Mi tía Cindy y sus hijas Lourdes y Valeria
Me reencuentro con mi tía Cindy, la primera mujer en mi vida y paso un tiempo de calidad con ella y sus hijas.
Esta es una historia relativamente reciente, mi tía Cindy es probablemente una de las personas más cercanas y a la vez más lejanas de mi familia, nunca estamos en contacto, simplemente no nos nace, pero cuando estamos juntos tenemos una tremenda confianza, con ella tuve mi primera vez siendo muy joven, eso creo un vínculo especial porque sinceramente disfruté mucho la experiencia. Dejamos de vernos por varios años hasta que por problemas económicos de ella tuvimos la oportunidad de nuevamente coincidir y tuvimos nuevamente un sexo increíble, ella es una sumisa increíble, no se niega a nada, tiene la misma edad que yo, ha vivido con tres hombres diferentes y ha tenido una hija con cada uno de ellos. Para que se den una idea ella es de 1.70, pesa unos 70-75 kilos, piel blanca como la leche, senos redondos, talla 36D, pezones medianos de un color café pero muy claro, se cuida muchísimo la piel, es muy suave, prefiere quedarse sin comer que sin sus cremas, siempre depilada, con el cabello a media espalda, liso, negro que contrasta con su piel, siempre se pinta los labios de rojo pero de un tono discreto y nunca, nunca, nunca jamás la verás sin maquillaje, siempre trae vestidos muy femeninos y debajo lencería de muy buen ver.
Después de los encuentros que les comenté nuevamente dejamos de estar en contacto por varios años, aunque coincidiamos en las reuniones familiares. Revivir todos esos recuerdos fue una grandiosa experiencia, pero en esta ocasión vengo a platicarles de nuestro encuentro más reciente, que fue hace un par de años. Cindy se peleó con su pareja actual el padre de Lourdes y fue tan grande la pelea que terminaron y se vino de la provincia a la ciudad a quedarse con su hermana Diana en lo que volvía a organizar su vida, Diana vivía al día y su hermana Cindy era sin duda una carga, así que de inmediato tuvo que entrar a trabajar para poder tener para los gastos de sus hijas. La casa de Diana tenía dos cuartos, uno para ella, su marido y el bebé, otro para sus dos hijos, por lo que Cindy, Lourdes y Valeria debían vivir en la sala lo cual era muy incómodo para ellas.
Coincidimos en una fiesta, nos tocó sentarnos en la misma mesa, era Diana y su familia, Cindy y sus hijas y yo, yo casi no había tratado con Valeria o Lourdes, la última vez que coincidí con Cindy había visto a las dos niñas, pero practicamente no habíamos cruzado palabra, para ellas era un extraño, pero ese día tuve la oportunidad de platicar y conocernos Valeria tenía 14 e iba en tercero de secundaria, Lourdes 12 e iba en sexto de primaria, estaban a un par de meses de irse a la preparatoria y a la secundaria respectivamente. Esta situación de cambiarse no solo de casa, sino hasta de estado a medio ciclo escolar había transtornado sus vidas por completo, se notaban molestas, sentían que los problemas de los adultos habían alterado sus vidas de manera injusta. Lourdes se fue a jugar con los niños de su edad, pero Valeria prefirió quedarse conmigo a platicar, a ella le gustaban los videojuegos igual que a mí, pero nunca había tenido la oportunidad de tener una consola, solo había jugado un par de ocasiones en la casa de una amiga y le había encantado, me preguntó si tenía una consola, le dije que sí, le dije que juegos tenía, también que tenía una pantalla de 40″ lo que a ella le parecía el cielo. Ella me dijo que su mamá le había dicho que yo tenía dinero, le dije que eso se podía malinterpretar, rico no era, pero vivía con comodidad. También me preguntó porque me decían algunos Doctor si yo no curaba gente, le dije que tenía un doctorado y le explique que después de terminar una carrera se podía estudiar una maestría y por último un doctorado, aunque siendo sincero no lo había estudiado por amor al conocimiento, sino porque me pagaban más entre más estudios tenía. Después de eso vino la piñata y otras actividades y ya no pudimos continuar platicando. A la salida me las encontré nuevamente, parece que estaban esperando un taxi, les ofrecí llevarlas ellas aceptaron, vivían a unos 10 minutos más o menos de camino a mi casa, Valeria en el trayecto me preguntó si podía ir a jugar videojuegos a mi casa, le dije que sí, pero que necesita el permiso de su mamá, su mamá inició diciendo que no, que era mucha molestia, etc., pero cuando Lourdes se unió a su hermana y comenzaron a insistir, terminó preguntando si estaba bien, sino sería una molestia a lo que respondí que no, que sería un gusto que me visitaran, mi familia creí que vivía solo, nunca les comenté que tenía una becaria viviendo conmigo, esa es una historia que les contaré en otra ocasión, pero seguro podría ingeniarmelas. Acordaron conmigo que pasarían el sábado a las 9 de la mañana para jugar un rato. Las dejé en casa y me fui. Al llegar estaba Vanesa mi becaria en casa esperandome, lista como siempre, ella se iba a casa el sábado en la mañana y regresaba el domingo más o menos a la misma hora, le comenté que tendría visitas y le pregunté si sería mucho problema para ella ir a visitar a su familia desde el viernes en la noche, me dijo que no, que estaba bien.
