mi vecinita experta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por amorio56.
Esta es una historia en la que contaré como inicie a una vecina en el sexo.
En primer lugar, mi nombre es Abraham, tengo 16 años y vivo en Culiacán, Sinaloa, ella se llama Esmeralda, y en este momento tiene como 13 o 14 años, y la describiré: ella mide como 1:40, tiene el cabello rubio muy bonito, unos ojos apasionantes de un verde increíble, está un poco llenita pero así me gustan más, tiene un trasero que hace que a cualquiera se le pare la verga tenga ella la edad que tenga, unas piernas perfectas, y un color de piel como bronceado.
En fin, esto me pasó hace no más de 2 años.
Resulta que yo estaba jugando futbol soccer, en el parque de la esquina, y al terminar el partido, regresaba a la casa, cuando veo que ella estaba solita y aburrida, haciendo la tarea, con una faldita muy cortita que me permitía ver sus sensuales piernas bien formaditas y lo más importante, no tenía nada debajo, lo que me hizo sentir como mi verga comenzó a pararse, la cual mide 18 cm sin decir mentiras, al notar ella que la observaba, con vergüenza prefirió entrar a su cuarto a hacer la tarea, yo hice lo que ella y me marché a mi casa. Entré, corrí al baño y me hice la mayor paja de mi vida, jamás había soltado tanta leche, me corrí de tal manera que al hacerlo terminó cayendo en mi cabello, eran muchos chorros, me limpie, y me adentre al cuarto a descansar.
Al día siguiente, en otro partido de soccer, al terminar el partido, vuelvo a mirar hacia la casa de la niña, y estaba ella otra vez pero esta vez, solo tenía puestos unos calzones blancos, que estaban muy pegaditos a sus nalgas y a su vagina, y se dio cuenta que la miraba otra vez pero este maravilloso día no se ocultó, ahora, ella me pidió que pasara para arrimarle el hombro en algo, me pidió algo extraño, me pidió que le enseñara a besar, yo simplemente me quedé helado de la emoción, pero la razón me invadía al pensar que yo instruiría en el arte de besar a una niña de 13 años, pero la excitación pudo más y lo hice así, la bese de una manera increíble, primero solo los labios, después, ella introdujo su lengua en mi boca yo hice lo mismo, es como si ella ya haya besado porque parecía ser experta en eso.
En ese momento me excité tanto que mi mano bajo hasta su falda, y aprovechando la introduje por debajo de ella y hurgué con un dedo su vagina, y ella me preguntó.
Ella.- ¿Por qué me haces eso?
Yo.- Te estoy enseñando a hacer feliz al hombre con quien te cases, ¿Por qué, te molesta?
Ella.- No, es más, se siente muy rico, hazlo otra vez.
Al escuchar eso, me excité aun más, y comencé a quitarle el calzoncito blanco que tenía puesto, vi lo más hermoso que había visto, su rica panocha, que pronto poco a poco iba a ser mía, me levanté, la cargué, ella dijo.- ¿Qué haces? Yo.- Te llevo al cuarto, ella.- a bueno.
De ahí la recosté en su cama, y la vi con una sonrisa pícara para su edad, al parecer, ella conocía mis intenciones, me excité aun mas al saber que ella seria la que me instruyera a mi o yo a ella en el sexo.
Yo.- Mi amor, separa las piernas que te voy a hacer sentir aun más delicioso que hace rato.
Ella.- Está bien, lo hare, pero ¿Qué me harás?
Yo.- Te voy a enseñar cómo se hacen los bebes, al principio te va a doler pero vas a sentir muy rico.
Ella.- Está bien.
Después me baje mi pantalón, ella al ver mi bóxer se sorprendió al ver un pene de ese monumental tamaño, y me pregunto.
Ella.- ¿Qué es eso?, ¿Por qué está tan grande?, ¿Para qué sirve?
Yo.- Es mi pene, o verga o pija como muchos lo conocen, y está así de grande porque tiene frente a alguien muy sexy, y sirve para hacer sentir muy rico a la mujer, y como ya te dije, para hacer bebés.
Ella.- Y ¿Por qué yo no tengo eso?
Yo.- Por qué eres mujer, o bueno, niña, lo que tú tienes se llama vagina, y por ahí entra el pene, y de ahí salen los bebés.
Me dijo ella.- Pues, hazme sentir rico como dices, y hazme tener bebés, hazme el amor, que te estaba esperando para eso.
Al oír eso me bajé el bóxer y lo vio más de cerca,
y me dijo.- Huele raro, y está muy duro, yo le dije.- Así no se agarra, se hace de arriba hacia abajo, a eso, se le llama masturbación.
Ella.- ¿te puedo masturbar?
Yo.- Si claro, hazlo, pero yo te enseño como.
Después, tomé sus manos, y las acerqué a mi pene, y vi que sus manos alcanzaban perfectamente el grosor de mi pene, de repente las moví arriba-abajo para enseñarle, después, la deje sola, y debo admitir que lo estaba haciendo como una puta profesional, me excite tanto que chorreó mi semen en sus brazos y en parte de su cara, le dije.- límpiate con la lengua, así lo hizo, y me dijo:
Ella.- sabe saladito y dulce, me gustó, y yo, al oír eso, sentí que a pesar de la chorreada que di, mi verga, se paró aun más, yo le dije.
