Mirko, el hombre lobo
Una joven de 15 años conocerá a un joven con un inquietante y morboso secreto .
Michelle, era una joven que había llegado de Europa a una ciudad pequeña de América, cubierta todavía por bosques vírgenes y alejada de las grandes ciudades siguiendo a su padre, quien había conseguido un trabajo bastante redituable. Michelle tenía quince años cuando se dió este cambio en su vida, ya a esa edad mostraba un cuerpo ardiente y esbelto, metro sesenta y cinco, piel blanca, unos senos firmes de buen tamaño, que hacían juego con unas piernas y un culo que cualquier mujer envidiaria.
Así, nada más llegar a su nuevo colegio despertó pasiones y deseos en todos los jóvenes que la veían, cómo también envidia en sus compañeras. Todas esas miradas le hacían sentir incomoda y deseada, ella sabía que era una belleza y como cualquier adolescente estaba caliente, fue cuestión de tiempo para que Michelle fijará su mirada en Mirko, un chico de dieciocho años, que se encontraba en el último año de colegio. Mirko era todo un semental, moreno metro ochenta, pelo negro rizado, ojos penetrantes, con una complexión fibrosa que cautivó a Michelle desde que lo miro.
Su primer encuentro de miradas sucedió cuando llegó el primer día a clases, Michelle buscaba su salón de clases, preguntando a los chicas del colegio, pero las envidiosas respondían mal, así que Mirko, quien escucho a Michelle pedir indicaciones se acercó a ella, y con una voz varonil que estremecía a quienes la escuchaban le dijo a Michelle:
–buenas, compañera, eres nueva por aquí al parecer, yo te puedo llevar a tu salón de clases–
Michelle, frente a semejante macho se había mojado y dijo con una dulzura cautivadora:
–Muchas gracias, eres mi caballero andante, me has salvado de todas estas brujas–
Mirko se hecho a reír, y le pregunto a Michelle:
–¿y cómo te llamas bonita?–
A lo que la joven respondió:
–Michelle, jaja guapo–
En unas pocas palabras ambos habían dado a conocer sus sentimientos, los jovenes se comían con la mirada y sus sentimientos salían a flor de piel. Mirko llevo a Michelle a su salón y se despidió, el resto del día fue normal.
Había llegado la hora de salida, era ya el atardecer, Michelle salió corriendo del salón del colegio y recorría un sendero oscuro con muchos árboles, no podía dejar de pensar en su macho, quería verlo ya. De repente una joven del último curso, Fernanda, grande y robusta, con el rostro similar a una piedra salió a encontrarse de frente con Michelle, y con tono amenazante le dijo:
–tu, la chica nueva–
Michelle quien se había chocado con aquel monstruo preguntó:
–¿Quien, yo?
A lo que esa montaña de carne dijo:
–si, tu pequeña bastarda, te voy a enseñar cómo funcionan las cosas en esta escuela, y lo primero que tienes que saber es que Mirko es mi novio y te prohíbo acercarte a el–
Michelle, quien no se dejaba amedrentar respondió con Valentia y arrojo:
–mira, bestia, déjame en paz si no quieres que te rompa la cara, nadie me amenaza y ni siquiera se quién es ese tal Mirko–
La atroz masa de carne seguida por su séquito de clones maltrechos ante la respuesta de Michelle la agarraron de los brazos, su fuerza era admirable y a pesar de que Michelle era buena atleta no podía competir con la fuerza de esas bestias. Fernanda la bestia mayor saco un estilete de su mochila y dijo:
–eres una gata agresiva, pero yo tengo la solución para eso–
Mientras aquellas cosas que poco se parecían a una mujer agarraban a Michelle, Fernanda abrió la camisa de Michelle, dejando ver firme seno de Michelle , y con la afilada hoja rasgó su blanca piel dejando correr la sangre, Michelle estaba aterrada, pero su fuerza y su orgullo no le permitía gritar mientras la monstruosidad dijo:
–estas bastante orgullosa de tus tetas perra, pero yo voy a corregirte–
Fernanda estaba a punto de realizar otro corte en Michelle, pero de repente un fuerte brazo moreno salió cogió con fuerza la mano que sostenía la cuchilla. Mirko había llegado justo a tiempo y con su varonil voz dijo:
–deja a la chica nueva en paz–
Sorprendidas y asustadas las seguidoras de Fernanda dejaron libre a Michelle y fueron a esconderse tras su líder. Ante la irrupción de Mirko Fernanda dijo:
–Mirko, mi amor, que haces aqui–
Furiosos pero firmé y elegante Mirko respondio:
–te he dicho mil veces que no soy tu novio, jamás tendría como pareja a alguien que es un monstruo por dentro y por fuera, ahora vete antes que llame a las autoridades para que te arresten, porque esto es un crímen–
Ante la respuesta Fernanda y su compañía se fueron corriendo, dejando solos a Mirko y Michelle.