El sábado llegó Cindy con sus hijas, mi tía siempre, siempre, siempre andaba de vestido, era muy femenina, nunca nunca nunca la veías sin maquillaje o sin arreglarse, se notaba que estaba educando a sus hijas de la misma manera, Lourdes y Valeria traían vestidos muy lindos con los hombros descubiertos, bien peinadas, se notaban recién bañadas, perfumadas con sandalías igual que su mamá, sus labios no pintados, pero sí con brillo, eran una linda visión, un cuadro hermoso, eran blancas como su mamá con pelo largo y lacio negro a media espalda, no dejaba de preguntarme que tipo de retrasado mental abandonaría algo así. Las niñas se pusieron a jugar, yo fui con su mamá a la tienda, compré refrescos y botana, regresamos y se los dí, mientras ellas jugaban nosotros platicabamos poniendonos al día, a las 10 de la mañana llamé a Domino’s para pedir un par de pizzas, Cindy espantada me dijo que no tenía, le dije que yo invitaba, me agradeció, desayunamos pizza y refresco, después del desayuno Cindy me dijo que quería darme las gracias, sabía que quería decir, así que fui con ella a la sala, les dijo a sus hijas muy seria que hablaríamos cosas de adultos y que no nos molestaran por ningún motivo, ellas asintieron, supongo que eso les decía cuando tendría sexo con sus parejas. Fuimos al cuarto, cerramos la puerta, el volumen de la televisión era bastante alto, así que no me preocupaba demasiado el ruido, como había dicho Cindy era una sumisa esplendida con la que ya había estado anteriormente, conocía la rutina, entré al cuarto, ella se paró en el umbral y antes de entrar se desnudó y dejó su ropa afuera en una silla que había junto a la entrada, que lo hiciera aún con sus hijas en casa me calentó demasiado, en especial porque como recordarán, la entrada del cuarto se podía ver perfectamente desde la sala aunque sus hijas estaban muy entretenidas jugando, pero me excitaba la posibilidad de que pudieran verla, me desnudé, ella conocía mis gustos, así que dejó la puerta abierta, el baño estaba cruzando el pasillo del cuarto, así que si una de las niñas iba al baño sin duda nos podría vear, solo necesitaba voltear en nuestra dirección. Ella entró, se arrodilló frente a mi y comenzó a lamer, besar, succionar y dar mordisquitos a mis huevos, luego subió y repitió con mi verga, para finalmente tragarsela hasta el fondo de una, comenzó a mover ritmicamente la cabeza, cuando estaba a punto de venirme vi a Valeria parada en silencio en la puerta viéndonos, cuando la vi me miró fijamente, tomé la cabeza de su mamá con ambas manos, ella sabía lo que haría, se agarró de mis nalgas con ambas manos y aflojo la quijada, comencé a cogermela por la boca, mientras veía fijamente a Valeria, ella no apartó la mirada, no dejaba de ver a su mamá, hasta que la sostuve con fuerza sin dejarla ir mientras me venía en el fondo de su garganta, solo entonces deje que se apartara. Como había platicado antes Angélica me había dejado algunos gustos y hábitos, entre ellos que me limpiaran el miembro a lamidas cada vez que eyaculaba y Cindy lo sabía, ella comenzó a lamer limpiando cada rastro de semen, en ese momento Valeria se retiró y se metió al baño.
