mi vecina, la cougar.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xlui5.
Dos horas mas tarde, la cougar me llamo para decirme que estaba saliendo de la clase de yoga, que si todavía quería coger con ella. Sabes qué?, me dijo, esta noche estoy bien cachonda y mojada y de seguro que tendré ganas de mamarte la verga como a ti te gusta. Te llamo en media hora.
Me llamó en una hora para decirme que ya se había bañado y que estaba lista para que yo le metiera la masacuata. Lo primero que hice al entrar a su casa fue quitarme los pantalones. La cougar tenía puesto un conjunto de victoria secret muy sexy, bata, corpiño e hilo dental. Al ver mi verga erecta, la cougar comenzó a acariciarla y a torturarme con un handjob. Ya no podía más, estaba caliente. La agarre del pelo y la obligue a ponerse de rodillas. Abre la boca putita!, le dije.
La mamada de verga que me dio la cougar fue fenomenal. Primero lamió mi honguito, dándole lengüetazos, chupadas y besitos. Luego, comenzó a pasar su lengua por lo largo de mi verga, mordisqueándola hasta llegar a la base. Acaricio mis pelotas y comenzó a chuparlas una por una hasta meterse las dos en la boca mientas me pajeaba la pija. Acto seguido, metió la mitad de mi verga en su boca y comenzó a chuparla, slurp, slurp, slurp!.
El placer que yo sentía por la humedad y el calor de su boca era inmenso y yo quería más. Le dije a la cougar, sabes que putita, ahora quiero que te la metas toda a la boca. no hubo necesidad de jalarle el pelo para que se la metiera toda. Lentamente, la garganta de la cougar comenzó a relajarse hasta introducir todo mi pene en ella. Yo podía sentir como la punta de mi verga tocaba las paredes de su garganta y como mis huevos empezaban a cubrirse de la saliva que chorreaba de la boca de la cougar. Yo jadeaba como un perro, me mordía los labios para no gritar de placer. La cougar seguía mamando, gulp, gulp, gulp!. Se ve que te gusta mamar la verga, verdad, putita?, le pregunte. Ella se saco la verga de la boca y dijo que si, que le gustaba mamar mi verga hasta los huevos!; pero que ahora quería que le metiera la verga en la panocha.
En la cama, la cougar se puso en cuatro para que yo la penetrara por detrás. Le abrí las nalgas para verle el culo, virgen, según ella. Le unte mi verga erecta por entre sus nalgas. Ella se empino aún más para mostrarme su panocha, rasurada como a mi me gusta. Escupí la punta de mi verga y la metí en el quesito de la cougar, haciendo reposar mi honguito en la entrada de su cueva. El hongo entraba y salía cremoso, por lo que no aguante más y se la deje ir toda, hasta sentir que mis huevos se humedecían con la mayonesa que mi verga estaba haciendo con la panocha de mi vecina. Metía y sacaba mi verga cubierta de aderezo vaginal una y varias veces. La cougar se retorcía cada vez que le metía mi verga hasta el fondo, decía, argh!. Mientras bombeaba la panocha en la posición de perrito, escupí entre las nalgas de la cougar. La saliva resbalo hasta su culito y no pude resistirme a meterle el dedo pulgar en el ano, despacio, hasta el fondo. Esto me puso a mil y comencé a taladrar la vagina, haciendo gemir a la cougar mientras yo le decía, putita, que rico culito que tienes!. No tardo mucho para que la bitch tuviera un orgasmo con mi verga adentro de su panocha y mi dedo en su culito. Al sacar el índice del ano de mi vecina, una sonrisa se dibujo en su rostro y en el mio. Acto seguido le dije que se motara en mi verga.
Antes de subirse en mi falo, mi vecina le dio un par de lengüetazos. Despues la agarro con una mano y lentamente se la clavo en su quesito, húmedo y tibio. Se sentó completamente en mi pene, suspiro y dijo argh, que rico caramelo!, meneándose de un lado a otro para asegurarse que la tuviera bien clavada dentro hasta los huevos. Yo le mamaba las tetas y le agarraba las nalgas mientras ella subía y bajaba, embadurnando mi verga una vez más con sus jugos vaginales. Mi verga tocaba fondo y sentía que me la iba a quebrar de tantos sentones hasta que mi vecina comenzó a acariciar y a jugar con su clítoris, señal de que estaba a punto de venirse una vez más. Así putita, le decía, juega con tu clítoris y clávate mi verga hasta el fondo. Quién es tu papi chulo?, le decía, y ella respondía, tú, tú eres mi papi chulo, dame mas verga papi, me vengoooooooó!. El orgasmo que tuvo mi vecina fue fenomenal. Se retorcía como chapulín en el comal hasta desfallecerse sobre mi pecho. Pero no tardo en recuperarse. La cougar, mi vecina, es insaciable.
Me la volví a cojer de perrito pues me había quedado con las ganas de volver a ver el hoyito de su culito, virgen, según ella. Le abrí las nalgas para meter mi lengua en su ano que sabia a los jugos vaginales que habían chorreado hasta ese huequito. Con la punta de mi lengua le daba piquitos y veía como el culito se le dilataba. Pero no era un hueco grande. Le metí el pulgar otra vez, hasta el fondo, sin objeciones. Así, con un dedo en su ano, le metí la verga en su queso y empecé a cojermela, jalándole el pelo, nalgueándola hasta dejarle rojas las pompis. En este punto de la cojedera, intente meter dos dedos en el culo de la cougar pero dijo, ay!, me duele, aun no estoy lista para tanto. Saque mi dedo de su culito y comencé a chupetear su ano, para aliviarle el dolor que le había causado. Luego restregué mi verga entre sus nalgas para que su culito sintiera el palpitar de mi pene. Ven acá, le dije. Ponte de rodillas!, le ordene y ella así lo hizo, abriendo la boca para meterse mi verga.
Mmm… que rica verga!, decía, sabe a panocha. La gran mamada deepthroat que me estaba proporcionando la cougar hacia que mi pene entrara y saliera de su boca embarrado de saliva. A ratos, cuando se cansaba de mamar, me la chaqueteaba y jugaba con mis pelotas. La cougar decía, quiero que te vengas en mi boca, quiero sentir tu leche chorrear por mi garganta. Esto me calentó mas de a mil, mis huevitos se hincharon y mi verga exploto en lo profundo de la garganta de mi vecina que se atragantaba, gulp, gulp, gulp!, tomando mi semen, succionando hasta la ultima gota de esperma que me quedaba. Slurp¡. Que rica lechita que tienes papi!, me dijo al sacarse mi verga de su boca.
Regrese a mi casa para seguir viendo pornos anales con la idea de que el culo de la cougar, virgen, según ella, tendría que ser mio tarde o temprano; pero, cómo?. Aún no lo sé.
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