Una vez que se fueron Mirko volteo a ver a Michelle, quien cubría su seno ensangrentado,y Mirko dijo:
–¿Estas bien?, no es la primera vez que esa perra amenaza a alguien, pero está vez fue demasiado lejos–
Michelle llorosa por la situación que había terminado de pasar dijo:
–fue aterrador, gracias por salvarme–
Mirko acariaba la cabeza de Michelle mientras la revisaba, y se percató de su herida sangrante y preocupado dijo:
–estas herida, y es un corte grande, vamos a mi casa, está cerca de aquí–
La noche había caído sobre la pequeña ciudad, y Mirko llegaba a su casa junto a Michelle, era una casa pequeña y simple pero acogedora, una vez dentro sentó a Michelle en su cama, y le dijo:
–espeta aquí, traeré algo para atenderte–
Salió así del cuarto para después regresar con insumos médicos para tratar la herida de Michelle, y le dijo:
–quitate la camisa–
Michelle pregunto bastante sorprendida y algo furiosa:
–¿que? No llevo nada debajo–
A lo que Mirko serio respondió
–ups, perdón, es incómodo pero estás sangrando bastante, necesito tratar esa herida–
Michelle se fijó en su camisa y vio que efectivamente estaba manchada de sangre, entonces se quitó la camisa dejando ver su herido pecho, Mirko quedó absorto ante aquellos hermosos y juveniles senos, pero pudo contenerse y trató con agua oxigenada la herida, que había dejado de sangrar, lo cual sorprendió a Mirko quien dijo:
–tu herida sanó mucho más rápido de lo que yo me imaginaba–
Esto sorprendío a Michelle,mientras Mirko tocó con su mano la parte superior del seno de Michelle, Michelle se sentía algo incómoda con la situación pero también estaba caliente, quería que Mirko la tocase. Mirko después de tocar dijo:
–eres más caliente de lo que había pensado–
Michelle se sonrojó, y preguntó inocentemente:
–¿mas caliente?–
A lo que Mirko respondio:
–Otras chicas no son tan cálidas–
Y Michelle pregunto:
–¿has tocado a muchas chicas antes?–
Mirko intentó evadir la pregunta diciendo:
–ja, no a muchas, lo siento no debí–
Michelle interrumpio a Mirko besándolo, en ese momento las palabras sobraban, lo único que importaba era el lenguaje del amor.
Mirko se quitó su camisa dejando ver su fornido y fibroso cuerpo, besaba a Michelle con fuerza, pronto la ropa de ambos se encontraba en el piso, Mirko se paró frente a Michelle, su erección era potente, su miembro fácilmente llegaba a los veinte centímetros, Michelle tenía su vagina húmeda, deseaba ese miembro dentro de ella, pero tenía que saborearlo primero, se agachó y empezó a lamerlo de arriba a abajo, de atrás a adelante, Mirko disfrutaba de aquel momento, cogió la cabeza de Michelle mientras está lamía su miembro, le acariciaba su cabello, ambos gozaban del momento, hasta llegar al climax, Mirko expulsó su semen, Michelle sintió aquel Nectar en su boca, aquel sabor fuerte que solo verdaderas tigresas pueden soportar, lo saboreó con todo el gusto del mundo y se lo trago.