Después de descansar desnudos un rato platicando, recordando cosas que habíamos hecho juntos, le dije a Cindy que me ordeñara, ella sabía exacto a que me refería, me pusé en cuatro en la cama y ella se pusó detrás mío lamiento mi ano mientras me masturbaba jalando mi pene hacia atrás, cuando sintió que estaba a punto de venirme lo dobló un poco más hacia atrás, y lo engulló para tragar todo mi semen de nuevo, me di la vuelta para recostarme boca arriba y me di cuenta que Lourdes nos había visto pero su expresión era diferente, estaba completamente sonrojada, cuando se dio cuenta que la había visto salió corriendo al baño, Cindy solo agachó la cabeza y comenzó a lamer, no sabía si estaba avergonzada o excitada, pero sí sé que ella sabía que sin importar nada debía continuar haciendo lo que estaba haciendo y simplemente se resignó, no era la primera vez que lo hacíamos, como les dije, era una sumisa ideal, se recostó junto a mí desnuda, sabía que no debía taparse, Valeria vino y cuando iba a entrar, Cindy le dijo que no podía pasar, que había reglas para entrar al cuarto y que no podía pasar así, Valeria pareció entender y decidió quedarse en la puerta, preguntó si podían comprar otro refresco, le dije que sí, pero que tenía dos opciones, pasar al cuarto por el dinero o esperar una media hora para que fueramos su mamá y yo por la comida y trajeramos más refrescos, ella lo meditó un momento y dijo que se esperaba, después se fue. Era obvio que Valeria conocía la rutina y moría de curiosidad, pero decidí no preguntar. Cuando me recuperé le dije a Cindy que me montara, ella lo hizo, movía la cadera delicioso, era una de las cosas que más extrañaba, así continuo hasta que me exprimió por tercera vez, nuevamente comenzó a limpiarme, al terminar salió desnuda del cuarto para ir al baño, total sus hijas ya nos habían visto, ya no había secreto, regresó, nos vestimos y fuimos a comprar un par de pollos con pescuezos, salchichas y ensalada, además de unos refrescos. No pude evitar preguntarle por lo que había sucedido. Aunque me enteré que se había peleado con su actual pareja porque se entero que Valeria no era su hija, por lo que pensó que tampoco Lourdes era suya, también se enteró de que Valeria había tenido sexo con su padre biológico y amenazó a Cindy con denunciarla si intentaba buscarlo o cobrarle pensión, por lo que hasta donde supe tampoco lo volvió a ver. Vaya mala suerte que tenía Cindy y parecía que se las había heredado a sus hijas.
Ella me comentó que después de lo que sucedió la última vez a ella se le quedó el gusto por la sumisión, pero su esposo, el papá legal de Valeria que era de más o menos de su edad era cristiano y solo quería de misionero, lo que la dejaba profundamente insatisfecha, así que entró en foros de sumisión en busca de un dominante, hasta que encontró a uno, él papá biológico de Valeria, ella tenía unos 28 y él poco más de 50, cuando tenían sus encuentros a espaldas de su esposo igual que yo la hacía permanecer desnuda todo el tiempo, la usaba cuando quería sin cortarse un pelo, ella siempre llevaba a su hija cuando lo visitaba, dejando a Lourdes con su mamá con el pretexto de que estaba muy encariñada con ella. En esas visitas Valeria también andaba desnuda en su casa, comenzó a hacerle oral cuando estaba en el preescolar y comenzó a tener sexo con ella cuando entró a la primaria, con el consentimiento de Cindy. La razón por la que se había peleado con él fue porque se volvió sádico quería pegarles, enterrarles agujas, cortarlas con navajas y ni a ella ni a Valeria les gustaba para nada eso, cuando comenzó a lastimarlas y a ponerse violentos se fue y lo dejó, aunque tomo un par de fotos de él teniendo sexo con Valeria y lo amenazó con denunciarlo si las buscaba, molestaba o seguía, el señor las dejo en paz y hasta donde sé nunca más supieron de él. En esa época fue cuando nos vimos la anterior ocasión que la ayudé y todo hizo sentido. Lourdes jamás había vivido algo así, pero Valeria era un caso aparte, ella era sumisa como su mamá, no sabía que tanto habían llegado a hacer, pero me daba una idea. Regresamos, comimos, decidí no presionarla, era lo mejor, si algo se iba a dar se daría, Cindy habló con Valeria para que ella le dijera a Lourdes que no dijera nada y que todo estaba bien, que eran cosas de grandes, a lo que accedió. Llegó la hora de que se fueran, se despidieron y un par de horas después llegó Vanesa, le dije que mis vecinas andaban mal y necesitaban regularización por lo que vendrían todos los sábados por un tiempo, le pedí que se fuera los viernes en la noche y regresara los sábados en la noche, en lugar de irse el sábado en la mañana y regresar el domingo en la mañana, ella me dijo que sí, pero me pidió llegar hasta el domingo en la mañana, le dije que estaba bien y quedamos en ese acuerdo.
