Mi vida en incesto – Cap. 2.1 El primer día con mi papá
Después de nuestra primer cogida, les cuento como pasamos nuestra primera tarde y noche juntos .
Cap. 2.1 El primer días con mi papá
Luego de que mi papá me cogió esa tarde por primera vez (lean el relato de como me inicié con mi papá), me convertí en la mujer de la casa, literalmente.
Luego de la cogida que nos dimos, nos bañamos juntos, donde al enjabonarnos, no pudimos evitar explorar con nuestras manos sendos cuerpos, como haciendo un mapa corporal de cada centímetro de piel.
Sus manos acariciaron mi pelo, mi cara, mi cuello, mis tetitas que obviamente reaccionaron haciendo que mis pezones se endurecieran como nunca al sentir como los estrujaba y pellizcaba con sus dedos, estirándolos, causándome una mezcla de dolor y placer, haciéndome gemir y callándome con un beso apasionado donde su lengua se fundía con la mía. Sus manos siguieron recorriendo mi ser, haciendo un mapa de mi espalda, bajando por mi cola donde sus manos hábiles separaron mis cachetes y sus dedos se introducían en mi esfínter dilatado por la cogida que me había propinado antes ayudados por el jabón, llegando desde atrás a mi conchita impregnada de su semen, el cual pude sentir como bajaba desde el cuello de mi útero hasta escaparse de mi vagina mientras sus dedos lo utilizaban como lubricante para recorrer mis labios vaginales.
En esa situación tan placentera era imposible no excitarme y gemir con sus caricias, mientras sentía su pija erecta como se clavaba en mi pancita. Obviamente, ni bien la sentí, no dudé en agarrarla y comenzar a pajearla.
No hizo falta que mi papá me dijera nada. Ya con la experiencia que tenía de coger durante los últimos tres años con mi hermano, sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Y arrodillándome en la bañera, me metí esa pija hermosa hasta lo mas profundo de mi garganta, engulléndola como si se tratara de mi golosina favorita, chupándola y masajeándola con mi boca y mi lengua haciendo que mi papá gima por el goce que le estaba generando su pequeña hija, su princesa, puta, pero su princesa en fin. Tanto era lo que lo estaba haciendo disfrutar que tuvo que recostarse sobre la pared para no caerse cuando comenzó a llenarme la boca con su semen caliente, el cual no dudé ni un segundo en tragármelo.
– Hija… no podes ser tan puta… nunca nadie me chupó así la verga… tan bien aprendiste a hacerlo… tu mamá en todos los años que estuvimos juntos, jamás me chupó la pija así. Jamás me hizo acabar chupándome la pija.
Y mirándolo desde abajo, arrodillada y poniendo su pija en la cara le dije:
– ¿Te gusta como te cupa la verga tu hijita papi? ¿te gusta que me trague tu lechita, que sea tu nena putita, tu hijita putita?
– Si mi amor, amo lo putita que sos, amo como hiciste acabar.
Volví a meterme su pija en la boca mientras perdía dureza y comencé a jugar con mi lengua en su glande, volviendo a comenzar nuevamente con un pete que no hacía mas que hacer que mi papá se retuerza de placer, pero ya había acabado 4 veces en la tarde y no le quedaban, por el momento más energías para seguir.
Me levanté, lo besé, lo mordí por donde quise. Puse una de mis piernas sobre el borde de la bañera, lo hice arrodillarse y guiando con mis manos su cabeza, él entendió lo que yo quería.
– Ahora me vas le vas a chupar la concha a la putita de tu hija. Me vas a hacer acabar y vas a tragarte mi flujo cuando acabe
No hizo falta terminar de decirle nada que ya tenía su boca y su lengua recorriendo cada milímetro de mis labios vaginales, intentando meter su lengua bien profundo dentro mío.
Su posición no era muy cómoda, ya que tenía que hacer fuerza con su cabeza para arriba, pero se esforzó para hacerme acabar.
– Así papi, así, chúpame la conchita. No pares. No pares. Demostrame que sos un hombre que puede hacer acabar a una putita como yo. Demostrame que podés hacerme acabar como lo hace mi hermanito, tu hijo.
