Mis sobrinitas aprenden a bailar VII
Seguimos con las aventuras de mis sobrinitas y sus amiguitas.
Estábamos mi hermana y yo en el mueble platicando de algunas cosas de la familia, específicamente de un viaje que haríamos a casa de nuestros padres, ellos viven en un pueblo del interior, a unas 12 horas en bus de donde trabajamos nosotros.
Todos los años viajamos para fiestas navideñas y nos quedamos allá cerca de 2 semanas, algunas veces un poco más, ella me estaba diciendo que vaya coordinando los días y los pasajes.
Luego de unos minutos de charla llamó a Sofía que estaba en la cocina con las otras niñas y se despidió, Sofía se acercó a mí, me abrazó y me dió un beso en la mejilla y me dijo que la próxima si se iba a quedar conmigo.
Llamé a las niñas y les indiqué que tomen asiento en la mesa del comedor, e hice que pongan encima los cuadernos y útiles que iban a usar para las tareas. Ciertamente no tenía planeado empezar con las clases, es una medida de protección por así decirlo, eso lo hago desde hace mucho tiempo, no vaya a ser que mi hermana y/o alguna madre o padre de las alumnas que tengo regrese pronto por alguna razón, lógicamente sospecharía algo si me demoro en abrir la puerta, y más aún si me encuentra sudado o agitado.
Después de algunos minutos de estar revisando sus tareas, les dije que si querían seguir haciendo se queden allí, pero si querían jugar un rato vayan a mi cuarto, que allí las esperaba, les decía eso mientras yo me encaminaba hacia allá.
Ellas no lo dudaron ni un minuto, pues ni bien terminé de hablar se pusieron de pie cada una a mi lado, me agarraron de la mano y fueron conmigo.
Ya en el cuarto empezamos con los juegos previos, me recosté en la pared cerca del escritorio con cada una a mi lado, empecé a besarlas y acariciar sus infantiles cuerpecitos, mis labios iban de una a la otra, mis manos se habían apoderado de sus nalgas, las amasaba y nalgeaba a voluntad.
Me quité el polo y el short quedando solo en boxer, hice que ellas hicieran lo mismo, quedando los tres solo en ropa interior. Esas niñas habían aprendido a besar bien, nuestras lenguas se enredaban en una danza ilegal y pecaminosa, Laurita me tenía abrazado con las manos en mi cuello, Claudia por su parte tenía una mano en mi cintura y la otra me estaba agarrando la verga por encima del boxer.
–Chupamela –bastó solo esa palabra al oído de Claudia para que ella se arrodille, me baje el boxer y empieze a pajear y pasar la lengua por mi verga, para luego meterse más de la mitad y empezar a mamar.
Ella al igual que Laura había alcanzado cierta destreza al hacerlo, cada una a su modo lograban darme gran placer con sus infantiles boquitas.
Mi mano derecha estaba sobre la cabeza de Claudia, guiando la felación e intentando meter mas de mi palo dentro de ella, mi mano izquierda se estaba deleitando con las nalgotas de Laura, mis besos los alternaba entre sus labios, su cuello y sus tetitas.
Las lleve a la cama e hice que se sentaran, me puse delante de ellas y empecé a pasar mi verga por sus rostros y a dar golpecitos en sus mejillas, ellas sonreían divertidas por la situación.
Laurita me la agarró, y ante la atenta mirada de Claudia empezó a pasar la lengua por la cabeza y por el tronco, para luego meter más de la mitad en su boquita y empezar con la mamada, le quité la mano del tronco e hice que Claudia la agarre, al final ambas estaban chupando al mismo tiempo, cuando Claudia estaba chupando la cabeza, Laurita lo hacía con el tronco y viceversa.
Está demás decir que me sentía como dios en el Olimpo, mirando desde arriba esas ninfas disfrutando de la verga de un adulto, dándome placer más allá de lo imaginado, ellas hacían un buen duo mamando, se coordinaban muy bien, es como si supieran que tenían que compartir. Cada cierto tiempo la que la tenía en la boca se la sacaba y se la ofrecía a la otra.
–OHHH!! que rico maman verga putitas–les decía extasiado al ver como mi verga entraba y salía de sus boquitas de niñas; ellas por su parte no me daban tregua, es como si estuvieran en una competencia de quién me saca la leche más rápido.
–Le gusta tío… le gusta como se la chupamos –, me preguntó Laurita con una sonrisa pícara.
–OHHH!!! si mi amor, UFFF!!! que rico me la chupan –
Era inevitable que en esa situación sus labios y lenguas no chocaran, cosa que ellas lo tomaban como algo divertido, pero a mí me daba cierto morbo.
