Mi tía adventista
De como una mujer muy religiosa por despecho y al pensar que no habrán consecuencias decide cometer un acto inmoral con su propia sangre..
Está historia ocurrió hace varios años. Me llamo Cristian, crecí en un hogar muy estricto el cual me volvió una persona retraída, lo que repercutió de manera negativa en mis notas en el colegio, cuando cumplí 13 años mis padres decidieron que lo mejor sería que me vaya a vivir con unos tíos doctores que no tenían hijos para que mejoraran en mis estudios, además que ellos eran adventistas muy activos, por lo que pensaron que el acercamiento a una iglesia me haría bien.
Cuando me fui a vivir con ellos mi vida se complico, porque al inscribirme a un colegio adventista choque con gente distinta, no me acostumbraba a ir a la iglesia, pero mis tíos me llevaban todos los sábados, con el tiempo me fui acostumbrando y me gustaba hablar con mi tía Gisella, quien al no tener hijos a sus 35 años aún tenía un buen cuerpo, era algo baja como de 1.60 pero al ser delgada no lo parecía, tenía unos buenos muslos, y unos pechos grandes que le daban esa forma femenina curvada que atraen miradas, de piel trigueña con rostro bonito de esos que se notan que han sido cuidados toda la vida un cabello largo lacio y unos lentes grandes de persona estudiada.
Todo parecía ir normal hasta que un día mientras dormía escuche gritos de mi tía que me levantaron, después se fueron apagando poco a poco hasta convertirse en lamentos, me quede muy preocupado, así que salí con cuidado de mi cuarto y me acerque lo más cerca posible a la puerta de su cuarto para escuchar lo que pasaba.
Ahí puede oír a mi tía Gisella, hay veces en voz alta y otras bajando la voz, reclamando a mi tío, sobre un amorío que habría tenido con una hermana de la iglesia de 21 años, lo más insólito fue cuando ella le pregunto de cuanto tiempo era el embarazo a lo que él le contesto, que de 2 meses.
Mi tío había embarazado a una muchacha de la iglesia, mi tía estaba como loca, solo repetía: “que va decir la gente”, siguieron discutiendo y cuando escuché pasos me fui lo más pronto posible a mi cuarto, no se si ellos me escucharon, pero al día siguiente mi tío se fue de la casa con su maleta.
Cuando salí al colegio, mi tía seguía en su cuarto, al volver alrededor de las 3 de la tarde, mi tía aun estaba en su cuarto, así que me acerqué, llame a la puerta y entre, ahí vi a mi tía con un camisón ancho y unos cortos que dejaban ver sus muslos, se notaba que había llorado, así que la salude:
– hola tía Gisella, como estas.
– estoy mejor, ¿anoche nos escuchaste pelear?
– sí, no fueron muy discretos
– ese maldito, me engaño con una chiquilla puta
Nunca había oído a mi tía maldecir de esa manera, mi tía continuo:
– me siento horrible, acaso soy poca mujer?
– no digas eso tía eres la mujer más hermosa que conozco
– pero para él no fui nada, cambio toda nuestra vida por un momento con una facilona de casi la mitad de su edad.
– mi tío fue un tonto, buscando a una chica teniéndote a ti en casa, si fuera yo nunca buscaría a otra mujer
– que cosas dices sobrinito, pero lo peor de todo es que la gente va a hablar de esto, quedare arruinada en la iglesia, pero como él es hombre lo dejaran pasar, sin embargo, a mi…
Y en ese momento se puso a llorar, así que lo único que atine a hacer fue acercarme a ella y abrazarla, ella acepto mi abrazo y entrelazo sus brazos al rededor mío, ella comenzó a llorar en mi hombro por lo que sentí sus lágrimas, pero más sentía sus grandes pechos frotándose con mi cuerpo, como ella estaba en camisón y yo solo llevaba la camisa del colegio, pude sentir la forma de los pechos y su calor; mientras nos abrazábamos comencé a acariciarle la espalda, pero al tener puesta un camisón ancho de dormir, pude tocarle la espalda desnuda y percatarme que no traía brasier, mi excitación fue tanta que mi erección me incomodaba el pantalón e involuntariamente la abrace más fuerte para sentir más sus pechos, a lo que note que ella también se éxito porque empecé a sentir la dureza de sus pezones.
