Mis inicios cuando era chica segunda parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por natiorosco.
Mis inicios cuando era chica segunda parte
por natiorosco
Esta es la segunda y ultima parte de mis inicios, y como mi maestro me enseño a disfrutar del sexo.
Unidad III.
Ya habían pasado tres semanas, y en ese lapso de tiempo, ya había perdido la vergüenza de ver nuestros cuerpos desnudos, y después de practicar abundante sexo oral, mi tío, mi maestro da un paso más en mi enseñanza.
Un día, después de regresar de la escuela, comer y hacer los deberes (siempre una niña estudiosa y aplicada), mi tío guiñándome un ojo pregunta: Lo hacemos en la cama? Bueno dije.
Fuimos a la pieza de mis padres, y después de desvestimos, me recosté en la cama con mis piernas encogidas, para que mi maestro comenzara a lamer mi conchita, pero esta vez había una variante y si que la había, mi tío unto mi ano con crema y después de hacerme estremecer con su lengua, el hombre metió suavemente su dedo en mi esfínter, Ay, que me haces tio? Le pregunte.
No respondió, el hombre continuo con su tarea para luego sacarlo y meterlo lentamente.
se sentía raro pero me gustaba.
Te gusta? pregunto mi maestro, que a estas alturas me gustaba todo lo que me hacía.
Si, respondí con mis ojos cerrados y mi cuerpecito estremecido.
Después de unos minutos, mi tío llevándome con toda su experiencia hacia donde quería me pidió ponerme en cuatro patas.
Así lo hice, y acariciando mis nalgas el comento, Te puedo meter mi pajarito en la cola.
Me va a doler? pregunte.
Si un poco, pero después pasa, me respondió.
Mmm es cuidadoso y siempre me dijo la verdad pensé, y finalmente llenas de dudas y miedo dije, Bueno.
Mi tío dilato mi ano con sus dedos y poniéndome mucha cremita, sentí como su falo se abría paso por mi virginal y estrecho ano.
Ay me duele, me duele, le dije apretando los dientes.
Si el dolor agudo había invadido mi infantil cuerpo, mi experimentado amante se detuvo para luego continuar metiéndolo despacio muy despacio, para luego volver a detener.
Lentamente el dolor fue desapareciendo, dejando paso a una sanciona extraña, me sentía incomoda tener algo en mi infantil ano.
El saco su pija, y después de untarla con más crema la volvió a meter suavemente, Ay, ttiioo, exclame al sentir su miembro que al entrar en mí, no me había hecho doler sino todo lo contrario, mi amante comenzó a moverse, lentamente una sensación extraña, pero linda, que nunca había experimentado invadió mis piel, y con la respiración agitada comencé a gemir: Ayy, ahh, tiioo, ayy, al sentir como ese hombre maduro, el hermano de mi madre, mi tío, mi amante, me hacía suya analmente a mis solos 9 años.
Me gustaba era mi primer anal y me gustaba, lo disfrutaba, si disfrutaba sentir como su falo, su pija entraba y salía de mí ya dilatado, desvirgado esfínter una y otra vez sin encontrar resistencia.
Después de unos minutos, el apuro sus movimientos, yo que estaba regalada, encantada, embriagada de placer comencé a gemir más fuerte, más fuerte, Mmm, ahh, ayy, ahh, ayyy,ayyy.
Mi tío de repente se detuvo y exclamando algo extraño pude sentir como algo caliente inundaban mis intestinos.
Te gusto? pregunto con ternura.
Si, tío si, respondí fascinada por la sensación experimentada a mi corta edad.
Bien esa actividad continuo por unas cuatro semanas, y cada vez lo disfrutaba más; y ahora que lo pienso fue hermoso, tierno, y todavía no puedo creer, recordado ese momento, como a esa edad me hubiera gustado tanto.
El examen final.