Creo que en ese momento toqué su orgullo, porque fue como si su lengua la hubiera puesto en modo turbo. Increíblemente desató una energía descomunal en sus chupadas, apoderándose de mi clítoris y haciendo que mis gemidos retumben en todo el baño y la casa.
– Así papi, así, no pares por favor
El ruido de mis jadeos mezclados con el chapoteo de su lengua en mi conchita y el agua caliente que caía de la ducha y recorría nuestros cuerpos sonaba en una sinfonía tan perfecta que ni Mozart podría haberla escrito mejor, llegando a su momento cúlmine cuando todo mi cuerpo comenzó a convulsionar producto del tremendo orgasmo que me provocó mi papá con su lengua en mi vagina, haciendo que expulse una gran cantidad de flujo, producto de esa explosión de placer que me acababa de recorrer el cuerpo, mientras mi papá no dejaba de chuparlo, degustándolo como un oso que agarra un panal de abejas tragando toda la miel que puede.
– Nunca había probado algo tan rico mi amor. Nunca, con ninguna mujer que estuve probé algo tan delicioso. Ni mamá ni ninguna otra mujer me dio de probar nada similar.
– Es porque yo no soy como nadie que hayas estado papi. Yo soy tu hija, soy tu putita y vos mi papá, mi hombre.
– Obvio que sí, bebé, sos mía
– Y también de Sebastián
– Eso después lo vamos a hablar. Aparte él ahora no está. Así que ahora sos sólo mía.
Terminaos de bañarnos. Me vestí sólo con una remera y una tanga. Mi papá se puso un short de baño y una remera tambien y así comenzamos a cocinar.
Obviamente cada vez que pasaba el me tocaba la cola o, mientras me puse a preparar la cena, venía a apoyarme su pija en mi cola y yo, jugando, la movía haciendo que su pija se apoye entre mis nalgas.
– Vas a hacer que se me pare otra vez que te coja
– Es lo que quiero
Y de forma violenta me hizo recostarme hacia adelante, apoyando mis manos en la mesada, levantó un poco mi remera, mientras que con uno de sus pies pateó el lado interno de los míos haciendo que los separe, y corriendo mi tanga hacia un costado, agarró su pija y sin mucho trabajo, me la clavó en lo mas profundo de mi conchita otra vez.
Estaba realmente como poseído. Su pija invadía de forma violenta mi canal vaginal, pudiendo sentir como mi vagina se dilataba y envolvía ese pedazo hermoso de carne que entraba y salía, sacudiéndome de una forma brusca y placentera, mientras con una de sus manos me agarró del pelo como si fuera una cola de caballo, haciendo que mi cabeza se vaya hacia atrás y con su otra mano comenzó a darme chirlos, que, junto al golpeteo de sus huevos contra mis labios vaginales, retumbaban en toda la cocina, mientras nuestros jadeos se convirtieron casi en gritos de placer.
– ¿Así te gusta que te trate puta? ¿Así querés que te coja?
– Siiiiii papi, así cógeme, así me gusta, como una puta, como una puta. Cogeme fuerte, llename de lechita la concha, llename de tu lechita, vaciate dentro mío, quiero sentir como tu lechita me llena, no pares
Y aumentando la velocidad volvió a llenar mi vagina de su semen.
Se apoyó sobre mi espalda haciendo que yo tambien me apoye sobre la mesada. Así estuvimos unos minutos mientras sentí que su pita perdía rigidez dentro mío. Al sacara, me acomodé la tanga y pude sentir como mientras terminaba de cocinar, su semana bajaba por mi conchita mojando mi bombacha.
Me senté en una de las sillas y bajé mi tanga llena de su semen.
– Mirá papi como me dejaste la vagina llena de tu lechita y como está mi bombacha
Le mostré como estaba llena del semen que había salido de mi interior y me lo llevé a la boca, pasando mi lengua por la tela de mi tanga, para después meterla directamente en mi boca y chupar todo ese cóctel de semen y flujo vaginal, degustándolo y saboreándolo. Realmente el morbo que me generaba ver la cara de mi papá cuando hacía todo eso hacía que mi cuerpo reaccione, generando mas humedad en mi conchita.