Michelle sonrió y se acomodó en la cama, dejaba ver su sexo, esperando a que su macho la posea. Y así mismo Mirko, estaba listo para domar a su hembra, se echó sobre Michelle, llenado la de besos, acomodando aquel miembro viril en la entrada de la feminidad de Michelle, para introducirlo en un movimiento rápido, Michelle gimió del placer, y continúo gimiendo mientras Mirko metía y sacaba su pene dentro de Michelle, las embestidas de Mirko eran fuertes, Michelle recibía a mirco de tal manera que el miembro de Mirko entraba completó hasta la raíz, Michelle sentía la gloria, hasta que juntos terminaron en el éxtasis.
Después de gozar de sus juveniles cuerpos se echaron a descansar, y a dormir, mientras la luna llena ingresaba por las ventanas.
Mirko se levantó a media noche, por vivir una noche de pasión había olvidado su maldición, una maldición antigua, y hereditaria. Dejo a Michelle dormida mientras salió del cuarto, para regresar transformado, en una bestia negra alta y majestuosa, era un hombre lobo macho que, atraído por el olor del sexo ingreso al cuarto donde Michelle descansaba, y mientras Michelle dormía la levanto en sus brazos y se la llevó.
Aquel monstruo de leyenda llevo a Michelle a un claro, dónde la luna llena iluminaba cómo nunca, y solo se podía escuchar el sonido de la naturaleza, Michelle continúaba dormida. Cuando al encontrarse en en cetro de aquel claro Mirko empezó a lamer la herida de Michelle, aquella herida sangrante, Michelle sintió esas ásperas lamidas, y se asustó al ver a aquella criatura, grito cómo nunca había gritado, pero en aquel lejano claro nadie podía escucharla, forcejeo con la criatura pero no consiguió nada, la fuerza del hombre lobo estaba en otro nivel. Michelle golpeó, pateó pero no funcionaba. Ante estás agresiones la bestia no se quedó quieta gruño y mordió a Michelle del hombro, pero nunca la lastimó, Michelle entendió que no era buena idea agredir a aquel monstruo, y se calmó. El hombre lobo prosiguió con sus lamidas que fueron dirigiéndose hacia los pezones de Michelle, quien se éxito, en un momento de aquellos el hombre lobo y Michelle se miraron a los ojos y Michelle comprendió que esa bestia era su macho, Mirko, podía ver a su amado más allá de su apariencia bestial, y lo besó.
Abrazo a su semental por el cuello y sintió que su culo rozaba el miembro de aquella bestia, era un miembro digno de un ejemplar así, grande y grueso, el hombre lobo hacia pequeños Vaivénes intentando penetrar a su hembra, Michelle dándose cuenta de esto busco con su entrada vaginal aquel miembro, hasta que sintió el calor de aquel pene bestial en su interior, nunca se había sentido tan mujer, el hombre lobo la sostenía de sus piernas mientras ella lo abrazaba y guiada por su instinto Michelle empezó a moverse para sentir aquel poderoso pene, era una sensación increíble. Tras unos momentos de sexo sintió que algo se hinchaba dentro de ella, el miembro de Mirko se hacía más grande, Michelle dejo de moverse pero Mirko siguió y siguió con el movimiento, hasta que paró, Michelle se sintió inundada por dentro, sintió un orgasmo como ningún otro, tan intenso que casi se desmayo.
El miembro de la bestia fue perdiendo tamaño y salió de la vagina de Michelle, al salir, tras de si salió un río de esperma y flujo, Michelle estaba totalmente exhausta, tan cansada que se hecho a dormir en el césped de aquel claro.
A la mañana siguiente se encontraba en la cama de Mirko, desnuda y junto a su amante, quien seguía inmerso en la bendición de Morfeo.
¿Había Sido un sueño o fue real? Su dolor le indicaba que había Sido real. Michelle miro su celular y vio que era tarde, tenía que irse al colegio.
Buen relato, me puso duro el pene. Tengo una amiga que se llama Michelle, y creo que es zoo. Le voy a preguntar.