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Heterosexual

MI VECINITA

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola de nuevo, hoy relatare sobre una niña que me regalo su virginidad.

Era una chiquilla flaquita, baja de estatura e inocente en su manera de actuar. La conocía desde chica pues su familia y la mía habían sido vecinos desde antes que ella naciera. Gloria, era esa niña a quien jamás había visto como mujer, Sin embargo hoy estaba frente a mí declarándome que le gustaría salir conmigo no como amigos sino como algo más.
Todo comenzó en la acera de mi casa. Yo había pasado un día aburrido y me entretenía mirando el humo del cigarro que acababa de encender. Ella llego de pronto y comenzó a platicarme de sus cosas de niña. Me pregunto que si yo la veía ya mujer, si era bonita y si creía que ya estaba preparada para tener novio.
Me cuso gracia y por cortesía le seguí la corriente en su conversación. Sin darnos cuenta estábamos hablando de sexo, si ella me conto que un chico de 13 años de edad igual que la de ella la pretendía, pero que a ella no le agravaba porque era muy niño jajajajaja.
– Y como te gustan los hombres – le pregunte-.
– Como usted –dijo serenamente-.

Su respuesta me cayó en gracia y sin pensar que podía incomodarla le dije que solo era una niña que si yo tuviera algo que ver con ella lo más seguro era ir a parar a la cárcel.
– No – me dijo- yo no diría nada. Si usted quiere le puedo demostrar que soy una mujer.
– ¿Cómo?
– Hagamos el amor.
– Que¡
– Si
– ¿Ya lo has hecho?
– No, pero si usted quiere lo podemos hacer.

La plática había dejado de ser mera cortesía, pero al ver a la personita que tenía enfrente no dejaba de parecerme absurda. Yo sabía que Gloria tenía 13, pero parecía de 10 a lo mucho de 11 años.
Más por tantear el terreno que en serio le dije:
– Conoces un pozo que hay yendo de acá todo derecho.
– Si
– Espérame ahí

Mi vecinita giro y salió caminado al sitio indicado que no distaba de 100 metros. Era un lugar con poca iluminación que en un tiempo había sido utilizado para abastecer el agua del sector. Hoy estaba abandonado y frecuentemente era utilizado por los enamorados para hacerlo confidente en sus sesiones de sexo, de ahí que era apodado el “pozo del amor”.
Entre a mi casa y saque un par de condones. No sé en dónde pero había encontrado la solución a un día de aburrimiento.
Cuando llegue donde mi pequeña vecina pude observarla detenidamente. Esta chica –pensé- jamás me va aguantar la verga.
– Estas segura –le dije-
– Si
– De verdad nunca te han cogido
– No
– Pero si has tenido novio
– Sí, pero es un niño bien bobo.
– Gloria yo soy un hombre mayor. Tengo 22 años y no quiero tener problemas. ¿esta segura?
– Yo si

No le pregunte nada más. Me acerque a ella y la levante un poco a fin de sentarla sobre el borde del pozo. Me metí entre sus flacas piernas y me tope a su cuerpo sin nada de femenino todavía, sus pechos ni asomo de aparecer. Metí mis dedos entre su cabello y le acaricie hacia atrás, mientras le desabrochaba su blusa detrás de su espalda. En un santiamén la tenía en calzones justo frente a mi verga que ya había entendido que tendríamos acción.
– Ábreme el cierre y saca mi verga
Con un poco de dificultad lo logro, podía ver como la sostenía con sus dos manitas.
– ¿Todavía quieres coger?
– Hoy voy a ser su mujer –dijo-.

Desabroche mi cinturón y baje mis pantalones. Ella seguía sentada en el borde del pozo y yo estaba parado frente a ella, suavemente me masturbaba mientras la observaba.
– Tienes que mamarme la verga. Ven te voy a bajar, me voy acostar en el suelo par que hagamos un 69
Lo dicho. La baje y me tire de espaldas, le ordene que se quitara su calzoncito y que se colocara justo encima de mí, empecé a darle lengua mientras ella me chupaba el pene. Mi instrumento aunque solo mide 17 cm en su boca parecía todo un coloso, solo podía introducirse una pequeña parte, pues aunque no es muy largo si lo suficiente grueso para que mi niña se atragantara con ella.

Aunque no era mi tipo trate de hacer mi mejor trabajo. Mientras le lamia la concha le metía un dedo en u culo y también se lo ensalivaba pues tenía pensado rompérselo también.
Como resultaba difícil estar en el suelo nos levantamos y le dije que se subiera en mis. Yo la sostenía en mis brazos mientras ella me abrazaba con sus piernas dejándome su panocha a la altura de mi ombligo, yo me recosté el pozo y suavemente la fui bajando hasta lograr que su cueva quedara frente a mi verga.
– Estas lista – le dije-.
– Si -me dijo-.
– Te vas ensartando poco a poco, si de verdad nunca has cogido te va doler un poquito. Si no aguantas me decís ok
Tenía sus piernas enroscadas a mi cintura. En esta posición se le facilitaba a ella tener cierto movimiento para penetrarse, aunque por su peso a mí me era relativamente factible levantarla y empujarla hacia mi verga.

A pesar de que todo parecía estar calculado, cuando Gloria comenzó a descender mi verga no pudo entrar ni un centímetro, era tan estrecha que mi instrumento prácticamente solo resbalaba. Literalmente chocaba en su cosa y salía rosando rumbo a sus nalgas. Mi vecinita no demostraba dolor, por el contrario estaba molesta porque según decía deseaba ser mi mujer.

