Mi sobrina y sus amigas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola soy Rodrigo, de 28, las novias que he tenido dicen que soy bien parecido, me encanta el gym y hago normalmente 10 horas a la semana, soy muy caliente, me gustan todo lo que hable de sexo, portales de internet, chats, relatos, etc. Tengo un pene largo pero delgado, creo que la naturaleza me lo dio para coger panochitas estrechas y eso es lo que me encanta hacer, es decir, no me gustan las mujeres con mucha cadera ni con nalgotas, me gustan delgadas con culitos compactos y con poco o nada de caderas, ah y pies pequeños o finitos. Se que no estoy en el gusto mayoritario, pero cada quien con sus gustos.
Mi hermano tiene un hija Cindy, ella desde primaria tiene tres amigas inseparables, Valeria, Rebeca y Melanie, todas de la misma edad, solo son meses lo que las separan a una de otra.
Las conozco y soy amigo de ellas desde que tenían 12 años, he gozado y visto los cambios de han tenido de niñas a señoritas, como sus preciosos senos que han emergido en sus cuerpecitos, y de como han empezado a tener cuerpos de mujer, en los que últimamente yo he ayudado un poco. Debo decir que esto no es obsesión, de hecho he tenido mis novias con una edad parecida a la mia con las he tenido sexo frecuentemente. Pero se volvió un hobby para mi convivir y tratar a mi sobrina y sus amigas, verlas, llevarlas al cine, a la discoteca (últimamente), a fiestas, bailar con ellas, saber de sus gustos y de sus novios también. Dicen que las mujercitas, son más despiertas sexualmente que los hombres y lo comprobé con ellas.
La primera que ha sus 14 años decidió dar un paso adelante, fue Valeria, ella es de cabello castaño, delgada, tez blanca, con los pies más lindos que he visto en mi vida, culito paradito. Ella comenzó a coquetearme por ese entonces, compartíamos correos electrónicos, chateábamos, lo cual hacíamos sin que las demás se dieran cuenta. Ella me dijo que iba a ir a una fiesta de quince años de una prima suya que vivía en la ciudad, y que no conocía a nadie, asi que le dije que iría solo por estar con ella, en ese entonces yo tenía 25 años, estuve en la fiesta y salimos a bailar varias veces, pero fue en un momento en que apagaron las luces que nos dimos un beso, luego otro y otro, pero solo fue eso, besitos. Desde entonces ya no nos mirábamos con los mismos ojos. Ella tuvo su novio (Nacho) y nunca nos volvimos a besar de nuevo.
Para sus quince años, yo les dije que las llevaría a acampar a una laguna que había en una finca de un mi amigo, preparamos todo lo necesario y fuimos, llevamos dos casas de campaña, una grande y otra pequeña; durante la noche, hicimos una fogata, contamos historias y bebimos algunas cervezas. Antes de dormir oi que Valeria estaba discutiendo con una de sus amigas, no logaron llegar a un acuerdo en la pelea y ella enojada con ellas, me dijo que si podía dormir conmigo esa noche en la misma tienda de campaña, yo le dije que si. Nunca imaginé que todo eso que armó Valeria sería para estar a solas conmigo, y como mi sobrina y sus amigas no sabían de que alguna vez hubo algo entre Valeria y yo lo vieron normal, porque ella no quería estar con Melanie, ya que estaban peleando.
Nos quedamos platicando dentro de la tienda de campaña, ya era madrugada, en eso salió el tema de los novios,
-qué tal está Nacho?- pregunté
-bien- me contestó, pero sin muchas ganas.
Seguimos platicando de eso, pero al parecer no tenía muchas ganas de sacar en la conversación a Nacho, su novio. Fue cuando aproveché la ocasión para preguntar..
-Y te besa mejor que yo?- le pregunté con atrevimiento.
Ella se sorprendió y me vió a los ojos, y me negó con la cabeza, fue entonces que la atraje hacia mi y la besé. Nuestros labios y lenguas se aprisionaron por varios minutos, me puse encima de ella, estábamos vestidos, y comencé a desvestirla, ella se puso nerviosa y me dijo –y si vienen ellas?-, yo rápido respondí, -ya no se oye bulla, ya deben estar dormidas-.