Bien ya había pasado casi como medio año de nuestros encuentros, cuando un día después de tener sexo mi tío me dice, que quiere terminármela por mi conejo, y me cuenta que me iba a salir sangre y a doler.
Eso me asusto mucho y le dije que no quería.
Entonces mi maestro con su paciencia infinita, como todo buen profesor, me dijo que hay una forma para que no me asuste.
Cuál? pregunte con curiosidad y duda.
Y continuo diciendo: Mira si vos quieres, cuando estés sola vas al baño te lavas bien las manos, y vos muy despacio te metes el dedo en el conejito, y agrego, vas a sentir como se rompe algo dentro tuyo, te va a doler y vas a sangrar un poco, pero si lo hacía con cuidado solo sería un ratito.
Ay no se le dije interrumpiéndolo con duda.
A la semana siguiente mi madre pidió licencia no sé por qué razón, y le dijo a su hermano que ella me retiraría por dos semanas.
Los días pasaron, ya sabía que no me iba a buscar, yo comencé a extrañarlo, si bien esperaba ansiosa esos dos días en que me quedaba con él, esas semanas fueron horrible para mí, ayudaba a mi madre con desgano y hasta me pusieron en penitencia por contestarle, en fin me estaba portando mal.
Ahora veinticinco o veintiséis años después, y mientras escribo esto me pongo a reflexionar como mujer, como docente terciaria y universitaria con cursos en pedagogía, que mi mal carácter a los nueve años no solo era porque quería estar con él y que ¨juguemos¨ juntos; sino que mal comportamiento era porque extrañaba su cuerpo, quería sentir su aroma, su piel y por sobre toda las cosas quería sentir su miembro en mi tierno e infantil ano, por dios me estaba convirtiendo en adicta al sexo o mejor dicho ya era una adicta; lo que explicaría mi posterior comportamiento sexual.
Así que un día después de ¨jugar¨ con una salchicha en mi colita, lo pensé y me decidí hacer lo que me dijo, un jueves a las tres de la tarde, (me acuerdo clarito) mientras mi madre hacia la siesta, fui al baño y recordado sus instrucciones lo hice me metí el dedo, AY DIOS COMO DOLIÓ, SANGRE, LLORE Y ME ASUSTE AL VER LA SANGRE EN MI MANO.
Después de un rato, creo que entre unos diez o quince minutos (no se bien) deje de sangrar, eso me tranquilizo mucho, así que antes que se despierte mi mama llame a mi tío, y le conté lo había hecho.
Ay amor comento mi tío para después agregar nos vemos el sábado.
Bueno le dije.
El viernes mi tío le pide permiso a mis padres para llevarme el sábado al cine matiné y después al parque de diversiones, para regresar entre las 21:00 o 21.
30 de la noche.
Mi mama me dice que no, por lo mal que me había portado esos días, así que después de tanto suplicar, llorar y prometer que no lo volvería hacer, mi madre acepto entre regañadientes.
Bien mi tío me paso a buscar a las tres de la tarde ya que el matiné empieza a las 16:00 hs.
Salimos de casa, yo tenía puesto un vestido rosa medias blancas, zapatos negros y peinada con dos colitas, me senté en el auto y después de ponernos en marcha, mi tío tomo una avenida y a los pocos minutos dejamos atrás a ciudad.
En la ruta le pregunte Adónde vamos?.
Ya vas a ver, me dijo sonriendo.
Un minuto más tarde mi tío mirándome a los ojos me dice: Escóndete atrás y tápate con la frazada hasta que yo te diga.
Así lo hice, segundos mas tarde me dijo que podía salir, me baje envuelta en la frazada y mirando hacia atrás pude ver un lugar con muchas casitas.
Llena de curiosidad le pregunte donde estábamos, en un hotel para parejas me respondió.
Entramos al cuarto, mirando con curiosidad lo que había en el, Mira tiene un televisor para ver dibujitos, le dije (inocente) a mi tío.
Si pero no es para ver dibujos, respondió riendo.
