Mi vecinita y su perro.
Historia de como mi vecina de 11 años, entablo amistad conmigo cuando yo me convertí en el guardián de su perro..
Mi nombre es Carlos.
Soy un tipo soltero, que vive solo.
Tengo la suerte de que herede la casa de mi viejo, así como un trabajo que disfruto y paga lo suficientemente bien para darme mis pequeños lujos.
En donde vivo, justo enfrente hay una manzana de apartamentos.
Y ahí vive “Monita”, Mónica, una nena de 11 años.
Monita es la menor de 4 hermanas, y obvio, vive con sus padres.
Monita tiene un perro, un labrador llamado Chucho.
Siempre me gusto Monita, es una chica muy bonita, cabello con rulitos, con algunas pecas sobre su nariz.
Tiene un lindo cuerpo para su edad. No es gordita, pero tampoco delgada.
Estoy enamorado de ella desde un buen tiempo, pero que le vamos a hacer, soy un tipo de mas de 30, y ella una nena de poco mas de 10 años.
Casi todos los días, especialmente de Lunes a Viernes, al volver a casa del trabajo, pasaba por el parque cercano, y allí veía a Monita jugando con chucho.
Era algo habitual y normal, y con el tiempo, hasta me anime a saludarla, por que yo le caía bien al Chucho.
Monita entro con confianza conmigo por eso, porque según ella, si yo le caía bien a Chucho, yo era buena persona.
Los padres buena onda también, cada tanto me los cruzaba cuando iba en el autobús, aunque debido a que una de las hermanas tiene problemas mentales, se centran mas en esa hermana, y a Monita la tienen un poco descuidada.
Una de esas tardes, encontré a Monita sentada, agazapaba en un banco, llorando.
Cuando me acerque a saludarla, me respondió enojada que no ocurría nada.
Ya saben, cuando los chicos se enojan y dan indirectas.
Cuando le insistí, ahí me conto llorando que era posible que sacrifiquen al Chucho, por que mordió a un cartero.
Por lo que le pude entender entre sollozo y sollozo, es que fue culpa del cartero que hizo algo indebido.
Y la verdad le creí, por que ese cartero tiene una actitud que deja mucho que desear.
Entrega mal los paquetes o cartas, te responde de mala manera…
Incluso sospecho que se ha quedado con algún paquete.
Al día siguiente, tuve la oportunidad de cruzarme con el padre, y le consulté al respecto.
Ahí me dijo que estaban buscando quien se lo pueda quedar, pero que si no, iban a tener que sacrificarlo como último recurso, porque encima el tipo quiere hacer juicio.
Todo aquello me dejo pensando. Y pase el resto del día medio mal, por que ese perro me encantaba. Y ver a mi Monita con el corazón destrozado, era peor.
Incluso si lo regalaban a alguien responsable, Monita iba a tener que despedirse del Chucho.
Volviendo del trabajo, pase de costumbre por la plaza, y ahí estaba mi Monita y el Chucho, sentados en la banca, abrazados y tristes.
– Hola Monita…
– … Hola señor Charly (ella escucho que algunos me llaman Charly en lugar de Carlos, y lo copio).
– Ya te dije, podes decirme solo Charly, no hace falta el señor. Somos amigos, no?
– …Sí…eso creo.
– Ya le encontraron casa al Chucho? (le pregunte mientras le hacía unas caricias al animal).
– … No… (me dijo enojada)
– …Que pensas de que yo lo adopte?
Sus ojitos brillaron con algo de esperanza.
– Primero hay que preguntarles a tus papás… pero si yo lo tengo, en mi casa, el cartero no puede reclamar, y vas a poder cruzarte a jugar con él. Además, yo tengo patio.
Así es como luego, fuimos a la casa de Monita, en donde les comenté mi idea.
El perro podría quedarse en mi casa, escondido en el patio trasero, y si acaso el cartero lo ve, a mi no me va a venir a reclamar, por que yo lo saco cagando.