– Mirá como todavía tengo tu lechita dentro mío
Metí uno de mis dedos y usándolo como una cuchara, saqué algo del semen que todavía tenía dentro mío y nuevamente lo saboreé
– No podes ser tan puta hija. Mi pija necesita un descanso
– Ya descansó durante mucho años. Aparte, ahora que sos mi macho, vas a tener que cogerme siempre.
– Pero hija, hoy realmente cogimos mucho. Necesito recuperar energía
– Si, cogimos bastante, pero todavía quiero mas de esa pija hermosa que tenés. Así que ahora vamos a cenar y cuando vayamos a la cama, te voy a coger yo, sabelo
Me puse mi bombacha otra vez, me di la vuelta y comencé a poner la mesa para ambos. Mi papá no dejaba de mirarme en cada movimiento que hacía. Su cara de incredulidad era hermosa ya que estaba como desconcertado por la putita que su pequeña hija de 11 años tenía adentro y que él recién comenzaba a conocer.
Serví la comida mientras estábamos cenando salió una conversación que me esperaba.
– ¿Cómo fue que tu hermano comenzó a cogerte? La verdad no me di cuenta nunca de lo que pasaba. Trato de hacer memoria y recordar algo que me dé alguna señal de lo que pasaba y no la encuentro. Aunque sí vi que eran muy unidos y andaban para todos lados juntos, pero nunca me imaginé que podían estar cogiendo, menos desde hace tanto tiempo.
– Es que siempre fuimos muy cuidadosos y cogíamos cuando estábamos solos en casa. Vos pasas mucho tiempo trabajando, te vas super temprano y volvés tarde, así que en la semana tenemos después de la escuela como 6 horas para estar juntos solos en la casa. Y los fines de semana, los sábados tambien te vas temprano y volvés siempre después de las 3 de la tarde, así que tenemos mucho tiempo para aprovechar. Ni que hablar de las noches, ya que compartimos el cuarto, así que normalmente siempre dormimos juntos y cogemos todas las noches tambien.
– Bueno, eso de dormir juntos, se acabó. Desde hoy, tu cuarto es el mío y vas a dormir conmigo. Así que mañana quiero que cuando llegue a casa del trabajo, ya tengas todas tus cosas en nuestra habitación.
– Pero papá, yo siempre dormí con Sebas, y no quisiera dejar de dormir en mi habitación, porque tambien lo quiero a él, y no voy a dejar de coger con él.
– Eso lo vamos a arreglar luego Ani. Pero desde hoy, tu habitación es la mía, es nuestra habitación. El tema de tu hermano, lo vamos a arreglar luego. Ahora quiero que me cuentes como es que llegaste a coger con tu hermano, y quiero que me lo cuentes todo.
Mientras seguíamos comiendo comencé a contarle como es que comenzamos a coger con mi hermano (si no leyeron la historia, lean Mi vida en incesto – 1er Cap. Mi hermano Sebastián) tal cual lo expuse en mi primer relato. La cara de asombro y lujuria de mi papá era hermosa. Parecía que quería cogerme otra vez ahí nomas sobre la mesa, cosa que no me hubiera disgustado para nada.
Cuando terminé de contarle, ya habíamos terminado de cenar. Me levanté, y cuando me acerqué para agarrar su plato, pude ver que tenía su pija super parada debajo de su short y se la agarré con fuerza.
– Parece que te gustó escuchar cómo tu hijo se cogió a tu hijita cuando tenía 8 añitos. Creo que te hubiera gustado ser vos quien me coja por primera vez en lugar de Sebas, ¿no?
– Y… la verdad, ahora después de la tarde que pasamos… sí, me hubiera encantado ser quien te desvirgue tu conchita y tu colita. Pero bueno, no tuve esa oportunidad. Pero bueno, obviamente todo este tiempo que estuvieron cogiendo, aprendiste a hacerlo y aprendiste muy bien.
