Mi vida normal – Capitulo 2. Encuentro de secretos
El tiempo pasa rápido y mi pequeña hija esperaba ansiosa nuestro segundo encuentro, donde nuestro secreto alcanzaría un nuevo nivel y yo obtendría lo que estaba buscando. .
Habían pasado casi más de un año, mi hija cumpliría sus 10 años dentro de unos meses, aquella noche se veía muy lejana. Mi relación con la niña parecía una relación normal entre padre e hija hablábamos mucho más, sus besos y caricias se volvieron más intensos y constantes, descubrí detalles de su personalidad que antes ignoraba, era muy planificada en su vida, lo cual se lo debe a mi esposa que es muy estricta con ella y con su hermano en ese aspecto, me sorprendió calculadora que en un punto pensé que podía llegar a manipularme en un futuro, no puedo negar que eso me asusto un poco.
En cierto modo yo me volví el centro de su vida, no se despegaba de mi en ningún momento, buscaba la forma de estar encima de mí y sus ojos brillaban cada vez que expresaba mi amor por ella. Por esta razón se volvió muy celosa con cualquier mujer que se me acercara demasiado, es especial con mi esposa, se molestaba con ella cada vez que la besaba o la acariciaba, pero podíamos lidiar con ella.
No recuerdo bien el día exacto, fue unas semanas después del cumpleaños número de 10 de mi hija, fue un día especial para mi esposa, ese día estuve en casa libre de trabajo, me encargué de algunas reparaciones de la casa y de ir por los niños a la escuela. No paso mucho tiempo cuando veo el auto de mi esposa por el camino, yo había terminado mis cosas y estaba en el jardín, mi mujer al llegar se bajó corriendo a mis brazos y se lanzó sobre mí, caímos sobre el pasto y comenzó a besarme apasionadamente, le correspondí los besos, hasta que se calmo un momento, le pregunte que sucedía y me explico que había cerrado un gran negocio con su empresa y por eso tendría un gran empuje comercial, como ella es la propietaria y ha trabajado durante años en esto, me alegre muchísimo, era algo que beneficiaba a toda la familia, la gire de manera que yo quede sobre ella, la bese por su cara, cuello y labios muy animado hasta casi quedarme sin labios, luego de eso nos miramos, nos reímos y abrazamos tumbados sobre pasto, nos quedamos así durante un tiempo mirando las nubes y conversando, decidimos salir a celebrar esa noche solos y el fin de semana salir junto a los niños, así que hice unas llamadas y conseguí una reservación en un excelente restaurante, le dije que se pusiera su mejor vestido, yo me arregle rápidamente y salimos. Dejamos a los niños en casa y su abuela se quedo de niñera, por lo que esa noche la pasamos fuera, fue una de las mejores noches de mi vida, y creo que para mi mujer también, pasaron muchas cosas que no cabe mencionar en esta ocasión.
Durante la tarde del día siguiente mi hija llego de la escuela, pero no me saludo ni me miro, fue directo a su cuarto y se encerró, solo salió obligada por su madre a comer, le pregunte a su hermano si sabia algo de su hermana, no me dijo nada muy importante, pero pronto recordó que desde ayer que no paraba de llorar desde que llego mamá, puede imaginar lo que pasaba, sus celos colapsaron al verme tan amoroso con mi mujer y no prestarle atención a ella.
Me propuse hablar con ella para no arruinar la salida del fin de semana, no me respondió a la puerta durante la tarde, eso me molesto un poco, comente con mí que lo intentaría otra vez durante la noche, estuvo de acuerdo aunque estaba muy molesta con la niña.
Al llegar la noche esperé que mi esposa se durmiera y fui a la habitación de mi niña. Los niños tienen prohibido dormir con seguro en sus puertas, aun así yo tengo copias de todas las puertas de la casa escondidas de las que nadie sabe. Al acercarme al cuarto de mi hija pude ver que la puerta de mi hijo estaba un poco abierta, él estaba viendo televisión, me asegure que estuviera viendo algo adecuado para su edad, al ver que estaba había puesto una película animada continúe mi camino. Tenía la puerta cerrada, pero sin seguro, toqué suavemente la puerta y la abrí lentamente
– ¿Quién es? No quiero hablar mami- dijo con la voz un poco cortada.