Yo.- ¿Te gustaría empezar?, ya te quiero enseñar a hacer bebés.
Ella.- Si, si, si, ya.
Al seguir ella recostada acerqué mi pene a su vagina, y sin miedo, comencé a penetrar, y ella dijo.
Ella.- Me dolió, cuidado.
Yo.- Espérate, todavía no empiezo.
De ahí comencé más y más rápido la penetración, hasta que sentí que le desgarré la telilla o himen, ella clamó de placer, yo ya sabía que lo haría, ya que no fue la primera niña de esa edad con la que tengo sexo, y comencé el mete y saca, ella gemía y gemía de la excitación y me dijo que se estaba orinando, yo dije que no era cierto, que yo le diría que era, y cada vez más rápido y más rápido comencé, y ella estaba que no podía mas de tanto placer, gimió, y gimió, estaba con unos frenéticos movimientos arriba y abajo, que me estaban excitando mas y mas, hasta que me corrí dentro de ella, su vagina estaba llena de mi semen, hasta escurría, de adentro de ella, y le pedí que me limpiara mi pene, ella pensaba en agarrar una toalla, pero le dije.
Yo.- No, con eso no, hazlo con la boca, chúpalo. Ella respondió con una voz como de cansancio, que me decía su cara que quería más aun.
Ella.- Pero como lo voy a chupar, si no se cómo hacerlo.
Le mostré como hacerlo, y empezó, y aun más me excitaba mas crecía mi verga, mas y mas, hasta el momento que adentro de su boca, llego a medir 25 cm, y volví a correrme pero esta vez dentro de su boca, se tragó todo mi semen, y la dejé descansar, por que se veía como estaba excitadísima, y me pidió que fuera con ella todos los días, y así lo hacemos todos los días.
Pero al dio siguiente, ella invito a una de sus amigas, que se llama Sandra, que también es mi vecina pero vive en frente de mi casa, ella tiene 9 años, tiene el cabello lacio y castaño, es de complexión delgada pero no mucho y la verdad se ve sexy, no tiene muchas tetas ya que se le están desarrollando apenas, pero su carita de ángel me hipnotiza, sus piernas, no están como las de Esmeralda pero son sexys, y sus nalgas tampoco pero se defiende, en fin, ella no sabía lo que pasaría, por qué yo y Esmeralda ya lo habíamos planeado, ella le dijo.- Ven, te vamos a enseñar a hacer bebés.
Sandra sospechando dijo.- ¿Qué?, ¿acaso quieren hacerme algo?, Esmeralda, ¿tú sabes de eso?
Esmeralda.- Si, y se siente muy rico, estoy segura que te va a gustar, el y yo lo hacemos todos los días ahora.
Yo.- Si, es verdad, estoy seguro que vas a querer hacerlo siempre mi amor.
Sandra.- Está bien, haber si me gusta, quiero que me enseñes a hacer bebés.
Yo.- Bueno, pero harás todo lo que yo diga, y sin renegar ¿si mi amor?
Sandra.- Si, está bien.
En ese momento, Esmeralda comenzó a quitarse la ropa, y Sandra de igual forma, las vi, y me excite aun mas que la vez anterior, primero, comencé a chuparle la vagina a Esmeralda, ella gimió de placer así (ahaha, si, si dame mas siiiii), Sandra se quedo helada al ver cómo le hacía eso a Esmeralda, y vi como Sandra soltó sus jugos vaginales de tanta excitación al ver cómo le lamía a Esmeralda.
Sandra me dijo.- Sigo yo, por favor, es que al ver eso sentí muy rico.
Yo.- Bueno, pero espérate a ver lo que sigue ¿sí? y luego comienzo contigo.
Ella esperó, y le dije a Esmeralda que se recostara, porque seguía lo bueno, que por fin le iba a volver a meter la verga.
Esmeralda.- Si, si, si quiero.
Yo.- Bueno, pero haremos el amor jugando a los leones, yo soy el león, y tú eres la leona ¿sí?
Esmeralda.- Está bien, sale vale.
Sandra.- De ahí yo.
Con las dos desnudas ahí, mi excitación, fue inmensa, no sé porque, pero no fue algo normal, mi pene, además de haber llegado a los 28 cm, imposible de creer pero fue real, me acerqué a Esmeralda y comencé a penetrar, ella gimió, y no de dolor, mas y mas rápido por mi excitación, ella gemía y gemía ( mas, mas, mas, mas sigue, sigue, aaaa, rico), ella suspiraba de placer, ya era toda una puta, y solo mía, luego, me corrí de nuevo dentro de ella pero esta vez mas, y salí de ella y luego.
Yo.- Sigues Sandra, ahora tú.
Sandra.- Si, está bien, lo que quiero es tener sexo contigo.
La recosté en la cama, separé sus piernas, puse un poco de saliva en su vagina, se rió, y dijo que sintió escalofrío, le expliqué que eso se llama excitación, después comencé con el mete y saca de mi pene en su vagina, le lastimaba mucho decía que parara, que no le gustaba y de repente que se excita y comienza a decirme.
Sandra.- Si, mas, mas, quiero que me hagas tuya, si, métemela, toda adentro, mas, aaaa, quiero tu leche adentro de mi.
y así paso, esos días, y aun lo hago, pero esta vez con las siete niñas que viven en mi cuadra, pero eso es otra historia
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