Mis experiencias sexuales 3 – Primera vez con una mujer
Cómo cogí por primera vez con la que años después sería mi esposa.
Durante los ultimos años tuve una relación abierta y a distancia con una chica de otra zona del país a la que llamaremos Sara. Con ella tuvimos un par de encuentros hasta que finalmente nos mudamos y actualmente vivimos juntos. Hoy les contaré de la primera vez que cogimos, la cual también fue mi primera vez con una mujer.
Con ella la pasabamos muy bien hablando por Whatsapp de las cosas cotidianas, compartiendo memes, en fin. Lo normal. Pero lo más rico era cuando las cosas se ponían calientes y nos masturbabamos juntos. Ella me enviaba fotos de sus tetas grandes y ricas y de su vagina que se mojaba bastante cuando lo hacíamos. Lo que más me gustaba eran sus audios gimiendo mientras se metía cosas imaginando que era yo el que la penetraba . Además le gustaba que le mandara videos cuando me venía. Decía que le encantaba ver mi verga escupiendo chorros de leche y que se le antojaba tragarsela toda.
Así pasaron varios años de charlas, videollamadas calientes, nudes y orgasmos a distancia hasta que un día de verano del 2016 decidió visitarme. Yo esperaba su visita ansiosamente sin saber que sería el fin de semana más caliente de mi vida. Finalmente luego de planes y con una reserva en un hotel, ya que yo vivía con familiares. Me dispuse a buscarla en la estación de buses de mi ciudad. Al llegar la vi por primera vez. Era un poco rellenita, blanca, un poco más baja que yo y con un par de tetas espectaculares que se robaron mi atención de inmediato. La saludé con un beso y nos fuimos caminando hasta el hotel que quedaba bastante cerca. Mientras ibamos caminando y hablando de todo un poco. Su viaje, la vida, etc. yo no apartaba la mirada de sus tetas, pensando en todo lo que les haría en solo minutos. Fueron al rededor de 10 minutos caminando que se hicieron super cortos. Al llegar al hotel tuvimos que esperar unos minutos más a que nos entregaran el cuarto.
Al entrar al cuarto, ella se fue directamente al baño con la excusa de ponerse cómoda después del viaje y yo me recosté en la cama a graduar el aire acondicionado. Pasados unos minutos ella salió del baño, en ropa interior. Una panty negra que le resaltaba sus piernotas blanquitas y el bra que contenía las tetas que me moría por chupar. Se acostó a mi lado, yo algo apenado le toqué las piernas y ella misma me agarró la mano y se la puso en sus tetas «Esto querías verdad?» Dijo mientras yo apretaba esas delicias sin quitarles la mirada de encima, nos empezamos a besar muy intensamente mientras yo ya con toda la confianza del mundo la tocaba toda, desde sus tetas hasta su concha por encima del panty y pasaba a su culo. No duramos mucho hasta que ella empezó a quitarme la ropa, me bajó el pantalón y sin pensarlo mucho sacó mi verga de su prisión de tela, la agarró y me pajeó un poco antes de metersela a la boca. Se puso en cuatro delante de mi y mientras la chupaba yo podía ver la silueta de su culo parado. Chupaba y chupaba como si no hubiera un mañana, era delicioso sentir su lengua pasar por toda mi verga de arriba a abajo, y ver cómo se la tragaba toda hasta el fondo mientras en el cuarto solo se escuchaban sus gemidos chupando.
Pasó un rato hasta que decidí que era mi turno, la acosté boca arriba en la cama y me puse encima de ella, a besarla mientras la seguía manoseando, fui bajando poco a poco y me dediqué un rato a chupar sus tetas mientras su respiración se agitaba y empezaba a gemir más fuerte. Pero solo sería un pequeño anticipo ya que en realidad quería comerle la concha que tantas veces me había hecho venir. Seguí bajando y le abrí las piernas, le quité el panty y ahi tenía esa delicia ante mis ojos. Su concha rosadita y ya visiblemente mojada. Me acerqué y torpemente empecé a pasarle la lengua primero despacio y después más y más rapido, ya con algo de práctica le metia la lengua, le daba vueltas al rededor de su clitoris, todo mientras ella gemía bastante fuerte y sus jugos me empapaban la cara. Pasado un rato ya no podía más y me pidió que se la metiera, me puse en posición de misionero y se la fui metiendo poco a poco. Era la primera vez que estaba dentro de una concha y era delicioso, empecé a penetrarla en forma y ella gemía y me decía cosas como «Así, papi. Qué rico», «Dame duro» O «Mi concha es tuya» En esa primera cogida solo le di en esa posición. Cuando estaba por venirme le pregunté dónde quería la leche y me dijo «Llename la concha de tu lechita» Así que un par de embestidas más y su concha se estaba llenando de al rededor de 6 chorros de mi leche. Al sacarsela pude ver como le chorreaba leche de la concha y se pasó un dedo y la probó y me dijo que más tarde se la diera en la boca.