– Está bien, solo escucha- Le dije con voz calmada para tranquilizarla. No hubo respuesta, solo se giro y me dio la espalda.
Avance hacia su cama y me senté en el borde, comencé por decirle que me preocupaba que estuviera así, que peleara con su madre y que no me hablara, ella no dijo nada, le trate de explicar la situación lo mejor que pude diciéndole que no estaba molesto, fue inútil, al terminar de hablar solo escuche un sollozo como respuesta.
Me acerque y le acaricie la espalda preguntándole que era lo que sucedia, su sollozo pronto se convirtió en un llanto más claro, se dio vuelta, por la luz de noche de su habitación pude ver sus ojos llenos de lágrimas pidiéndome explicaciones
– ¿Por qué? – preguntó con la voz quebrada – ¿Por qué quieres más a mi mamá que a mí? – la imagen me dejo paralizado y con el corazón roto, no sabia que responder, antes de poder pensar en que responder se lanzo contra mi y me abrazo dejando su cabeza en mi pecho
– Yo soy mejor que mamá y te quiero mucho más, puedo hacerte más feliz – seguía llorando, mi reacción solo fue abrazarla.
¿Cómo le explicas a tu hija de 9 años que lo que hiciste está mal?
-Yo te amo más que a nadie bebé- le dije.
– ¿Entonces por qué no me has besado en todos estos años? – dijo aun llorando.
Se refería a aquella noche, aun lo recordaba y no le había dicho a nadie. Guarde silencio un momento, había esperado esto todo este tiempo, solo buscaba el momento ideal para volver a encontrarme con mi hija, desde esa noche mis pensamientos hacia mi hija habían cambiado, en cada una de mis fantasías la protagonista era mi hija. Elimine mi pena y mi mente perversa se dispuso a tomar esta oportunidad para convertir lentamente a mi hija en la niña que cumpliría mis más oscuras fantasías.
– ¿No le has dicho a nadie nuestro secreto verdad? –
– No… nunca… a nadie…- lloraba mientras hablaba.
– Lamento hacerte pasar por esto, pero tenía que ver que eras capaz de mantener el secreto – me miro un poco incrédula.
– Yo soy buena guardando secretos – me dijo con convicción.
– Lo sé, ahora te creo – Le dije con una sonrisa – Si me prometes que guardaras el secreto para siempre…-
– Para siempre siempre, nunca diré nada a nadie – me interrumpió entusiasmada y secándose las lágrimas.
– ¿Entonces tú quieres que repitamos lo de la otra noche? – pregunté.
– Siii, quiero hacer muchas veces – sentía como mi cara esbozaba una sonrisa victoriosa y perversa. Que golosa pensé en mi mente.
Le explique no podíamos hacerlo todas las noches, pero que podíamos empezar de poco a poco, mantener los besos en secreto de su madre y hermano, aprovechar las noches que mamá estuviera muy cansada o en las que saliera, lo entendió muy rápido, podía ver la ilusión y ansiedad en sus ojos, le dije que jamás le dijera a nadie, le hice entender que para que su madre sospechara de nuestro secreto debía llevarse bien con ella y no pelear y mucho menos besarme cuando ella estuviera viendo, sin querer se me escapo decirle que ahora era mi novia secreta de la que nadie podía saber.
– ¿Papá ahora somos novios? – noté mucha ansiedad y emoción en su pregunta, ahí recién me di cuenta lo que le había dicho.
– Si, eres mi novia secreta, pero si le dices a alguien nos van a separar para siempre- le dije sin poder retractarme al ver su carita.
–Nos vamos a casar cuando se grande? – otra pregunta que me comprometía.
-Si- Le respondí sin dudas.
Mi respuesta la lleno de felicidad su carita, me tomo por el cuello y me abrazo con fuerza besando mis mejillas, no me dejaba respirar, me miro a los ojos y dijo que me amaba con todo su corazón, yo estaba en las nubes, la tome por sus piernas y la tome sobre mis brazos, gire un par de veces antes de detenerme y dejarme caer sobre su cama con ella sobre mi pecho, puse las manos detrás de mi cabeza y ella sin perder tiempo comenzó a besarme las mejillas.
