Mi vecinita se vuelve mi putita 2
Continuación de mi primer relato https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/heterosexual/mi-vecinita-se-vuelve-mi-putita/.
Esta historia ocurre creo a finales del 2012 yo tenía como 25 alto, como de 1.90 pelo negro, listo y estaba en forma pero no marcado, ella Gabriela de 12 años piel blanca cabello castaño, ojos cafés claros y unos pequeños pezones rositas que siempre me han encantado
Previamente habíamos quedado en ser novios en secreto y eso hicimos nos veíamos como antes, comíamos, veíamos películas pero siempre nos estábamos besando y tocando. Y nuestras sesiones se hacían poco más intensas.
Poco después de nuestra primera sesión accedió a desnudarse completa y yo también, su vagina era hermosa, apenas un poco de vello por encima, al principio se cubría y estaba roja de vergüenza. Mojadita y rica empecé a acariciar despacio mientras la besaba y a sus pequeños pechos con pezones rositas
Estábamos desnudos el uno frente al otro, obvio era mucho más alto que ella y tenía una gran erección pero ella no bajaba la vista a mi pene por vergüenza, tome su mano y despacio hice que me lo acariciara, es grande y grueso, además se que en ese momento ella le tenía miedo, (ella misma me lo contó unos años después). Luego de que lo acarició un poco le pregunté:
-¿Usarias tu boca?
– Es que no se
– Tranquila solo inténtalo
– No me va a entrar tampoco
– Inténtalo
Lo pensó un poco y al final cedió. Fue tan torpe como se esperaría, solo metía su boca y no le cabía ni la mitad, me lastimó un poco con los dientes pero si me estaba gustando, le pedí que sacará y jugará con su lengua, así lo hizo, lo recorrió con su lengua a lo largo, pequeñas lamidas a la cabeza además de besitos tiernos con sus labios. Me excitaba más lo tierna que veía mientras lo hacía que la estimulación en si.
Entonces le pregunté:
-¿Que eres?
La respuesta de esa pregunta la habíamos acordado desde antes, así que ella sacó mi pene de su boca y contestó:
-Tu putita – Mientras hacía una sonrisa traviesa
Eso me excitó más de lo que ya estaba, entonces me levanté, la carge con facilidad, la acosté sobre la cama y la empecé a besar intensamente, en el cuello, en los pequeños pechos y en la boca (no me importa que me estuviera haciendo sexo oral) y seguí haciendo una y otra vez la misma pregunta:
– ¿Que eres?
Entre gemidos recibía la misma respuesta:
– Soy tu putita
Bajé mi mano hasta su panochita que estaba mucho más mojadita que al principio, que hasta sus muslos ya estaban empapados, metí un dedo y empecé a masturbarla con cuidado para no hacerle daño, ella gemia, cerraba y abría las piernas miestras movía despacio mi dedo adentro de ella y la besaba con intensidad, me puse sobre ella, agarré mi pene y le pregunté:
– ¿Quieres hacerlo?
Ella movió la cabeza con gestó negativo. Ni hablar, no insistí, sabía que estaba muy excitada igual que yo pero no podía hacerlo si ella no se sentía lista. Continúe besando sus pechitos y le pregunté
– ¿Que tal si te hago sexo oral?
– ¿Cómo? Tu boca ¿Ahí?
– Si, puede que te guste, y ya estás muy mojadita
– Mmm, esta bien
Bajé y la vista era hermosa, apenas y tenía vello, blanca y cerradita, empecé besando sus muslos seguí en su vagina solo con mis labios y continúe metiendo mi lengua, de arriba abajo en círculos, de que le gustó le encantó, se retorcía de placer me sujetaba de la cabeza para que siguiera, cerraba las piernas en mi cara y esa fue solo la primera de incontables veces que le haría sexo oral.
Seguí haciendocelo hasta que tuvo un fuerte orgasmo y me pidió que me detuviera, ella estaba jadeante y feliz aunque yo aún tenía una gran erección. Ella bajo hasta mi pene por su cuenta, y volvió a hacerme sexo oral, yo estaba sentado en la cama aunque ahora solo veía su cabello cubriéndola mientras me mamaba el pene, duro un rato así y con su mano pero casi nunca terminaba con sexo oral, así que para acabar me pare sobre la cama, la puse a ella de rodillas y me masturbe enfrente de ella, mientras le seguia preguntando:
– ¿Que eres?
– Tu putita – Contestaba siempre, ahora más feliz que nunca.
Termine llenándola de semen en la cara y los pechos. Después de eso nos bañamos juntos y nos quedamos abrazados un rato más. Abrazados le hice otra pregunta:
– ¿De quien eres?
Ella me contestó cerrando los ojos y pegándose más a mí cuerpo
– Toda tuya.
Que bien espero más relatos asi
Espero la continuación de esta tierna pero exitante historia!!