Encima por mi trabajo tengo contactos legales.
A mi me venia genial por que vivo solo, y tenerlo me ayudaría a no sentirme tan solo.
Luego de mas charlas, esa misma noche me lleve al perro, quien no tuvo problemas.
Los días pasaron, y Monita comenzaba a esperarme todos los días que yo llegara del trabajo, para ir a mi casa y jugar con el Chucho.
Llego un día que paso el cartero, vio al perro por la ventana y me miro con cara de culo.
– Ah, mi perro nuevo, le gusta? Es muy guardián.
No comento mas nada y se tuvo que tragar su orgullo.
Los días pasaron, las semanas…
El trabajo comenzó a complicarse por que uno de mis compañeros falleció.
Así que eventualmente y ya entrados en confianza, le dejaba la llave a Monita para que vaya a mi casa a jugar con el Chucho, y de paso alimentarlo.
Claro que con tanto trabajo, nunca me avive de esconder ciertas revistas que tenía por ahí.
Y claro, Monita como es de curiosa, las vio.
Una tarde noche que llegué a casa, la encontré en mi habitación, tendida sobre mi cama, totalmente distraída y con la boca abierta mientras ojeaba mis revistas sexuales.
No eran solo de chicas desnudas, sino algunas eran pornográficas, con escenas de sexo, penetración bien explicitas.
Monita no se percato de mi presencia, así que me retiré en silencio, fui de nuevo hacia la puerta principal, y la cerré dando casi un portazo, y avisando que ya estaba en casa.
Le di tiempo a que esconda las revistas y se arregle y disimule.
Actúe en forma disimuladamente normal, aunque en mi interior no dejaba de pensar en Monita devorándose la pornografía.
Incluso comencé a tener una brutal erección apretándome en el pantalón.
Dándome cuenta de esto, disimule yendo directo al sillón asentarme, para que luego Monita y el Chucho aparezcan por el pasillo a recibirme contentos.
El Chucho, como siempre, subiéndose encima mío, lamiéndome la cara de felicidad.
Podía notar que Monita también trataba de actuar natural, pero estaba con la cara roja.
Sin mucho mas, y siendo la hora de la cena, aprovecho para irse a su casa.
Me dio un beso en la mejilla, saludo al Chucho, y se fue por la puerta.
Ya mas calmado sin la presencia de la niña, mis ansias se calmaron.
Hubieron algunos días mas, similares a este, en que yo llegaba a escondidas y la encontraba prendida de mis revistas pornográficas.
Luego de espiarla unos minutos, volvía a salir y a hacer todo el circo de mi llegada, para darle tiempo a esconder la evidencia.
Y así llego el momento en que no podía aguantar mis ganas, y comencé a espiarla de forma lasciva.
Aprovechando una caja de luz mal puesta en el pasillo, agrande un agujero que daba justo a mi habitación, y desde el pasillo, llegaba en completo silencio, para luego comenzar a masturbarme mientras la espiaba viendo las revistas.
Sus favoritas eran sin duda las pornográficas. Se la veía obsesionada con la penetración.
Incluso mas de alguna vez, la pude ver tocarse su conchita infantil.
No la vi desnuda, sino que la veía meter su mano dentro del pantalón y rascarse, como si le picara.
No se masturbaba, por que ella no sabía lo que era, así que medio que lo hacia por instinto.
Yo disfrutaba de su pequeño espectáculo, acaba ahí en el pasillo, y luego de acomodarme la ropa, hacia toda la mímica de anunciar mi llegada.
Entonces, Monita alcanzaba a guardar las revistas tal cual las encontraba, e iba a abrirle la puerta y trasero al perro para que entre a saludarme.
Allí fui notando que su interés en el Chucho, no era el de antes.
Quizás jugaba con el en la tarde, pero en algún momento, lo sacaba al patio trasero para poder espiar mis revistas, y lo volvía a entrar cuando yo llegaba.