Bajo a mi cuello lentamente, esta vez sus besos eran mejores, pero aún me causaban más cosquillas que placer, noté que se estaba esforzando más de lo normal y que cada cierto tiempo miraba la expresión de mi cara, entendí que esta buscando hacerme gemir, eso quise creer, entonces fingí pequeñas respiraciones intensas en las que dejaba escapar un gemido cuando estaba en las zonas en las que más me gustaban, sorprendentemente más de una de sus caricias si me causaba gemidos reales, yo solo me centre en disfrutar.
Paro repentinamente, se centro sobre mi vientre con una pierna a cada lado, la mire, sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas, sus manos en mi pecho estaban ardiendo y no deja de menarse de un lado a otro inquieta.
-Ahora te toca a ti- con esas palabras yo ya no podría controlar.
Antes de poder moverme, ella se colocó mi lado, abriendo sus piernas nos colocó en la misma noche que nuestro primer encuentro, tomo mi cabeza con sus brazos y llevo mis labios a sus mejillas, yo comencé con la misma rutina, vi que quería comenzar a mover sus caderas pero espero que llevara mis manos hacia ellas para comenzar a menearlas casi por si solas, no tardó mucho en comenzar a agitarse, ella misma se subió su pijama para que besara su pecho, podía ver que lo esperaba, accedí, era muy sensible. Como ya había experimentado con su cuerpo, identifique fácilmente las zonas que la hacían sentir mejor y centre mi atención en esas zonas para que le gustara aún más, me separo un momento y me miro a los ojos.
– Ves todo lo que tengo que hacer para esto- dijo entre gemidos y con una pequeña sonrisa mientras movía sus caderas contra mi muslo.
¿Lo planeo todo? ¿Mi hija me manipulo para que esto pasara? No podía entender nada, jamás pensé que una niña de 10 años planeara esto, no podía dejar de pensar en lo que había pasado durante estos días, su berrinche, sus llantos, las peleas mi mente estaba abrumada tratando de buscar señales de que me había manipulado…
Tenía que demostrar que yo era el que controlaba esto, me detuve un segundo
- ¿Crees que esto fue idea tuya? – le dije mientras ella me miraba con confianza.
Antes de que pudiera decir algo la puse boca arriba, solo necesite una de mis manos para atrapar sus ambas manos y llevarlas sobre su cabeza, con la otra me ayude para quitarle la polera de su pijama y volverla a atrapar, la inmovilice
– Eres mi hija, harás lo que te diga – de dije con voz firme y mirándola a los ojos como cuando la regañaba, asintió un poco asustada, pero sus mejillas estaban mucho mas ruborizadas y su cuerpo más caliente. – Abre las piernas- le dije, acepto y se quedó esperando.
Mire a mi hija, tenía las piernas abiertas, su cara totalmente roja, su respiración agitada y su cálido torso desnudo esperando a su que su padre la besara. Durante un momento mi mente recobro la cordura y a pensar razonablemente. “Que carajos”, me dije a mi mismo antes de recuperar la cordura completamente, “Si vamos a hacer esto hagámoslo bien”. Ahora soy su padre y su novio así que no hay problemas, pensé justificándome.
-Esto solo lo debes hacer conmigo- la amenace, asintió un poco asustada.
Me acerque para darle un beso, no sabría como dar uno así que le tome el mentón y abrí un poco su boca, ella cerro los ojos y espero, disfrute de la vista un segundo y le di su primer beso, fue un poco difícil, ella no tenía ni idea de que hacer, pero me las arregle para que fuera un buen beso para ambos, fue fácil saber que le gusto, comencé a bajar mi mano por su cuerpo, mientras apoyaba mis piernas sobre las mías para que no las pudiera cerrar. Su cuerpo reaccionaba excelente al toque de mis dedos, lo que me calentaba aún más, tuve una de las erecciones más grandes en la vida.
