Mila 5
Cómo es vivir con 3 hombres que te tratan como princesa y que también son tus amantes..
Realmente mi vida era como el de cualquiera chica. Con el tiempo el sexo fue disminuyendo a causes normales. Seguramente porque todos estudiábamos el tiempo era escaso. No digo que no había, había pero controlado.
A los 15 ingresé a la enseñanza media. Ahora estaba con Jaime en el colegio solamente. Miguel estaba en segundo año en la universidad y omar estaba preparando su tesis de título.
Cuando me gradué de la básica también cumplía mis 15 años. De manera que tuve dos fiestas, la de graduación y la de mi cumpleaños.
Ari me compró un vestido blanco, bueno, yo lo escogí, me probé varios, me gustó uno negro, era muy elegante. Ari me dijo que no, que era para otra ocasión. Entonces escogí el blanco, yo me cambiaba en un vestidor delante de él, para que viera como me quedaba. A la chica que atendía le quedó claro que era su hija, yo le decía papá y el me decía hija. No sé qué pensaría de ver que me quedaba en calzones delate de mi papá, y que además me tapaban sólo lo justo, por delante porque por detrás sólo es un hilo entre mis nalgas. Era muy fino, suave, el busto lo cubrían unos pliegues tipo tablillas, que en realidad se notaban mis pezones, además de que algo se traslucia. Para abajo también era tablillas, sólo que era suelto, casi a la rodilla, abierto al medio por lo que se me veían las piernas al caminar.
– No lo encuentras muy sexy? – me preguntó.
– Me encanta – estaba acostumbrada a andar casi desnuda en la casa y a salir con faldas muy cortas y blusas sin sostenes.
Fuimos a comer a un restaurante muy elegante, parecía una princesa rodeada de hombres. Sentada los lados del vestido caían hacia los lado dejando ver mis piernas en su totalidad. Me di cuenta cuando nos recibieron y nos llevaron a un hall con sillones donde nos sentamos a esperar que la mesa estuviera lista. Nos trajeron unos aperitivos y ahí me di cuenta de los sexi que era el vestido.
– Se te ven los calzones- me dijo al oído Miguel que se había sentado frente a mi.
– Eso te molesta? – le pregunté.
– No, para nada, te ves encantadora –
En menos de 10 minutos pasamos a la mesa, una mesa hermosa, de mantel largo lo que me permitía sentirme tranquila con mis piernas y mis calzones. Después de la cena llegaron los mozos con una torta, hicieron dos filas, deben haber sido como 12 o más y me cantaron el cumpleaños feliz. Todo el restaurante aplaudió y me sentí muy emocionada. Esa misma noche Omar me dijo que se había comprado un departamento. Lo felicité y dijo que quería mostrárselo. Al día siguiente fuimos a verlo.
Era grande hermoso, amplio y con terraza.
– No he comprado los muebles porque quiero que tú los elijas –
– Yo? – le pregunté.
– Si, no quieres casarte conmigo? –
– Me estás pidiendo matrimonio? –
– Si, cásate conmigo – poniendo una rodilla en la alfombra.
– Me encantaría, pero somos hermanos y los hermanos no pueden casarse –
– Tu sabes que no somos hermanos, ni siquiera somos primos, no tenemos ningún lazo sanguíneo –
– Me encantaría, pero legalmente somos hermanos – dije.
– Además de que va a pasar con Miguel y Jaime? – continué.
– Qué pasa con ellos? –
– También van a querer casarse conmigo, me lo han dicho siempre –
– Bueno, no tengo problema con que sigas cogiendo con ellos, pero me gustaría tener muchos hijos contigo –
– No vas a saber si son tuyos o de ellos. Eso no te importa? –
– No, no me importa –
– Entonces vamos a vivir los cuatro juntos? – se quedó pensando.
– Porque si es por eso no necesitamos casarnos –
– Si, pero los niños, cómo los vamos a legalizar –
– No sé, piénsalo tú –
Como no habían muebles estábamos acostados en la alfombra. Allí mismo hicimos el amor.
No voy a describir todo lo que hicimos porque es lo mismo de siempre. Lo más divertido fue que nos duchamos y no teníamos toallas ni nada con que sacarnos. Nos sacamos las gotas de agua con las manos y después caminamos desnudos por departamento. Hasta salímos a la terraza desnudos.
Esa misma noche hicimos una reunión familiar con mis otro dos hermanos. Les contamos lo que Omar quería y el problema que presentaba.
– A mi no me interesa casarme, sólo que vivamos juntos, como siempre – dijo Miguel.
– Yo pienso lo mismo- djo Jaime, porqué no lo conversamos con los papás – les dije.
Nos reunimos los 6 y hablamos del tema.
– No sé si el que nosotros no divociemos soluciona el problema, no veo porqué no podemos seguir viviendo todos juntos. Compramos una parcela grande con muchas habitaciones, para nosotros y los niños – dijo Ari.
– Si, yo estoy de acuerdo con eso. Además para qué divorciarnos, podemos inscribir los niños como hijos nuestros, del matrimonio. Hasta yo tendría algunos – dijo mi mamá.todos de acuerdo.
A los dos meses estábamos viviendo en la parcela. Como yo no quería tener hijos todavía, mi mamá se embarazó para sentar un precedente en la clínica. Al año siguiente tuvo su segundo hijo, de quién, no era importante.
– Todos son hijos míos – dijo Ari que ya rondaba los 60.
Las dos mujeres cogiamos con los cuatro hombres. Por lo general se turnaban, aunque aveces yo cogia con dos y mi mamá con los otros dos.
Ariel, que en realidad así se llamaba, me cogia como un chico de 20. Por lo general cuando cogia con él me dejaban sola, igual cuando cogia con mi mamá. El problema era que yo cogia con los tres, una y otra vez. Muchos orgasmos, muchos muchos, uno tras otro, vaginales y anales, aveces al mismo tiempo.
– Ari, ten cuidado con tu corazón – le decía mi mamá cuando nos veía coger.
Yo seguía tomando anticonceptivos. Después quedé embarazada yo. Mi mamá lo inscribió como hijo de ella, del matrimonio. En la clínica no se hicieron ningún problema por lo que mis hijos pasaron a ser mis hermanas y hermanos.
El último hijo de » mi » mamá lo tuvo a los 40.
La casa se llenó de niños, a mi mamá le decían mamá. Ella dejó de trabajar para cuidar a los niños y yo ocupé el puesto de ella en la empresa. Ari iba de vez en cuando a darse una vuelta por la empresa. Nosotros cuatro trabajamos en ella y la empresa creía año con año.
La piscina en verano, nos bañabamos todos, los 6 adultos y los 6 niños. Todos desnudos, nada teníamos que ocultar. Salvo cuando hacíamos el amor. Y cuando preguntaban entonces les respondiamos según la edad.
Cuando mi hermana cumplió los 12 años, incluso antes, mi mamá le compró anticonceptivas, de los 8 que estaba cogiendo con su hermano.
Tuve mucho sexo en mi vida y lo sigo teniendo. Somos una gran familia, Ari falleció de un infarto. No estábamos cogiendo, fue después de éso. Mi mamá hizo el amor hasta los 55 después dijo que ya no quería más. Después de que falleció Ari, no quiso dormir sola, de manera que siempre dormía con uno de mis hermanos y yo con dos, mis dos maridos que en realidad eran tres.
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