Comencé a tener planes mas macabros…
Que pasaba si entre estas revistas, ponía fotos de niñas parecidas a ella en ropa interior o traje de baño?
No material infantil pornográfico, sino esas fotos que se encuentran en los catálogos.
Así que eventualmente lo hice.
Al inicio, no le dio importancia y aparto las fotos como algo que se había colado por ahí.
Pero con el pasar de los días, pareció darse cuenta de algo.
Su frenesí sexual empeoro.
Se rascaba la conchita fuertemente por encima de la ropa interior.
Nunca la vi llegar a un orgasmo, pero claramente entraba en un extraño éxtasis al ver la imagen de una niña muy similar a ella, y a un costado ver como un hombre tenia ensartada a una mujer adulta, ambos abiertos de piernas mostrando sus genitales unidos a todo su esplendor sexual.
Fue una de esas tardes en que llegue cansado, ya que, en el trabajo, se contrato gente nueva y había que entrenarla.
Así que no me escabullí como siempre a espiarla, solo llegué dando mi aviso ruidoso como siempre, y procedí asentarme en el sillón.
Y lo mismo de siempre, el Chucho y la Monita, llegaron por el pasillo a recibirme, subiéndose ambos en el sillón.
Monita ya no se iba inmediatamente como antes, se quedaba un poco mas.
Había aprendido a disimular y esconder su calentura.
Charlábamos un poco, me contaba que habían hecho ella y el Chucho, como fue su día, etc etc.
El Chucho estaba mas intranquilo que de costumbre, subiéndose encima mío, corriendo de acá para allá… y ahí lo note, tenia el pene medio salido.
Por un momento pensé lo peor.
Acaso Monita hizo algo con el perro?
Pero cuando ella le vio el pene, reacciono con natural asco.
– Uy! No! Que es eso…
– Ese es su pene. No te han enseñado educación sexual en el colegio? O Biología?
– Algo…pero que feo… y por que hace eso??
– Debe estar en celo… debe haber una perrita cerca en el barrio.
– Ah, si… por eso se quería escapar hoy. Las chicas del 15, andaban paseando con un perrito. (las chicas del edificio 15, eran unas adolescentes que se juntaban en la esquina). Pero esa perrita es muy chica para el Chucho, no?
– Al chucho no le importa. Si la perrita ya entro en celo, el sigue sus instintos.
– Y…hacen la cosa, no? Quedan pegados?
– Eeeh…si…pero como mencionaste es una perra de tamaño muy chica para Chucho. Aunque sea mayor en edad. Así que mejor que no salga o vamos a tener problemas. Además se puede pelear con otras perros que también anden detrás de la perrita.
Mañana voy a ver si consigo comprarle algún calmante o algo de eso. Total, mañana es sábado, no trabajo.
Monita seguía mirando entre asustada y extrañada, a Chucho lamer su pene. No le quitaba los ojos de encima.
Ahí pensé que tendría que hacer algo yo, antes de que Monita decida hacer alguna locura con el perro.
Al rato, se fue a su casa a cenar.
Al día siguiente, pude comprarle unas gotas al pobre perro, para que al menos no se vuelva loco. Me habría gustado comprarle una perra inflable, pero no había, jaja…
Lo peor es que lo entendía, estábamos en la misma: ambos nos queríamos coger a una hembra mas chica que nosotros, pero no podíamos.
Monita apareció ni bien volví a casa, y viendo que el Chucho estaba medio sedado, en lugar de jugar con el, se sentó a mi lado en el sillón a ver una película, aprovechando que yo tenia Netflix y Disney y todo eso.
Charlamos como amigos, de cosas banales, de como iba a el día a día, lo que hacían sus compañeras de colegio… ahí me conto que dos de sus compañeras tuvieron su primer beso con sus novio.
– Y vos? Tenes novio?