Mi mano llego a su entrepierna, estaba ardiendo un poco, bueno no era de extrañar después de todo lo que le estaba haciendo, por encima de su pijama toque su entre pierna, sabía cómo era, era mi hija, conocía prácticamente cada centímetro de su piel, comencé sueva y lento, aumentando la velocidad, para variar bese su cuello con pasión y su pecho, pero al notar sus fuertes respiraciones y sus gemidos un poco torpes volví a su boca para silenciar un poco el ruido.
Sus gemidos se ahogaban en mi boca, no duro mucho tiempo, pronto se retorcía fuertemente, se separó de mi boca mientras trataba de decirme algo, no entendía por sus pequeños gemidos, vi su cuerpo entero y sabia que ella ya no podía más, le di el último empujón besándola y tocándola con más intensidad, no sé qué habrá sentido, ¿un orgasmo tal vez? No tenía claro si ella lo podía alcanzar con tan poca edad, su reacción fue la que espere, su respiración se cortó por unos segundos, su pequeño cuerpo no sabía cómo reaccionar, arque un poco su espalda y sentía que sus uñas se clavaban en mi espalda y sus pies se retorcían en las sábanas. Me detuve lentamente, besando cada parte de su cuerpo, ella recobro un poco su respiración mientras yo la veía con una sonrisa, sus ojos buscaron los míos, en los cuales pude ver que ya era mía, que nadie en la vida me la arrebataría de mis brazos.
Nos acostamos uno frente al otro ella no dejaba de mirarme a los ojos, ya era tarde había pasado demasiado tiempo, le puse su pijama y me dispuse a irme, ella me tomo de la mano pidiéndome que no me fuera, le explique que tenía que hacerlo, ella comprendió, pude saber que estaba satisfecha ya que tenía la misma expresión que mi mujer después de darle una cogida que la hacia ver las nubes, se me acerco y me dijo que me amaba, luego me pido el ultimo beso de la noche, le di uno de mis besos más románticos y me fui, antes de cerrar la puerta me gire y la vi, se veía como la niña más feliz del mundo, en cierto modo me sentí orgulloso de ver a mi hija derritiéndose en su cama por mi culpa, cierro la puerta y me voy.
Antes de ir a mi cama, aún muy caliente, pensé en pasar al baño masturbarme, pero decidí coger a mi mujer, llegué a mi cama, desperté a mi mujer y le di quizás una de las mejores cogidas en años, pero en mi mente solo existía la imagen de mi hija, viendo en la cara de mi mujer la hermosa carita que mi hija, escuchando es sus gemidos en la boca de mi esposa y viendo esos ojitos que se entregaron a mi esa noche.
Esa noche dormí como un campeón, había conseguido lo que quería, mi hija ya era mía, completamente mía, la tenia bailando en la palma de mi mano. O eso pensaba.
Nota del autor:
No estaba seguro de publicar un segundo relato, pero viendo que el primero tuvo un «aceptable» recibimiento me propuse publicar una continuación , espero que dejen sus comentarios y valoren mi relato, esto me serviría de referencia para seguir publicando más capítulos de esta historia o darle un final pronto. Muchas Gracias por leer.
Super.rico el relato, yo soy partidario de.lo que haces siempre que no sea obligado. La.mejor educación sexual siempre va a ser por parte de.los padres.
Hola!!! Me encanto la historia, es muy buena, 10/10 , no sólo esta bien escrito si no que está deliciosamente bien escrito.
Me muero por ver más de la pequeña pervertida de papá, ¿también podrías incluir gradualmente al hijo? Que sea de esos femeninos que necesitan una buena cogida desde peques.
Hasta el personaje de la esposa es deliciosa. Espero ver el culito de el hijo y la hija abiertos llenos de senen muy pronto!! (Con eso me refiero a más capítulos con forme progrese la historia, yo veo esta historia como para unos 10 mínimo)
Gracias por los relatos máster, espero la continuación.
Hermosa historia yo inicie a mis hijas desde que cambiaba sus pañales hasta sus 12 años las disfrute.. sin obligación ellas solas lo pedían.. a esa edad ya no quisieron seguir y lo acepte . Pero siempre encontré una nena para jugar.. espero la tercera parte
Muy excitantes y con morbo, espero la continuación.
Den continuación a esta historia!