Al sentir esa corriente en la médula que anunciaba mi orgasmo, agarré a Laurita de la cabeza y empecé a violar su boquita infantil hasta llenarla con mi espeso y caliente semen, luego se la dí a Claudia para me me la limpie.
Hice que se echen en la cama, una encima de la otra, Laurita estaba abajo y Claudia encima, ambas boca arriba, metí mi rostro entre sus piernas abiertas y empecé a besar, lamer y chupar sus cuquitas infantiles, mi lengua estaba degustando el más delicioso manjar que uno puede imaginar, iba de una a la otra, metiendo mi lengua lo más profundo que podía.
–UMMM!!! AHHH!!! AYYY!!! UMMM!!!
Mi habitación era un concierto de grititos y gemidos, mis niñas, sobre todo Laurita eran gritoncitas, sus cuerpos no paraban de moverse y sus caderas habían adquirido vida propia.
Luego de arrancarles al menos un orgasmo a cada una, las puse de perrito al filo de la cama, ambas estaban juntas, lo que me facilitaba el pasar mi verga de una a la otra, primero solo se la pasaba por encima, como si fuera una brocha de pintor, luego empecé a meterla unos segundos en una y unos segundos en la otra, hasta que en empecé a darle con fuerza a Claudia.
Hice que Laurita se ponga de pie a mi lado, mi mano derecha tenía a Claudia bien agarrada de la cadera dándole como pistón, mientras mi mano izquierda se estaba dando un festín con las nalgotas de Laurita.
Le dije a Laurita que tome el consolador y se acueste al lado de Claudia y vaya jugando sola un momento mientras yo la estaba follando , ella inmediatamente cumplió mi pedido, y en cuestión de segundos ya estaba acostada boca arriba con las piernas bien abiertas y con el consolador entrando y saliendo de su cuquita.
Claudia al mirarla le sonríe y le dice si ese era del que le había hablado, Laurita le responde afirmativamente sin dejar de meter y sacarlo.
–OHHH!!! UFFF!!! Que rico aprietas mi amor… UFFFF!!! Que rica conchita.
–AHHHH!!! AHHH!! AHHH!!! –, los gemidos y movimientos de Claudia me tenían loco de placer, ella había aprendido a parar bien la colita e ir al encuentro de las embestidas.
–OHHH!!! UFFF!! Te gusta mi amor, te gusta que te dé verga.
–AYYY!!! AHHH!! Siii…si me gusta profe… UMMM Me gusta mucho. -, afortunadamente me había corrido minutos antes, de lo contrario ya hubiera acabado nuevamente.
Luego de darle un buen rato de perrito a Claudia, me acosté boca arriba e hice que se ponga a cabalgar, Laura estaba echada a mi costado dándose placer ella misma, por su parte Claudia subía y bajaba cabalgando sin parar, yo le ayudaba con los movimientos agarrandola de las caderas.
Luego de unos minutos Claudia aceleró sus movimientos, lo mismo que sus gemidos, hasta que tuvo un intenso orgasmo, sentí como mi verga era estrangulada dentro de su vagina, y como fluía su corrida sobre mis testículos.
Después de unos besos y caricias, y unas cuantas palabras al oído sobre lo bien que lo había hecho y lo mucho que me encantaba que sea mi putita la acosté a mi lado.
Laurita seguía acostada boca arriba, con las piernas abiertas y el consolador entrando y saliendo de su vagina, por mi parte empecé a caricias sus tetitas y a besar sus labios y su cuello, luego de unos minutos me subí encima de ella, y luego de haberle sacado el consolador empecé a penetrarla con fuerza.
–AHHH!!! AHHHH!! AYYY TIOOO!!! UMMM!!! –, Laurita empezó a gemir fuertemente y a soltar esos grititos que me enloquecen.
–OHHH!!! UFFF!!! UFFF!!! –Mi verga entraba y salía velozmente de su cuquita infantil, sentí que iba a correrme, por lo que decidí bajarle el ritmo a las embestidas, quería disfrutar ese momento lo más posible.
—-OHHH!!! Te gusta mi amor… UFFF!!! Te gusta… te gusta coger con el tío –le pregunté mientras lamía y chupaba sus pezones.
–SIII!!! SI ME GUSTA TÍO.. AYYY!!! AHHH!! MÁS!!! MÁS TIOO!!!
Laurita estaba hecha un mar de placer, sus grititos y gemidos eran incontrolables para ella, sus caderas se movían de manera frenética, sus manos estaban a los costados arañando las sábanas, su boca abierta exhalando con fuerza, sus ojos cerrados, y sus labios pedían más verga.
Al saber por ella misma que la pose que más le gusta es la de perrito, decidí hacerla acabar así.