– No… no hay nadie que me guste en la escuela. Es que los chicos son muy tontos.
– Y bueno, tienen tu edad. Comienzan la edad del pavo. Las chicas maduran antes.
– Y Vos, Charly? Por que no tenes novia?
– Uff… no es que no quisiera, pero no me ha quedado mucho tiempo para conocer a una chica… y ya me gusta alguien, pero…
– Si??? Quien, quien te gusta? Decime…. Contame.
– No, es complicado…
– Te prometo no decir nada, lo juro, mira (mientras se besaba los dedos en forma de cruz). Dale, contame.
– Es complicado, por que no me debería gustar…es como un amor prohibido.
– Si? Como es eso?
– Es… difícil…
Yo tenia ganas de contarle que era ella quien me gustaba. Mas que gustarme, estaba enamorado de esta nena de 11 años recién cumplidos.
– Dale, porfi, que yo no cuento nada de nadita.
– No es tanto que no cuentes… es lo que pensarías. Quizás te enojes.
– Porque? Que paso…? (Pareció pensar un poco) Noooo…. Te gusta mi mamá????
– Que? No, no… noooo… muy linda tu mamá, muy agradable, pero no.
Además ella ya esta felizmente casada con tu papá, así que menos todavía.
– Daaaaaaleee…. Poooorfaaaa… (procedió a subirse encima de mis piernas, casi sentándose a caballito frente a mi, mientras jugaba con mis manos).
– Ok, te voy a dar pistas… y vos me decís si adivinas o no.
– Dale! Si!!!
– Bueno… haceme preguntas que te den pistas.
– La conozco?
– Si, mucho.
– Es linda?
– Si, es muy linda. A mi me parece la chica mas linda del mundo.
– Es… mayor que vos?
– No, no.
– Es…menor que vos?
– Si, bastante.
– Mucho?
– Y…diría que si.
– Tiene 20 años?
– No.
– Tiene 22 años?
– No, no, estas subiendo.
– Aaaah…tiene…18?
– Frio, frio…
-17?
– Frio, frio
– Tiene 15??
– Frio tirando a tibio.
– Aaahh?? Tiene 14.. no tiene 13 años???
– Tibio a calentito?
– Noo… con razón… tiene 12?
– Casi casi…
– Tiene 11 años??????
– Sipi…
– Woooooh…!!!!
– Dijiste que no ibas a contar nada…
– No, no, es nuestro secreto. Decime algo mas…
– Tenes que preguntar.
– Es morocha?
– No.
– Es rubia entonces??
– Nooo…
– Pelirroja entonces!!
– Mmm…no…
– Ay, no… no vale…es tirando a ese color que nunca me acuerdo…
– Castaña claro.
– Eso, eso!
En este punto, crei que se daría cuenta, pero su inocencia pudo mas, y siguió haciendo otras preguntas que no la llevaban por buen camino.
– No vale, no sea malo… dame alguna otra pista…
– Ok… pero prométeme, júrame que no te vas a enojar, y que va a ser un secreto solo entre nosotros…
– Ok, si, pero ya decime.
– Júramelo…
– Bueno, si… te juro que no me voy a enojar, ni se lo voy a contar a nadie en el mundo. Que me salgan patas de ranas y manos de cangrejo si miento.
– Ok…hay una foto de ella en el baño.
Y así, salió corriendo disparada para el baño. Yo la seguí y miraba desde el pasillo.
– Acá no hay nada…!
– Esta en el botiquín, arriba de la pileta lavamanos.
– Ah, ok… no! Acá tampoco hay nada (dijo abriendo la gaveta).
– No esta adentro, esta afuera…
Tardo otro poco mirado alrededor del botiquín, sin poder entender mi chiste.
Yo solo me reía desde el pasillo, viendo su ternura inocente.
Hasta que en un momento, se dio cuenta y se quedo viendo el espejo, observando su propio reflejo.