Pero lo que más me llamo la atención fue el tamaño de la cama, Es más grande que la de mi mama, comente riéndome.
Si mi vida es grande, respondió.
De repente un silencio invadió el ambiente, mi maestro me puso de pie sobre la cama, y sin apuro comenzó a quitarme la ropa, para después quitársela el.
En silencio mirábamos nuestros desnudos cuerpos, el mío delgado, pequeño aun sin pechos y nada de vellos temblaba como una hoja.
Lentamente su cuerpo, maduro, grande y con abundante vellos en sus genitales, se fue aproximando, hasta tomarme por la cintura.
Mi maestro, mi profesor, acerco sus labios a mi rostro y buscando los míos nos besamos casi obscenamente, mientras sus manos acariciaban mi cola.
Me recostó en la cama y comenzó a besar todo mi cuerpo (mis manitas, mi pecho plano, pies y cola), solo un suspiro se escapaba de mi tembloroso cuerpo, temblaba no sé si de miedo (miedo ¿porque? Si ya lo habíamos hecho) o placer por sus besos y caricias.
Llego a mi conejo, mis piernas instintivamente se encogieron, su boca lamia, chupaba y mordía mi infantil sexo, de la mesa de luz tomo un sachet de lubricante y después de vaciármelo todo, lo desparramo con su glande sobre mi rajita haciéndome gemir de pacer.
Mi maestro se arrodillo frente a mí y comiéndome con los ojos comento: Abre tu palomita amor.
Yo lo hice, su dedo índice se posó en la entrada, para introducirse lentamente en mí.
Ay, ah, gemí con todo su dedo adentro.
Mi tío lo saco, y después de ponerme más de ese líquido espeso, se recostó sobre mí, posando su miembro en mi cuevita que fue introduciéndose suavemente.
Mmm, ayy, gemí al sentir como su pija de 18 cm dilataba mi agujerito estirándome los pequeños músculos de mi vagina.
Te duele? Pregunto con dulzura.
No dije con mi cabeza, entonces mi maestro comenzó a moverse lentamente, haciéndome abrir mis ojos al sentir como su pija entraba y salía de mi conejito.
Lentamente una sensación de cosquilleo estaba invadiendo mis infantiles carnes.
Te gusta? Pregunto mi maestro.
Sii, sii le respondí tímidamente con mis caderitas levantadas.
El hombre acelero sus movimientos, instintivamente mis piernas se enredaron en su cintura, una sensación extraña pero placentera fue asaltado mi cuerpo de niña.
Después de un tiempo mis gemidos se hicieron más fuertes, empecé a temblar, los músculos de mi vagina involuntariamente se contraían, latían, con mi cuerpo estremecido y los dedos de mis pies abriéndose y cerrándose, exclame con voz entrecortada: Ayy, ahh, tiioo, mee hago piiss, me haaggoo piiss.
El hermano de mi madre siguió moviéndose, hasta que si poderme contener deje escapar mis jugos, mojándole su cintura, al tiempo que de mis labios salía un largo y profundo Ahhh, ahhh, ttiiiooo.
El, sin levantarse de mi tembloroso cuerpo continuo bombeando hasta que después de un rato mi vientre, mi vagina, mis carnes comenzaron a quemarse por dentro al sentir se descargaba su semen inundándome las entrañas.
Mi amante sonrió y mirándome a los ojos pregunto: Te gusto sobrina?.
Si tío me gustó mucho, dije en tono emocionado.
Retiro su pija, y después de recostarse a mi lado, me dormí por unos treinta minutos hasta que sus manos me despertaron para seguirnos amando.
Espero que les haya gustado mi historia, y les recuerdo que es verídica.
después les cuento como fue mi vida sexual medida que crecía.
Saludos Sandri.
Lindo, erótico y muy ardiente relato.
Quiero un tío así
Si está es la segunda parte, en dónde o como encuentro la primera parte? Por favor y muchas gracias de antemano.