Terminamos de coger con bastante hambre. Así que decidimos salir a buscar algo de comer, después de la respectiva ducha. Encontramos un lugar cerca. Ella iba caminando adelante y yo hasta ahora no había notado lo rico que se le veia el culo. En ese momento solo podía pensar en hacerle un anal y romperle el culo bien rico, por suerte no tendría que pasar mucho tiempo para poder hacerlo. Despues de comer, al llegar al hotel pensé que estaría muy cansada por el viaje, así que solo nos acostamos a ver tele. Hasta que sentí que su mano buscaba mi verga debajo de las sabanas. No duró mucho hasta que se puso bien dura y con tono de reclamo me dijo que tenía que darle su leche antes de dormir. Yo le respondi que claro pero que tendría que sacarla ella misma, a lo cual se metió bajo las sabanas a chuparmela de nuevo, pasaron unos cinco minutos hasta que le dije que sería mas efectivo con su concha. Se salió de las sabanas y se puso en cuatro y me dijo «Ven, dame». Me puse detrás y veía ese culo parado, a mi entera disposición, ella con su mano guió mi verga hasta su entrada y le di duro en cuatro, se la metía y sacaba despacio y ella me pedía «Mas, mas duro, así. Qué rico papi» Cuando le dije que ya estaba a punto de venirme, se dio la vuelta y me la chupó de nuevo. Esta vez se tragó cada gota de mi leche y me la dejó limpia con su lengua. Luego nos bañamos y yo pensaba que era el final del día. Pero aún faltaba el plato fuerte.
Pasada como una hora ella estaba de espaldas, desnuda y yo igual. Pues dormiríamos sin ropa. Sentí que estiró su mano para pararme la verga de nuevo y se la acomodó entre sus nalgas, yo le pregunté «Y esto?» A lo que me respondió «Me la vas a meter por el culo» Al escuchar esas palabras mi verga se puso a mil. Ella la sintió crecer en sus manos y se la intentó meter, pero era una posición algo incómoda. Por lo que le pedi ponerse en cuatro. Ella lo hizo y yo me puse al borde de la cama. Le metí los dedos como ya sabía hacerlo hasta que se dilatara y se lo llené de saliva. Una vez bien dilatado y lubricado le metí la cabeza. El tronco se fue deslizando suavemente y en cuestión de segundos ya tenía su culo lleno de mi verga. Yo iba a empezar a penetrarla cuando de repente fue ella la que se empezó a mover. Llegaba casi hasta la cabeza y se iba hacia atrás. Yo solo la veía moverse mientras entre gemidos me decia «Me encanta tu verga en mi culo, rompemelo todo» En esa ocasión no hubo más poses ni chupadas ni nada. Solo mi verga en su culo por varios minutos hasta que le dije que ya venía la descarga, A lo que ella respondió «Llename el culo de leche, damela toda». Despues de oír eso no pude durar mucho más y le descargué como 4 chorros de leche dentro de su culo. Luego me pidió que se la sacara despacio y al hacerlo se empezó a escurrir toda la leche de su culo abierto. Luego de eso y ya rendidos nos quedamos dormidos. Habíamos hecho de todo y nada más era jueves.
Durante todo el fin de semana lo hicimos muchas veces más. Oral, anal, vaginal, misionero, en cuatro, en la ducha. La llené toda de leche. Hasta que finalmente llegó el lunes y tuvo que regresar a su tierra. No sin antes prometernos que no sería la ultima vez. Y no lo fue. Pero eso será para otra historia. Espero que les haya gustado y comenten
Recuerden que estas historias son 100% reales, solo con los nombres cambiados.
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