras de sus labios, los veía plateados y brillantes a la luz de la luna.
Intentaba alargar mi mano para poder cogerle una teta, lo logre arqueando mas el cuerpo hacia un lado, me aprisione de su pecho, lo apreté con fuerza, mientras lo hacia ella gimió con mi polla en su boca ahogando ese gemido con mi miembro, gimió mas profundamente cuando le pellizque su pezón, eso hizo que me la mamara con mas intensidad, yo ya no podía mas, necesitaba correrme, lo deseaba, me dispuse a sacarle mi miembro de su boca.
La guíe de nuevo a ponerse a cuatro patas, le separe las nalgas todo lo que pude, unte dos de mis dedos de saliva, me centre en lubricar todo lo que pude su culo, ella al notar como le hurgaba por su culo, empezó a moverse, a suspirar mas fuerte, penetre un poco mi dedo índice se quejo levemente pero después cuando empecé el mete y saca de su culo, siguió moviéndose y gimiendo mas fuerte.
Mi polla estaba chorreando de su saliva, así que no necesite mojarla mas, apunte a su culo con mi miembro e introduje la punta con un poco de fuerza para que entrase pero solo la punta. Ella al momento se echo mas para adelante para apoyar su cara en el suelo y dejar mas su culo en pompa, al hacerlo se abrió un poco mas su trasero, la punta de mi capullo entro mas fácilmente, entonces se la clave toda en su culo, se quejo un poco pero al momento al sacarla para al momento metérsela mas rápidamente, empezó a gemir mas fuerte, sus manos apretaban ambos lados de la toalla agarrándola con fuerza, cerraba mas sus puños a mas embestidas mías.
Seguimos así un rato, yo cada vez mas apunto de explotar, pero esta vez fue ella la que me sorprendió, retirándose, dejando mi polla a la intemperie, se levanto, me dijo que la dejara a ella… me pidió que me tumbase boca arriba, cosa que hice de inmediato, mi miembro despuntaba entre las sombras todo erecto apuntando hacia la luna llena como queriendo penetrarla a ella también, parecía que mi pene quería llegar hasta la luna de lo excitado y palpitante que estaba.
Ella se incorporo también se puso delante mía a mis pies, la contemple, parecía una diosa de ébano pues la oscuridad la envolvía, solo difuminaba unas formas apetecibles la luz de la luna, veía su pecho subir y bajar agitadamente, notaba como las sombras de la noche dibujaban sus pezones erectos y duros, anduvo con sus piernas a cada lado de mi cuerpo, hasta la altura de mi cabeza, fue bajando lentamente hasta ponerse de rodillas con una rodilla a cada lado de mi cara.
Tenia su coño todo mojado y caliente delante de mi boca, sabia que tenia que hacer, pues ella se encargaba de recordármelo, frotándolo todo contra mi cara, me puse manos a la obra, me embriagaba el olor de su rajita, mi lengua se paseaba por ella sin desmayo, saboreaba todos lo fluidos que emanaba aquel templo de placer, no me cansaba de beber de el, ella cada vez se sentaba mas y mas en mi cara, tenia ya casi toda mi barbilla clavada dentro de su raja, notaba toda mi boca llena de sus flujos junto con mi saliva.
Dios como me gustaba sentirme inundado por su coño, como me gustaba ese sabor, notar el poder que mi lengua y boca ejercían sobre ella, pues los gemidos eran cada vez mas fuertes junto con sus movimientos de cintura en mi cara que casi me asfixiaban, pero en un momento dado se levanto de mi cara y me dejo relamiéndome la boca…
Ahora fue andando hasta mi cintura puso una pierna a cada lado de mi cuerpo, volvió a agacharse, al notar ya que pensaba hacer subí una mano para que se apoyase en ella, con la otra mano cogio mi polla tiesa, erecta, apunto a su culo abierto.
Mi pene entro muy bien ya por la postura o por lo lubrificado que estaba su culo, se dejo caer hasta quedar sentada en mi cintura, con toda mi polla en su culo, dio un suspiro grande mientras se la metía toda enterita, me pidió la otra mano para apoyarse, se la di, doble las rodillas, se las puse a una altura que pudiese apoyar también las manos en ellas, mientras se mordía los labios y movía su culo en mi cintura, para que mi polla la llenase entera.
Ahora con sus dos manos apoyadas en mis manos se empujaba hacia arriba y hacia abajo, metiendo y sacando mi pene de su culo a su antojo, subía despacio, se dejaba caer mas fuerte para que se la clavase hasta el fondo de su culo, ya no podía mas estaba a punto de explotar, sus manos se separaron de las mías, se apoyaron en mis rodillas arqueo su cuerpo un poco para detrás, mis manos libres se fueron para sus pechos muy alzados por la postura que tenia, me encanto pellizcarlos, sobarlos con mis manos, mientras ella me cabalgaba a placer.
No podía mas mi miembro enfundado en su culo, sus gemidos casi gritos, cada vez que se sentaba aplastaba un poco mis huevos, eso me gustaba, mis manos sobando con lujuria sus tetas, se lo dije me voy a correr ya no puedo mas…
Me dijo espera un segundo entre gemidos, que ella también, al momento note sus estremecimientos junto con las sacudidas de su cuerpo pero sobre todo los gemidos profundos… como aferraban sus manos mis rodillas casi haciéndome daño, clavándome las uñas, arqueando todavía mas su cuerpo sudoroso, dios yo no me quedaba a tras mientras ella estaba disfrutando de su orgasmo, quería terminar también, así que movía mi cintura para que mi pene siguiera penetrándola, creo que solo necesite unos segundos mas para correrme…
Le llene su culo de leche caliente, rebosaba y salía despacio por el agujero de su culo, al seguir penetrándola con mi miembro, notaba como caía el liquido caliente por mis huevos, ella ya se irguió un poco sentada todavía en cuclillas, meneando su cintura para terminar de eyacular los dos… pasado un momento se tumbo encima mió y nos besamos con la pasión del momento.
Ahora con nuestros cuerpos relajados, en aquel paraje tan extraordinario, no dijimos nada solo nos abrazamos y besamos con ternura, después de un rato mas cuando nuestros cuerpos sudorosos se enfriaban un poco por el viento de la noche, ella se separo un poco, me miro a los ojos, me beso en los labios, me susurro dándome las gracias de nuevo por llevarla allí.
Le dije que el placer había sido mió enteramente, se lo dije con fina ironía jeje, y ella me solto, bobo, ya sabes por lo que te lo digo jeje, claro le dije yo, era broma, así entre bromas y risas después de los momentos de pasión nos bañamos bajo la luna llena, yo lave su cuerpo con dulzura con el agua de mar y ella lavo el mió igualmente, nos dirigimos hacia las toallas cogidos de la mano, saque de la bolsa unas mantitas nos tumbamos, tapamos nuestros cuerpos desnudos con ellas, dispuestos a pasar el resto de la noche bajo las estrellas, con el mar meciéndonos con su rumor constante, así lo hicimos mientras nuestros labios se juntaban en un calido beso, saboreando el salitre que el mar había dejado en ellos…
Dedicado con pasión, desenfreno, lujuria, una mente deseosa de tenerte…
de MARQUESADE a bi1596… mi mejor bombons.
Marquesade-67@hotmail.com
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