La situación continuo así durante un par de meses, con la diferencia de que ahora Cindy se desnudaba desde la puerta de la casa y podía tener sexo con ella Cindy en cualquier lugar de la casa, total, Lourdes ya nos había visto, el daño de haberlo ya estaba hecho. Un día cuando ya se iban Cindy me dijo que sería el último porque ahora ya sería jefa de cajas, no me sorprendió, Cindy era muy buena empleada, por lo que dejarían de venir, a Lourdes y Valeria les cayó muy mal la noticia, se resistieron, se enojaron, Valeria le dijo a su mamá que quería hablar con ella a solas, fueron al cuarto, se encerraron y al salir su mamá dijo que estaba bien, que Valeria se haría cargo de todo en su lugar, la miré sorprendido, quería estar seguro que había entendido bien así que la miré fijamente, ella me vio y asintió, luego miré a Valeria, ella me vio y asintió, iba a ser una semana muy larga esperando para saber exactamente en que me había metido, Cindy resignada me dijo que las pasaría a dejar camino al trabajo y pasaría por ellas al salir, no podía dejar de preguntarme que le podría haber dicho Valeria a Cindy.
El sábado siguiente llegaron las tres, Cindy se despidió, se veía un poco preocupada pero decidió confiar en que todo saldría bien, después me enteraría que nunca había dejado sola a Valeria ni siquiera con su padre biológico, únicamente con su mamá, o sea su abuela de las niñas. Valeria entró, cerró, le dijo a Lourdes, que fuera a jugar, cerró la puerta y comenzó a desnudarse, se bajó el vestido que salió con mucha facilidad, lo dobló y lo pusó en una silla, igual que su mamá no descuidaba ni un solo detalle, traía una ropa interior blanca de algodón, muy linda con un pequeño moño rosa al frente en ambas piezas, ella vio que la observaba y se dio la vuelta para que pudiera verla bien, se quito el corpiño y volvió a darse una vuelta, por último se quitó la pantaleta y se dio una vuelta nuevamente, parecía una angelita sacada de una sueño, hermosa, sumisa por completo como su madre, no pudé esperar hasta llevarmela al cuarto, estaba a mil por hora, me bajé los pantalones ahí mismo y ella siguió la misma rutina que yo le había enseñado a su madre, la misma que Angélica aprendió de su tío y a la que me había vuelto tan adicto, besos, lamidas, chupar, mordisquitos en los huevos, estaba en el cielo, luego en el tronco, lo hacía igual de bien que su madre, era una delicia, y como buena putita, de una se la tragó hasta el fondo, con mi mano le marcaba el ritmo, hasta que sentí que me iba a venir, ella estaba junto a la puerta, así que la trabe contra la puerta y empujé con fuerza para llegar tan al fondo como pudiera de su garganta y llenarsela de semen. Fue algo increíble y no protesto, se veía que no era la primera vez, le pregunté si estaba bien, ella me dijo, sí, yo aguanto, mi papá era mucho más brusco, eso me excitó muchísimo, se pusó a limpiar con mucho cuidado, incluso lamió el sudor y el semen que había escurrido a mi entrepierna, al terminar me preguntó si podía jugar con su hermana en lo que me recuperaba, le dije que sí, y fue a jugar con su hermana, así desnuda como estaba, yo estuve los siguientes 10 o 15 minutos pensando en donde la haría mía de nuevo, quería montarla por toda la casa, decidí ponerla a prueba, mi patio tiene una barda más alta que las ventanas de las casas vecinas, que además son de un nivel, así que no se podía ver hacia mi patio y me encantaba hacerlo al aire libre con el sol en mi espalda, Valeria terminó una partida y le dije que viniera conmigo, ella le dijo a su hermana que iba a hacer cosas de grandes, que ahorita regresaba a jugar, fuimos al patio, era muy bonita a la luz del sol, le pregunté que había hecho con su papá y pues practicamente todo lo que me gusta, oral, vaginal, anal, beso negro, lluvia dorada, pero también la había amarrado, cacheteado, nalgueado hasta que le saliera sangre, quemado con cera y dado toques en sus pezones y clítoris, vaya que era sádico el tipo, lo que me sorprendió fue que me dijo que a su mamá le hacía lo mismo, siempre les hacía lo mismo a ambas, eso tendría que probarlo en persona.
