mis primeras experiencias sexuales

Les contaré una mentira.. la siguiente historia no corresponde a mi primera vez con una mujer, esa historia es para otra entrada…  considero todo esto como una seguidilla de primeras experiencias.

Recuerdo cuando en la primaria, de muy chiquito, tendría yo apenas unos ocho años, junto a mí, en el pupitre del salón, nos sentábamos ella y yo y guiados, no sé porque, lo juro, de una atracción sexual demasiado prematura. Nos tocábamos, o yo la tocaba a ella, en su sexo. Sin ser descubiertos y así como inició, se pierde el recuerdo entre la espesura del tiempo en mi mente.

Más adelante, aunque aún en primaria recuerdo con gracia como mi compañera y amiga, que siempre nos sentábamos juntos, gustaba de verme la verga erecta por encima del pantalón. Yo bombeaba sangre a mi falo y éste se movía dando saltos por encima del uniforme. Seguidamente la llamaba con un corto gesto y le mostraba. Ella se quedaba mirando, sin más. Eso sí recuerdo bien como se coloreaban de rojo sus cachetes. En aquel tiempo yo llevaba libros donde se hablada de sexualidad, en cuyas páginas estaban las diferentes posturas del Kamasutra. Este libro, junto con los de sexualidad fueron mis primeros motivos para masturbarme. También nos colocábamos espejos en los zapatos, o sacábamos a correr a las chicas si queríamos agarrarles el trasero.

Ya entrada la adolescencia el siguiente motivo para masturbarme fueron las compañeras de colegio.  Pasó cuando yo cursaba segundo grado de secundaria. Yo era un chico extrovertido, pero ya bastante calmado, sin llegar a irrespetar con nada a las chicas. Sólo una vez pude agarrarle el trasero a una chica que todos tocábamos, pero no toqué su sexo. Qué tonto, creo que hasta hace poco me perdoné ese descache, haber perdido la oportunidad de recordar su sexo en mi mano aún me duele. Ella era varios cursos adelante que el mío, pero no estaba tan adelantada como si lo fue la chica con quien sí pude tener sexo.

Daniela, así la llamaré, era una chica que estaba próxima a salir de bachiller. Ella es una chica de estatura promedio, de pechos generosos y cara muy agradable. Empezábamos una relación a escondidas de todo el colegio. Por cierto, ella no era virgen, ninguna chica con la que he estado ha sido virgen, cosa que como hombre creo que la mayoría anhelaríamos ser la primera vez de alguien. En fin, en una ocasión fuimos a beber licor, y en la tienda donde bebíamos aprovechamos, por mi parte, para besarle los hermosos pechos hasta dejárselos bien ensalivados y erectos. Era yo una criatura, pero con un buen  trozo de carne en el pantalón esperando salir.

El momento de hacerlo llegó cuando la invité a mi casa, la cual estaría sola. De los pocos recuerdos que tengo fue cuando ya estábamos sin ropa, en la sala, sobre el sofá, yo con mi pene casi sin estrenar, y ella con su vagina rasurada, estrecha pero sin lubricar todavía. Éramos muy inexpertos, aún ella siendo mayor por varios años que yo. Ahí estábamos, ella medio cabalgando mi pene, y yo disfrutando esa delicia pero con ganas de todo, y no de pocos, disfrutando verle los pechos revotando, me faltaron ideas como lengüetazos en ese chochito. De la sala fuimos al baño, me senté y ella igualmente se acomodó sobre mi miembro. Ya se me había olvidado los gestos de placer que tuvo ella conmigo, aruñando, o queriendo hacerlo, y exclamando placer cuando nuestros cuerpos más juntos estaban, tocando sus en sus profundidades. No aguante sus saltos y tuve mi primera eyaculación junto a una mujer. Recuerdo que casi ni me salió leche, apenas unas gotas que acerté a esparcir por las caderas de Daniela. No la volví  a montar por no tener preservativos, por hacerlo a pelo como dicen, mejor evitar :).

Bueno, mi primera experiencia fue rápida en realidad, tal cual como este relato. Es normal siendo las primeras veces, sin experiencia, dejarse llevar por la emoción y terminar eyaculando antes de tiempo.