–AYYY!!! AYYY!!! MÁS!!! MÁS!!!
Mi sobrinita se volvía loca de placer cuando la cogía de perrito, y más cuando la agarraba con una mano de la cadera y la otra de los cabellos.
No sé en qué momento Claudia había agarrado el consolador y también había empezado a jugar con él, estaba acostada con las piernas abiertas metiéndose ese palo hasta la base, nuestras miradas se chocaron y ella me da una sonrisa de complicidad para luego cerrar los ojos y seguir en lo suyo.
–OHHH!!! UFFF!!! UFFF!!! Que rico… que rico te comes la verga del tío mi amor, que rica conchita tienes putita –no le daba tregua, luego de unos minutos decidí darle algo que le encantaba a mi princesita.
Le pedí el consolador a Claudia, y ante la atenta mirada de ella, empecé a introducirlo en el culo de Laurita, Claudia miraba sorprendida, luego de algunos segundos ya le estaba haciendo una doble penetración, mi mano derecha estaba pegada a mi pelvis y agarrando el consolador, de tal modo que entraba y salía al mismo tiempo que mi verga de su vagina.
–AYYYY!!! AYYYY TIOOO!!! SIII!!! MÁS!!! MAS TIOOOO!!! AYYY!!! SIIII!!! –,Su orgasmo fue brutal, su cuerpo empezó a sacudirse y me daba culatazos para que mi verga no se salga de su interior.
–AYYY!!! AYYY TIOOOO DESPACIO!!!
AYYYYY!!! –, no la dejé recuperarse, saqué mi verga de su conchita y se la metí de golpe en su culo, si bien ya estaba dilatado por el consolador, mi miembro es un poco más grande y más grueso.
Luego del dolor inicial por la violenta penetración, Laurita empezó a gemir y gritar, puso las manos firmes sobre la cama para darse más estabilidad y aguantar mejor las embestidas, paraba más la cola para colaborar con la culiada
–Ahhh!!! Ahhh!!! Ayyy!!! Ayyy!!! –
–Ohhh!!! Ufff!!! Mi amor, que rico te comes la verga del tío bebé, Ufff!!! Ufff!!! Que rico culo tienes putita, te gusta verdad, te gusta que te dé verga por ese culazo que tienes–
–Ayyy!!! Ayyy!!! Si tíooo… me gusta…Mmmm me gusta mucho Ayyy!!!
–Ohhh!!! Toma, toma mi amor, toma toda la verga del tío –
–Plap! Plap! Plap!
En la habitación se escuchaban los gritos y gemidos de Laurita que estaba siendo sodomizada por su tío 30 años mayor, también los gemidos de Claudia que atenta a lo que estaba pasando había empezado a meter sus dedos en su cuquita infantil, y el celestial sonido que hacía mi pelvis al impactar contra semejantes nalgotas de niña.
–OHHH!!! UFFF!!! UFFF!!! OHHHH!!! –No pude aguantar más, solo dí unas cuantas estocadas más en su culo y terminé llenando su colita de semen.
Ya en la ducha, empecé a asearlas del cuello para abajo, cuidando de no mojar su cabello, aprovechando para manosear sus infantiles cuerpecitos, por lo que mi verga volvió a estar dura como roca.
Volví a darles otra cogida, está vez las pegué contra la pared y me fui turnando con cada una.
–AHHH!! AYYY!!! AYYY!!! AHHH!!!
Ambas gemían y gritaban, estaban sometidas a mi voluntad, tenían las manos y el pecho pegados a la pared y la colita bien paradita esperando su momento de recibir verga de adulto por sus cuquitas.
Cuando supe que iba a correrme, hice que se arrodillen delante mío y empecé a darles de mamar y masturbarme hasta terminar y vaciar mi esperma en sus caritas.
Era la primera vez que hacía eso, antes me había corrido dentro de sus boquitas y había hecho que se beban mi semen, está vez solo una pequeña cantidad había caído dentro de sus boquitas, la mayoría había dado en sus ojos, mejillas y narices.
Ellas reían divertidas ante la situación, hice que cada una limpie con su lengua a la otra hasta dejar sus rostros libres de semen.
Ya en la sala y con nuestras ropas puestas empezamos a platicar de muchas cosas, algunas sin importancia, Claudia le preguntaba a Laurita que se sentía, o si dolía que se la metiera por atrás, ella le respondía que al inicio si le dolió, pero después ya no, y que le gustaba mucho, que se sentía muy rico.
Le prometí a Claudia que si nos daba tiempo se lo haría por su colita también, ella me miró y miró a Laurita también, e hizo un gesto como de miedo, pero con una sonrisa pícara que hacía notar que también estaba ansiosa por probar nuevas formas de placer.