Le quité el saco, luego la blusa y quedó en sostén, lo quité de inmediato y frente a mi aparecieron unas lindas tetitas blancas con aureola rosadita, las empecé a besar, luego a lamer y por último a mamarlas suavemente, Valeria cerraba sus ojitos cafés degustando mi boca en sus tetitas. Yo pasaba la punta de mi lengua por sus pezoncitos, los cuales se endurecieron al contacto. Luego metí las puntas de sus senos en mi boca para mamarlas y chuparlas, algunos gemidos escaparon de la boquita de Valeria, luego bajé por su vientre plano y llegué a su pantaloncito jeans, lo desabotoné y lo bajé a sus muslos, vi su calzoncito delgado color celeste, le saqué por los pies su pantaloncito, luego comencé a besar su rajita sobre su delgada braguita, ella trataba de quitarme de su sexo, pero yo era más fuerte y me mantuve, después le bajé su braga, frente a mi vi un pequeño triangulo de pelitos color castaño que cubrían su monte de venus, era lindo!!.
Luego, besé su monte de venus varias veces, con labios y con la lengua. Poco a poco le fui abriendo sus piernas, ella hacía fuerza por mantenerlas cerradas, pero nuevamente mi suspicacia fue mayor, cuando toqué con mi lengua sus pliegues vaginales, ella gimió y cerró los ojos y dejó de hacer fuerza, le pasé la lengua de arriba debajo de su pequeño sexo, sus labios vaginales eran delgaditos como ella, la punta de mi lengua se fue metiendo entre sus pliegues vaginales y pude ver la entrada de su vagina y su pequeño clítoris en la parte superior. Le froté mi lengua a su clítoris y la chiquilla empezó a gemir y a mover su cabecita de lado a lado. La tomé de sus muslos y la levanté algunas pulgadas de la superficie para tener mejor acceso con mi boca a su cuquita, asi mis lamidas fueron mas profundas y directas.
Luego de unos cinco minutos de estar comiéndole su cosita, sentí sus uñitas en mis hombros, y luego un sabor agridulce en su cuquita, la nenita había acabado en mi boca. Yo para ese momento tenía una erección tremenda. Me bajé el pantalón hasta las pantorrillas y me fui subiendo sobre Valeria que estaba rendida por su orgasmo anterior. Puse mi delgado pene en la entrada de su cuquita y fui empujando, ella casi no puso resistencia, me fui deslizando dentro de su vagina super estrecha, afortunadamente me di cuenta que no era virgen. Seguí empujando y mi verga estiró sus labios vaginales menores y ella me abrazó y gimió en mi oído, luego pujó varias veces. Ya la había penetrado profundo. Luego busqué sus labios y mientras nos besábamos, le fui martillando mi verga en su cuquita, me costaba sacarla y meterla de nuevo, la nena pujaba cada vez que se la metía, pero la ventaja como dije al inicio es que mi verga es más delgada que el promedio y eso permitió que pudiera cogerla bien.
Ella estaba prendida a mi, con brazos y piernas, yo martillaba y martillaba mi verga en su cuquita, de pronto ella me mordió uno de mis hombros, me clavó sus dientecitos, me causaron dolor, pero comprendí que la nenita había vuelto a correrse. Yo aún no llegaba al mio. Yo me quité ahora si toda la ropa, quedé en cueros con la verga bien parada, me acosté primero sobre el sleeping y le dije que se montara encima, ella se terminó también de desnudar, era precioso su cuerpecito casi sin caderas y con copos en lugar de senos. Ella no sabía como montarse, lo que me hizo suponer su inexperiencia y que recién debió ser desvirgada, posiblemente por su novio. La fui guiando, yo tomé mi pene y lo puse en posición vertical hacia su vagina, ella se fue sentando y mi glande entró en su tierna cuquita, ella se mordió el labio inferior de su boca, como nerviosa, luego cerró los ojos para sentir como mi pedazo de carne se deslizaba en su vagina, asi quedó sentada totalmente sobre mi verga, yo tenía toda la panorámica de mi verga clavada entre sus estirados labios vaginales menores.
Valeria sin moverse siquiera, ya estaba muy excitada, la quise mover tomándola por sus caderitas, pero ella me pidió que no lo hiciera, ella se mordía el labio y cerraba los ojos a cada instante. Entonces me levanté un poco para besarla y besarle sus tetitas, eso le gustó, luego le puse ambas manos en cada nalguita por detrás. Ella empezó a moverse como cabalgando caballito, pero lento. Segui besándola en la boca y en los senos, hasta que sentí como se corría de nuevo con mi verga dentro de su cuquita. Mientras a ella le pasaba su orgasmo, la tomé de las caderas y comencé moverle la pelvis sobre mi verga, se sentía rica su vagina estrecha, parecía que mi verga estaba agarrada por un guante, la moví y ella después ayudo a cabalgarme, eso me hizo llegar y saqué mi verga de su interior y me corrí, parte de mis chorritos pararon en su vientre y su monte de venus.