Ahí pareció entender todo… quizás su pequeña mente ato las piezas. Tal vez recordó que yo tenia unas fotos de niñas muy similares a ella, entre las paginas de las revistas “cochinas”.
Su cara estaba roja… estaba seria. No estaba contenta ni enojada, solo…pasmada.
Solo se dio vuelta, y camino por al pasillo pasando por mi lado, y solo comento:
– Me tengo que ir a mi casa, me esperan a cenar.
Aquello me puso helado. No me esperaba esa reacción, y es que tampoco la pensé.
En mi mente pensaba: la cague… la cague muy mal… ahora va a ir a contar… todo.
Inmediatamente fui a mi habitación, y busque en las revistas, y elimine todas esas imágenes de niñas en ropa interior, que por suerte no eran muchas.
Le di de comer al perro, no cene nada yo, y me fui a la cama, medio traumado, asustado de lo que me iba a pasar ahora.
Vendría el padre a cagarme a trompadas?
Llamarían a la policía?
Le contarían a los vecinos y vendrían todo en patota a lincharme?
Y en cualquier caso, yo solo podía pensar en el pobre perro… como hacer para que si se arma quilombo, el pobre animal no la ligue feo?
Por que encima si me atacan, va a querer defenderme.
Y la gente puede ser muy hija de puta cuando sale en patota a linchar gente.
No piensan, no razonan, se cagan en todo y en todos.
Si no puede agarrar al tipo, le queman la casa, le matan a los pobres animales…
El Chucho noto mi nerviosismo, y se vino a costar a mi lado.
Ahí lo abrace, y llore hasta quedarme dormido.
Pasaron unas horas, cuando el Chucho me despertó por que escucho unos ruidos.
“Acá están”, pensé.
Pude reconocer la puerta de atrás abrirse y cerrarse suavemente. Unos pasitos por el pasillo, y el Chucho salió moviendo la cola, como conociendo a quien venia.
Era Monita, que estaba entrando en forma silenciosa a mi casa.
Prendí la luz, y ahí escuché su voz relajarse y llamarme:
– Charly…estas despierto? Soy yo, Monita…
Enseguida se abrió la puerta de mi habitación, y ella asomo su carita por detrás.
– Perdón, no quería asustarte…
– Que haces acá…? Que paso?
– Nada, que mi hermana tuvo una emergencia, y la llevaron al hospital. Y mis otras dos hermanas están con sus novios así que no quiero estar sola en mi casa. Hice mal?
– No, no…esta bien… si es así, esta bien, podes quedarte acá.
Ella pareció notar mi estado, por que me pregunto:
– Estuviste llorando…?
– No, no…como se te ocurre…
– Si, si estuviste llorando…que paso? (me dijo de una forma muy tierna, como intentando consolarme.
– Nada… nada…bueno, si, lo de antes. Pensé que te habías enojado o te habías asustado y fuiste a contarle a tus papás…
– No, no… no les conté nada…te jure que no iba contar nada ni enojarme…
– Ah, ok… te creo, te creo…
– Y por que lloraste… tenias miedo?(me dijo en un tono muy tierno, que no pude resistir).
– Si… es que… te dije que era algo prohibido, complicado. Un hombre adulto como yo, no puede amar a una nea linda como vos… iría en cana, preso. Y eso si me arrestan, por que antes, tu papá me muele a golpes y si se enteran los vecinos son capaces de lincharme en la calle.
– Que es… linchar? Siempre lo escuché en las noticias pero nunca supe que es…
– Es cuando hay mucha gente enojada por algo, pero tan, pero tan enojada, que no piensan, no razonan, y agarran al que creen que es un criminal, y lo… le hacen cosas muy, muy feas y dolorosas. Yo creo que a mi, si se enteraban, me quemaban vivo, mínimo.
– Noooo!! No quiero que te lastimen Charly!!!