– Si, con sebas me encanta como me coge. Ojo, con vos obvio que tambien, me encanta como me cogiste hoy. Tenes una pija hermosa y super gruesa comparada con la de Sebas. La super sentí muy bien en mi conchita y mi culito.
Me di vuelta, me corrí la tanga mientras me agaché y abrí mi cola mostrándole el agujero de mi culito.
– Mira que abierto me lo dejaste. Sebas nunca me lo dejó así.
– Obvio que no, yo soy un hombre, no un niño.
– Bueno, ¿ves?, tambien tuve una primera vez con vos. Es la primera vez que me coje un hombre.
– Si… pero la verdad me pone celoso saber que no fui el primero que te cogió ni el que te enseñó todo lo que sabes y aprendiste en el sexo.
– Y bueno papi, hubieras ido a tocarme cuando tenía 8 años y me hubieras cogido antes que mi hermano.
– Nunca lo hubiera hecho Ani.
– Entonces disfrutemos de esto. Lo que aprendí y con quien o aprendí y como se dieron las cosas para que lo aprenda ya es pasado.
Me senté a sobre él mirándolo y lo besé metiendo mi lengua en su boca, mientras sus manos me agarraron de culo
– Ahora llévame a nuestra cama y cogeme. Cogeme como la putita de tu hija se merece, cogeme como si nuestras vidas dependieran de nuestros orgasmos. Haceme acabar y disfrutar y Demostrame que un hombre coge mejor que un niño. Si no lo hacés, lo voy a hacer yo, pero va a ser la última vez que me tocas.
Sin decir más nada me volvió a besar y cargándome, sosteniéndome de mis nalgas, mientras yo entrelazaba mis piernas por su cintura sintiendo su pija dura debajo de su short clavarse contra mi conchita cubierta por mii tanga, me llevó a nuestra habitación para que pasemos nuestra primera noche juntos.
Cuando entramos a la habitación, me reposó con cuidado sobre la cama sin dejar de besarme. Yo ya estaba super excitada y con mi vagina que no dejaba de chorrear flujo desde su interior. Me quitó la remera que traía puesta dejando mis tetitas al descubierto con mis pezones que estaban ya erectos de la calentura que tenía.
Mi papá siguió besándome hasta que comenzó nuevamente a recorrer con sus besos cada parte de mi cuerpo, recorriendo mi cuello y mis hombros hasta bajar y toparse con mi tetitas, engulléndolas y mordiendo mi pezones, haciendo que al contacto de sus dientes y lengua comience a retorcerme de placer, mientras con mi manos también quité su remera, dejando su torso desnudo, mientras él no dejaba de darme placer chupando mis pezones mientras que una de sus manos la metió dentro de mi tanga, llegando a mi conchita lampiña, apoderándose con sus dedos de mi clítoris y sintiendo el mar de flujos que era mi vagina, haciendo que gima aún más fuerte.
– Así papi, así, no pares, tocame, chúpame, mordeme… no pares por favor
– ¿Te gusta mi amor, te gusta como papi te toca, como te chupa tus tetitas?
– Si papi, no pares por favor
Mientras que a sus envestidas manuales en mi concha, mi cuerpo respondía subiendo mis caderas para que sus toques sean más fuertes.
Comenzó a bajar con su boca llegando a mi ombligo, besando mi pancita plana. Ya ambos sabíamos el destino de su boca. Sus manos tomaron el elástico de mi tanga y mientras yo levanté la cadera para facilitar el despojo de mi prenda, mi papá terminó por desnudarme, llegando con su lengua al tesoro que él quería y que yo deseaba que devore.
– Aaaaaaaaaaah si papi, si, si, si, así, así, chupame, chupame toda
Podía sentirme en la gloria del placer que me generaba su lengua experta jugando con mi botoncito de placer, recorriendo cada milímetro de mis labios vaginales llenos del flujo que no paraba de emanar del interior de mi útero, sabiendo que en pocos minutos estaría recibiendo nuevamente la verga de mi papi y que me llenaría mi conchita de sus espermatozoides en busca de un ovulo que fecundar.