Durante lo que quedó de la noche, antes de quedarnos dormidos, nos seguimos besando y le tocaba sus pequeños senos perfectos. Decidimos guardar ese secreto. Además los dos teníamos novio y novia en ese momento.
Un mes y medio después, fue Melanie la que tuvo que ver conmigo. Casi sucedió parecido a lo de Valeria, en el sentido que nos empezamos ver con ojos diferentes, nos decíamos indirectas, nos escribíamos mucho en el Messenger. Hasta que cierto día lluvioso, estábamos en la casa de mi sobrina y me ofrecí para llevarla a su casa, durante el recorrido debíamos pasar por una avenida muy oscura con casi nada de casas y un pequeño bosquecito en medio. Le dije que le mostraría un lugar lindo en el bosque, que no tardaríamos, ella sonrió. Me detuve y le dije que me gustaba mucho y que yo pensaba que yo le gustaba a ella, la tomé de la mano y lo demás fue por inercia, nos besamos, metí rápido mi mano debajo de su blusa y le toqué los senos, eran más grandes que los de Valeria y la misma dureza y forma.
Le quité la blusa y el sostén dentro del auto y le mamé los senos, ella gemía y me decía –ya!!- como que allí terminara, pero ella no hacía lo que decía, estaba excitada y seguía gozando mi boca en sus tetitas. Mis manos inquietas se metieron debajo de su falda del colegio y acaricie sus muslos, que eran más llenitos que los de Valeria, luego toqué su cuquita sobre su braguita blanca, le corrí su ropita interior y ahora jugué con sus pliegues vaginales, ella se mojó de inmediato, además comenzó a gemir. Froté su clítoris con mis dedos y meti la yema de mi dedo en su cuquita, ella tampoco era virgen, y comencé a mover dentro de ella mi dedo, ella se siguió mojándose y sus gemidos aumentaban de intensidad y frecuencia.
La manita de Melanie se puso encima del bulto que formaba mi verga en mi pantalón y lo masajeo varias veces hasta ponerme a mil. Vine yo y me bajé el cierre del pantalón y salió a flote toda mi erección, ella se dio cuenta de eso y lo tomó para masajearlo ahora directamente con su mano.
Después la besé y con mi mano en su espalda, la fui bajando hasta mi verga, ella entendió rápido mi intención y busco mi pene con su boquita, comenzó primero a besarla en todos lados y luego la engulló para chuparla, oohh que dulzura de boca! y que rico me lo mamaba a pesar de toda su inexperiencia. Ella estuvo haciéndome sexo oral por unos diez minutos, ahora quien cerraba los ojos degustando eso fui yo.
-Pasémonos a la parte trasera del auto!- le pedi a Melanie. Abrimos las puertas y el primero en entrar fui yo, me bajé el pantalón hasta los tobillos, ella se quitó la braguita antes de entrar y luego, a mi pedido, se fue montando sobre mi, primero no hubo penetración, solo nuestros sexos se frotaban con fuerza, moviéndonos como si estuviéramos follando, era algo exquisito, la verga ya me dolía de lo erecta que estaba. La levanté por los costados para levantar su sexo, luego tomé mi verga con la mano y la puse enfrente de su cuquita, ella entendió lo que yo quería y fue bajando, mi verga abrió sus pliegues vaginales y se fue deslizando en su cosita íntima, Melanie gimió y buscó mis labios, su peso hizo el resto, mi larga verga quedó clavada totalmente en su cuquita. Melanie se quejaba y respiraba con dificultad y no dejó de hacerlo un solo instante.
Luego la tomé de sus nalgas y le enseñé como quería que cabalgara, ella aprendió rápido y se movía como una condenada, ella se provocó con tanto movimiento su primera corrida, fue tan intensa que parecía que se ahogaba mientras la embargaba su orgasmo. Seguimos cogiendo por varios minutos más después de eso, ella moviendo su culito y caderas, ensartándose mi verga bien profundo y yo mamando sus senos. Ella llego de nuevo y yo también, estábamos tan concentrados en el sexo, que se me olvidó sacarle la verga de su cuquita, me vine a chorros dentro de su vagina, sufrimos sendos orgasmos casi al tiempo, cuando ya estábamos calmados varios minutos después, me preguntó si había acabado adentro de ella, le dije que si (yo acostumbraba a terminar dentro de las vaginas de mis novias, que se controlaban con algún método), ella comenzó a hacer cuentas mentalmente, luego me dijo que creía que no estaba en su periodo fértil. -¿Quién te enseño eso?-, pregunté, -mi maestro de ciencias- me contestó.