Ella me aparto y dijo:
– perdón Cristian, no se lo que estaba haciendo
Ella se sentía culpable, más aún se intentaba cubrir sus pechos con su camisón, pero al no tener brasier eso me mostraba sus pezones a través de la delgada tela. Como era un adolescente virgen no supe como continuar, así que solo le pregunté:
– ¿te separaras de mi tío?
– no sé, él dijo que lo arreglaría, creo que quería llevar a esa zorrita a una clínica clandestina de aborto, ese es su problema
– ¿un aborto?, pero eso no es acabar con una vida
– eso que me importa, ellos se lo buscaron, si logra solucionarlo no podremos separarnos rápidamente, la gente sospecharía, hay que mantener las apariencias
Esas palabras de mi tía Gisella me sorprendieron, ella que era tan religiosa y hablaba tanto de la biblia y ayudar al prójimo, le interesaba más su reputación y la opinión de la gente que una vida, en ese momento me quede en silencio y se me ocurrió poder sacar ventaja de la situación, así que empecé a meter cizaña.
– pero no te parece injusto que vuelvas con mi tío, así como si nada
– sobrinito tu no conoces como es la gente de la iglesia, ahí todos esperan que alguien se equivoque, de frente te dicen una cosa, pero a tus espaldas arman todo un festín
– tía, tú deberías buscar la manera de hacerle pagar
– ¿qué dices?, bueno se lo merece, pero no quiero hacer más problemas en la iglesia, la gente ya sospecha y ¿con quién?
Ahí noté que mi tía me estaba viendo el pantalón abultado por mi erección, así que decidí acercarme más a ella, sentándome lado a lado y diciéndole:
– tía tu siempre me has parecido muy hermosa y no me parece justo lo que tu esposo te hizo, yo puedo ayudarte con tu venganza
– que dices sobrino, si tu mamá es mi hermana mayor, ella me mataría si se enterara
– no tiene porque saberlo, no tiene que saberlo nadie
Puse mi mano sobre su muslo, ella no la retiro y comenzamos a hablar entre susurros, ello dijo:
– Cristian te conozco desde que eras un bebe y lo que propones es pecado
– tía ya crecí…
Tomé su mano y la puse sobre mi pantalón donde se notaba mi erección y ella la mantuvo ahí, mientras con mi otra mano seguía acariciando su muslo, subiendo cada vez más hasta rozar su zona púbica, continue diciéndole
– …lo que hizo mi tío también fue un pecado y tiene que pagar por lo que hizo
Ella me miro a la cara, sentí que apretó con fuerza mi pene, observe su cara aun con rastros de lagrimas, pero con decisión me dijo entre susurros:
– nadie debe saber de esto Cristian
Mi tía comenzó besándome en la boca, no fue un beso como al que estaba acostumbrado, fue un beso de una mujer con experiencia, ella abrió mi boca con sus labios y metió su lengua con fuerza recorriéndola con decisión, todas sus dudas se esfumaron y solo quería desquitarse de su marido y yo le ayudaría en eso.