El orgasmo era inevitable. El torrente de electricidad que recorría mi cuerpo se intensificó y se concentró en un único sitio, mi clítoris, que estaba siendo engullido por la boca de mi papi y quien no paraba de succionarlo.
– Aaaaaaaaaaah siiiii papiiiii, siiiiiiii, siiiiiii
Mientras una de mis manos agarraba del pelo de su cabeza obligándolo a permanecer con su boca entre mis piernas mientras mi otra mano apretaba con fuerza las sábanas de nuestro altar de amor.
Perdí la noción del tiempo que mi papá estuvo chupando mi conchita, pero cuando me hizo acabar, se posicionó entre mis piernas, poniéndolas sobre sus hombros para que, sin ayuda de su mano, su pija se posicione en la entrada que ya conocía desde la tarde de ese día. Y producto de la lubricación excesiva que tenía, de un solo empujón, su pija se abrió camino al interior de mi canal vaginal, sintiendo como la punta de su pene, mucho mas grande que el de mi hermano, presionaba el cuello de mi útero, llenando completamente mi vagina y comenzando con un mete y saca frenético y sin descanso.
– Mi amor, como me aprieta tu conchita, se nota que nunca te cogieron con una pija grande
– No papi, nunca. La pija de Seba no es tan grande como la tuya. No estoy acostumbrada a algo tan grande
– Ahora vas a acostumbrarte mi amor
Mi amor, esas palabras no sé por que me generaban tanto dentro de mi ser. Como me había pasado con mi hermano, escucharlas me doblegaban, haciendo que me entregue no sólo en cuerpo, sino que hacían nacer un sentimiento de amor en mí para quien me las dedicaba.
Era increíble como nuestros cuerpos desnudos, transpirados, se acoplaban y mantenían un sincronismo en los movimientos que hacíamos para que la penetración de la pija de mi papá en mi vagina se produjera de la forma que en la que estaba dando, generándonos oleadas y oleadas de placer extremo.
Pero algo estaba cambiando en a forma en que estábamos cogiendo. Ya no era con la brusquedad de los primeros instantes ni como me había cogido en la tarde, sino que estaba sintiendo que lo hacía con mas delicadeza, con mucho entusiasmo pero delicadamente. Podía sentirlo en sus besos, en la forma en que nuestras lengas jugaban en nuestras bocas, en las caricas que nos dábamos mientras sentía como esa pija entraba y salía de mi interior.
– Te amo hija, te amo desde siempre. Pero ahora este amor es mucho mas grande mi amor
– Tambien te amo papi. Amo ser tuya, amo como me coges, como siento que me estas haciendo el amor, como me haces disfrutar, como haces que disfrute.
Y realmente comencé a sentir que estábamos haciendo el amor. No era sólo coger, cómo hasta esa tarde lo hacía desde hacia ya 3 años. En ese momento realmente sentía que me estaba haciendo el amor, por primera vez.
Mi papá salió de adentro mío y me hizo ponerme en 4, volviendo a penetrarme y sintiendo mucho mas profunda la penetración. Estaba sintiendo como su pija chocaba con cada embestida contra el cuello de mi útero, mientras sus bolas sonaban plaf, plaf, plaf, plaf al chocar contra los labios de mi vagina.
– Papi, siento que llegás muy muy dentro mío. Me encanta. Nunca sentí algo así…
– Tampoco mi amor nunca sentí algo así como con vos hijita. Tu conchita es muy chiquita, me aprieta mucho la pija, me encanta. Con ninguna mujer sentí esto. Ya quiero acabar.
Me corrí separándome de él.
– Acostate papi, quiero estar arriba tuyo.
Y montándome sobre mi papá, ni siquiera hizo falta que agarre su pija para guiarla a mi conchita, simplemente me senté y, como sabiendo nuestros sexos que hacer y cómo, nuevamente me sentí clavada hasta lo mas profundo de mi alma por la verga de mi papito, comenzando a mover mis caderas como una odalisca, sintiendo como mi vagina abrazaba literalmente esa carne dura, mientras mis flujos seguían bañando y haciendo que el pene de mi papá se moviera de forma increíble, y presionando mi punto G, sintiendo nuevamente como mi orgasmo estaba por desatarse una vez más.