Y corrió a mi cama a abrazarme, lo que me tomo por sorpresa.
– Tranquila, tranquila… ya, ya… no pasa nada… solo si se enteran… por eso no tienen que enterarse. Por eso no tenes que contar nada.
Y perdón lo que te dije… de que me gustas… esta bien si no te sentís igual. Es normal, yo para vos soy un viejo feo.
– No, vos para mi no sos viejo… ni feo… sos como un hermano…
– Uy, que golpe bajo, jeje… pero te entiendo…
– Por que golpe bajo?
– Por lo de… nada…
– Que? Contame, podes contarme todo.
– Es un golpe bajo el que me veas como un hermano… por que yo te veo de otra manera. Es…una forma de rechazo cuando una chica le dice a un chico que gusta de ella, que lo ve como un hermano o un buen amigo.
– Aaaah… ya… perdón, no quise decir eso… vos me caes bien, me gusta mucho estar con vos, en tu casa, no solo por el Chucho. Sos mi único amigo… yo te quiero pero…
– Pero no sabes como reaccionar… por que sos una nena… ya sé.
– No! Yo no soy una nena!
– Perdón, perdón, quiero decir que… no te has enamorado aun…creo.
– Vos estas enamorado de mi…?
– Bueno, si…hace rato que estoy enamorado de vos, pero como dije, es un amor prohibido.
– …yo no sé si es amor… pero siento cosas en la panza. Cosquillas… y me rasco… y entre mas me rasco, mas me pica. Pero es un picor diferente. Se siente…raro y lindo.
– Se siente rico?
– Si! Si, eso.
Estando los dos en la cama, abrazados, mi amigo comenzó a pararse.
Estaba mas relajado por que me quedaba tranquilo que ella no iba a decir nada. Igual había que mantener el secreto.
– Mira, Moni, si queres, podemos hacer unas pruebas para ver si estas enamorada o no. Te parece?
– Que pruebas?
– Pruebas de pareja, de novios…
– Si? Como cuales…? (sus ojitos brillaron de curiosidad y lo que parecía esperanza)
– Bueno, podemos empezar por lo mas simple: un abrazo. Luego vamos subiendo.
– Ok, si… si… me gusta…
Acto seguido, la acomode encima mío, abierta de piernas, mientras yo estaba sentado.
La acomode para que cabalgue mi bulto que comenzaba a crecer.
Ahí nos abrazamos muy rico, yo acariciaba su espalda, y bajaba un poco a sus nalgas en forma disimulada.
Ella no lo hacia nada mal, abrazándome y acariciándome el pelo. Quizás era algo que vio en una película, pero a mi me encanto.
Luego de un par de minutos, le pregunte:
– Y? que te parece? Te gustan abrazarme?
– Si…un montón…
– Podemos probar otra cosa de novios si te animas… un beso en la boca.
– …ok…si, si dale… besémonos.
Nos miramos a los ojos, acomode su carita, y procedi a darle un suave y simple beso en los labios.
– Repetimos? Te gusto?
– …aaaah…si, por favor… me encanto…
Su carita empezaba a ponerse roja, y su respiración era diferente.
Le di el mismo tipo de beso en sus labios infantiles, pero esta vez mas largos, con ligeros piquitos al final.
– Y…?
– …Eh…? Si…si…
Tenia sus ojitos entrecerrados, y su boca pedía mas.
El bulto de mi pene en los pantalones, ya se hacia presente y delicadamente, acomodaba sus caderitas de manera que pudiera sentir ese bulto sexual en su pubis infantil y virginal.
– Vamos a mejorar los besos, queres?
– Si, si…me gustan mucho mucho.
– Bueno, esto ya es un beso con la boquita abierta. Te animas?
– Si, si…dale…aaah…
Abrí un poco su boca, y le di un beso mas adulto. Su primer beso adulto.
Luego de casi dos minutos de masajear nuestros labios, nos separamos.
