Mi vecina y yo (adolescentes)
Una visita a mi vecina de al frente termina con un final feliz .
Esto sucede ya hace un año, más o menos, mi vecina tenía 17 años (igual que yo) ella es flaca, linda de rostro, tez blanca pero un poco más oscura que yo y su cuerpo no es nada despampanante, pero tiene todo bien puesto: nalgas firmes, piernas lindas, unas tetas pequeñas pero redonditas coronadas por unos pezones cafés deliciosos y una vagina pequeña, estrecha y con un sabor increíble. Por mi parte soy bastante más alto que ella, algo dormido ya que voy al gym regularmente, me considero lindo de rostro y mi pene es de tamaño normal: 17cm, pero de buen grosor.
Mi vecina y yo llevábamos una relación de lo más normal, muchas veces era odioso con ella e indiferente, por encima de esto, teníamos buena confianza, ella venía a mi casa para pedirme wifi, yo iba a la suya y así, todo muy normal. Un día fui a su casa (un día de vacaciones) no tenía más nada que hacer e iba a molestarla, al llegar me doy cuenta que no hay nadie, sus padres habían salido y según ella no llegarían pronto, no hice comentarios sobre eso. Ella estaba haciendo tareas y yo estaba en mi celular a su lado extendido en un mueble de la sala, de un momento a otro la empiezo a observar y la ví muy linda, me provocaba algo, mi pene se empezó a parar, de un momento a otro me levanto le cojo su carita por un costado y le doy un beso que ella corresponde sin poner peros, un beso largo adornado por unas mentas que había compartido con ella unos momentos antes. La levanté y tiré en el mueble, me le subí encima y empecé de nuevo a besarla apasionadamente y a besar su cuello, aún con nuestra ropa puesta. Luego de ya estar calientes de tanto besuqueo la levanté y la llevé a su recamara, nos seguimos besando en su cama mientras que nos quitabamos la ropa, luego de quedar en ropa interior empezé a lamer y chupar sus pequeñas tetas, las magreaba a mi antojo (debo decir que mi vecina resultó ser muy sumisa y todo lo que hacía solo lo respondía con gemidos) bajé hasta su vagina bien depilada, tenía ese aroma único, hundí mi lengua en su vagina y luego jugaba con su clítoris mientras le metía mis dedos, estaba que chorreaba. Ella me coge mi cabeza y me dice: «ya méteme tu pene» no la iba a hacer esperar, aunque algo me estorbaba, el hecho de que no llevaba condones conmigo, claro no iba en mis planes, le expliqué la situación y ella solo me responde: «es un día seguro». Bajo toda nuestra responsabilidad decidimos seguir, me coloqué en posición de misionero, dirigí mi pene hacia su entrada y empujé suave y entró hasta la mitad, estaba muy mojada, se sentía tan caliente y estrecha que solté un gemido suave que ella acompañó con otro más fuerte. Empezé el mete y saca suave ya que sabía que mi vecina no era ninguna diosa del sexo y que ella solo había tenido sexo con un novio enclenque que tuvo.
– Aaaah, que rico, que rico, no pares
Gemia despacio y fuerte, muy delicioso, se sentía tan rico su interior, no tardé en hacerlo más y más fuerte al punto de que su cama sonaba como si estuviera una obra de construcción en su recamara, ella gemia muy alto y me cogía muy duro de la espalda al punto de rasguñarme, yo la ahorcaba con una mano y con la otra la cogía de la cadera, la besaba y nuestras lenguas bailaban entre ellas, pero ella me detuvo diciéndome: «más suave, me duele» seguí más lento hasta que se tragaba todo mi pene, le daba durísimo, ambos disfrutábamos muchísimo. La volteo y la pongo de perrito, que delicioso culo se le venía, volví a meterlo y le daba más y más, rápido, sin piedad, ella solo gemia y pedía más, que no parara, le cogí su coleta y la jalaba, le besaba su espalda y le asotaba su culo al punto de dejarlo rojo y marcado. Lo hicimos de pie frente a su espejo, a la orilla de la cama, en un pequeño mueble de su recamara, estuvimos cogiendo así como por media hora, hasta que, estando de nuevo en misionero, ya sudados y el cuarto impregnado de ese olor a sexo, terminé, la saqué y le llené su abdomen y tetas con borbotones de leche, algún chorro llego a parar a su cara (tenía mucho tiempo sin coger, más con la cogidota que dimos).
Luego de acabar y limpiarle mi leche, nos dimos un beso y me dijo: «nunca me lo habían hecho así, me encantó» nos levantamos, fuimos a la cocina, comimos y bebimos algo, creo que ambos quedamos cansados después de la faena de sexo. No hablamos más nada del tema, parecía que seguíamos siendo los mismo que hace una hora, que nada había sucedido, solo nos despedimos con un abrazo y un beso que parecía de novios, me fuí y estuve pensativo. Al poco rato me llega un mensaje que decía: «me encantó», solo tuve una ligera sonrisa y no respondí. Tuve otros encuentros con mi vecina, si quieren continuación, me lo hacen saber, gracias.
si cuentalo por faovr