Llamé a mi hermana para decirle que si estaba por llegar para que traiga algo para comer, o si iba a demorar para pedir algo cerca.
Lamentablemente el estreno del culo de Claudia iba a tener que esperar, mi hermana me dijo que llegaría en 40 minutos máximo, y que iba a comprar algo para comer.
Estábamos en la mesa del comedor degustando pizza y alitas de pollo, todos alegres y entretenidos, éramos una familia muy alegre, muy feliz.
Mis niñas se estaban comportando como tal, como niñas inocentes y bien portadas, estoy seguro que mi hermana no se imaginaba que sus hijas eran mis mujercitas, que cuando estamos solos ambas disfrutan de mi verga, que les encanta que las llene de lechita en sus agujeritos.
Mi hermana me dijo que pronto terminarían las mejoras en su casa y que esperaba invitarme para celebrar, a lo que accedí gustoso.
Cerca de las 9 de la noche se fueron, las niñas como siempre se despidieron de mí cariñosamente, con un abrazo y un beso en la mejilla.
Los días en la escuela transcurrían sin nada interesante, con la excusa de visitarme llegaban las niñas a pedirme golosinas y refrescos, yo siempre tenía algo para ellas, y aprovechaba eso para saborear sus cuerpecitos, coger con Claudia, Laurita y Sofía; y manosear a Stefany y a Carla también.
Recuerdo un día a la hora de la salida, yo estaba en el kiosko bebiendo un refresco y sacando unas copias cuando veo que Stefany estaba sentada cerca de su salón.
Me acerqué a ella y le pregunté por qué seguía en la escuela, porque no se había ido aún, me respondió que su mamá no había ido a recogerla, le pedí el número de teléfono de la señora y la llamé. La señora me respondió diciéndome que había tenido un contratiempo con su hermana, que la había tenido que llevar al hospital de urgencias, que ya había conversado con la maestra de Stefany y se lo había hecho saber, que será cuestión de una hora como máximo para que llegue a la escuela por ella.
Decidí aprovechar la situación y le dije a Stefany que vaya a mi salón y me espere allí, que seguro estaría con hambre y sed, que iba a comprar algo del kiosko y le iba a invitar.
Ya en el salón puse sobre el escritorio 2 grupos de golosinas y refrescos, en un lado lo más económico y menos cantidad, y en el otro lado más cantidad y variedad de golosinas y refrescos y de los que más les gusta a los niños.
Le dije que si quería los del grupo 1 eran suyos, que los podía coger; pero si quería los del grupo 2 tenía que pasar el reto de miss colita, ella sabía exactamente de qué trataba, ya lo habíamos hecho muchas veces siempre que iba con Claudia y Laura.
Como era de esperarse, Stefany me miró, se sonrió y puso su mano sobre el grupo 2, sabiendo que eso implicaba que tenía que aguantar y permitir que la nalgee y que la empuje desde atrás.
Le dije que se pusiera en posición para empezar el reto, ella obedeció de inmediato y se colocó como ya sabía que debía hacerlo, puso sus manos sobre el escrito y paró la colita.
Hice que se levantara la falda para tener mejor acceso a sus carnes, estaba con un short de esos que se usan debajo de la falda o vestido, el short era de color blanco, dejando notar a la perfección unas nalgas prominentes y hermosas, unas nalgotas que serían la envidia de cualquier quinceañera, incluso de más de una adulta.
–TAZ!!! TAZZ!!! TAZ!!! –Ufff cada día están más duritas y más paraditas, le dije descaradamente tras haberle dado unas suaves nalgadas.
Stefany se reía divertida con mis ocurrencias.
–TAZ!!! TAZ!!! TAZ!!! –Nuevamente volví a darle nalgadas, pero esta vez fueron diferentes, ya no era las típicas nalgadas, estas iban acompañadas de manoseos, no retiraba mi mano rápidamente después de cada nalgada, al contrario, la dejaba allí unos segundos manoseando y apretando sus nalgotas.
–Tienes lindas nalgas Tefy, están duritas y grandecitas, son las más lindas que he visto –le decía mientras ya le pasaba mi mano descaradamente.
Ella se sonreía de manera divertida, no ví indicios de incomodidad o nerviosismo de su parte, por lo que asumí que o bien le estaba gustando, o en el peor de los casos no le disgustaba.
–Ahora toca los empujones, vamos a ver si esas nalgotas resisten mis embestidas –Le dije posicionándome detrás de ella, ya en un descuido había acomodado mi verga para que esté apuntando hacia adelante, me acomodé como pude para que mi verga quede justo entre sus nalgas y haga presión en su cuquita.