Yo estaba tratando de aguantarme las ganas, por que si liberaba toda mi bestia sexual interior, e iba con besos de lengua y mucha saliva de entrada, capaz la asustaba.
Vamos a probar algo mas fuerte. Conoces los besos franceses?
– No…cuales son?
– Es el mismo beso, con boca abierta, pero jugamos con nuestras lenguas… si te da asco, no lo hacemos y ya, avísame.
– No, no…si quiero, porfa, porfa Charly, quiero un beso de esos.
La abrace de nuevo, no necesite abrirle su boquita, y ni bien cerro los ojos, ya estaba sacando su lengua fuera.
Nos fundimos en un hermoso beso de amantes. Lami su lengua dentro de su boca, prácticamente me estaba cogiendo su boca con mi lengua… nuestros jugos salivares se mezclaban, y yo podía sentir un sabor infantil intenso.
No sé como describirlo, pero era un sabor rico, puro. Una saliva un poco dulce. Era uno de sus preciados néctares sexuales.
Esta vez, perdimos la cuenta del tiempo.
Sin darme cuenta, ya la tenia agarrada de su culito, acariciando sus nalgas, y guiándola en un movimiento de caderas que estimulase nuestros genitales.
Si respiración era agitada, y podía sentir como le agarraba la desesperación de querer algo mas.
La manera en que me abrazaba, la manera en que me restregaba su pelvis, y la manera en que su lengua buscaba saborearme, y darme de beber su saliva.
En un momento nos detuvimos para recuperar el aliento.
– Como te sentis? Te sentis enamorada?
– …no sé… aaah…que mas podemos hacer…?
Aquello fue como si me diera el pie a intentar algo sexual.
– Mira, si, hay mas cosas… que se sienten mucho mas ricas… pero ya son de pareja… para hacerlo hay que ser novios…
No se me iba a escapar la oportunidad de tener de novia a la niña que tanto amaba desde hacia rato… el amor de mi vida…
Pareció dudar por un momento, pero luego pregunto:
– Y como se hace para ser novios?
– Bueno…digamos que… que yo te pregunto y vos me respondes…
– Si? Pregúntame entonces, porfa…
– Bueno, Monica…queres ser mi novia?
– Y yo que digo? Que si…?
– Si..digo, si queres… si no queres, decís que no y listo.
– Si, si quiero ser tu novia, Charly…!
– Bueno, ahí esta, listo. Somos novios. Y ahora que somos novios, podemos tratarnos como pareja, podes decirme mi amor, cariño, bebe, mi cielo… como vos quieras… o solo Charly.
– Mi amor Charly…. (dijo coquetamente).
Nos dimos otro beso.
– Y ahora que hacemos?
– Cosas de novios, de pareja. Vamos a empezar con algo fácil. No te asustes nomas… ok?
– Bueno, pero es feo?
– No, no…es lindo. Te va a gustar,… pero por ahí te agarro de sorpresa…
– …ok…mi amor Charly.
Procedi a recostarla en la cama, y le baje su pantalón de buzo.
Sus calzoncitos rosados de conejitos quedaron a la vista, asi como también un gran manchon de humedad en su vulva, mojando la bombacha.
Casi inmediatamente, pude sentir ese olor único a hembrita… como el olor a concha de mujer adulta caliente, pero mucho mas dulce, mas puro…
Mi verga estaba a mil, así que la libere de mi pantalón.
Delicadamente tome los costados de sus calzones de conejito, y los deslice acariciando la suave piel de sus muslos, y dejando a la vista una hermosa raya vaginal cerrada, evidenciando su pureza sexual.
Como abeja atraída al panal, hundí mi cara en su entrepierna, y comencé a lamer y saborear su tierna conchita infantil.
Su sabor puro e intenso, me meto en un trance del cual no recuerdo muchos detalles… mas que sus gemidos de nena siendo sexualmente despertada.