La última chuchita juvenil que probé recientemente fue la de mi propia sobrina, ella ya tenía casi los 18. Para las vacaciones hicimos un viaje con sus padres a las Vegas, Nevada, en una de las noches, sus padres se fueron a un show donde la admisión era solo para adultos, otros primos se fueron a los Casinos, y Cindy, mi sobrinita, no tenía la mayoría de edad y menos en los Estados Unidos. Asi que la llevé a otros lugares, yo le dí cerveza, ella se mareo al final, la llevé de vuelta al hotel y me dijo, ya un poco con efecto de varias cervezas, que quería ir a mi habitación y no a la de sus padres, ya en la habitación, me confesó que Valeria le había contado de nuestra experiencia en el campamento y en la otra (que no relaté aquí) ocasión en mi casa. Yo me quedé perplejo por las consecuencias que eso tendría, que se supiera y se regara el chisme. Pero ella me dijo que no saldría nada de su boca.
-Lo que no te perdono es por qué solo a ella!- me dijo mi sobrinita con tono cachondo.
No se si el efecto del licor ingerido, pero nos abrazamos y nos besamos como si nos quedaran cinco minutos de vida, la ropa empezó a caer al suelo, yo la desnudaba y ella lo hacia conmigo. Ella se quedó en bragas y yo en calzones, la cargué y la deposité en la cama y comencé a besarla de pies a cabeza; le tomé cada uno de sus pies y le chupé cada dedito uno por uno, los lamí y me masturbé incluso con ellos un rato, luego besé su pantorrilla y fui lamiendo todo el camino hasta llegar a su cuquita cubierta por su braguita rosada, la hice a un lado y lamí cada parte de su sexo, le levanté las nalgas con cada mano para chuparle bien su cuquita. Luego le quité su braga y me deslicé entre sus piernas de nuevo y seguí mamándole su cuquita, ella gemía, pataleaba, se movía como gusano en la cama. Le levante de nuevo sus nalgas con ambas manos, pero para lamerle también su ojete del culito, se lo chupé como si fuera un delicioso manjar.
Luego nos colocamos en un delicioso 69, nos lamimos, chupamos y mamamos los sexos de cada uno, ella me comió hasta el culo, cosa que nadie había hecho, mi sobrinita era una putita en la cama, ya tenia buena experiencia en el sexo.
Luego la clavé en la posición del misionero y le hicimos varias modificaciones, Cindy gemía y pedía que la cogiera más duro, mi sobrinita tenía toda mi verga dentro de su vagina y pedía más. Le sobre vino un buen orgasmo que aulló de placer. Me montó con buena técnica y de nuevo llegó a otra corrida, esta vez la acompañé con mi primera de la noche (serían 3 esa celebre noche). Luego la puse en cuatro y mientras la penetraba, le colocaba un dedo en su culito, ella al principio pidió que se lo sacara, pero me negué, al rato ella movía su trasero con mi dedo adentro de su recto. Para finalizar se la puse en su culito, ella me pidió que se lo metiera despacio, pero nuevamente mi delgado pene facilitó las cosas, mi sobrina tuvo un orgasmo cogiendo por el culo esa noche, luego me diría que nunca había gozado tanto una cogida por el culo como la que yo le había dado esa noche, su novio se la ha cogido por allí otras veces, y ella había aceptado solo por darle gusto a él, pero en realidad no había gozado nada.
Luego de terminar esa deliciosa sesión de sexo, nos bañamos juntos, nos dimos aún sexo oral, mi sobrinita era muy caliente. Me dijo que esta era la primera vez juntos, pero no la última, me dio un besito en la boca y me pidió que la llevara a su habitación, la llevé, sus padres aún no habían regresado, la despedí y me regresé a mi habitación, al entrar, sentí un fuerte olor a sexo. Mi olor y el de Cindy.
Al tiempo que escribo esto solo me falta coger con Rebeca. Ella ya tiene 18, y su rostro es el más bonito de todas, tiene el cabello morocho castaño, tez blanca, su trasero tiene una forma como de corazoncito, sus senos están creciendo mucho y ya son atractivos. La invité a patinar y aceptó ir conmigo, no tiene novio, sospecho que es virgen. Vamos a ver cómo me va.
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