mi vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi vecino Aron
Hola a todos, este es mi primer relato, en el describiré y contaré cada detalle de mi aventura con mi vecino
Comenzaré por describirme un poco, me llamo Diana, vivo en la ciudad de Querétaro, tengo 20 años, mido 162cm, mi piel es blanca, soy delgada, estoy en forma y se nota en mi cuerpo, mi cabello es castaño lacio y largo, mi trasero está muy bien debido al ejercicio, de busto soy copa B, en fin, me considero muy bonita.
La historia es verídica, no cambio los nombres, con morbo a que alguien me identifique y guste llamarme, vivo en un fraccionamiento nuevo sobre Av.
Bernardo Quintana y estudio en… ok ya sería demasiada información.
La historia comienza a inicios de este año, cuando por cuestiones laborales de mi papá, mis papás y yo tuvimos que venir de la Ciudad de México a Querétaro, aunque originalmente somos de Michoacán.
Llegamos a la ciudad, a un fraccionamiento donde mi padre había comprado una casa, nos instalamos, inmediatamente pude ver que la ventana de mi cuarto, estaba a unos dos o tres metros de la ventana de la recamara del vecino, no tomé mucha importancia, y después de acomodarme en mi nueva recamara, puse unas bonitas cortinas verdes, que bloqueaban casi todo.
Al pasar los días noté que en la casa vivía un hombre de unos 30 años, y los fines de semana llegaba quien al parecer era su hermano de edad similar a la mía, él llegaba el viernes por la tarde, y se marchaba el domingo por la tarde.
Él era un chavo moreno, alto y un cuerpo no muy atlético, pero tenía un rostro angelical, daba confianza con tan solo verlo.
El tiempo pasó, y un sábado por la mañana, despierto con mucho calor, abro mis cortinas y abro la ventana, veo a ese chico acostado en la cama, mirando su celular, lo estuve contemplando unos minutos, y cuando él se da cuenta, voltea a verme y me da una vergüenza increíble, ya que solo traía encima mi bra y un short.
Noto que el ríe, y se levanta, yo estoy congelada sin saber qué hacer, abre su ventana y me saluda cordialmente, cuando me puedo mover, salgo corriendo de la habitación.
Estuve ocultándome de él todo el fin de semana, él era un completo extraño, pero estar pensando en eso me puso un poco prendida, me llegue a imaginar, desnudándome en la ventana solo para que el me viera, no sé qué pasaba conmigo pero quería estar con él por lo menos para un encuentro.
Pasó una semana y estaba decidida a esperar desnuda en mi cuarto sin cortina, pero él no llegó, no sabía por qué, él nunca había faltado, y así pasó el fin de semana, el domingo estuve pensando tanto en eso, que comencé a imaginarme que él estaba en la ventana de enfrente viéndome, hacía mucho calor, unos 37 grados, por lo que abrí la ventana, seguí imaginándolo ahí, comencé a tocar mi vagina, acariciándome por un largo tiempo, hasta quedarme dormida.
Abro los ojos, se sentía bastante fresco el cuarto, había demasiada luz, comenzaban las vacaciones por lo que no debía ir a la escuela, pero mis padre habían salido al trabajo, comienzo a pensar en lo de anoche, y pongo mi mano sobre mi vagina, comienzo a tocarme por un rato, abro los ojos y al voltear a la ventana me llevo gran sorpresa, mi vecino me está viendo, mi sorpresa fue tanta, que grité, pero pensé rápido y no quería perder esa oportunidad.
-Me espantaste!- -hola vecina solo contemplaba tu sueño, y despertaste y no pude dejar de verte- -no te preocupes, no te vi el fin- -no, decidí venir hasta hoy, mi hermano salió de vacaciones y estaré toda la semana aquí- -perdón por huir la otra vez- -no te preocupes-
Yo seguía ahí parada frente a ese chico, totalmente desnuda y no lo recordaba
-¿cómo te llamas?- le pregunté
-me llamo Aron, y tú te llamas?- -yo me llamo Diana,- -Mucho gusto Diana, quieres vestirte y platicar o así estas cómoda?-
De verdad no sabía qué hacer, se me ocurrió decirle –vamos a la alberca a platicar-
Él solo sonrió y asintió con la cabeza
Me puse mi bikini y poca ropa encima y me fui a la alberca, al llegar él me estaba esperando ya, así que rápidamente me metí a la alberca.
Era temprano, y éramos los únicos en la alberca, sin pensarlo más, me acerqué y le di un beso apasionado, estuvimos besándonos por un rato, el comenzó a tocarme, acariciaba mis labios a través de mi bikini, yo estaba súper excitadísima, no aguantaba más y tuve un ligero orgasmo, seguía tocándome y nos besábamos, pero a lo lejos se comenzaron a escuchar voces de niños, que venían ya a la alberca, me dijo que sería mejor meternos.
Salimos de la alberca, ni siquiera nos secamos, solo tomamos las cosas y fuimos a su casa.
Entramos directo al cuarto que estaba justo al lado del mío, al entrar, nos quitamos las pocas prendas, y vi su miembro, no era de un tamaño asombroso, pero se veía muy bien, me puse de rodillas y comencé a mamar ese miembro, tardó solo un poco, cuando se corrió en mi boca, no fue mucha leche, pero sabía que lo mejor estaba por venir.
Me acostó boca arriba, comenzó tocando mi clítoris, con ello logré otro pequeño orgasmo inmediatamente y no pude ahogar mi primer gemido, el acercó su boca a mi entrepierna, y comenzó a jugar con su lengua, en pocos segundos comencé a sentir un orgasmo tras de otro, provocando que yo soltara un gemido, y otro y otro, así hasta que paró, se alejó un momento, y pregunté que pasaba, y me dijo que se estaba poniendo un condón, en ese momento me di cuenta que estaba completamente perdida en el momento, habría tenido relaciones sin protección de no ser por el.
Se colocó tiernamente sobre de mí, comenzó a besarme y trató de meter su miembro, le guie con mi mano, la metió muy delicadamente, muy tierno resultó ser mi vecino, se movía lentamente, y cada tanto, aceleraba el ritmo, de nuevo comenzaron mis orgasmos, y gemía, tan fuerte que parecían más gritos que gemidos, yo ya gritaba como loca, y de repente sentí el paraíso, el mejor orgasmo de mi vida, fue increíble, pero eso acabó con mis fuerzas, solo habían pasado cinco minutos máximo, no sé cómo lo había hecho, pero fue lo más rico que había sentido, continuamos un poco más, y cuando sentía que el siguiente orgasmo llegaba, él se detuvo, ya se había corrido, pero afortunadamente, inmediatamente bajó y siguió dándome placer, no tardé mucho para mi siguiente gran orgasmo, lo llamé para besarlo, y se recostó junto a mi hasta que me quedé dormida
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