Mi para me llevó él, apoderándose una vez mas de mis tetitas con su boca, chupándolas con delicadeza mientras sus caderas se impulsaban hacia arriba y las mías empujaban hacia abajo.
– Mi amor voy a acabar, no aguanto más, necesito llenarte de mí lechita…
– Ya casi acabo papi, aguantá un poquito más, por favor, haceme acabar papi…
Nuestros jadeos y gemidos, sumados a nuestra respiración que estaba como si estuviéramos corriendo una maratón de 42 km, hacían un concierto de goce, donde el olor a transpiración a sexo, a flujo de mi vagina, todos mezclados, generaban una atmósfera de placer que motivaba nuestros sentidos a concentrarse en cada sensación que nuestros cuerpos experimentaban.
Y acelerando los movimientos con mis caderas, volví a sentir como mi cuerpo convulsionaba sobre el de mi papá, mientras sentí como su semen caliente invadía mi conchita llenándola, potenciando al infinito el placer que me generaba el orgasmo que se desató en mi cuerpo, haciendo que mi cuerpo, luego de esa explosión de placer, se desplome sobre el de mi papa, abrazándonos, sintiendo nuestros cuerpos transpirados ya agitados.
– Ani, nunca sentí esto con nadie. Nunca hice el amor así como lo hice con vos. Te amo.
– Ni yo papi. Con Sebas cogimos muchas veces, pero nunca sentí esto que me hiciste sentir recién. Y si bien él fue quien me desvirgó, vos fuiste el primer en hacerme sentir que estábamos haciendo el amor. Así que en algún modo, vos tambien fuiste el primero para mí. Te amo papi.
Y volvimos a abrazarnos mientras sentía como su pija iba perdiendo rigidez y como mi conchita despedía algo de ese semen calentito de adentro mío.
Me corrí de encima de mi papá y fui directo a chupar su pija y tragar la lechita que había salido de adentro mío, pasando mi lengua y juntando esa lechita, porque desde ese momento, la lechita de mi papá siempre la quería dentro mío, ya sea en mi vagina, mi cola o mi boca, pero siempre dentro mío.
Mi lengua recorrió la verga de mi papá, dejándola completamente limpia, degustando ese manjar blanco que nunca mas iba a dejar de ser parte de mi dieta, como había hecho con mi hermano años atrás.
Nos levantamos y fuimos a bañarnos. Nuevamente enjabonándonos mutuamente, y volvimos a la habitación. Tuvimos que cambiar las sábanas porque estaban completamente mojadas de la transpiración de ambos y ya con la cama nuevamente armada, nos quedamos dormidos desnudos, abrazándonos.
A medianoche me desperté mientras mi papá me estaba chupando mi conchita, volviendo a cogerme una vez más, quedándonos otra vez dormidos.
Por la mañana temprano, sentí que mi papá me dio un beso en los labios para despedirse porque se tenía que ir a trabajar.
– Te amo papi.
– Te amo hija. Voy a estar contando las horas para volver y demostrarte como te amo.
– Lo sé papi. Ya quiero que llegues.
Tenía un semblante distinto. Su sonrisa estaba dibujada en su cara. Se lo veía feliz, rejuvenecido. Tenía un papá hermoso y era sólo mío.
Y así pasamos nuestro primera tarde y noche juntos con mi papá. Espero les haya gustado. Espero sus comentarios.
Hasta el próximo capítulo.
Espero con ansias el siguiente capítulo, me dejo con intriga, que paso cuán su hermano regreso?
Hola, gracias por el comentario. Estoy escribiendo ese capítulo. Espero terminarlo pronto. Un placer que te haya gustado mi relato. Saludos!
Cuanto morbo en tus relatos. Que hija tan adelantada y que padre tan amoroso. Vaya, quién no lo sería.
Esperamos muchos relatos más.
Enhorabuena
Gracias por el comentario. La verdad es que me genera muchísimo morbo poder contarles como fue mi vida desde niña hasta ahora rodeada del incesto. Espero poder publicar pronto el siguiente capítulo. Saludos!