–OHHH mi amor… que bien aguantas mis mis empujones –Estaba poseído de placer y lujuria, estaba follando con ropa a la niña más culona que había conocido.
Stefany no hacía ningún intento por parar esta casi violación, al contrario, se mantenía firme parando su colita.
–OHHH!!! Así Tefy, así para bien esa colita, UFFF!!! te está gustando verdad…te gusta que te dé empujones –le pregunté esperando una respuesta afirmativa, pero ella se mantenía en silencio.
Al escuchar unos leves gemidos que se escapaban de sus labios, le hice el cabello hacia un costado para ver su rostro, y lo que ví me llenó de placer y satisfacción.
Estaba con la boca entreabierta, los ojos cerrados y las cejas juntas, gestos inequívocos que delataban la excitación de la que era presa esa niña.
Le volví a preguntar si le gustaba lo que le estaba haciendo, me respondió con un sí casi apagado, casi imperceptible, pero un sí al fin y al cabo.
Decidí que era momento de llevar a otro nivel mis manoseos, me pegué completamente a ella, agarrando sus caderas y dando empujones más fuertes y manteniendo mi verga punzando su vagina por más tiempo.
Ella seguía con los ojos cerrados y la boca entreabierta, de sus labios se seguía escuchando leves gemidos, yo por mi parte estaba que no aguantaba más, tenía que hacer como mínimo contacto directo de mi verga con sus nalgas.
Empecé a besar su cuello y morder sus orejas, le decía que era muy linda, que me gustaba mucho y que desde hace mucho había deseado estar así con ella.
Mientras le iba diciendo eso, le iba bajando el short con todo y panty, luego de unos segundos ya estaban ambos en el suelo, yo por mi parte procedí a bajarme el pantalón y el boxer, quería tener contacto directo con la piel de sus nalgotas.
–Ohhh!!! Que bien se sienten tus nalgotas mi amor, eres verdaderamente hermosa –
El placer que sentí fue inmenso, era una sensación inimaginable, demasiado buena para ser verdad, al fin después de varios meses había logrado meter mi verga entre las nalgas más hermosas, más perfectas que había visto.
Stefany es tan nalgona, que en esa posición la cabeza de mi verga apenas lograba hacer contacto con su vagina.
Seguía trabajando su mente, mientras le pasaba la lengua por el cuello y las orejas, le seguía diciendo lo hermosa y sensual que era, que su cuerpo era el más hermoso de toda la escuela, que era la niña con la colita más linda del mundo, y cosas así.
Mis caderas ya habían empezado a realizar movimientos copulatorios, mi pelvis impactaba suavemente con sus nalgas, mientras mi verga recorría orgullosa el canal entre su ano y su vagina.
Estaba a punto de terminar, no podía aguantar demasiado placer, la hice inclinarse un poco más, dejando sus nalgotas en pompa, pase mi mano por delante para ayudar a que mi verga haga presión en su cuquita y empecé a acelerar mis movimientos.
–Ohhh!!! Ufff!! Que hermosa eres Tefy, Ummm!!! Que nalgas tan deliciosas tienes Ohhh!!! Eres la niña más nalgona del mundo mi amor, Ohhh!!! –No pude resistir más, la cabeza de mi verga se había alojado en la entrada de su vagina y había depositado allí todo mi espeso semen.
–Ummm!!! Mmmm!! Mmm!! –, Tefy gemía al mismo tiempo que le estaba dejando toda mi lechita en la entrada de su infantil conchita virgen.
No me quise despegar de esa niña culona, es más, mi verga no había pedido su posición de batalla, quería tanto como yo seguir disfrutando de toda esa carne infantil.
Pero ya liberado un poco del éxtasis entré en razón y pensé más fríamente, seguro en cualquier momento su mamá llamaría, o peor aún, llegaría al colegio a recogerla sin previo aviso.
Sin ganas de hacerlo, empecé a limpiarla y a acomodar sus ropas, yo hice lo mismo, abrí las ventanas para ventilar el ambiente y liberarlo del olor a sexo.
Ya más calmados, ella ya estaba comiendo sus golosinas y tomando su refresco, me lanzaba miradas entre coqueta y avergonzada, yo le decía que no tenía porqué tener vergüenza o miedo, que lo que habíamos hecho era normal, que si bien no estaba muy bien visto por las personas mayores, era algo normal que un adulto y una niña hagan esas cosas si se gustan y si quieren hacerlo.
Hice que se siente en mis piernas y empecé a acariciar las suyas, a acariciar su cabello y darle besos en la mejilla, inevitablemente nuestros labios se juntaron y empecé a darles piquitos, hasta que luego de unos minutos ya le estaba violando su boquita con mi lengua.