La deje sola en el patio por un momento, fui a mi refrigerador y me tomé de jalón casi dos litros de agua, sabía lo que quería probar con Valeria, salí, la empiné sobre el lavabo, le dije que se abriera las nalgas y le lamí su ano, estaba limpiecito, luego puse mi pene en la entrada y lo empuje de golpe hasta el fondo, ella lo tolero bien, demasiado bien, comencé a empujar una y otra vez, ella gemía de placer, había a mano unas pinzas de ropa de madera, se las puse en los pezones, cuando terminé ya no aguantaba las ganas, hice que se arrodillara, le ordené abrir la boca y me vacié encima de ella, luego la pusé a limpiarme como siempre, le dije que se quedará ahí, fui por una silla, me senté y le dije que no podía entrar así a la casa, que debía bañarse, le di shampoo y jabón, me senté y observe ese hermoso espectaculo, ver su cuerpo mojado y enjabonado me excitó tanto que se me paró nuevamente, la volteé, la cargué, la pusé sobre el lavadero, le abrí las piernas, ella aún tenía el cabello lleno de la espuma del shampoo y tenía burbujas blancas en su cuerpo, era delgada, fue muy fácil cargarla y también era muy flexible, comencé a metersela, con mi mano derecha le manoseaba las nalgas, que con la izquiera atraje su cara a la mía y comencé a besarla, era increíblemente erótico tener un cuerpo así de joven, así de hermoso entregandose por completo, una vez que terminé le dije que la ayudaría, así que yo terminé de bañarla y luego ella me baño a mí, entramos a la casa, ya era casi medio día y hacía hambre, les pregunté que querían y me dijeron que pizzas, estuve de acuerdo, pedí, pizzas, papas y refresco a Domino’s, nos recostamos un rato esperando la pizza, tardó unos 20 minutos en llegar, le dí el dinero a Valeria y le dije que recibiera la pizza, ella fue, abrió, le dieron la pizza, pagó, le dieron su cambio, las dejó en la mesa y regreso al cuarto D-E-S-N-U-D-A me tomó un momento comprender que había sucedido, le pregunté si había recibido la pizza desnuda, me dijo que sí, le pregunté porqué, me dijo que yo no le había dicho que se vistiera y no había salido de la casa, por eso no se vistió, le pregunté si ya lo había hecho antes y me dijo que sí, mientras comíamos me platico que su papá todo el tiempo pedía comida a domicilio y la recibía de esa manera, pero me dijo que siempre eran cosas como Domino’s, Pizza Hut, o de Aplicaciones como Didí Food o Uber Eats. Eso fue muy excitante, le pregunté si su mamá sabía y me dijo que sí, pregunté que más había hecho y bueno, había tenido sexo en el cerro, en una laguna, en el carro, y bueno en cuanto a sexo oral, se lo había hecho en el restaurante bajo una mesa de manteles largos, en el autobús en un viaje que hicieron juntos, en el camión, en una combi, en el taxi, en un Uber, vaya que le había dado uso a la boca de Valeria, ella me dijo que el sexo oral era lo que más le gustaba y que en un día era normal que lo vaciara 4 o 5 veces, que no la penetraba seguido porque era gordo y se cansaba. Por la hora sabía que pronto se irían, así que se me ocurrió una última cosa, ya que Lourdes al parecer no diría nada pero tampoco había visto tanto, así que decidí exhibirla frente a su hermana, cuando Lourdes se pusó a jugar de nuevo me recosté en el suelo y ella comenzó a lamerme la verga para que se me parara, luego le ordene montarme y ahí estaba cabalgandome frente a la pantalla en la que su hermana estaba jugando, la llené de semen, le dije que no se limpiara y que podía jugar hasta que viniera su mamá, pasó un par de horas desnuda en el suelo con mi semen escurriendo al suelo, me senté detrás de ella y estuve todo ese tiempo acariciando su cuerpo, jugando con su clitoris, pellizcando sus pezones mientras jugabamos, llegó su mamá, se pusó su vestido, aún tenía mi semen seco en su vagina cuando se fueron, pude disfrutar de ella durante un par de meses hasta que su hermana quiso participar, pero esa es otra historia que tiene lugar en una cabaña en la montaña y lo contaré en otra ocasión.
Waoo que cachondo estoy. Más. Excelente relato. Más