Sus manitos se posaron sobre mi cabeza, acariciándome, y evitando que me apartara de ella. No me dejaría ir hasta terminar mi trabajo de succión. Chuparía esa vulva hasta sacarle brillo.
Varios gemidos después, y ella tuvo su primer orgasmo infantil.
Y no pude evitar agarrar mi verga y sacudirla al punto de que eyaculé casi inmediatamente.
Toda mi leche termino en el piso.
Ya recuperados, le pregunte:
– Te gusto, mi amor? Queres mas?
-…aaaaaah…. Maass?… se puede mas?
– Claro que si, pero ahí disfrutamos los dos…
– …Ok…
– Monita… mi amor… no soy tonto…te he visto cuando agarras mis revistas porno, y te tocas…
– Queee??? Ay no…que vergüenza…
– Tranquila, tranquila… no estoy enojado. Todo lo contrario, me sorprendió tu interés.
Las encontré por accidente y senti curiosidad…
– Yo diría mas que curiosidad, jaja… como sea, sabes lo que sigue, no? Que el hombre le mete el pene en la vagina a la mujer?
– Eso pasa…? No entendí mucho…
– El problema, es que al igual que el Chucho, si se cogiera a la perrita de las chicas del 15, es muy grande…entonces no te la puedo meter…aunque quiero.
Pero no todavía…
– Y que hacemos?
– Esto:
Y le indique que se ponga de costado, y levante su pierna derecha. Yo me acoste frente a ella, también de costado, y le pedi que levante su pierna derecha. Meti mi verga entre sus muslos interiores, y le pedi que bajara la pierna. Asi, con el movimiento de caderas de ambos, podríamos similar coger, y ambos tendríamos nuestros genitales rozándose y sintiendo placer.
No voy a mentir, se asusto un poco cuando vio mi verga y el tamaño enorme en comparación con su conchita infantil, pero la calme.
Creo que le asusto el pensar en que pasaría si algo tan grande le entraría en la conchita.
Y no, no tengo un pene descomunal de proporciones bíblicas… tengo un pene en la media mayo. Pasa que comparado al lado de una vagina infantil…
Eventualmente se la meteria, la desvirgaria… con trabajo, se la meteria toda y la haría acabar mil veces… pero eso seria otro dia, ahora solo bastaba con el roce de nuestros genitales.
“Cogiendo” en esa posición, nuestros jugos sexuales se mezclaban, lo que hacia peligrosa una penetración accidental. Dos veces casi se la meto. Pero de tan cerrada que estaba, no entro, por suerte.
Aumentamos el ritmo…estábamos compenetrados el uno con el otro, mirándonos… besándonos como amantes lujuriosos.
De nuevo, hicimos una pausa en los besos ya que se hacia difícil el respirar, los gemidos de Monita llenaron la habitación de mi casa.
Estábamos tan calientes… en especial yo, que una posible penetración se acercaba en cualquier momento.
Sus gemiditos se hacían mas y mas obvios… y en la manera en que la tenia abrazada, esos gemidos iban a mi oreja izquierda.
Los míos también se hacían presentes.
Mi glande resbalaba entre sus labios y su clítoris…. Y llego el climax.
Sus jugos se derramaron cual presa rompiéndose sobre mi cama.
El sentir ese derrame, hice lo mío propio, solo que mis jugos y mi semen, quedaron impregnados entre sus mulsos y sus nalgas.
Sentó acabar litros y litros de leche.
En todo eso, entre jadeos y suspiros, la escuche decirme:
– …Te amo, mi novio…
Ya la tenia, al fin era mía, y yo era suyo…
Continuara?
Excelente relato, sigue con la segunda parte por favor
Muy excitante tu historia, espero la continuación
Ya quisiera ser ella
Y que edad tienes tizi?
Esta muy bueno, ojala pronto llegue la siguiente entrega 👍🏼
Hola que edad tienes tizi? Supongo que más de once.