Estaba a punto de perder la razón nuevamente, así que decidí parar y llamar a su mamá, ya habían pasado cerca de 40 minutos desde la última vez ella la llamé.
Su mamá me contestó pidiéndome las disculpas del caso, resulta que la hermana de la señora había tenido un accidente en casa, y se había fracturado la pierna, por lo que la había tenido que llevar al hospital de emergencia, me ofrecí a llevar a Stefany a su casa en mi movilidad, a lo que la mamá me pidió por favor si la podía llevar al hospital mejor, a lo que accedí gustoso.
Sabiendo que tenía un rato más para disfrutar de esa niña nalgona decidí aprovechar ese regalo divino, nuevamente hice que se incline en el escrito y rudamente empecé a levantar su falda escolar y bajar sus shorts con todo y pantis, esta vez me tomé la libertad de besar, morder y pasar mi lengua por esas nalgotas, mis manos también se estaban dando un festín amasando tanta carne de niña.
Me levanté, dejé caer mi pantalón y otra vez introduje mi verga entre ese par de nalgotas, la agarré fuerte de las caderas e inicié nuevamente esa danza ilegal entre un adulto y una niña.
Mi verga recorría ese camino una y otra vez, era inevitable que en algún momento la cabeza tocara las puertas de su culo, reclamando como suyo ese orificio, otras veces se alojaba en la entrada de su vagina, haciendo que Stefany apriete sus nalgas, lo que me producía más placer aún.
–Mmm!!! Ahhh!!! Ahhh!!! –, al parecer ella también era presa de ese placer que da el sexo, y sus gemidos no se hicieron esperar, si buen es cierto no eran tan fuertes o notorios como los de otras niñas, eran lo suficientemente audibles para hacerme saber que lo estaba disfrutando.
Luego de algunos minutos se hizo presente su orgasmo infantil, sentí las contracciones en su cuquita, al igual que el aumento en sus gemidos y la cantidad de fluidos que brotaban de su virgen coñito.
Aproveché la situación para meter mi cabeza y unos centímetros del tronco, al estar su vagina lubricada no me fue difícil.
Meter esos casi 5 centímetros de verga en su cuquita me dieron un corrientazo de placer que me llevaron rápidamente al orgasmo, haciendo que vuelva a llenarle su coñito de mi espeso semen.
Lógicamente no le quité la virginidad en ese momento, aunque ganas no me faltaban, pudo más el sentido común que los instintos.
Nuevamente procedí a limpiar su cuerpo y acomodar sus ropa, hice lo mismo y nos encaminamos al hospital, en el camino le iba diciendo lo feliz que me había hecho y lo mucho que lo había disfrutado. También le dije que eso debería ser un secreto y que nadie debería de saberlo.
Ya cerca al hospital invité a almorzar a Stefany y su mamá, conversando con ellas me enteré de algunos pormenores, que a la tía de Stefany le habían tenido que poner yeso en la pierna debido a la fractura, e iba a estar así unos 30 días como mínimo, me enteré también que la mamá y el papá de Stefany estaban separados, y él vivía en otra ciudad por motivos de trabajo, pero que siempre llegaba a visitarla y ver cómo estaba, y otras cosas de mínima importancia para el relato.
Está demás decir que en plena plática estaba un poco nervioso, tenía temor que algún comportamiento o gesto de Stefany pueda delatar ante su mamá lo que habíamos hecho hace rato en el salón de clases, afortunadamente todo se dió sin ningún contratiempo.
Me despedí de ellas, no sin antes dejar saber a la señora que estábamos a su disposición para lo que pudiera necesitar, que mi hermana y yo estaríamos gustosos de poder ayudar en lo que se pueda, le dije que Stefany al ser de las mejores amigas de mis sobrinas, es como si fuera de la familia.
Ya en mi departamento me acosté en la cama pensando en lo rico que la había pasado, me imaginaba tantas cosas con ella, me imaginaba cómo se vería de perrito, debería ser un verdadero espectáculo tener a esa niña en cuatro, me imaginaba mis manos en sus caderas y me lengua haciendo estragos en su cuquita y en su culo.
Habían pasado algunos días y no había tenido oportunidad de estar con ninguna de mis niñas de turno, la verdad estaba un poco impaciente, si bien es cierto que fue idea mía decirles que no fueran muy seguido al salón, ya que eso podría levantar sospechas, a veces me resultaba frustrante tener ese niñas a disposición y no poder follarlas todos los días.