– Espérate, vamos hacer otra cosa. Me voy acostar en el suelo y tú te sientas sobre mi verga y empujas hacia abajo.
Ver a esa niña poniendo todo su esfuerzo en tratar de introducirse mi verga me causo admiración. Su figura con su flacucho cuerpo bailoteando en círculos sobre la cabeza de mi pija, empujando y gimiendo de dolor. Si fue una heroína, y aunque me hizo acabar una vez finalmente logro estar completamente ensartada y lograr su objetivo.
Cuando lo logro, se quedó ahí.
– Espérate -le dije-. Me voy a parar.
– ¿Para qué? –pregunto.
– Solo quiero cogerte así cargada en mis brazos.

Me puse de pie y la subí con sus piernas alrededor de mi cintura. Nos besábamos y yo le levantaba su culito y lo dejaba caer sobre mi verga logrando que penetración fuera más a fondo, podía sentir como los pliegues de la vulva de Gloria se adentraban junto a mi pedazo de carne, pero ella mas gemía de placer y tomando ritmo me ayudaba levantando sus caderas y estrellarse contra mi abdomen y ensartándose en mi verga. Fue así cuando sentí el cosquilleó típico antes de acabar, por lo que le dije:
– ¿Quieres leche o acabo en ti?
– Écheme toda la que tenga, quiero sentirla adentro y tener un hijo suyo.

O no le oí o la ignore, pero sentí cuando mi verga se amplio y empezó a desparramar gruesos chorros de semen dentro de mi vecinita, tanto fue que sentí como el liquido caliente se deslizaba sobre mi tronco hasta llegar a mis huevos. Estaba cansado y baje a Gloria quien quedo frente a mí, esta se agacho y con sus dos manitas tomo mi instrumento y comenzó a mamarlo de arriba abajo como limpiándolo hasta que lo logro. Serian las 9 de las 9 de la noche y todo había sido rico y sensual. Quizás fue debido a eso que no pude darme cuenta que dos personas se escondían tras los montes junto al pozo, eran los hermanos de Gloria, Carlos y Mario de 16 y 18 respectivamente. Venían con sus vergas en la mano desnudos de la cintura para abajo.

– Cuñadito – dijeron con sarcasmo-, usted ya termino y nosotros apenas vamos a comenzar, pues vera que no podemos quedarnos de este modo.
Hemos visto como esta putita a cogido con usted y como ya tiene experiencia vamos saciarnos nosotros también o le diremos a mi padre y usted sabe lo que puede pasar ¿verdad?
– Oigan chicos, tranquilos. Es su hermanita y no sería bueno que le hicieran daño.
– ¿Daño? ¿Cree que la dañaríamos si le damos lo que le gusta?
– Robert – dijo Gloria-, me voy a quedar acá.
– ¿Segura, quieres quedarte?

Su silencio fue su mejor respuesta, se aproximo a sus hermanos y con cada una de sus manos tocaba sus vergas. Se aproximaron al pozo y sin mucho problema la sentaron en el borde completamente abierta de piernas, uno de ellos se abalanzo con su boca a su chochito y el otro se encaramo casi hasta quedar acurrucado con la verga frente a la boquita de su hermana, era erótica la pose, uno dándole verga y otro chuoandole el chocho. Yo todavía parado a escasos metros viendo algo que nunca hubiera imaginado, fue Carlos quien me dijo que me acercara, que podía participar si quería, le preguntaron a Gloria y ella casi mostro satisfacción al saber que yo todavía permanecía, pero parecía gustarle estar siendo cogida por su misma familia.

Rápidamente se desvistieron y colocaron sus camisas a modo de manta, uno se coloco debajo indicándole a Gloria que debía subirse y ensartarse en su verga, Mario permaneció parado y mientras ella se montaba en la estaca de su hermano él le ofrecía su verga para que la mamara. Era cachondo verlos follar como depravados. Yo instintivamente me había empalmado de nuevo, me baje los pantalones y empecé a pajearme, aunque quisiera negarlo era rico ser testigo del incesto entre hermanos, eso mismo que desde niño he vivido con mis hermanas.
Gloria cabalgaba muy bien, levantaba su culito hasta dejar casi fuera la verga de Carlos y de golpe se dejaba caer de nuevo, sudorosa y excitada me miraba, de manera erótica me enseñaba su lengua viendo que yo me masturbaba. La colocaron de perrito y cambiaron para que ahora fuera Mario quien la penetrara, Carlos se coloco hincado frente a ella para ofrecerle su verga. En cuestión de minutos se descargaron, Mario le baño la espalda de semen y Carlos acabo tirándole su leche en la boquita y el rostro. Gloria debió haber logrado el orgasmo porque se contorsiono y gimió y grito que sentía rico, muy rico.

Yo apresure el ritmo y también acabe. Chorros de semen salieron al aire, aunque ellos estaban a varios metros casi podría decir que los salpique.
Carlos y Mario se vistieron y despidiéndose de mí se fueron, Gloria se empezó a poner su vestidito y luego se lanzo hacia mí pícaramente hasta lograr tocar mi verga. Manifestando que le gustaba saber que yo me excitaba viéndola coger a ella, sensualmente se metió mi pito y lo engullo con deseo. Lo saco y me dijo:
– ¿Le gusta ser mi marido?
– ¿Qué crees?

No hablamos más. Desde ese día Gloria fue mi amante incondicional, esa que nunca pide nada y te da todo. Por varios años fue mi desahogo, hasta que se perdió y termino yéndose con alguien que realmente la valoro o la cogió mejor.

8188 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: amigos, hermanita, hermano, hermanos, incesto
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