Ella tomo la iniciativa, me tumbo en la cama, se sacó el camisón, pude ver sus grandes pechos ante mi, sus pezones estaban duros y apuntando hacia mi, sus aureolas alrededor eran grandes y oscuras, los pechos al ser grandes colgaban y se bamboleaban, ella se dio cuenta que estaba embobado, sonrió y me dijo:
– quieres probarlos
Acto seguido se inclinó, sostuvo uno con sus manos y lo acerco a mi boca, pude sentir su pezón, en mi boca, lo lamí y mordí todo lo que pude, ella comenzó a gemir, le encantaba que hiciera eso, agarro su otro pecho y lo acerco a mi boca para que hiciera lo mismo, mientras yo acariciaba sus nalgas carnosas y al sentir su calzón baje poco a poco su ropa, hasta que pude meter mi mano entre sus nalgas pase mis dedos por su ano, pero cuando llegue a su vagina pude notar que estaba sumamente mojada, era una humedad agradable, calidad, espesa, saque mi mano y vi mis dedos y tenían un líquido espeso blanco que se plegaba entre mis dedos, mi tía estaba realmente excitada, se lo mostré y le dije:
– mira tía como estas
Ella solo me miro se río ampliamente mostrando sus dientes y mirándome fijamente se levantó, se terminó de sacar toda su ropa menos sus lentes, lo que me excitaba más, yo solo pude admirar su hermoso cuerpo desnudo, sus pechos grandes algo caídos por la edad pero también con esas aureolas grandes y oscuras que me encantaban, su zona vaginal me sorprendió, mi tía Gisella siempre fue muy pulcra con sus cremas y su cara era el rostro de una chica de casa toda cuidadita, pero su coño era otra cosa, tenía pelos por todas partes lacios y finos se notaba que no se depilaba, ella no me dio tiempo de reaccionar, se abalanzo sobre mi y me saco el pantalón de un tirón, me lastimo un poco, pero por lo excitado que estaba no me di cuenta hasta después, señalo mi pene y dijo:
– si que creciste sobrinito lo tienes como todo un hombre
Querida replicar pero se volvió a subir sobre directo a besarme en la boca, ahora desnudos podía sentir el calor de su coño frente a mi miembro, mientras me besaba sentía el roce de mi pene en su entrepierna, de su ano, en su vagina, principalmente de su jugosa vagina que sentía una humedad que me ponía a mil, quería penetrarla ya, pero ella fue bajando besándome el cuello los pechos y llegando a mi pene, lo observo un rato, lo sostuvo con su manos, me hizo una paja lenta, tan excitado como estaba solo pude decirle:
– chúpalo
– nunca e chupado un pene, con mi esposo solo…
Al mencionar a su esposo ella se volvió a molestar y comenzó primero con una lamida alrededor de mi glande, siguió con varios, lengüetazos torpes para después metérselo en la boca, era la primera mamada que recibía en la vida, me gustaba pero se notaba cierta torpeza de parte de ella, fue un breve momento, parece que no le gustó, se volvió a subir sobre mi y me dio otro beso largo y profundo, haciéndome saborear mis propios jugos como enjuagándose con mi boca, eso parece que la excito a ella, llena de lujuria fue meneando su trasero alrededor de mi erecto pene, hasta que sintió la punta en la entrada de su vagina y de un sentón rápido se lo metió, fue la mejor forma de perder mi virginidad.
Ella estaba sobre mi subiendo y bajando lentamente, con los ojos cerrados, con una cara de placer y gimiendo fuertemente, que pienso yo, era por disfrutar del sexo pero también disfrutando de vengarse de su esposo, al ser mi primera vez no soporte mucho y después de unos 5 minutos me vine dentro de ella, ella alcanzo a dar un suspiro largo, continuo un rato más subiendo y bajando con mis esperma dentro de ella, hasta que ella comenzó a contornearse y sentí espasmos en su entrepierna, como la casa estaba vacía grito fuertemente y termino su orgasmo.
Cayo rendida sobre mí, estuvimos así unos minutos, ambos sudados con mi pene dentro de ella y saliendo semen de un costado, trate de acariciarla, pero ella aparto mi mano, se levanto me miro y se tapó el rostro como avergonzada, se quedó en silencio unos minutos, me alcanzo mi ropa y me dijo:
– vete
Quise decirle algo, pero noté que ella estaba abstraída con la cabeza baja y no me miraba, como dudando de lo que había hecho, no se si arrepentida o enojada, volvió a repetirme:
– vete
Sali de ahí directo a mi cuarto, no me bañe enseguida seguía recordando su cuerpo, el sabor de sus pechos, el calor de su vagina en mi pene y lo caliente que estaba mi tía Gisella, no había hecho mucho ella tenía la iniciativa todo el tiempo, aunque fue sexo de venganza, y ella se arrepintió después, ahora sabia que era una hembra lujuriosa, sabia su punto débil que era que era su reputación y sabia que mi tío no iba a volver en varios días.
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