Además, había días en que ellas llegaban a visitarme y/o pedirme algo, pero no podía hacer nada debido a que algunos otros docentes se quedaban en las aulas colindantes a la mía con algunos alumnos, imagino que para explicar algún tema confuso, o incluso haciendo lo mismo que yo hago con mis niñas.
Recuerdo cierta vez que llegaron al aula Sofía con su amiguita Carla, ese día tuve suerte que no había nadie cerca, como ya era costumbre, ni bien llegaron me saludaron de beso en la mejilla y Sofía se sentó en mis piernas.
Yo saqué unos chupetines del cajón del escritorio y les invité, ellas rápidamente le quitaron el empaque y procedieron a chuparlo.
Yo por mi parte empecé con el ya conocido juego de las cosquillas, la primera fue Sofía, que reía divertida y contorsionaba su cuerpecito encima mío, ya había acomodado mi verga entre sus nalgas para sentir ese placer que da morbosear a una niña de tan tierna edad.
Esta vez acompañaba mis cosquillas con suaves mordidas en el cuello, les decía que me había enterado que se habían portado mal en clases y su castigo iba a ser que me las iba a comer, eso hacía reír aún más a Sofía y por lo tanto hacía que sus movimientos fueran más frenéticos, dándome todo el placer que deseaba sentir.
Luego fue el turno de Carla, con ella fue lo mismo, ella también reía divertida y se movía como una culebrita encima de mi verga, sinceramente no sabía si ella no sentía ese bulto que se metía entre sus nalguitas, o si lo sentía y no le daba importancia; o mejor aún, si le gustaba sentirlo allí y por eso se sentaba encima mío.
Carla había llegado con un peinado tipo cola de caballo, lo que me daba más libertad al momento de morder su cuello.
–Te gusta Carla, te gusta así jugando con nosotros? –, le pregunté al oído sin dejar de darle suaves mordidas a su cuello y a sus hombros.
Me respondió con un sí lleno de alegría, un sí acompañado de tiernas risitas.
–A mi también me gusta jugar con ustedes, son tan lindas, tan hermosas –le respondí dejando de darle mordidas y pasando a darle besos fugaces en su cuello y hombros.
–ven mi amor –le dije a Sofía para que se acerque a mi lado, deje de lado a Carla y abracé a Sofía.
Con una mano acariciaba su espalda y con la otra sus nalgas, todo esto a vista de Carla, para que se vaya acostumbrando y normalice lo que estaba viendo.
–Te quiero mucho mi amor –le dije a Sofía llenándola de besos en la cara y el cuello, ella entre risitas y movimientos me devolvió el abrazo y me dijo que también me quería mucho.
Estaba con la verga a punto de explotar, necesitaba vaciar mis huevos ya, recordé algo que ya había usado anteriormente y era la ocasión perfecta para volver a usarlo y coger con Sofía.
En mi ciudad hay un juego que se llama la gallinita ciega, consiste en que en un grupo de niños, a uno se le venda los ojos y así tiene que recorrer el ambiente con los ojos vendados y con la ayuda de las manos buscar y atrapar a los demás.
Usé un pañuelo como venda y se lo puse a Carla, le di un par vueltas y le dije que se pusiera a buscar a Sofía.
Miré el reloj, tenía poco más de 10 minutos para que termine el recreo, llevé a Sofía cerca de la ventana y la puse a mamar verga, siempre mirando que nadie se acerque y que Carla no se vaya a quitar la venda.
Sofía estaba concentrada chupando y lamiendo verga, al parecer no le importaba nada más que complacer a su tío, ni siquiera dirigía la mirada hacia donde estaba Carla.
Luego de un par de minutos, me senté e hice sentar encima mío a Sofía, para eso ya le había bajado un poco el short y su panty.
–Ayy!!! Ayyy tíooo –, Se quejó por la rápida penetración, otras veces la estimulo comiendo su cuquita y metiendo los dedos poco a poco, esta vez no había tiempo para los juegos previos.
–Ahhh!!! Ahhh!!! Ahhh!!! -, Luego de unos minutos ya estaba gimiendo despacio, me verga ya entraba y salía de su coñito a una velocidad considerable.
Yo estaba con las piernas abiertas y Sofía encima mío con las piernas cerradas, su short junto con su panty estaban enrollados en sus rodillas, mis manos estaban agarrando su cintura ayudando con los movimientos copulatorios.
–Ohhh!!! Ufff!!! Ohhh mi amor, que rica cuquita tienes mi vida, no sabes lo mucho que me encanta tenerte así –le decía al oído casi susurrando, mientras mi verga seguía siendo succionada por esa vaginita de 9 añitos.
Carla seguía dando vueltas, en una de esas seguramente se aburrió y quería quitarse la venda, casi balbuceando le dije que siga unos minutos más, que si encontraba a Sofía le iba a regalar una galleta, con eso hice que se calme un poco, al menos hasta que logre correrme.
Agarré a Sofía y la levanté colocándola encima del escritorio boca arriba, sus piernas juntas las puse sobre mi pecho y así empecé a penetrarla, se la metí de golpe y empecé a embestirla con cierta velocidad, suficiente para hacerla terminar y correrme yo también.
–Ahhh!!! Ahhh!!! Ayyyy!!! Mmmmm!!!
Su orgasmo infantil no tardó en llegar, lo que provocó que sus paredes vaginales me estrangulen la verga llevándome a un nuevo orgasmo con mi princesita, le dejé la cuquita llena de mi esperma.
Procedí a limpiarnos y acomodar nuestras ropas, le di un beso apasionado en los labios y le dije que la quería mucho, siempre que hacía eso ella me correspondía dándome un abrazo y diciendo que también me quiere mucho.
Hice que se ponga en el camino de Carla para ella la atrape y se gane su galleta, luego de unos minutos sonó el timbre del fin del recreo, ambas se despidieron de abrazo y beso en la mejilla, aproveché la situación para darle un apretón en las nalgas de Carla, ella no dijo nada, al contrario, me miró y me dió una mirada coqueta y una sonrisa pícara.
Por mi parte había entablado cierta amistad con Sujey, la mamá de Stefany; ella es una chica de aproximadamente 30 años, que al igual que su hija ha sido bendecida con unas nalgotas.
Si bien es cierto estaba abierto a tener algo con ella, mi motivo principal era tener más confianza para poder acercarme más a Stefany y tener más tiempo con ella.
Algunas veces le escribía con el pretexto de preguntar cómo seguía su hermana, y si necesitaba algo de mi o de mi hermana, que entre amigos estamos para ayudarnos.
Todo esfuerzo tiene su recompensa dicen, pasados los días, ella empezó ocasionalmente a pedirme de favor si podía acercar a su hija a su casa o al hospital donde estaba recibiendo tratamiento su hermana, yo claro que estaba encantado de ayudar.
En algunas de esas oportunidades aprovechaba para, en la hora de salida de clases, llevar a Stefany al salón y allí pervertir a tan nalgona niña.
Ya le había comido su cuquita y su culo, incluso ya se lo estaba preparando para su inminente estreno, también le había enseñado a chupar verga y a tomarse la lechita de su hombre.
Cierto día Sujey me escribe al WhatsApp preguntando por las clases particulares que doy, ya se acercaban los exámenes en el colegio, y quería que Stefany no tuviera contratiempos con las notas.
Le expliqué el horario que manejo y le dije cuánto cobro por hora; al notar cierta pausa de su parte supuse que no le parecía bien el monto, también imaginé que no la estaban pasando bien en lo económico.
Le dije que entendía la situación actual, y si gustaba le podía ayudar con algunos temas después de clases, y ya después la llevaba a su casa.
Lógicamente mi intención era llevarla a mi casa, pero todo a su tiempo, por el momento seguiría disfrutando de tan culona niña en el salón de clases.
Esta saga trata de las niñas que fueron a mi departamento a practicar un baile para una actividad escolar por el día del padre, el próximo relato será la última entrega, ya que contaré qué sucedió con Stefany.
Próximamente quizá suba más historias de estas calientes niñas.
Quizá suba un relato de lo que pasó con Carla, y el día que compartió lechita con Sofía.
También puedo subir el relato del viaje al pueblo de mis padres, donde vuelvo a encontrarme con un primo que comparte mis gustos, y con el que hemos vivido ciertas aventuras y compartimos algunos secretos, y de cómo realizamos una orgía con tres niñas, y de cómo en ese viaje Laurita tiene por fin su primera doble penetración con vergas de verdad.
También está la historia de xiomara, la niña nalgona de 8 añitos, prima de Stefany e hija de la chica que tuvo el accidente.
Tengo muchas historias por contar, está también la historia de Mía, una linda, más que linda, hermosísima niña venezolana de 7 años que junto a su abuela vivía en un cuarto del tercer
piso.
Estimados lectores, espero haya sido de su agrado este relato, y cómo siempre estaré agradecido de los comentarios, críticas y sugerencias.
QUE GRAN HISTORIA QUISIERA TENER LA MISMA SUERTE QUE TU TIENES CON LAS NIÑAS . SERÍA BUENO UN RELATO DE COMO SEDUCIR A UNA NIÑA O SECRETOS O TACTICA PARA GANARSE LA CONFIANZA DE UNA NIÑA .
Mejor sigue publicando cosas de stefany es muy rico